La Mujer Como objeto sexual.
En este trabajo se darán a conocer algunas opiniones de personas o instituciones acerca del uso de la mujer como imag<strong>en</strong> <strong>en</strong> la publicidad, algunos de estos com<strong>en</strong>tarios van <strong>en</strong> contra de este echo ya que es muy injusto como las personas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que utilizar a la mujer para v<strong>en</strong>der productos sobre todo porque la mujer es utilizada como objeto sexual. Un estudio sobre publicidad <strong>en</strong> pr<strong>en</strong>sa realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid <strong>en</strong> 1998 puso de manifiesto cómo <strong>en</strong> el 23’9% de los casos la recomp<strong>en</strong>sa que se ofrece al consumidor del producto anunciado es la satisfacción sexual (seguida de lejos por el prestigio social, <strong>en</strong> el 13%, y la amistad, <strong>en</strong> el 4’3%). En el 40% de los anuncios, la mujer se pres<strong>en</strong>ta como objeto sexual. Y es <strong>en</strong> la publicidad de alcohol donde <strong>en</strong> mayor proporción la mujer se ofrece como un simple objeto de consumo. La educación de las personas no se hace solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la escuela, esto es una obviedad, pero hay que pararse a p<strong>en</strong>sar un instante <strong>en</strong> cuáles son los m<strong>en</strong>sajes, imág<strong>en</strong>es y modelos que se les plantean a la infancia y a la adolesc<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong> cómo se utiliza el l<strong>en</strong>guaje verbal y no verbal o simplem<strong>en</strong>te como están colocados los maniquís <strong>en</strong> los escaparates de las ti<strong>en</strong>das de ropa, se ve el bombardeo al que están sometidos, un bombardeo constante que dirige sus deseos y sus metas hacía la perpetuación de los estereotipos. Pilar Morales pi<strong>en</strong>sa que “una de las discriminaciones directas más evid<strong>en</strong>tes a que se v<strong>en</strong> sometidas las mujeres es sin duda la esclavitud de la imag<strong>en</strong> que según el modelo de sociedad imperante debe t<strong>en</strong>er y los procesos a los que ti<strong>en</strong>e que someterse para ajustarse al prototipo que se le asigna. Difer<strong>en</strong>cia de género. Los hombres se repres<strong>en</strong>tan habitualm<strong>en</strong>te ligados a la ci<strong>en</strong>cia y a la empresa, poseedores de los bi<strong>en</strong>es iconográficos de nuestro tiempo tales como coches espectaculares, mansiones inm<strong>en</strong>sas o despachos de alta dirección; a las mujeres se las suele pres<strong>en</strong>tar unidas a la maternidad, la cocina o el sexo directo o velado. Si <strong>en</strong> alguna ocasión aparece una mujer trabajando se la pres<strong>en</strong>ta adoptando vestim<strong>en</strong>ta o actitudes que se asocian con “lo masculino”. La mujer <strong>en</strong> la publicidad “Eres un cuerpo. Lo demás poco importa. No se trata <strong>en</strong> la publicidad de plasmar una persona fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> todo su integridad y sus “deseos” reales. Sólo importa su Cuerpo, ese cuerpo de mujer pasivo e insinuante, melancólico, cariñoso o seductor. Ese cuerpo, despiezado la mayoría de las veces, que sirve como reclamo de cualquier tipo de producto. No ella, sino su cuerpo es el soporte de tornillos -piernas- , bebidas, -labios-, bujías -s<strong>en</strong>os-, viajes - traseros-, etc., que no <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran otro alici<strong>en</strong>te <strong>en</strong> sus productos publicitarios que estar asociados a cualquier parte del cuerpo fem<strong>en</strong>ino. Cuanto más erótica sea la zona elegida mejor, más v<strong>en</strong>dible será el objeto <strong>en</strong> cuestión. Un respingón trasero juv<strong>en</strong>il para anunciar un tabaco, una mujer a medio vestir para publicitar un video, otra tomando sol <strong>en</strong> una playa para una cerveza” ¿Somos su bebida, su tabaco, su mejor licor que <strong>en</strong>tra suave? ¿O somos otra cosa?