You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
C R O N I Q U I TA<br />
Pablo Andrés Rivero<br />
Los venezolanos<br />
de la esquina<br />
En la frontera con Colombia,<br />
venezolanos en busca de esperanza.<br />
En Lima, Bogotá, Medellín, Santiago o<br />
La Paz hay un ciudadano venezolano con<br />
esperanza. Si usted ve alguno, “ay ú d e l o,<br />
ya usted sabe cómo está la cosa”.<br />
LIMA, 9 DE LA NOCHE de un sábado durante<br />
el Mundial. Al mediodía, Perú perdió 1 a 0<br />
contra Dinamarca y la ciudad aún no se recupera<br />
del golpe anímico, pues la fiesta estaba<br />
armada. Hace frío para los limeños aunque<br />
todavía es benigno para quienes venimos de<br />
climas más hostiles.<br />
En el lobby del hotel espero al conductor de la empresa que<br />
habitualmente nos hace el traslado al aeropuerto. Llega y tras<br />
un saludo intrascendente nos montamos en un Geely negro<br />
marcha china que gana terreno en América Latina. Como<br />
siempre, me subo al lado del conductor; no me gusta hablarle<br />
a la gente por la espalda.<br />
Eduardo, venezolano, cuarenta y tantos años, estatura<br />
mediana, ojos pequeños y un bigote fino sobre el rostro bien<br />
marcado por su delgadez. Viste todo de negro y lleva las<br />
mangas de la camisa arremangadas, cual si estuviera en el<br />
trópico. Fija el celular en el tablero y pone las instrucciones de<br />
navegación; conduce con cuidado.<br />
Antes de llegar al circuito de playas, vía rápida hacia el<br />
Callao, la conversación está instalada.<br />
Eduardo llegó hace tres meses a Lima y se siente tranquilo.<br />
Dice que fue la mejor decisión que pudo tomar y le agradece a<br />
su hija mayor, quien salió primero en noviembre de 2017, “pues<br />
allá no hay más que hacer, está todo perdido”. Le tomó nueve<br />
años levantar una tienda de artesanías en Caracas junto con su<br />
esposa y, a pesar de todo, la vida iba bien. Pero hace dos años la<br />
escasez se acentuaba y las ventas empeoraban; intentó volver<br />
al trabajo de su juventud, la construcción, pero no había material<br />
y el sector estaba paralizado. Decidió marchar.<br />
Eduardo dice que a su esposa le cuesta tolerar el frío estacional,<br />
que si bien ellos vienen de una zona templada de Venezuela,<br />
el frío del invierno en Lima la tiene a mal traer, "vea usted<br />
que esos pies son un hielo por la noche y no hay cómo calentarlos".<br />
Con todo, se sienten tranquilos. Me lo dice en un cruce de<br />
vías con el semáforo en rojo. “Fíjese, aquí vamos conversando y<br />
14<br />
sin peligro, tranquilos, llego a casa a las 10 u 11 de la noche sin<br />
problemas. Allá el peligro está en cada esquina, la gente mata<br />
y muere por miserias”.<br />
Primero llegó la hija mayor de Eduardo. Lo hizo a Lima, una<br />
ciudad en la que es ya común -como en Bogotá, Medellín, Santiago<br />
o tantas otras de Sudamérica- escuchar a la mesera o la<br />
empleada doméstica, al guachimán o incluso al vendedor<br />
ambulante, con acento venezolano.<br />
Eduardo agradece a dios varias veces, no entro en detalles<br />
pero está clara su fe. Me dice que agradece por tener comida y<br />
todo lo básico gracias al apoyo de mucha gente en Perú; desde<br />
la persona que les alquila un par de piezas hasta quien le dio el<br />
trabajo. Puede comprar pan, leche, café, azúcar, huevos, carne<br />
de res o papel higiénico, “es una cosa increíble, aquí hay de<br />
todo, y si uno trabaja, con lo que gana ya está tranquilo, come<br />
dos o tres veces al día, cubre todo lo que necesita”, sentencia.<br />
Hago un silencio ya muy cerca del Callao y me confronto<br />
mentalmente con la “nor malización”de la violencia, la<br />
escasez, el hambre.<br />
Eduardo dice que la crisis venezolana es responsabilidad<br />
del gobierno. “No sé si hay o no esa conspiración pero cómo es<br />
posible que el gobierno no haga algo por el pueblo: ellos allá<br />
www. p a g i n a s i e te. b o DOMINGO 1 DE JULIO 23|18