La Hortelana

EL CRISTO DE EL PLANTO
Eulalia Teresa Rodríguez
Subiendo La Encarnación, pasado Los Pasitos,
nos encontramos con “La Cuesta de El Planto”,
en el municipio de Santa Cruz de La Palma. Allí se
encuentra una pequeña ermita con un cristo, cuya
imagen llamada “El Santísimo Cristo de El Planto”,
antiguamente conocido como “El Cristo de El
Llanto” o “el Cristo de Maíz”, realizado su modelado
con pasta de la médula de la caña de maíz triturado,
siguiendo la técnica de los indios tarascos del
estado mejicano de Michoacán, quienes usaban
esta técnica para la confección de sus ídolos.
Según las investigaciones realizadas son muchos
los datos que se conocen sobre la elaboración
de las esculturas. Lo primero que se hacía para
preparar el material era poner a secar la caña de
maíz, luego se molía y, finalmente, se le agregaba
un aglutinante de bulbo de orquídea, con el que se
producía una especie de pegamento consistente.
En algunos casos, el aglutinante se mezclaba con
algún veneno, lo que permitía mantener la escultura
libre del ataque de las plagas.
Respecto a la estructura interna de la figura se
hacía con la cañaheja 1 de maíz, con la que se daba
forma al cuerpo y a las extremidades. Después se
recubría con la pasta y, en algunas ocasiones, con
plumas de guajolote 2 para darle fortaleza a los
dedos de las manos. Sobre la estructura se aplicaba
una capa de cal y por último se pintaba. Los colores
que se utilizaban eran pigmentos típicos de la
región de Michoacán, como el rojo proveniente de
la cochinilla para pintar la sangre de las imágenes.
En la Isla de La Palma, además de este Cristo de El
Planto, se encuentra el Cristo de la Sacristía de la
Victoria, en la iglesia de San Andrés (San Andrés y
Sauces ) y el Santísimo Cristo de La Salud de Los
Llanos de Aridane, realizado con la misma técnica
que los anteriores
La imagen del “Santísimo Cristo de El Planto” data
de las primeras décadas del siglo XVII. Es la imagen
cristológica más venerada de la isla. Apenas pesa
diez kilogramos y es una talla hueca. Representa
a Cristo muerto en la Cruz con la boca y los ojos
entreabiertos, llagado y cubierto de sangre, acorde
con la estética expresionista indígena. Su figura
refleja todo el dolor y sufrimiento que pasó durante
la pasión y, especialmente, en su muerte en la cruz.
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Existe constancia documental que desde el siglo
XVII, tuvo lugar una solemne procesión con el
Santísimo Cristo hasta la Parroquia Matriz de
El Salvador con motivo de las rogativas que se
sucedieron para atajar una plaga de langosta que
asolaba la isla.
El Cristo ha sido considerado a lo largo de la historia
como protector de los hombres del mar, por lo que
en las paredes de la nave de la ermita cuelgan
varias pinturas votivas del siglo XVIII que retratan y
narran las intervenciones milagrosas del Cristo en
los viajes de la ruta canario-americana. Otro claro
ejemplo de esta devoción entre los navegantes
y marineros era el nombre con el que bautizaban
algunas naves isleñas. Una fragata fondeada en el
muelle de Santa Cruz de La Palma en 1684 llevaba
el nombre de Santo Cristo de El Planto.
La ermita de El Planto fue construida en un extenso
campo público destinado al pastoreo a principios del
siglo XVII. La ermita se hizo a expensas de Águeda
Gómez Chinana, religiosa de la orden dominica.
Allí había construido un calvario donde finalizaba
un Vía Crucis de La Dehesa. Del antiguo calvario
quedan tres cruces de tea que están por fuera de
la ermita, a la entrada de la plaza. Al pasar por el
camino se ven perfectamente. Este lugar es parada
obligatoria y descanso de la Virgen de Las Nieves
en su Bajada Lustral desde su Real Santuario hasta
la Iglesia Matriz de El Salvador.
En la última Bajada sacaron por primera vez al Cristo
de su ermita y lo colocaron en la plaza para que
allí se reencontrara con su madre, fue un momento
sobrecogedor para todos los que tuvimos la suerte
de presenciarlo.