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intenciones, así que por eso no es posible defenderse,<br />
porque no sabes con qué persona estás<br />
tratando”.<br />
Por último, la señora Guillermina nos contó<br />
algunas anécdotas que nos dejaron con la piel<br />
chinita.<br />
BB: ¿Las brujas se hacen o nacen?<br />
GV: “Yo creo que se hacen: nacen bien, pero<br />
aquí es donde se hacen de esas malas costumbres,<br />
puede ser que la misma familia los introduzca<br />
a eso”.<br />
BB: ¿Cree que sigan existiendo este tipo de mujeres?<br />
GV: “¡Sí!, porque conozco a muchas personas<br />
que aún en estos tiempos dicen que las han visto”.<br />
BB: ¿Cómo definiría a este ser?<br />
Primer impacto<br />
“Un conocido de mi suegra, que era de Xochimilco,<br />
nos contó una vez que cuando todavía<br />
viajaban en canoas para ir de Xochimilco<br />
al centro, en una ocasión vieron que andaba<br />
volando una bruja por ahí, y alguien de los<br />
que iba con ellos les comenzó a gritar ‘¡clávale<br />
el cuchillo, clávale el cuchillo!’; no recuerdo<br />
bien en dónde, pero tenía que ser en una prenda<br />
que llevaban, lo clavaron y calló la bruja<br />
en la canoa.<br />
GV: “Malo, porque sólo actúa para hacer el mal<br />
y ver sufrir a los demás”.<br />
BB: ¿Cuál es el lugar donde más se aparecen?<br />
GV: “En San Miguel Topilejo; se dice que hay<br />
muchas, y a Morelos es a donde van a hacer sus<br />
fechorías”.<br />
BB: ¿Cómo saber que estás en presencia de este<br />
ser?<br />
GV: “Persona a persona, no se sabe, pero a veces<br />
en la noche, cuando ves el cielo y crees ver<br />
un avión, puede ser que no lo sea, tal vez sea una<br />
bruja, ya que estas se pueden transformar en<br />
bolas luminosas rojas, y se cuenta que son las<br />
malas… de dónde vienen y a dónde, van sólo<br />
ellas lo saben…”<br />
Segundo impacto<br />
“Yo conocía a una muchacha que anduvo con<br />
un brujo y no supo (que lo era) hasta que le hizo<br />
daño. Esa mujer tuvo un novio, salían a pasear<br />
o platicar a la iglesia de Chalmita, y nos contó<br />
que un día fueron y le dijo que se sentara en sus<br />
piernas; al momento de querer agarrar su manos,<br />
ella no las encontraba, le preguntó ‘¿y tus<br />
manos?’, él le contesto ‘aquí están’, pero nunca<br />
supo lo que le estaba haciendo. Después de un<br />
tiempo, ella se enfermó y ya no podía caminar;<br />
la amarró desde las plantas de los pies, hasta<br />
la cintura, en donde le hizo un nudo con<br />
alambres.<br />
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