REMINICENCIAS

Poema 14
Cuando por fin consigo escapar de aquella cárcel mental
que encadenado me tenía a los recuerdos
y malos juegos de mi mente ya podrida;
cómo si de una fuerza sobrenatural se tratara,
desprevenida toma por los pies a mi alma
y la arrastra de vuelta.
Me siento indefenso ante mí mismo.
Decepcionado por lo acontecido.
¿Y a quién le importa como esté ahora?
Mi alma ríe mientras llora.
Mi corazón recoge lo que de él queda con una sonrisa
pintada.
No puedo hacer nada.
Solo observar.
Observar mi alma desmoronada.
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