Lux Noviembre 2018

Volumen 13
Año 1
Noviembre 2018

A un Año Lux de nuestra creación
Hugo Valera.
Si bien la creación de Lux cae sobre mis responsabilidad, he de decir que
la idea original fue de Melissa Escobedo y Rubén Rey, lo que me deja
como una especie de ladrón de talentos; ya que mi aportación a la revista
es más bien moral (sí, lo siento. No aporto nada útil a nuestra amada
revista). Melissa tiene el talento gráfico y Rubén el escrito.
A un año de nuestro primer número, me siento orgulloso; no por mí sino
por Rubén y Melissa que han aplicado y demostrado todo su talento y
capacidad. Luego de los doce meses, no me queda mas que decir gracias
a nuestros lectores, nuestros colaboradores, nuestros amigos y por
último, gracias a nuestros talentos residentes: Melissa y Rubén.
Rubén Rey.
Ah cabrón, ¡¿ya pasó un año?! Pues se fue muy rápido, en verdad. Dicen
que el tiempo pasa fugaz cuando haces lo que te gusta, y quizás así sea en
este caso.
Imaginar que a un año de la creación de Lux llegáramos a quince mil likes
to-tal-men-te orgánicos, sería pecar de mentiroso. De hecho y en todo
caso, más bien me imaginaba que para el tercer mes íbamos a hacer
tronar esto por egos pendejos o intereses incompatibles.
Hoy puedo ver que no fue el caso y al contrario: en compañía de
colaboradores de calidad y de los seguidores más chingones por redes
sociales, hemos hecho de este proyecto, una aventura -sí, de esas épicas
en las que salen dragones y vampiresas con el torso desnudo-.
¿Qué más decir sino GRACIAS? Con una incipiente pero creciente cuenta
de Instagram y una página en Facebook que no raja leña, creo que todavía
podemos dar de qué hablar. Digo, es la idea. El resto… depende de
ustedes.
Año 1

contenido
Mitología griega; la muerte
y otras leyendas del más allá.
Marcela Leyva
1
12
Terapia: Día 5
Sonya Mayfair
Las mujeres al (super) poder
Laura Ruíz
15
19
El Árbol de la Noche de Brujas:
En busca de significados.
Humberto Serna
Jacobo
Omar Gutierrez
23

Mitología griega; la muerte y
otras leyendas del más allá.
l principio de los tiempos existía un gran abismo denominado Caos,
Adel cual surgieron los dioses que dominarían la Tierra. Cronos
(personificación del tiempo) fue un líder poderoso, quien, junto a su
esposa Rhea, vio nacer a su amplia descendencia. No obstante, uno a uno eran
devorados apenas veían la luz, con el fin de evitar que algún día se rebelaran
contra su padre como el mismo Cronos lo había hecho tiempo atrás. Rhea,
desesperada, logró salvar a cinco de sus retoños: Zeus, Poseidón, Hades,
Démeter y Hera.
El momento que Cronos temía no se hizo esperar y Zeus se enfrentó a él,
encadenándolo y apropiándose de todo su poder. Con la ayuda de sus
hermanos, venció y fulminó a los Titanes con el rayo divino. Desde entonces,
Zeus fue el indiscutido dios de dioses, quien llenó al mundo de armonía y paz.
¿Qué te parece si en esta edición te cuento un
poco sobre la muerte, el infierno y cómo los
antiguos griegos y romanos celebraban estas
festividades? ¿Te gustaría? ¿Crees que era
muy diferente a nuestra celebración actual?
Antes de empezar, te recomiendo un café o un
chocolatito caliente. ¡Vamos a ello!
1

Mitología griega.
A partir del breve relato anterior, los griegos profesaron
u n a re l i g i ó n p o l i te í s ta . Las d e i d a d e s e ra n
representadas con forma, virtudes y defectos humanos.
• Zeus -también reconocido como Júpiter- era el dios
supremo, soberano de los dioses, de los hombres y del
mundo. Es la personificación del cielo y la luz, así como
de la vida y de la muerte.
Otros dioses también adorados eran:
• Palas Atenea (Minerva): virgen patrona de las artes
del hogar, diosa de la sabiduría.
• Artemisa (Diana): diosa virgen de la luna, hermana
gemela de Apolo; cazadora, guardiana de las ciudades,
los animales y las mujeres.
• Hera (Juno): protectora del matrimonio, las mujeres
casadas, los niños y el hogar. Hermana y esposa de
Zeus.
• Afrodita (Venus): diosa del amor y de la belleza.
• Démeter (Ceres): diosa de las cosechas.
• Hermes (Mercurio): hijo de Zeus, dios de los
comerciantes, de los ladrones, de la astucia y de la
habilidad. También mensajero de los dioses.
• Poseidón (Neptuno): dios del mar de los terremotos.
Hermano de Zeus.
• Dionisios (Baco): dios del vino, de la fertilidad, de la
vida natural y de la hospitalidad.
• Ares (Marte): dios de la guerra.
• Hefesto (Vulcano): dios del fuego y de los artesanos.
• Apolo (Febo): dios del sol y patrón de la verdad, de la
arquería, música, medicina y profecía.
• Hades: dios de los muertos. Hijo de Cronos y Rhea y
hermano menos de Zeus y Poseidón.
No olvides los nombres, porque algunos son
importantes a lo largo de estas historias.
2

La Muerte.
Los antiguos griegos y romanos
creían que las almas de los fallecidos
vagaban por el mundo persiguiendo
a los malos y aterrorizando a
personas de buen corazón.
En Roma, la gente se acostumbró a la
presencia de fantasmas y celebraban
fiestas durante todo el año para
t r a t a r d e m a n t e n e r b u e n a s
relaciones con ellos. La más antigua
conocida es la “Lemuralia” o
“Lemuria”, fiesta equivalente a lo
que hoy llamamos “Día de Todos los
Santos”. Se celebraba en mayo e
incluía rituales para exorcizar los
espíritus de los difuntos. Era
costumbre que el pater (padre o
cabeza de familia) se levantara a
medianoche a dejar un rastro de
judías pintas tras de sí para
asegurarse de que los espíritus
recogieran la ofrenda.
Creían que los difuntos trataban de
aferrase a un mundo al que ya no
pertenecían. No llevar a cabo dichos
rituales suponía que los manes se
negaban a acoger al difunto porque
s u p u e s t a m e n t e n o e s t a b a
purificado. Los manes (por si te lo
p re g u n t a b a s ) e ra n d e i d a d e s
domésticas que representaban
espíritus de antepasados.
El culto que se le profesaba a un
recién fallecido consistía en rendirle
oración, himnos cantados con
acompañamiento de instrumentos
musicales, ofrendas de objetos o
alimentos y, sobre todo, sacrificios
animales. El más común era la
inmolación de un cabrito o un
cordero. Otro de ellos era conocido
como holocausto y consistía en dejar
consumir completamente al difunto
por el fuego sagrado. La hecatombe
era el ritual más suntuoso, solo
realizado por las ciudades y los
grandes propietarios, ya que se
s a c r i fi c a b a a c i e n b u e y e s y,
obviamente, resultaba bastante
costoso.
La muerte, tanto en Roma como en
Grecia, significaba un aspecto de
suma veneración. Era indispensable
que el difunto fuese enterrado en su
tierra de origen; es por ello que
siempre se trataba de recuperar los
cuerpos de los soldados caídos en
batalla.
3

La religión que se profesaba era la
doméstica (después surgió el
politeísmo), que consistía en el culto
a los antepasados. Se creía que los
muertos continuaban su vida en el
sepulcro y que conservaban las
mismas necesidades que en vida.
Con el tiempo se dejó de creer que
los ritos funerarios eran necesarios
para alcanzar la felicidad en el más
allá, se generaron ideas de mayor
contenido moral respecto al destino
de las almas y empezaron a creer en
el poder de los dioses para guiar su
camino en la vida… y después de ella.
Ritos funerarios.
Los ritos funerarios debían ser
efectuados por los parientes -sobre
todo los hijos, quienes tenían la
obligación de pagar todos los gastos-
.
Las mujeres de la familia allegadas al
difunto o mayores de sesenta años,
eran las que debían preparar el
cuerpo. El procedimiento comenzaba
con un baño, se le untaba aceite y
luego era vestido con un sudario,
dejando su rostro descubierto; el
cuerpo era adornado con joyas y
cintas.
Todos debían llevar una moneda en
la boca, que les permitiría pagar al
barquero por su traslado al otro
mundo.
Después de la preparación, se velaba
por uno o dos días en su casa o en la
de algún vecino. El cuerpo debía
acomodarse de forma que los pies
apuntaran hacia la puerta. Las
mujeres parientas del difunto no
podían asistir a dicho evento y, para
ocupar su lugar, mujeres ajenas al
fallecido eran contratadas para
llorar, cantar los lamentos fúnebres y
darse golpes de pecho.
Un vaso de agua traído de la casa de
un vecino era colocado en la puerta o
en algún lugar visible. Al finalizar, el
agua se rociaba entre los asistentes
como símbolo de purificación.
Al tercer día se llevaba al cuerpo a la
sepultura. El cortejo fúnebre era muy
sencillo y debía ser conducido por las
calles secundarias de la ciudad.
Encabezando la procesión iba una
m u j e r c o n u n v a s o p a ra l a s
libaciones, luego los hombres, y al
final las mujeres.
4

El color de la vestimenta debía ser conforme a la ley:
negro, gris o blanco.
Llegando al lugar de la sepultura, el cuerpo era
enterrado o cremado, dependiendo de la situación
económica de la familia. Finalmente, ya en casa, los
familiares debían lavarse todo el cuerpo para
remover las impurezas provocadas por el contacto
con el muerto. Después se participaba de una comida
fúnebre y al día siguiente se purificaba toda la casa
con agua de mar.
Dios de la muerte y el infierno.
Según la mitología griega (y como
bien sabemos los fans de los
Caballeros del Zodiaco), Hades era el
dios de muerte, hermano de Zeus y
de Poseidón; hijo de Rhea y Cronos.
Al vencer a su padre al lado de sus
hermanos, se repartieron el mundo.
Siendo Hades el menor de ellos, le
co r re s p o n d i ó e n carga rs e d e l
submundo, el cual fue nombrado
como él.
El Hades, entonces, se dividía en tres
regiones: la llanura de Asfodel, los
Campos Elíseos y el Tártaro. Tampoco
olvides esos nombres porque
regresaremos a ellos más tarde.
En la ceremonia funeraria realizada
por los antiguos griegos (y romanos)
politeístas, el difunto era quemado;
no sin antes colocar en los ojos o bajo
la lengua, el óbolo (moneda de plata)
que el fallecido debía pagar a
Caronte, el barquero de la laguna
Estigia que los transportaría a la otra
orilla (el inframundo).
Al otro lado, el fallecido se toparía
con Cerbero: un perro de tres
cabezas, colmillos que desprenden
un veneno negro mortal, ojos
iluminados por una luz sobrenatural
y cola de dragón que pertenecía al
Padre Dis (dios del inframundo antes
de Hades). El can Cerbero era el
vigilante de la puerta que conecta el
plano de los seres vivos con el Hades.
Su misión principal era evitar que
cualquier ser vivo pasara al plano de
los muertos y que ningún espectro
cruzara al plano de los vivos. Era
temido por su fuerza y agresividad,
sin embargo, tenía dos puntos
débiles: la miel y la música.
5

Detrás de la puerta custodiada por
Cerbero, se encuentra el tribunal del
dios Hades, integrado por los tres
jueces del infierno: Minos, Éaco y
Radamantis (¡sí, sí, sí! ¡Otra referencia
a mis amados Caballeros del
Zodiaco!). Estos se encargaban de
administrar la justicia y juzgar las
acciones en vida del alma frente a
ellos, para posteriormente enviarla a
la región a la que pertenecía:
• Llanura de Asfodelo: donde se
quedaban los mediocres, aquellos
q u e n o h a b í a n h e c h o n a d a
e x c e p c i o n a l m e n t e b u e n o o
especialmente malo.
• Campos Elíseos: afortunados de
alma pura que se dedicaron a
satisfacer a los dioses y hacer el bien.
Por lo regular eran guerreros y
ciudadanos ejemplares.
• Tártaro: lo más parecido a nuestra
concepción cristiana del infierno. El
inframundo de la mitología griega
era un reino en el sentido estricto del
término; había reyes, un palacio, un
tribunal (de los jueces antes
mencionados), siervos, etc. Limitaba
por un lado con el Tártaro y por el
otro con los Campos Elíseos. El río
Estigia, por el cual las almas eran
transportadas hacia el inframundo,
desembocaba en el Aqueronte (río
que rodeaba el Hades).
El Aqueronte topaba con la puerta
custodiada por Cerbero; al entrar, los
tres jueces del infierno escuchaban
atentamente al fallecido. Este era
ungido con agua del río Leta (uno de
los cinco lagos pertenecientes al
inframundo); el líquido permitía al
espectro olvidar por completo su
existencia terrenal. A continuación,
se llevaba a cabo el juicio y el alma
era enviada al destino dispuesto por
los jueces.
La única misión de Hades como dios
del inframundo era asegurarse que,
quien entrara al reino, no volviera a
salir jamás. Pero no, lector, no era por
flojo. Su misión en el inframundo le
fue encomendada por el gran Zeus,
así que o acataba órdenes o era
enviado al inframundo… y no
precisamente para reinar como
dios…
6

Otras leyendas del más allá.
Perséfone.
No podía faltar la mujer de la
historia, la Helena del inframundo.
Perséfone era la hija de Zeus y
Démeter (hermana de Zeus y diosa de
la tierra y la agricultura). Hades se
enamoró de ella y buscó tomarla en
matrimonio, pero Démeter se negó a
tal unión. Decidido a unirse en
cuerpo y alma a su amada, Hades
secuestró a Perséfone; lo cual llevó a
Démeter a caer en una profunda
depresión que culminó con la
desaparición de toda la vegetación
d e l m u n d o t e r r e n a l . E n
consecuencia, los hombres se vieron
imposibilitados para realizar
trabajos agrícolas, lo que generó una
gran hambruna. Para tranquilizar a
Démeter, Zeus envió a Hermes (el
mensajero de los dioses) para que
rescatara a su hija, pero ella había
comido una granada que Hades,
audazmente, le había ofrecido. La
granada era el alimento de los
muertos; haber disfrutado de ella
obligaba a Perséfone a pasar un
tercio de cada año en el inframundo,
convirtiéndola en la reina de los
muertos. A su regreso a la Tierra, la
naturaleza renace; celebrando así la
llegada de la primavera y a su partida
la llegada del invierno.
7

Orfeo y Eurídice.
Cuentan los chismosos de aquella
época, que un día en que Eurídice
paseaba por la orilla de un río, se
encontró con el pastor Aristeo. Él,
cautivado por su belleza, se enamoró
perdidamente de ella y la persiguió
por el campo. Ella trató de escapar,
pero mientras corría, se tropezó con
una serpiente letalmente venenosa
que la mordió de inmediato. Abatido
por su pérdida, Orfeo –su esposoviajó
a los infiernos (de los que
ningún ser vivo había retornado
jamás) para lograr que Eurídice fuera
devuelta a sus brazos. Perséfone se
conmovió por la pena de Orfeo y
accedió a la petición de este, a
cambio de que no mirase a Eurídice
durante el camino de vuelta a la luz.
Sin embargo, a medida que se
acercaba al final de su viaje, Orfeo no
pudo evitar mirar hacia atrás para
comprobar que su amada seguía
junto a él (¡hombres!). Al mirar, su
e s p o s a s e d e s v a n e c i ó
irremediablemente ante sus ojos y la
perdió para siempre.
Orfeo jamás se recuperó de su
pérdida y vivió con ese sufrimiento el
resto de su vida. Con el tiempo, su
dolor enfureció a las bacantes; grupo
de mujeres que adoraban al dios
Baco (dios del vino). Para castigar a
Orfeo por despreciar sus atenciones,
l o d e s p e d a za ro n . L a s m u s a s
re c o g i e ro n s u s t ro z o s y l o s
enterraron, pero las bacantes
arrojaron su cabeza y su lira al río
Ebro. La cabeza siguió cantando y la
lira tocando. La cabeza se convirtió
en un oráculo que rivalizaba con el
oráculo de Apolo en Delfos. Los
dioses colocaron la lira en el cielo
como una constelación. Es la lira de
Orfeo, tan encantadora que hasta los
animales se detenían a escuchar.
De hecho, Orfeo venció al Cerbero
encantándolo con su música y
dejándolo sumido en un dulce
sueño.
8

Heracles.
Si no has leído “La Ilíada” de Homero,
aquí te va un pequeñísimo spoiler. La
novela relata que cuando Heracles
(hijo de Zeus) descendió a los
infiernos, Hades quiso impedirle la
entrada a su reino, llevándolos a un
enfrentamiento. Heracles lo hirió de
un flechazo en el hombro y el dios
tuvo que ser conducido al Olimpo de
inmediato, donde el dios que cura le
aplicó un bálsamo milagroso que le
cicatrizó rápidamente la herida.
La victoria fue para Heracles, y su
leyenda se propagó como uno de los
pocos seres vivos que pudo retornar
de los infiernos.
Hércules.
H é r c u l e s
(hijo de Zeus
y Hera) fue
uno de los
dos únicos
personajes
d e l a
m i t o l o g í a
griega que
logró vencer
a Cerbero.
D i c e n l a s
m a l a s
l e n g u a s q u e c o n s u f u e r z a
descomunal logró doblegar y
encadenar a la bestia, consiguiendo
así uno de los doce trabajos que le
fueron encomendados como misión.
Caronte.
Es el barquero encargado de
transportar a las almas de los
muertos a través de la laguna Estigia;
hay quienes dicen que del río
Aqueronte hasta el infierno. Dentro
de sus atribuciones se encuentra:
rechazar a aquellos difuntos que no
puedan pagar el pasaje (óbolo o
moneda de plata).
En las obras clásicas se le describe
como un hombre alto, delgado, de
barba y pelo canoso, y con llamas en
los ojos; viste pieles y empuña una
larga vara con la que golpea a los
espíritus cuando no reman con la
s u fi c i e n t e ra p i d e z o c u a n d o
protestan demasiado. Todos los
autores coinciden en que es
taciturno y malhumorado.
Su figura se menciona por primera
vez en la Grecia antigua, hacia el año
500 a.C. en el poema épico “La
Miniada” de Pausanias. Su aparición
tardía se puede explicar desde un
punto de vista sociológico: la
aristocracia tenía sus propios guías
al otro mundo, Hypnos y Tánatos.
Caronte lo era de los grupos
p o p u l a re s , y, al ga n a r e s to s
importancia con la consolidación de
la democracia, su guía comienza a
aparecer en las representaciones
iconográficas y literarias.
9

Caronte no tiene historia más allá de
su monótona función. Algunos
autores lo creen hijo de Erebo y Nix, y
por tanto, casi un dios. Sin embargo,
no se aclara si Caronte tuvo hijos, o la
razón de su labor. Nadie sabe si es un
castigo o una elección de él mismo.
Dante utiliza a la figura de Caronte al
principio de la Divina Comedia,
cambiando su destino habitual: el
Hades por el infierno cristiano.
Tenía un cetro en la mano y agitaba la
urna fatal donde estaba encerrada la
suerte de las almas. Éaco. Rey de
Gina. Se caracterizó por haber sido el
más hábil y equitativo gobernante de
su tiempo. Cuando una peste azotó a
sus dominios, obtuvo de Zeus el favor
de que las hormigas se convirtieran
en hombres, y estos, sus nuevos
s ú b d i t o s , f u e r o n l l a m a d o s
“mirmidones”. Gracias a sus propios
méritos, le fue concedida la gracia de
formar parte del tribunal de Hades.
Los jueces del infierno.
Por si te interesaba saber un poco de
la historia de los jueces antes de
convertirse en tal, aquí te lo explico
bien breve.
Minos. Hijo de Zeus y Europa. Rey de
Creta, cuyo nombre es sinónimo de
severidad. Prudente, sabio y
equitativo. Se dice que se retiró a una
cueva diez años, donde su padre Zeus
le dictaba las leyes.
Radamantis. También hijo de Zeus y
E u r o p a , h e r m a n o d e M i n o s .
Habiendo peleado con su hermano,
se retiró a Alicia. Su espíritu dado a la
equidad tuvo tal magnitud y
trascendencia, que cuando los
hombres de muchos reinos querían
expresar una sentencia justa pero
severa, la llamaban “Juicio de
Radamanto”, en honor al gran
Radamantis.
10

Hades.
¿Qué crees? Pues resulta que el dios
del inframundo no era tan fiero como
todos pensábamos (what?). De
hecho, era considerado un dios justo
y, en ocasiones, compasivo.
Su misión era encargarse de que
quien entrara al inframundo no
volviera a salir. Para ello contaba con
la ayuda de Cerbero, el perro del que
ya te hablé unas líneas más arriba.
Solamente Hermes (el mensajero)
quien visitaba a Hades regularmente;
Perséfone (esposa de Hades) y los
gemelos Tánatos e Hipnos (hijos de
Nix) podían salir y entrar de vez en
vez.
Hades no decidía los castigos, esa
labor la llevaba a cabo el tribunal
formado por los tres jueces. Tampoco
participaba directamente en dichos
castigos; las furias (espíritus
femeninos; representación de la
venganza y la justicia) se encargaban
de realizar ese trabajo. ¿Jugaste al
God of War alguna vez? Bueno, ahí
tienes más referencias.
L o s g r i e g o s p r o c u r a b a n n o
pronunciar el nombre de Hades en
voz alta y nunca se construyó un
templo en su honor, probablemente
por el miedo a ser llamados al
inframundo.
Estimado lector, aquí tienes un
p o c o d e h i s t o r i a s o b r e l a
mitología griega y su concepción
de la muerte y el infierno. Si te
pareció interesante y quieres
saber un poco más o te gustaría
que te platicara de la mitología
nórdica (mi favorita), coméntale al
monstruoso consejo editorial de
LUX y yo feliz te cuento todas las
historias que quieras conocer.
[Marcela Leyva, musa oriunda
de Cd. Cuauhtémoc y criada en
Chihuahua capital, siente
pasión por las letras, la
fotografía y por ti. Se declara
fiel amante del café caliente (el
café frío no es café) y fanática
del rock de la vieja escuela. Es
otaku de corazón, perseguidora
de sueños; y quiere viajar
mucho sin necesidad de recurrir
a ningún alucinógeno.]
11

Terapia: Día 5
uen día. Sé, sé que es muy
Btemprano y que no tenía
cita. Me disculpo también
por entrar así, de pronto. Qué
bueno que no tenía paciente,
¿verdad?
Escuche, tengo que hablar con
usted y disculpe si uso un tono de
voz tan bajo. Es que no quiero que
nadie nos escuche. Ya sé que no hay
nadie que pueda escucharnos; pero
no, no sé. Es decir, alguien puede
entrar de pronto, así como lo acabo
de hacer yo, ¿cierto?
Venga, acérquese. Esto es serio. Lo
que sucede es que creo que ya sé
qué es lo que pasa conmigo. Creo…
creo que es alguien lo que no me
deja dormir. Sí, sí; ya sé que suena
extraño. No ponga esa cara, deje
que le cuente.
Anoche estaba en la cama. Había
apagado la televisión y las luces, me
había servido un vaso de agua para
tenerlo en la mesita de noche que
está a un lado de mi cama.
Recuerdo bien que me senté en la
orilla. Tomé un poco de agua y volví
a poner el vaso sobre la mesita.
Entonces me recosté, me acomodé,
y cerré los ojos con la firme
intención de poder dormir.
¡Ah, espere! No sé si sea importante
mencionarle que el agua me supo
un tanto extraño. No lo había
pensado antes, pero tenía un sabor
raro, amargo, metálico.
Como sea. Yo tenía los ojos cerrados
y me había girado hacia el lado
izquierdo de la cama. Entonces
pude sentir que había alguien
observándome. ¿Lo ha sentido, no?
Cuando alguien se le queda viendo,
¿puede sentir la mirada? Yo sé que
es algo que nos sucede a todos y
que todos somos capaces de saber
esas cosas. Pues bueno, le juro
que… le juro que había alguien que
me estaba viendo, a mis espaldas.
Claro que no estoy tan loca para
creer que se trata de algún ser
fantasmal ni mucho menos, pero
supuse que habría alguien. No voy a
negar que sentí temor, pero abrí los
ojos y me giré de pronto. No vi a
nadie, y entonces me di cuenta de
la ventana. La cortina estaba
abierta completamente y podía ver
a la perfección hacia afuera, así que
me levanté rápidamente para ver si
alcanzaba a ver a quien sea que
estuviera ahí, pero cuando me
asomé no vi a nadie.
12 13 12

Miré en ambos lados y también
hacia abajo, por si ese alguien se
hubiese agachado, pero ya no
quedaba nadie.
Sin embargo, estoy segura de que
había una persona ahí. No miento
doctor, sé que alguien me veía
mientras intentaba dormir. ¿No cree
que alguien esté intentando
molestarme? Ya sabe, algún vecino
adolescente, de esos jodones que
solo buscan hacer vagancias y
destrozos. Sé que en ciudades
grandes la gente está muy
desquiciada y molestan por el mero
placer de hacerlo.
¿Cómo? ¿Que si lo había sentido
antes? No doctor, no lo había
sentido antes, ¡por Dios! ¿No cree
que se lo hubiera dicho? En serio,
¿con quién cree que está hablando?
¿Con un retrasado? Mire, lo que sí
pienso es que es probable que me
haya estado molestando desde
hace tiempo. Digo, el agua me sabía
extraño, ¿qué tal si han estado
colocando algo en mi comida o mis
bebidas mientras yo no estoy en
casa? Puede ser, ¿no? Alguien puede
haber estado entrando a mi casa y
haciendo todas esas cosas que le he
contado antes.
Si vengo ahora con usted es porque
es el único que conoce toda esta
historia desde el inicio, ¿cómo voy a
llegar con la policía a decir que
alguien no me deja dormir?
Yo no tengo pruebas de nada, por lo
menos no materiales. Pero tenga
algo claro, doctor: alguien me
estaba observando anoche. Lo sé
muy bien y estoy totalmente segura.
Alguien me estaba observando
anoche.
No, no he pensado qué hacer.
Supongo que ahorita saliendo de
con usted, iré a cambiar las
cerraduras de toda la casa.
Afortunadamente las ventanas no
se abren, pero las haré revisar
también; ya sabe, por si acaso.
¿Qué? No, no fui al trabajo hoy,
¿cómo iba a ir con tremendo susto
que me metieron anoche? Tuve que
llamar y decir que me sentía mal.
Igual no hay problema, jamás he
faltado ni llegado tarde. No habrá
problema con eso, ¿cierto?
13

¿Sabe? Ahora que lo pienso, tiraré
toda la comida que tenga en el
refrigerador y la alacena. No pienso
seguir comiendo nada de lo que
tenga ahí, si alguien ha entrado
pudo haber puesto algo. Sí, eso
haré, tiraré toda la comida que
tenga y haré las compras de nuevo
una vez que tenga las cerraduras
nuevas. Cerraré con llave también
las otras dos habitaciones que se
encuentran vacías, no sin antes
haber revisado bien cada rincón.
Vaya, estoy segura que a partir de
ahora podré dormir. Ya lo verá doc,
usted y yo dejaremos de vernos las
caras, porque mi problema queda
resuelto hoy, lo sé.
Bien, ahora me voy que tengo
mucho que hacer. No tendrá el
número de un buen cerrajero por
aquí, ¿o sí? Ah, olvídelo, ya lo busco
yo. Hasta luego.
[Sonya Mayfair, originaria de
Chihuahua capital, es misántropa
declarada y filántropa de closet.
Ha brincado de la época del
Walkman a los años del Discman, y
aterrizado en la era del iPod. Con
alma de una mujer de ciento
cincuenta años, es amargada
hasta el tuétano. Detesta los
lugares concurridos y adora el
café con whisky. Enemiga acérrima
de las mentiras, es detestada por
el 90% de quienes la conocen por
su sinceridad sin filtro.]
14

Las mujeres al (super) poder
argaret Elizabeth (Peggy) Carter en un personaje
Mficticio femenino de la casa de Comics Marvel que
hace su primera aparición en la serie de comics
Tales of Suspense #77, el cual fue publicado en mayo de 1973.
Peggy Carter (como es conocida en el universo Marvel) es de
origen británico, nacida en la época de la Segunda Guerra
Mundial, con un gran gusto por la aventura y muy poco
aprecio por lo considerado femenino en su época. Era muy
aconsejada por parte de su madre para que sus acciones
fueran más cercanas a las consideradas correctas en esa
época para una señorita de su extracto social, pues
pertenecían a una familia muy acaudalada.
Actualmente se resalta y acepta más el trabajo femenino
fuera de casa y se encuentra más aceptada la ideología de la
mujer independiente y capaz de realizar un trabajo con la
misma eficacia que un hombre.
15

Cada vez es más frecuente ver
m u j e re s q u e s e d e s a r ro l l a n
profesionalmente, alejadas del
trabajo doméstico o la idea machista
a l a q u e t o d o s e s t a m o s
acostumbrados: la mujer se queda en
su casa para atender a su marido y
cuidar de sus pequeños hijos.
Realmente la evolución social que
hemos estado mencionando con
anterioridad ha permitido a la mujer
un mejor desarrollo profesional y
social, permitiéndole realizar
importantes aportaciones en la
sociedad.
P a r a e j e m p l i fi c a r l o a n t e s
mencionado, sería importante
enaltecer las acciones de la famosa
casa de cómics Marvel, considerado
bastante relevante el hecho de que
en el año 1973 se creara un personaje
f e m e n i n o q u e t e n d r í a g r a n
relevancia tanto para la historia que
se cuenta a lo largo de los cómics
como de a nivel histórica y femenina.
Peggy se unió muy joven a la
resistencia francesa, consagrándose
como una de las agentes más
importantes de la Reserva Científica
Estratégica (SSR) durante y después
de la Segunda Guerra Mundial, lo cual
tuvo bastante impacto para la época.
Además, la señorita Carter se abrió
camino en un mundo totalmente
masculino, en un tiempo donde se
veía como normal –casi obligatorioque
los hombres se fueran a la guerra
y la mujer se quedara en casa
esperando a su amado esposo.
Así pues, nuestra heroína se abrió
camino a lo largo de su estadía con la
resistencia francesa, hasta ser
c o n s i d e r a d a u n i m p o r t a n t e
miembro, incluso estuvo presente en
la reunión de los altos funcionarios
de Reserva Científica Estratégica en
Londres, junto con el coronel Phillips.
En esa reunión, se abordaron temas
sobre la mejor manera de acabar con
las bases de HYDRA repartidos por
todo Europa ocupado por los nazis.
Se embarcó en diferentes misiones
en calidad de soldado, e incluso
estuvo presente en el Proyecto
Renacimiento, el cual involucraba la
creación del súper soldado.
Otra de las acciones más relevantes
de ella fue que en su condición de
agente de la Reserva Científica
Estratégica, Carter ayudó a su ex
colega Howard Stark a limpiar su
nombre cuando fue acusado de
traición, y así crearon una nueva
organización que tendría como
objeto el mantenimiento de la paz. El
S i s t e m a H o m o l o g a d o d e
Inteligencia, Espionaje Logística y
D e fensa m ás co n o c i d o co m o
S.H.I.E.L.D.
16

Después de la captura del criminal
conocido como Zodiaco, Carter fue
invitada a convertirse en un miembro
fundador de S.H.I.E.L.D. junto a
Howard Stark y Timothy Dugan, para
gran disgusto de su par misógino
John Flynn.
Peggy Carter fue entrevistada para
hablar sobre Steve Rogers y su
participación en la guerra. Este
m a te r i al f u e e x p u e s to e n l a
exhibición del Capitán América en el
Instituto Smithsoniano.
Tras el final de la guerra, Carter
continuó trabajando para la Reserva
Científica Estratégica bajo la cubierta
de trabajar para una compañía
telefónica. A pesar de su trabajo en la
guerra, muchos de los hombres de la
SSR todavía la seguían viendo como
nada más que "un enlace" del
Capitán América.
En una reunión, los agentes de la SSR
discutieron sobre Howard Stark,
quien estaba siendo acusado de
vender sus armas a los enemigos de
Estados Unidos, y aunque Carter
trató de defender a Stark en función
de su relación en el pasado, los otros
agentes la rechazaron.
Howard Stark contacta con Peggy, la
única persona en la que puede
co n fi a r, p a ra q u e s i g a a l o s
responsables, se haga con las armas
y limpie su nombre. Dispone a su
mayordomo, Edwin Jarvis, para que
estuviera a su entera disposición y lo
llame cuando necesite ayuda para
i n v e s t i g a r y c a z a r a e s o s
responsables por liberar estas armas
de destrucción masiva.
17

Si se descubren estas misiones
secretas para Stark, Peggy podría ser
señalada de traidora y pasar el resto
de sus días en prisión, o peor.
Mientras más profundizaba en su
investigación, puede encontrar que
aquellos para los que trabajaba no
son quienes parecían, y podría
incluso empezar a preguntarse si
Stark es tan inocente como afirma.
Se pude ver a Peggy en forma de
flashback o ilusión cuando Wanda
Maximoff uso sus poderes para hacer
que Steve Rogers tuviera visiones de
la vida que podría haber tenido con
Peggy después de la guerra.
Al inicio Peggy tiene un cameo
ambientado en 1989 junto con
Howard Stark, donde hablan con
Hank Pym sobre su renuncia a
S.H.I.E.L.D., ya que en ese entonces
eran directores de la agencia para
después comprometerse a suprimir
el programa y llevarse el secreto de la
fórmula a la tumba.
En fin, creo que todos los lectores de
LUX deberían darle una oportunidad
para adentrarse en descubrir más a
personajes como Peggy Carter, una
mujer de muchas virtudes que hasta
el momento, por lo menos para mí –y
espero algunos de ustedes-, es digna
de su lugar y reconocimiento en el
universo de Marvel.
[Laura Ruiz es de esas abogadas
q u e r o m p i e r o n e l m o l d e y
decidieron salir del cubículo para
ejercer en otros ámbitos, como las
letras, el feminismo, los cómics y los
estudios. Busca equidad, pero de
ninguna manera se atrevería a
invadir Polonia, nos asegura.]
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El Árbol de la Noche de Brujas:
En busca de significados.
n el año de 1945, el prolífico escritor
Eestadounidense Ray Bradbury (1920-
2012) visitó el lago de Pátzcuaro en el
estado de Michoacán justo en la celebración
del Día de Muertos, y cito sus propias
palabras durante una conferencia en la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara en
2009:
“Fuimos a Pátzcuaro en el Día de Muertos.
Visité el panteón y me impresionó ver a las
mujeres sentadas sobre las tumbas,
poniendo flores y cantando. Esa imagen se
quedó conmigo para siempre. Fue una de las
mejores experiencias que he tenido.”
19

Lo anterior inspiró al autor para
escribir el último capítulo de su
novela “El Árbol de la Noche de
Brujas” de la cual hablaré a
continuación. La historia sigue a un
grupo de niños durante la noche de
Halloween en algún pueblo del oeste
en Estados Unidos, todos disfrazados
de criaturas de la noche: esqueletos,
b r u j a s , m o m i a s , g á r g o l a s y
monstruos.
Pipkin, quien es descrito por el autor
como un niño sin igual y el mejor de
todos los niños del mundo, se
encuentra ausente cuando sus
amigos se reúnen para pedir “dulce o
truco”. Después de darse cuenta de
que su amigo ha enfermado tras ver
salir a una ambulancia de su casa,
ocurre lo inesperado; y es que todos
lo ven correr libremente hacia el
bosque como si nada hubiera
pasado, por lo cual lo siguen a toda
prisa pensando que todo es broma
por parte de Pipkin.
Liderados por el intrépido Tom
Skelton (nótese la referencia a la
palabra “esqueleto” en inglés), el
grupo llega hasta una mansión
enorme cuyas múltiples chimeneas
parecieran ser lápidas de tumbas,
cada una más escalofriante que la
anterior; y cuando se disponen a
llamar a la puerta, aparece quien
pudiera ser el antagonista de la
historia: Sr. Moundshroud como se
hace llamar, un anciano alto, calvo,
con nariz puntiaguda que no hace
más que infundir temor a los niños.
Este los mira con recelo mientras
observa sus atuendos. Es en este
p u n t o c u a n d o n u e s t r o s
protagonistas adquieren otro
propósito además de buscar a un
niño travieso y la historia toma un
camino interesante, ya que el Sr.
Moundshroud cuestiona a cada uno
de los niños acerca de sus disfraces:
“¿Por qué llevas una escoba bruja?
¿Por qué llevas vendas de momia?
¿Por qué tú, forma de gárgola? ¿Por
qué tus huesos esqueleto?”.
Al no poder responder ninguna de las
preguntas, el Sr. Moundshroud les
hace ver que no tienen idea del
significado de lo que portan, que no
conocen las tradiciones y culturas
que representan y parece ser que
está a punto de decir algo más,
cuando ven a Pipkin subir por un
inmenso árbol repleto de calabazas
que se encuentra en el jardín trasero
de la mansión.
El Árbol de la Noche de Brujas se alza
entonces imponente y tenebroso
cuando Pipkin o mejor dicho su
espíritu (como explicaría Sr.
Moundshroud más adelante) roba
una calabaza con un rostro tallado.
20

21
Su rostro se pierde en la noche
arrastrado por el viento, y es
entonces cuando el extraño anciano
ofrece a los niños un trato que traerá
de vuelta al alma de su amigo junto
con la calabaza que tomó y además
les enseñará el verdadero significado
del Halloween y demás festividades
que de alguna forma conmemoran a
la muerte como una parte esencial de
la vida.
A partir del punto anterior, la historia
sigue a los niños en un viaje a través
de las épocas de la humanidad
mientras vamos descubriendo con
ellos el porqué de las tradiciones que
finalmente moldean las culturas.
Conforme avanza la novela, vemos a
mujeres sumamente adelantadas a
sus épocas, ser juzgadas y quemadas
en hogueras. Presenciamos la
construcción de la misma catedral de
Notre Dame y entendemos la función
de las gárgolas y su arquitectura.
O b s e r v a m o s p r o c e s o s d e
momificación y el apego de los
egipcios al mundo espiritual.
El Sr. Moundshroud deja de verse
como un villano para ser ahora el
guía de los niños, sin perder el aire de
misterio que lo envuelve mientras
i n t e n t a d e s e s p e r a d a m e n t e
recuperar la calabaza faltante del
árbol.
Casi al final del viaje, el grupo de
amigos -más sabios ahora- llega a un
lugar lleno de color y calor, donde la
gente lleva comida a los panteones y
canta junto a las tumbas; donde los
niños corren entre flores de vivido
color naranja. Así es, han llegado al
Día de Muertos en México.
Es interesante como en este punto, el
lector es capaz de hacer una
comparación entre una festividad y
otra, así como darse cuenta de la
cantidad de significados que se han
perdido.
Cada día observamos símbolos y
diariamente nos es más dif ícil
reconocerlos aunque formen parte
de nuestras tradiciones principales,
por lo cual comprendemos que el
tema central de la novela no es en si
la búsqueda de Pipkin, sino la
búsqueda de significados y más aún:
su rescate.

La historia concluye cuando el Sr.
Moundshroud rompe una calaverita
de azúcar con el nombre del niño que
ha robado del Árbol de la Noche de
Brujas y cada uno de sus amigos
come de ella para darle entonces a su
amigo la oportunidad de vivir,
entregándole el último año de sus
vidas.
Es curioso que nunca sabemos la
identidad del Sr. Moundshroud ¿Es
amigo o enemigo? ¿Un espíritu
guardián o un demonio? Sea cual sea
la respuesta, este personaje
desaparece junto con sus calabazas
al terminarse el Halloween, dejando
detrás una noche llena de nuevos
conocimientos no solo para los niños
protagonistas, sino también para el
lector.
La historia originalmente iba a ser el
guion de una película infantil, pero el
proyecto se mantuvo en paro
indefinido, lo cual llevo a Bradbury a
escribir la novela completa y tiempo
después de su publicación, Hanna-
Barbera (productora de caricaturas
como Scooby Doo) compró los
derechos de la obra para llevar a
cabo una cinta animada de la cual el
mismo Ray Bradbury escribió el
guion y donde además fungió como
narrador, por lo cual la película
conserva el mismo espíritu de la obra
original y es un excelente referente
de la misma.
¿Dulce o truco? Para nuestros
protagonistas, fueron ambos.
Humberto
Serna Quezada
es pasante de la
maestría en antropología
física. Ferviente creyente del
poder que tienen las
palabras para generar
cambios, se declara enemigo
de la procrastinación y
amante de los libros. Antes de
irse a dormir, le reza a la
música, la cual considera el
único lenguaje universal.
22

Jacobo
—Jacobo ¿aún no terminas?
Mientras escuchaba el llamado de su mamá, él intentaba
peinar su cabello revuelto con el viejo cepillo negro con el
que siempre lo hacía. Cepillaba con fuerza de un lado para
otro pero, por más que peinaba, no lograba nada.
Simplemente su cabello no lo obedecía, le gustaba
permanecer revuelto.
Una vez que se rindió con su cabello, recordó que debía
lustrar sus zapatos. Entonces tomó el pequeño bote de grasa
del cajón del mueble del baño, donde su madre guardaba
muchas cosas.
Él era muy descuidado, y siempre terminaba con las manos
llenas de grasa para zapatos, hasta que su padre le dijo que
debía usar un trapo. Al recordarlo, comenzó a buscar una vieja
franela roja que usaban para eso, además de otras cosas.
Lento, pero firme, empezó a esparcir la grasa por todo el
zapato hasta que quedó brillante. Luego hizo lo mismo con el
otro.
—Estás tardando demasiado. ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?
—Preguntó su madre desde la parte baja de la escalera.
—¡No! —gritó Jacobo— Yo puedo.
23

Hasta ese día, Jacobo jamás se había arreglado solo para ir a
la
Y
escuela,
tú,
pero el día anterior, de la nada, decidió que ya
estaba lo bastante grande para hacerlo solo. Para él, que su
madre le ofreciera ayuda era casi un insulto, porque
significaba que no confiaba que él pudiera hacerlo solo.
¿estás en
—Está bien —le dijo su madre—. Solo apresúrate, o no
alcanzarás a desayunar.
“la zona”?
—Ya voy.
Parecía estar listo, sólo debía echar un último vistazo para
asegurar que todo estuviera en orden. Sus zapatos estaban
lustrados y se veían brillantes. Su camisa blanca estaba
abrochada hasta el último botón y estaba fajada en su
pantalón color azul marino. Lo único faltante era su cabello
revuelto, el cual era similar a una estopa de color negro.
—Ni modo —pensó Jacobo, para luego salir del baño. Tomó su
mochila y corrió hacia la cocina.
Sus zapatos resonaban en la vieja escalera de madera por sus
pasos apresurados. A Jacobo se le hacía tarde para ir a la
escuela. El pequeño niño de 8 años se había tardado
alrededor de veinte minutos en peinarse y vestirse, lo cual a
su madre le tomaba menos de diez minutos.
Rápidamente se dirigió a la cocina donde su madre preparaba
el desayuno y su padre leía el periódico en la mesa.
—¿Por qué tardaste tanto en arreglarte? —le preguntó su
madre, mientras terminaba de cocinar huevos en un sartén
desgastado— Dijiste que ya sabías cómo hacerlo.
—Es que no podía hacer nada con esto —respondió el
pequeño Jacobo, señalando su cabello despeinado.
Su madre lo observó por un momento, tratando de explicarse
cómo es que el cabello de Jacobo siempre terminaba revuelto;
porque, incluso para ella, era casi imposible de peinar. “Tiene
el cabello de su abuelo”, pensó.
—¿Ya intentaste ponerte limón? —preguntó su madre en tono
burlón.
24

Jacobo hizo una mueca de desagrado. —Claro que no
—respondió—. El limón no es para eso.
El pequeño niño colocó su mochila recargada en la pata de la
mesa y, con dificultad debido a su estatura, se sentó justo
frente a su padre, quien leía el periódico de la mañana.
—¿Qué vas a querer? —le preguntó su madre—. ¿Quieres
huevos?
—No —respondió Jacobo—. Quiero cereal.
—Pero si comes cereal, te dará hambre muy temprano.
—No importa, quiero cereal.
Su madre abrió una de las puertas de la alacena blanca que
estaba sobre el fregadero y sacó una caja de cereal. Era de
color rojo y en la cubierta tenía la foto de un tazón lleno del
cereal colorido, y junto a él lo que parecía ser la caricatura de
un perico mal dibujada. A pesar del insípido y horrible sabor
de aquel cereal barato, Jacobo lo amaba, y no podía
perdonarle a su madre que dicho producto no estuviera en la
alacena.
Cuando su madre le puso un tazón lleno similar al de la foto
de la caja, Jacobo lo miró por un momento, para luego tomar
la cuchara y ponerse a jugar con ella.
—Jacobo, come. Se hará tarde —le dijo su madre en tono
severo, sin verlo. Ella ya sabía de antemano el por qué a
Jacobo le gustaba tanto el cereal.
Jacobo comenzó a comer.
La cocina se llenó con el aroma de los huevos y el tocino aun
friéndose en el sartén, acompañados del penetrante olor del
café emanado de la jarra de la cafetera.
25

Se encontraban casi en silencio, a excepción del sonido de la
radio, la cual emitía un poco de jazz acompañado de una
molesta estática que la mamá de Jacobo jamás pudo arreglar.
Por un momento, los tres miembros de la familia no dijeron
nada, y se dedicaron a seguir con su rutina de cada mañana.
—Y dime, Jacobo —exclamó súbitamente su padre mientras
leía el periódico. Jacobo alzó la mirada con la boca llena de
cereal—, ¿ya sabes que harás con tu problema?
El pequeño Jacobo, confundido, permaneció en silencio un
momento, hasta entender de qué hablaba su padre.
—¡Ah! ¿Esto? —dijo Jacobo con la boca llena de cereal,
mientras señalaba su ojo izquierdo. El párpado y gran parte
de la ceja estaban de color morado, además de inflamados. A
Jacobo lo golpearon el día anterior en la escuela, y algunos
días anteriores, durante algún tiempo ya. Jacobo era víctima
de un abusador dos años mayor que él.
Todo se desató cuando el inocente Jacobo le dijo a Joan, un
niño rubio y algo regordete más alto que él, que su nombre
era nombre de mujer. Desde ese día, Jacobo había sido
víctima de golpes, pellizcos, raspones y toda clase de abusos
físicos.
Su padre, molesto por el abuso hacia su hijo, decidió hablar
con los profesores y con el niño quien molestaba a Jacobo,
pero Jacobo lo detuvo.
—Yo puedo arreglarlo. Ya estoy grande —dijo el niño, lleno de
decisión.
Su padre decidió darle la oportunidad de arreglar el problema
por sí mismo. “Le ayudará a crecer”, pensó.
Esa mañana, el padre de Jacobo quería conocer el plan de su
hijo.
—Sí —dijo el niño, después de tragar su cereal—, ya sé qué
haré.
26

Su madre mostró una ligera sonrisa mientras le servía el
desayuno a su esposo. Su padre bajó el periódico para comer
su desayuno.
—¿Y qué vas a hacer? —preguntó intrigado a Jacobo.
—Me pararé frente a él y le diré que ya no me moleste.
El padre de Jacobo sintió orgullo y tranquilidad al escuchar
esas palabras. Se percató de cómo su hijo había madurado un
poco y ahora era capaz de tomar la decisión correcta.
—Y si eso no funciona —continuó Jacobo—, usaré esto —Jacobo
levantó su mochila del suelo con dificultad, al mismo tiempo
que su padre le daba un trago a su taza de café. Cuando bajó
la taza, vio algo que hizo al café acumularse en su garganta,
provocándole una tos intensa.
Jacobo tenía un revólver en sus manos.
—Jacobo —dijo su padre de manera muy seria— ¿de...de dónde
sacaste eso?
El pequeño niño recargó el arma sobre la mesa, la cual
apuntaba hacia su padre. Sus temblorosas manos la sostenían
con dificultad a causa del peso. El arma, a pesar de estar algo
vieja, reflejaba la luz que entraba por la ventana de la cocina.
La madre de Jacobo, quien preparaba más café, volteó curiosa
para vislumbrar la escena.
—¡Santo Dios! —gritó exaltada al ver a su hijo con un arma en
las manos, apuntándole a su esposo. La jarra de café que
sostenía cayó de sus manos, estrellándose contra el suelo.
Café y vidrio volaron, llenando el suelo de la cocina; la madre
de Jacobo sentía una gran presión en el pecho. Le faltaba el
aire.
—Jacobo, ¿de dónde sacaste eso? —preguntó su padre
nuevamente.
27

—Me la prestó Billy, el hijo del policía. Me dijo que su papá
usaba esta para asustar a los malos, así que la usaré para
asustar a Joan.
El niño veía con fascinación el arma. Sus ojos brillaban como
al abrir el primer regalo de Navidad. Sus pequeñas manos
apenas podían sostenerla.
—Jacobo, eso no es un juguete —El padre de Jacobo estaba
aterrado en ese momento. Necesitaba una manera rápida de
resolver esa situación ya que, si algo caracterizaba a Jacobo,
eran sus descuidos constantes. Era mucho más descuidado
que los niños de su edad, además de que era, ¿por qué no
decirlo?, algo torpe.
La vez en la que Jacobo quiso calentar agua en la estufa y
terminó prendiéndole fuego a las cortinas, o la vez en la cual
salió solo a la tienda por galletas y se perdió durante varias
horas.
—Ya sé que no es un juguete. Billy me lo dijo. “Es solo para
asustar” —dijo Jacobo, tratando de imitar la voz algo ronca de
Billy.
El padre de Jacobo lo miró fijamente. Sus manos sudaban y su
estómago estaba hecho un nudo. Por otro lado, la madre de
Jacobo estaba contra el fregadero, siendo sólo una
espectadora. Su mente estaba en blanco y aún sentía cómo le
faltaba el aire. El pecho le dolía, y a pesar de algunos
intentos, no logró pronunciar ninguna palabra.
Jacobo aún miraba con fascinación el revólver.
Por un segundo, tal vez dos, los tres permanecieron en total
silencio. La tensión aún se sentía en el aire, al igual que el
aroma del café. En la radio aún podía escucharse un poco de
jazz.
—Entonces le voy a decir: “Si no dejas de molestarme, voy a
meterte una bala en medio de los ojos”, como en esa película
de vaqueros que vimos la otra noche, papá ¿recuerdas?
Jacobo estaba muy emocionado.
28

Su padre se desesperó mientras veía cómo su hijo jugaba con
un revólver frente a él. Su madre, a pesar de pensarlo por un
momento, no podía mover ningún músculo.
—Jacobo.
—¡Bang, bang! —repetía el niño, quien movía el arma de un
lado para otro.
—Jacobo —la tensión aumentaba y su padre se sentía más
desesperado. Sus manos temblaban sobre la mesa y una gota
de sudor muy frío recorrió toda su cara—. Jacobo, baja eso
—pero Jacobo no escuchaba nada a causa de los gritos y la
emoción.
Por un segundo, el padre de Jacobo dejó de pensar. La
desesperación y el miedo le habían ganado.
—¡Jacobo, dame el arma! —con un rápido movimiento de su
mano, el padre de Jacobo tomó el arma en un intento por
arrebatársela de las manos.
En ese momento, el arma se disparó.
Un gran estruendo se escuchó por toda la casa, irrumpiendo
el rutinario silencio de la mañana en toda la cuadra.
Pasó un momento y todo quedó en total silencio. De la radio
ahora solo se escuchaba estática.
El olor de la pólvora proveniente del arma se mezcló con los
aromas del café y el tocino, llenando la cocina de nuevo.
Jacobo sentía un fuerte zumbido en sus oídos a causa del
estruendo, y sus pequeños brazos temblaban y dolían a causa
del martilleo provocado por la fuerza del disparo.
29

Confundido, el pequeño volteó a ver a su madre, quien estaba
de rodillas en el suelo de la cocina, sobre el charco de café y
los pedazos de vidrio de la jarra rota. Su expresión estaba
llena de terror. Su boca abierta, sus ojos sobresaltados, y su
cara completamente pálida.
Jacobo, aún aturdido, miró a su padre frente a él. Su padre
estaba tendido sobre la mesa con un gran agujero en la
frente, justo arriba de la ceja izquierda, del cual brotaban
abundantes cantidades de sangre que llenaban la mesa y
caían hasta el suelo. Tras de él, la pared estaba
completamente salpicada con una gran mancha de sangre y lo
que parecían partes del cerebro del padre de Jacobo.
Jacobo no fue a la escuela ese día.
Nacido en la ciudad de Delicias,
Chihuahua, y egresado de la carrera
de licenciatura en periodismo en la
UACH, Omar Gutiérrez se ha dedicado
a la escritura creativa los últimos
cinco años, centrando sus relatos en
temáticas de terror y suspenso, donde
utiliza elementos tanto realistas como
sobrenaturales. Sus relatos han sido
publicados por su parte en blogs, y ha
colaborado con cuentos cortos para
antologías de diversas editoriales
nacionales y extranjeras.
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