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Cuba Geografica No7

Para decidir cuál será la portada de un número se colocan en una balanza la importancia, la actualidad y originalidad de los artículos que contiene junto, a la posibilidad de lograr una presentación atractiva. A veces no es fácil decidir. Pero en este número fue más difícil que de costumbre, porque hay tres aportes que pueden ser tema de portada por su significado para la geografía cubana y por su riqueza gráfica. El trabajo sobre la Meseta del Guaso es pionero. Expone minuciosamente un método para extraerle al relieve toda la información posible en la búsqueda de acuíferos subterráneos en las montañas. Y los mapas que le acompañan son visiones asombrosas –y nuevas– de uno de los sitios menos conocidos de Cuba. El artículo sobre el mercado de la vivienda (que hizo la portada) explora uno de los desarrollos más dinámicos de hoy en Cuba. A un sector que seis años después de su creación mueva una suma equivalente a más de la mitad del PIB anual hay que prestarle mucha atención y librarlo de impedimentas. El tercero trata de mariposas diurnas. Este artículo implica mucho más que los resultados de un cuidadoso muestreo de insectos. Del trabajo se deduce el valor de la preservación en la Sierra del Rosario, una zona de limitado aporte a la economía del país y de población escasa. Hay otro detalle que merece ser mencionado. Seis colegas nos enviaron sus trabajos para este número. Les estamos muy agradecidos. Es eso lo que esperamos, que CubaGeográfica se convierta en el medio de comunicacion y de divulgación de ideas y de debate geográfico, algo que se necesita con no poca urgencia. Para próximas ediciones ya hay otros colegas en espera de que sus trabajos puedan ser publicados. Será un honor abrirles espacio.

Para decidir cuál será la portada de un número se colocan en una balanza la importancia, la actualidad y originalidad de los artículos que contiene junto, a la posibilidad de lograr una presentación atractiva.
A veces no es fácil decidir. Pero en este número fue más difícil que de costumbre, porque hay tres aportes que pueden ser tema de portada por su significado para la geografía cubana y por su riqueza gráfica.
El trabajo sobre la Meseta del Guaso es pionero. Expone minuciosamente un método para extraerle al relieve toda la información posible en la búsqueda de acuíferos subterráneos en las montañas. Y los mapas que le acompañan son visiones asombrosas –y nuevas– de uno de los sitios menos conocidos de Cuba.
El artículo sobre el mercado de la vivienda (que hizo la portada) explora uno de los desarrollos más dinámicos de hoy en Cuba. A un sector que seis años después de su creación mueva una suma equivalente a más de la mitad del PIB anual hay que prestarle mucha atención y librarlo de impedimentas.
El tercero trata de mariposas diurnas. Este artículo implica mucho más que los resultados de un cuidadoso muestreo de insectos. Del trabajo se deduce el valor de la preservación en la Sierra del Rosario, una zona de limitado aporte a la economía del país y de población escasa.
Hay otro detalle que merece ser mencionado.
Seis colegas nos enviaron sus trabajos para este número. Les estamos muy agradecidos. Es eso lo que esperamos, que CubaGeográfica se convierta en el medio de comunicacion y de divulgación de ideas y de debate geográfico, algo que se necesita con no poca urgencia. Para próximas ediciones ya hay otros colegas en espera de que sus trabajos puedan ser publicados.
Será un honor abrirles espacio.

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MORFOGÉNESIS, EVOLUCIÓN<br />

DEL RELIEVE Y DEL KARST<br />

Al inicio de la etapa neotectónica,<br />

el parteaguas longitudinal se situaba<br />

hacia el borde y la mitad norte<br />

del planalto, como lo indican los<br />

fragmentos relictos de divisorias en<br />

subcuencas transversales que<br />

pudieron ser restituidos mediante<br />

la interpretación geomorfológica de<br />

la imágen de satélite (Figs.4 y 6).<br />

La red erosiva original de la superficie<br />

alta (transformada hoy en<br />

fragmentos inactivos de paleovalles<br />

y cauces encajados ciegos)<br />

drenaba en su mayor parte hacia el<br />

sur y estaba integrada por más de<br />

20 unidades de drenaje alargadas y<br />

estrechas, mientras que hacia el<br />

norte lo hacían solo siete más pequeñas,<br />

algunas de las cuales aún<br />

funcionan superficialmente en<br />

parte de sus cabeceras, como los<br />

ríos Toro, Cuzco, Berraco y Santa<br />

Catalina de la cuenca del rio Sagua,<br />

y los arroyos de la cabecera noroeste<br />

del rio Toa desde las localidades<br />

de Santa Ana hasta La Demajagua<br />

en el sector nororiental de la<br />

meseta.<br />

Con el desarrollo kárstico en profundidad<br />

las cuencas superficiales<br />

del planalto que drenaban hacia el<br />

norte en su tercio superior, invirtieron<br />

el sentido de flujo subterráneo<br />

a causa de la inclinación al sur del<br />

nivel de base parcial kárstico que<br />

crean las rocas volcánicas. Así, los<br />

recursos de las áreas de las antiguas<br />

subcuencas topográficas septentrionales<br />

hoy se dirigen a la vertiente<br />

meridional emisiva. El area incorporada<br />

a la vertiente sur se ha podido<br />

delimitar a través de los fragmentos<br />

de divisoria relictos y tiene<br />

una superficie de 10 km 2<br />

La vertiente sur de la meseta está<br />

surcada por mas de 80 cauces alimentados<br />

en gran medida por fuentes<br />

subterráneas a traves de grandes<br />

sistemas de cavernas, cuevas y<br />

conductos condicionados tectónicamente.<br />

Esa red que drena la meseta del<br />

Guaso por el sur la integran las<br />

corrientes Guayacán-Jaibo y los<br />

arroyos tributarios de los ríos<br />

Bano, Guaso, Hondo y Yateras.<br />

Lo mas notable de la red erosiva<br />

antigua del planalto, hoy karstificada,<br />

es el diseño general e individual<br />

de sus segmentos de drenaje.<br />

En su configuración general<br />

forma una red paralela de disposición<br />

NE-SW que utiliza el sistema<br />

de fracturas principal, con segmentos<br />

individuales escalonados, lo<br />

cual resulta de la intersección del<br />

primer sistema de grietas con el<br />

sublatitudinal, que tambien surca el<br />

planalto. El diseño del paleodrenaje<br />

cambia en el microbloque oriental<br />

mas elevado, donde la dirección<br />

de las corrientes antiguas mantiene<br />

una orientación NW-SE, perpendicular<br />

a la anterior, como se observa<br />

en la zona Monte Cristo .<br />

Esta red de drenaje fluvial desarticulada<br />

por la karstificación, se<br />

transformó gradualmente en la<br />

zona de recarga o de absorción de<br />

cinco sistemas kársticos que componen<br />

la región. El complejo de<br />

depresiones endorreicas erosivokársticas<br />

comprende valles y cauces<br />

ciegos encajados y fragmentados<br />

por sumideros, dolinas de disolución<br />

multiformes, campos de<br />

lapiés de varios tipos y algunas<br />

poljas, estas últimas ubicadas en el<br />

bloque hundido, al norte y nordeste<br />

del Avispero, en Los Hondones, La<br />

Deseada y en algunos bordes de la<br />

zona de recarga, como al este de<br />

San Jacobo.<br />

La evolución del epikarst formó<br />

áreas con superficies de cúpulas<br />

bajas hasta mogóticas altas, así<br />

como áreas semejantes al cockpit<br />

presente en otras montañas del<br />

Caribe.<br />

Las alturas relativas de las depresiones<br />

kársticas (sin contar los paleovalles<br />

altos) llegan a 20-58 m<br />

en las áreas de cúpulas y mogotes,<br />

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