El Periodista edición 277
Revista de actualidad y política independiente chilena
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PORTADA<br />
8<br />
el periodista<br />
los narcóticos o las campañas<br />
políticas. SCL se fundó hace<br />
más de 25 años, según reza su<br />
sitio web.<br />
Cambridge Analytica se creó en<br />
2013 e inicialmente se centró en<br />
los comicios estadounidenses,<br />
gracias a la inyección inversora<br />
de 15 millones de dólares<br />
del multimillonario donante<br />
republicano Robert Mercer. <strong>El</strong><br />
nombre de la consultora fue<br />
elegido por el que sería asesor<br />
de Trump, luego defenestrado,<br />
Steve Bannon.<br />
La compañía de marras, que<br />
posee oficinas en Nueva York,<br />
Washington, Londres, São Paulo<br />
y Kota Damansara (Malasia),<br />
se vende a sí misma como proveedora<br />
de análisis de consumo,<br />
publicidad dirigida y otros servicios<br />
relacionados con datos tanto<br />
para clientes políticos como<br />
corporativos. No da detalles de<br />
quiénes son esas corporaciones,<br />
pero en su página de internet<br />
incluye un<br />
“prestigioso”<br />
periódico<br />
diario que<br />
quería saber<br />
más sobre sus<br />
suscriptores,<br />
una marca<br />
de ropa de mujer que buscaba<br />
información sobre sus clientes<br />
y una aseguradora de automóviles<br />
de EEUU interesada en el<br />
marketing. Todo bastante inocuo.<br />
Aparentemente.<br />
Después de que Trump llegara a<br />
la Casa Blanca, el presidente de<br />
Cambridge Analytica, Alexander<br />
Nix, un personaje con bastantes<br />
pocos escrúpulos, acudió<br />
a más clientes para presentar sus<br />
servicios, ante quienes se jactaba<br />
de que podía desarrollar perfiles<br />
psicológicos de consumidores y<br />
votantes, diciendo que poseía<br />
una “salsa secreta” que solía<br />
influirles más eficazmente de lo<br />
que podría hacer la publicidad<br />
tradicional. La “salsa secreta”<br />
eran, por supuesto, los datos extraídos<br />
de la red social.<br />
Cambridge Analytica dijo que<br />
inicialmente no sabía que Kogan<br />
había violado los términos<br />
de Facebook, y que borró los<br />
“Las explicaciones<br />
aportadas hasta ahora por<br />
Zuckerberg y su mea culpa<br />
dejan fríos a los expertos”<br />
datos una vez que se enteró en<br />
2015. Sin embargo, estos no se<br />
eliminaron, según la prensa estadounidense.<br />
Cambridge Analytica<br />
respondió que esa acusación<br />
no era cierta. Kogan, por su lado,<br />
explicó que él no pensaba que<br />
estuviera haciendo nada malo<br />
con el estudio académico y que<br />
le habían convertido en cabeza de<br />
turco. Facebook informó de que<br />
estaba presionando a Cambridge<br />
Analytica para obtener respuestas,<br />
después de haber recibido garantías<br />
de la firma en 2015 de que<br />
había borrado todos los datos.<br />
En cualquier caso, la gente de<br />
Zuckerberg no ha protegido lo<br />
suficiente a sus usuarios y clientes,<br />
porque sus ejecutivos, aun<br />
conociendo las vulnerabilidades<br />
que padecía su red social, no se<br />
volcaron en encontrar las soluciones<br />
a esos problemas.<br />
Según el exempleado Sandy Parakilas,<br />
Facebook temía que, si se<br />
investigaba una sospecha de incumplimiento<br />
de las normas<br />
y se descubría<br />
que se habían<br />
roto las políticas,<br />
la empresa<br />
podría ser<br />
responsable<br />
de lo ocurrido. Su idea era no<br />
revelar las infracciones y luego<br />
escudarse en que ellos son una<br />
plataforma y, por tanto, no son<br />
culpables.<br />
Este escándalo era previsible. La<br />
burbuja tenía que explotar por<br />
algún lado. Facebook ha estado<br />
trabajando sin descanso en reunir<br />
la mayor cantidad posible<br />
de datos de sus usuarios, beneficiándose<br />
de ello, ganando<br />
mucho dinero con ello, a través<br />
de anuncios patrocinados y una<br />
ingente actividad comercial. Es<br />
verdad que han ido mejorando<br />
las condiciones de uso, pero no<br />
han modificado su esencia del<br />
negocio, basada en “compartir<br />
experiencias” y hacer caja,<br />
vulnerando la privacidad de<br />
las personas. Al final, ha terminado<br />
atrapado en su propia<br />
tormenta.<br />
*Agencia France Press<br />
POR RENATO GARIN GONZÁLEZ*<br />
Sabemos que la ley regula<br />
la despenalización<br />
de la interrupción<br />
del embarazo en tres<br />
causales. Sin embargo, se introdujo<br />
un artículo al Código<br />
Sanitario, el cual reconoce la<br />
posibilidad de ejercer la objeción<br />
de conciencia personal<br />
para excusarse de practicar el<br />
aborto. Este espacio normativo<br />
fue luego utilizado por el<br />
Tribunal Constitucional para<br />
generar una objeción de índole<br />
institucional.<br />
A través de la ley, se generó<br />
Una interpelación<br />
necesaria<br />
“<strong>El</strong> ministro de Salud<br />
debe responder por su<br />
conducta ilegal que<br />
afecta los derechos<br />
de miles de chilenas”<br />
la necesidad<br />
de dictar un<br />
“Protocolo”<br />
del Minsal<br />
para regular el<br />
uso de dicha<br />
objeción. La<br />
principal modificación<br />
del<br />
referido nuevo protocolo fue<br />
haber eliminado la prohibición<br />
de objetar a los Establecimientos<br />
Privados que se encuentren<br />
adscritos al Sistema<br />
Nacional de Servicios de Salud<br />
mediante la celebración de<br />
convenios a los que se refiere<br />
el D.F.L N° 36 de 1980. Así, la<br />
suma del fallo del TC más el<br />
nuevo protocolo hicieron mutar<br />
la letra original de la ley,<br />
colocando en riesgo el derecho<br />
de las mujeres a abortar<br />
en tres causales.<br />
<strong>El</strong> protocolo emanado del<br />
Poder Ejecutivo en marzo de<br />
2018 es ilegal. Esta afirmación<br />
parece demasiado apresurada,<br />
puesto que es la Contraloría<br />
quien debe establecerlo. Sin<br />
embargo, al analizar con claridad<br />
la letra del protocolo y<br />
su contexto jurídico, parece<br />
inexorable dicha afirmación<br />
dado que el protocolo subvierte<br />
dos principios del derecho<br />
administrativo cuáles son el<br />
de legalidad y el de jerarquía.<br />
<strong>El</strong> protocolo es ilegal porque<br />
en su sección IV “deshomologa”,<br />
es decir, abstrae del mismo<br />
tratamiento jurídico, y lo hace<br />
por resolución exenta, beneficiando<br />
a las instituciones que<br />
se adscriben a la ya descrita<br />
objeción de consciencia institucional.<br />
Estas instituciones<br />
están “homologadas” por D.F.L<br />
36 de 1980, por ende el protocolo<br />
va claramente contra el<br />
principio de legalidad, según<br />
el cual una resolución<br />
exenta<br />
no puede<br />
afectar el campo<br />
de un D.F.L.<br />
En segundo lugar:<br />
¿A quién<br />
debía informar<br />
Santelices sobre<br />
el protocolo? Obviamente,<br />
a su superior que es el Presidente<br />
de la República en razón<br />
del artículo 35 de la Constitución.<br />
Sin embargo, Santelices<br />
le informa a Larroulet, según<br />
propia confesión, quien es el<br />
jefe de asesores del segundo<br />
piso, que no es su superior ni<br />
ministro, ni siquiera aparece<br />
en la Constitución. Por ende,<br />
Santelices rompe la cadena de<br />
mando al no informar al Presidente,<br />
ni siquiera a Chadwick,<br />
jefe de gabinete, sino que a<br />
Larroulet que para estos efectos<br />
es un mero asesor. Así, el<br />
nuevo protocolo es ilegal porque<br />
subvierte el principio de<br />
legalidad al afectar el D.F.L 36<br />
y también es ilegal porque es<br />
dictado rompiendo la cadena<br />
de mando en contra del artículo<br />
35 de la CPR.<br />
*Diputado RD (distrito 14)