EBOOK INNOVA

Innovación
Cómo empezar la fábrica de ideas
Debe lograrse un nivel de interés tal, en los miembros de la organización, que espontáneamente
puedan hacer llegar sus ideas en el momento que las tengan, para que se generen muchas, tantas
que reflejen la participación de la mayor parte de áreas de la empresa, independientemente de si
pertenecen a los procesos operativos, de mantención o gestión administrativa, que nadie se sienta
excluido, que todos sepan que su idea será recibida y se animen a inscribirla y que no pase un día, en
el que por lo menos, se haya inscrito una nueva idea, entonces se tendrá una corriente permanente
de ideas, fluyendo desde el ingenio de los trabajadores, hacia la base de ideas de la empresa,
constituyéndose en una verdadera fábrica de ideas.
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El trabajador que se mantiene pensando en cómo mejorar su proceso, en qué puede hacer diferente
para hacerlo más seguro, más amigable con el medio ambiente, más productivo y/o a menor costo, ya
tiene parte del camino avanzado, porque esa inquietud por cambiar la forma en la que siempre se han
hecho las cosas, le permitirá generar una o más ideas, para crear algo distinto, que lleve la actividad,
proceso, producto o servicio, a un nivel superior al que ahora tiene. Y si habiendo concebido la idea,
encuentra dentro de sí, la motivación para expresarla, escribirla, contarla y registrarla, entonces ha
emprendido la ruta de un líder en la innovación.
Godin está convencido de que “…lo más fácil es reaccionar, lo segundo más fácil, es responder, pero lo
más difícil es empezar…. La respuesta siempre es mejor que la reacción. Pero ambas empalidecen en
comparación con la iniciativa. Tomar la iniciativa es lo que es realmente difícil, y eso es lo que los líderes
hacen. Ellos ven algo que los otros ignoran y lo hacen suyo. Ellos hacen que los cambios sucedan”.
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