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40 años de Agenda Regional de Género

Hace casi 40 años se celebró la Primera Conferencia Regional sobre la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina (La Habana, 1977), que abrió un espacio de intercambio regional después de la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer (Ciudad de México, 1975). Este espacio apostaba por que las demandas sociales en favor de los derechos de las mujeres y la igualdad de género que empezaban a cruzar los países se convirtieran en compromisos gubernamentales. En aquella ocasión se acordó el Plan de Acción Regional para la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina, que fue la primera hoja de ruta que tuvo la región para avanzar hacia el reconocimiento del aporte de las mujeres a la sociedad y para hacer visibles los obstáculos que enfrentaban para mejorar su situación. Fue también en esa oportunidad cuando los Gobiernos de la región le entregaron a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el mandato de convocar, con carácter permanente y regular y en intervalos no superiores a tres años, una Conferencia Regional sobre la Mujer.

Hace casi 40 años se celebró la Primera Conferencia Regional sobre la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina (La Habana, 1977), que abrió un espacio de intercambio regional después de la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer (Ciudad de México, 1975). Este espacio apostaba por que las demandas sociales en favor de los derechos de las mujeres y la igualdad de género que empezaban a cruzar los países se convirtieran en compromisos gubernamentales. En aquella ocasión se acordó el Plan de Acción Regional para la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina, que fue la primera hoja de ruta que tuvo la región para avanzar hacia el reconocimiento del aporte de las mujeres a la sociedad y para hacer visibles los obstáculos que enfrentaban para mejorar su situación. Fue también en esa oportunidad cuando los Gobiernos de la región le entregaron a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el mandato de convocar, con carácter permanente y regular y en intervalos no superiores a tres años, una Conferencia Regional sobre la Mujer.

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Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)<br />

Permanente para las Cuestiones Indígenas <strong>de</strong> las Naciones Unidas, así como todos los acuerdos posteriores<br />

en los que se reitera la adhesión <strong>de</strong> los gobiernos a la agenda internacional contenida en estos textos 3 ,<br />

Reconociendo la universalidad, la indivisibilidad, la inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y la inalienabilidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

humanos y los avances hacia la igualdad conquistados a través <strong>de</strong> la normativa internacional en materia <strong>de</strong><br />

promoción, protección y ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos <strong>de</strong> las mujeres durante todo su ciclo vital, así<br />

como <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos colectivos,<br />

Reiterando el vínculo entre los <strong>de</strong>rechos humanos, la consolidación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia representativa y<br />

participativa, y el <strong>de</strong>sarrollo económico y social,<br />

Reafirmando el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> los Estados <strong>de</strong> garantizar los <strong>de</strong>rechos humanos a través <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida diligencia<br />

y mediante la adopción <strong>de</strong> todas las medidas necesarias para garantizar su plena vigencia,<br />

Reconociendo que el carácter laico <strong>de</strong> los Estados contribuye a la eliminación <strong>de</strong> la discriminación contra<br />

las mujeres y garantiza el ejercicio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos humanos,<br />

Reconociendo el valor social y económico <strong>de</strong>l trabajo doméstico no remunerado <strong>de</strong> las mujeres, <strong>de</strong>l cuidado<br />

como un asunto público que compete a los Estados, gobiernos locales, organizaciones, empresas y familias, y<br />

la necesidad <strong>de</strong> promover la responsabilidad compartida <strong>de</strong> mujeres y hombres en el ámbito familiar,<br />

Reconociendo la importancia <strong>de</strong>l valor económico y social <strong>de</strong>l trabajo agrícola y <strong>de</strong> subsistencia no<br />

remunerado que realizan las mujeres rurales y campesinas, y siendo conscientes <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> visibilizar<br />

este trabajo y contabilizar su aportación a las economías nacionales y a la cohesión <strong>de</strong> nuestras socieda<strong>de</strong>s,<br />

Reconociendo la significativa contribución <strong>de</strong> las mujeres en su diversidad a la economía en sus dimensiones<br />

productiva y reproductiva, al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> múltiples estrategias para enfrentar la pobreza, y a la preservación<br />

<strong>de</strong> los conocimientos y las prácticas fundamentales para el sostenimiento <strong>de</strong> la vida, especialmente para la<br />

seguridad y soberanía alimentaria y la salud,<br />

Reconociendo que la división sexual <strong>de</strong>l trabajo se mantiene como factor estructural <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s<br />

e injusticias económicas que afectan a las mujeres en los ámbitos familiar, laboral, político y comunitario y<br />

que, asimismo, propician la <strong>de</strong>svalorización y falta <strong>de</strong> retribución <strong>de</strong> los aportes económicos <strong>de</strong> las mujeres,<br />

Reconociendo la contribución <strong>de</strong> las mujeres al retorno y al fortalecimiento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, la<br />

igualdad <strong>de</strong> género, la justicia social, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los países <strong>de</strong> la región y la inclusión <strong>de</strong> poblaciones<br />

históricamente discriminadas,<br />

Reconociendo la valiosa aportación <strong>de</strong> los distintos pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s indígenas y afro<strong>de</strong>scendientes<br />

a la gobernabilidad <strong>de</strong> los Estados, así como a la preservación <strong>de</strong>l patrimonio cultural y la reproducción <strong>de</strong><br />

los valores socioculturales en sus territorios históricos sobre los cuales se asienta la vida <strong>de</strong> nuestros pueblos,<br />

Reconociendo la contribución <strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> mujeres y feministas, en toda su diversidad, al<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> políticas públicas con perspectiva <strong>de</strong> género en la región, en particular a la profundización <strong>de</strong><br />

la <strong>de</strong>mocracia y al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la institucionalidad pública <strong>de</strong> género,<br />

Reconociendo la labor <strong>de</strong> los mecanismos institucionales para el a<strong>de</strong>lanto <strong>de</strong> las mujeres consistente en<br />

la formulación, el diseño y la gestión <strong>de</strong> políticas públicas para la igualdad entre mujeres y hombres al más<br />

alto nivel <strong>de</strong> los Estados <strong>de</strong> la región y, a la vez, conscientes <strong>de</strong> que los Estados son quienes <strong>de</strong>ben asumir los<br />

retos que <strong>de</strong>manda la garantía <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos <strong>de</strong> las mujeres, niñas y adolescentes <strong>de</strong> la región,<br />

Reconociendo que la paridad es uno <strong>de</strong> los propulsores <strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, cuyo fin es<br />

alcanzar la igualdad en el ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, en los mecanismos <strong>de</strong> participación<br />

y representación social y política, y en las relaciones familiares al interior <strong>de</strong> los diversos tipos <strong>de</strong> familias, las<br />

relaciones sociales, económicas, políticas y culturales, y que constituye una meta para erradicar la exclusión<br />

estructural <strong>de</strong> las mujeres,<br />

Consenso <strong>de</strong> Quito (2007)<br />

3<br />

Naciones Unidas, Plataforma y Declaración <strong>de</strong> Beijing. Informe <strong>de</strong> la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (A/CONF.177/20),<br />

Beijing, 1995, Informe <strong>de</strong> la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (A/CONF.171/13/Rev.1), El Cairo, 1994, Informe<br />

<strong>de</strong> la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (A/CONF.166/9), Copenhague, 6 a 12 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1995, Informe <strong>de</strong> la Conferencia<br />

Mundial contra el Racismo, la discriminación Racial, la Xenofobia y las formas Conexas <strong>de</strong> Intolerancia (A/CONF.189/12), Durban,<br />

31 <strong>de</strong> agosto a 8 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2001, Declaración <strong>de</strong>l Milenio (A/RES/55/2), Nueva York, septiembre <strong>de</strong> 2000.<br />

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