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LOS CABALLOS “FUFOS”<br />
DE TAZACORTE<br />
En la actualidad, son tres los municipios palmeros<br />
en los que los caballitos festivos hacen su<br />
aparición: Santa Cruz de <strong>La</strong> Palma, Fuencaliente<br />
de <strong>La</strong> Palma y la Villa y Puerto de Tazacorte.<br />
En Santa Cruz de <strong>La</strong> Palma aparecen sólo durante los<br />
festejos lustrales en honor a la Virgen de las Nieves<br />
con motivo de la Bajada de la venerada imagen a la<br />
capital. Bien durante la cabalgata anunciadora de las<br />
fiestas, bien en la llamada Batalla de las Flores, etc.<br />
Son caballos muy sofisticados y realistas, muy alejados<br />
de los que danzan en los otros dos municipios: los<br />
“Fuscos” de Fuencaliente y los “Fufos” de Tazacorte.<br />
En los tres casos, los danzantes se introducen<br />
en su interior a través de su lomo y, con un trote<br />
alegre, aparentan estar sentados con sus piernas<br />
falsas colgando a ambos lados, sobre los costados.<br />
El divertido efecto se consigue perfectamente, y el<br />
jinete y su cabalgadura, lejos de conformar un disfraz<br />
del primero, se combinan de forma que parecen dos<br />
elementos distintos: un hombre montado sobre su<br />
caballo.<br />
Los Caballos Fuscos, en Fuencaliente, divierten al<br />
público el último domingo de agosto de los años pares,<br />
como número fuerte del programa de las fiestas de la<br />
Vendimia. Al son de la Polca de los Caballos, figuras<br />
de caballos manejados por hombres irrumpen por la<br />
noche en la multitudinaria verbena.<br />
Cuba los había creado para una fiesta de canarios.<br />
Inicialmente se bailaban durante las parrandas<br />
del Carnaval, y un vecino llamado Manuel “Piquito”<br />
fue quien lo ayudó a confeccionarlos. Luego pasó<br />
a convertirse en el número fuerte de las fiestas<br />
miguelinas.<br />
Un hijo de don Eustaquio, Juan Pérez Martín, es el<br />
encargado de fabricar los nuevos y restaurar los<br />
viejos. Una orgullosa herencia paterna.<br />
<strong>La</strong> sencilla estructura se elabora con varillas de caña,<br />
papel de embalaje, hilo de bala, cola y papel de seda<br />
de colores: malva, rojo, azul, verde, amarillo... También<br />
ya se confeccionan en tamaño pequeño para los<br />
niños, con lo que así, con esta “cantera”, el número ya<br />
podrá perpetuarse en el tiempo. Los más pequeños<br />
tienen también cabida en el programa festivo y tienen<br />
su día programado, en el que bailan y disfrutan, como<br />
harán una semana después los adultos.<br />
Detengámonos en los Fufos de Tazacorte. Los<br />
caballitos bagañetes se forman con unos armazones<br />
de cañas envueltos en papel de seda de colores que<br />
avanzan bailando graciosamente por las calles del<br />
municipio al son de la conocida canción “Vuela, vuela<br />
palomita”, bajo la atenta dirección de una jirafa de<br />
largísimo cuello que les va marcando el paso.<br />
<strong>La</strong>s figuras bailan por las calles de la engalanada<br />
villa entre pasillos de público expectante que corea<br />
y aplaude a los gallardos jinetes y a sus monturas,<br />
que no paran de entrecruzarse y girar alrededor<br />
de la orgullosa jirafa, mientras bromean con los<br />
espectadores y les embisten al ritmo de su endiablada<br />
danza cadenciosa que parece no tener fin.<br />
Tienen lugar en las fiestas patronales de San Miguel,<br />
en la víspera de la onomástica del Arcángel, patrón<br />
de <strong>La</strong> Palma y de Tazacorte, cada 28 de septiembre,<br />
llenando de color, música y alegría las principales<br />
calles de la localidad.<br />
Antiguamente se bailaba en la calle con polcas,<br />
incorporándose el famoso “Vuela, Vuela, Palomita”<br />
después del año 1945, tratándose de una adaptación<br />
de un corrido mexicano, fragmento de la película Ora<br />
Ponciano, que se mantiene hasta la actualidad.<br />
Para encontrar el origen de esta peculiar manifestación<br />
festiva, que cumplió cien años en 2010, tenemos que<br />
remontarnos a la época de la emigración a Cuba. Se<br />
cuenta que fue Eustaquio Pérez, emigrante en la isla<br />
caribeña, quien trajo los caballitos a <strong>La</strong> Palma. En<br />
Los Caballos Fufos cuentan con su propia asociación,<br />
que pretende fomentar y transmitir sus valores<br />
socioculturales mediante la organización de diversos<br />
actos como talleres de elaboración y reparación de<br />
los mismos.<br />
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