Seguridad Minera Edicion 145
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Reglamento de <strong>Seguridad</strong> y Salud Ocupacional ha reducido<br />
el número referencial de horas por curso en casi un<br />
64% en promedio, provocando cambios de programación<br />
en el proceso convencional de las capacitaciones presenciales<br />
en seguridad, lo que a su vez influye en la disminución<br />
de la inversión de las empresas mineras.<br />
Pero volvamos la mirada hacia la capacitación como proceso<br />
de aprendizaje. Si nos enfocamos en el proceso de<br />
tomar decisiones cuando de seguridad se trata, el conocimiento<br />
de los estándares, procedimientos, reglas e instructivos,<br />
así como evaluaciones, siempre tendrá como<br />
base, estrategias racionales o cognitivas. Al mismo tiempo,<br />
se constata que en una situación cotidiana de trabajo,<br />
los colaboradores que se encuentran en los frentes de<br />
trabajo, pueden no contar con el tiempo, actitud, estado<br />
emocional y otras condiciones necesarias, optando más<br />
bien por un método intuitivo o emocional.<br />
De este modo, en concordancia con la opinión de investigadores<br />
en neurociencias y economía, gran parte de<br />
nuestras decisiones son intuitivas o emocionales, es decir,<br />
a través de nuestro subconsciente. Varios estudios han<br />
evidenciado que el 85% de las decisiones son a este nivel<br />
y que siete segundos antes que tomemos una decisión,<br />
el cerebro ya lo ha hecho por su cuenta sin que nos enteremos<br />
o nos demos cuenta conscientemente, más aún<br />
si son decisiones simples y no complejas, como el manipular<br />
una herramienta, movimientos de partes del cuerpo,<br />
entre otros; estas actividades ya están programadas<br />
y tratar de cambiarlas sería involucrar al cerebro completo<br />
(Haynes; 2006, 2007). Los expertos señalan que nuestro<br />
cerebro puede aprender nuevas habilidades y comportamientos<br />
a cualquier edad, así como también cambiar su<br />
programación, si logramos modificar los procesos relacionados<br />
entre lo consiente y lo intuitivo (cerebro emocional<br />
o subconsciente).<br />
Según este argumento, podríamos explicar que sigamos<br />
viendo colaboradores que cometen actos subestándares,<br />
a pesar que han sido expuestos a programas de capacitación<br />
completos, o nuestro sesgo de apreciación de que<br />
con la capacitación los incidentes no se repetirían. En este<br />
sentido, la responsabilidad no solo es del colaborador<br />
por la mala decisión de cometer este acto, sino también<br />
nuestra, al no considerar un programa adecuado de capacitación,<br />
ya que con la mayor duración de los cursos no<br />
necesariamente se obtiene mejores resultados.<br />
Si a lo mencionado añadimos que las personas no mantienen<br />
la atención por tiempos prolongados, como también<br />
ha sido evidenciado en varios estudios psicológicos, la<br />
retención de información suministrada será mínima. Sin<br />
embargo, el uso de matrices de capacitación por puesto<br />
de trabajo ha ayudado a revertir esta situación, evitando<br />
programaciones indiscriminadas que solo ayudarían a<br />
cumplir indicadores y no aportarían valor a la operación.<br />
Los programas de capacitación convencionales no están<br />
considerando el componente intuitivo, que representa<br />
casi el 85% de la actividad mental y sólo se llega a la conciencia<br />
del colaborador. Si logramos que la información<br />
que brindamos llegue al subconsciente del colaborador,<br />
le permitirá un mejor control de su subconsciente y un<br />
manejo más eficaz de sus emociones, pues la base emocional<br />
interviene en la capacidad de aprender, por lo tanto,<br />
tomará mejores decisiones.<br />
Por ello, es fundamental realizar capacitaciones de forma<br />
adecuada o contar con socios estratégicos en esta materia,<br />
que consideren métodos y técnicas que ayuden a brindar<br />
valor con la finalidad de lograr un cambio cultural en<br />
nuestras organizaciones captando y abordar el inconsciente<br />
colectivo, romper el ciclo repetitivo que hace perder tiempo<br />
sin darnos cuenta que se nos ha vuelto una costumbre, así<br />
como también, adaptarse a los cambios normativos, quedando<br />
en segundo plano el cumplimiento de la cantidad de<br />
horas hombre en capacitación.<br />
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />
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10 minutes, or more?. Advances in physiology education, 40(4),<br />
509.<br />
Haynes, J. D., & Rees, G. (2006). Neuroimaging: decoding mental<br />
states from brain activity in humans. Nature Reviews Neuroscience,<br />
7(7), 523.<br />
Haynes, J. D., Sakai, K., Rees, G., Gilbert, S., Frith, C., & Passingham,<br />
R. E. (2007). Reading hidden intentions in the human<br />
brain. Current Biology, 17(4), 323-328.<br />
Risko, E. F., Anderson, N., Sarwal, A., Engelhardt, M., & Kingstone,<br />
A. (2012). Everyday attention: Variation in mind wandering and<br />
memory in a lecture. Applied Cognitive Psychology, 26(2), 234-<br />
242.<br />
Soon, C. S., Brass, M., Heinze, H. J., & Haynes, J. D. (2008). Unconscious<br />
determinants of free decisions in the human brain.<br />
Nature neuroscience, 11(5), 543.<br />
Nº <strong>145</strong> - Agosto 2018<br />
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