Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
VIRGEN DEL CARMEN · PATRONA DE LOS SUBMARINISTAS MALAGUEÑOS<br />
CARTA DEL DIRECTOR ESPIRITUAL<br />
Dormir quiero en tus brazos<br />
San Lucas dice que el nombre de la virgen era María. Por lo que arrancamos el<br />
Avemaría diciendo: Dios te salve, María.<br />
Mas ocurre que nosotros, a quien amamos, solemos nombrar mucho y de<br />
diversas maneras. Y eso es lo que también nos pasa con el nombre de la <strong>Virgen</strong>: la<br />
amamos tanto, que multiplicamos sus advocaciones. San Jerónimo, por ejemplo,<br />
la bautizó como Stilla maris: gota <strong>del</strong> mar infinito que es Dios. Y, más a<strong>del</strong>ante, un<br />
copista cambió el stilla por stella, y recreó un nuevo nombre, Stella maris, ‘Estrella<br />
<strong>del</strong> mar’. ¡Qué nombre más bello, submarinistas!<br />
Es como si quisiéramos, con el nombre que creamos y le decimos, que nos<br />
ocurra lo que anunciaba san Juan de la Cruz:<br />
“Mira que la dolencia / de amor, que no se cura / sino con la presencia y la<br />
figura”.<br />
Sí, multiplicamos las advocaciones a la <strong>Virgen</strong> María, porque la<br />
amamos. Y cada pueblo cristiano le reza bajo su particular denominación. Y así,<br />
le decimos: Santa María de los Remedios, de la Victoria, <strong>del</strong> Socorro, de la Paz,<br />
de la Merced, de la Almudena, de la Esperanza, de Guadalupe, de Coromoto, <strong>del</strong><br />
Valle o <strong>del</strong> <strong>Carmen</strong>, como la llaman ustedes submarinistas.<br />
Los poetas se han dirigido a ella con deslumbrante lucidez. Dámaso Alonso, por<br />
ejemplo, en su libro, Hijos de la ira, tiene un extenso poema titulado, A la <strong>Virgen</strong><br />
María, en el que la recrea con gran variedad de comparaciones:<br />
No, yo no sé quién eres, pero tú eres<br />
luna grande de enero que sin rubor nos besas,<br />
primavera urgente como el amor en junio,<br />
dulce sueño en el que nos hundimos,<br />
agua tersa que embebe con trémula avidez la vegetal célula joven,<br />
matriz eterna donde el amor palpita,<br />
madre, madre…<br />
¡Qué dulce sueño en tu regazo, madre,<br />
dormir quiero en tus brazos hasta que en Dios despierte.”<br />
Nuestro gran amigo, Paco Cañete, ya ha despertado en los brazos de su <strong>Virgen</strong>,<br />
la que tanto quiso, su patrona Nuestra Señora <strong>del</strong> <strong>Carmen</strong>.<br />
Lorenzo Orellana<br />
www.virgen<strong>del</strong>carmen.com 5