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Lux Mayo Junio

Dando nueva luz a la cultura desde el norte bárbaro de México.

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Volumen 18<br />

Año 2<br />

<strong>Mayo</strong>-<strong>Junio</strong> 2019


PORTADA: FELICIA LÓPEZ MARTÍNEZ<br />

por que la diseñadora tiene problemas<br />

mentales felinos.


contenido<br />

1<br />

La historia detrás de los subtítulos.<br />

Jorge Vázquez<br />

Asimov y el equilibrio químico.<br />

(primera parte)<br />

Efraín “Humildad”<br />

7<br />

13<br />

Cuerpos celestes.<br />

Luis Enrique Cháidez Leos<br />

Mentiras que nos han contado<br />

a lo largo del tiempo.<br />

Marcela Leyva<br />

16<br />

21<br />

Felicia y el diablo<br />

Andrés Valera<br />

El mejor día de nuestras vidas<br />

29<br />

Sonya Mayfair<br />

25<br />

Dile a los cuervos que no<br />

Omar Gutiérrez


La historia detrás de los subtítulos.<br />

1<br />

ace alrededor de unos tres años, entré a trabajar a<br />

Hla industria del entretenimiento. El día que me<br />

avisaron fue un momento de total éxtasis por un<br />

par de cosas: estaba desempleado y el trabajo que habría de<br />

realizar fue siempre uno de los oficios que más me ha<br />

llamado la atención.<br />

Ya había tenido oportunidad de poder ser contratado para<br />

realizar dicha labor, pero ciertas cosas lo impidieron: mi<br />

edad, la necesidad de cambiar de residencia y que mi madre,<br />

calzonuda como ella sola, me obligara prácticamente a<br />

terminar la carrera antes de tan siquiera considerar el<br />

aceptar dicho empleo (este pequeño contratiempo<br />

representó años de arrepentimiento, de lamentar el no<br />

haber aceptado; aunque como buen hijo de madre<br />

mexicana, el actuar contra los deseos de la misma conlleva<br />

el volar de una chancla, ¡una verdadera arma de control, de<br />

subyugación!).<br />

El arrepentimiento decantó en los malditos hubieras y, en mi<br />

mente veinteañera, flotaba el remordimiento porque, cual<br />

jovenzuelo dramático, nunca en mi vida volvería a tener la<br />

oportunidad de trabajar en esa industria.<br />

. . .


Al pasar de los años, con la caída del<br />

pelo, las canas en las barbas y los<br />

d o l o r e s c r ó n i c o s d e u n a<br />

adolescencia descuidada, de una<br />

juventud cargada de excesos, dramas<br />

y tragedias; alcancé la resignación.<br />

Olvidé esa oportunidad perdida y<br />

continué con mi vida como docente…<br />

Hasta que en un buen día vi una<br />

convocatoria para un proceso de<br />

selección.<br />

La desidia y el poco confiar en mis<br />

habilidades y conocimiento me<br />

impidieron el intentarlo, al menos<br />

por unos cuantos días. A última hora<br />

decidí aplicar y fue precisamente en<br />

ú l t i m a i n s t a n c i a q u e f u i<br />

preseleccionado para acudir a una<br />

capacitación para, así, al final<br />

enfrentar el proceso de selección.<br />

Si ustedes, amables lectores de LUX,<br />

fueron niños en los 80s y principios<br />

de los 90s, habrán de recordar<br />

aquellos comerciales de prevención<br />

que finalizaban con un “Ojo, mucho<br />

ojo. Aléjate y cuéntaselo a quien más<br />

confianza le tengas”. La luz roja que<br />

cubría la pantalla del televisor en su<br />

totalidad, así como la alarma que la<br />

acompañaba, retumbó en mi cabeza.<br />

Pensé en un esquema piramidal.<br />

Ya me veía yo forzado a vender<br />

malteadas proteínicas para bajar de<br />

peso, productos para el crecimiento<br />

del cabello, tés medicinales que<br />

curan desde la gota hasta el sida, y<br />

así poder pagar mi curso de<br />

inducción antes de empezar a<br />

trabajar.<br />

En mi cabeza veía a un hombre de<br />

mediana edad, calvo, de abdomen<br />

prominente, frente aperlada,<br />

manchas de sudor en los sobacos y<br />

en el cuello de su camisa blanca,<br />

manchas cutáneas de un tono<br />

violáceo, dedos marchitos, color ocre<br />

por años de fumar una cajetilla<br />

d i a r i a , d e c o l o n i r r i t a b l e y<br />

m o v i m i e n t o s i n t e s t i n a l e s<br />

constantes; dándonos la bienvenida<br />

y pidiendo dinero para comenzar el<br />

proceso de selección. Esa imagen<br />

quedó presente por unos cuantos<br />

minutos, hasta que el taller comenzó.<br />

El taller duró tres días. Varios de mis<br />

compañeros de trabajo y algunos<br />

conocidos estaban presentes.<br />

Intercambiamos impresiones e<br />

información sobre el curso, y al final,<br />

fuimos todos seleccionados. Caminé<br />

e u f ó r i c o d e s d e e l l u g a r d e<br />

impartición del curso hasta donde<br />

dejé estacionado mi viejo automóvil,<br />

y en el soundtrack de mi vida sonaba<br />

“Walking on Sunshine” de Katrina &<br />

The Waves, mientras en voice over el<br />

narrador decía: “Por primera vez en<br />

m u c h o t i e m p o , J o rge e s t a b a<br />

tranquilo, con una idea clara de lo<br />

que hacía y hacia dónde iba. Por<br />

primera vez desde su crisis de los 30,<br />

Jorge era genuinamente feliz”.<br />

2


Cual niño en su primer día de<br />

vacaciones, se me dibujó una<br />

enorme sonrisa en el rostro durante<br />

los 50 metros que me tomó llegar a<br />

mi automóvil, encenderlo, prender el<br />

estéreo y poner unas rolitas de<br />

Blondie a todo volumen para<br />

comenzar mi travesía por la ciudad<br />

( e n e s o s m o m e n to s d e to tal<br />

felicidad, m e gusta m a n e j a r<br />

escuchando la melodiosa voz de<br />

Debbie Harry y “cantar” junto a ella).<br />

Pasados unos cuantos días y cuando<br />

comenzó el trabajo, me di cuenta de<br />

que no sería algo simple. No. Es un<br />

trabajo arduo, cansino y muchas<br />

veces sin una buena gratificación<br />

mas que el inminente desarrollo de<br />

una tortícolis, un punzante dolor del<br />

nervio ciático y un túnel carpiano<br />

que, aunado a horas de contemplar<br />

el monitor de la computadora y darse<br />

cuenta de que el trabajo no avanza al<br />

ritmo vertiginoso que se busca,<br />

provoca un llorar de ojos por lo<br />

cercano que se está a la luminosa<br />

pantalla; por lo frustrante que es,<br />

por el deseo oculto de tirar todo por<br />

la borda e irse a dormir. Pero sigue<br />

uno ahí, sentado, con la cara a un<br />

c e n t í m e t ro d e l m o n i t o r, l o s<br />

audífonos puestos, la tripa rugiendo,<br />

la bilis corriendo y el tiempo<br />

avanzando lentamente; más lento<br />

que los discursos de famoso político<br />

mexicano que hace un año por fin<br />

ganó la grande.<br />

T r a b a j o e n l a i n d u s t r i a d e l<br />

entretenimiento, sí; pero en uno de<br />

los oficios menos reconocidos, más<br />

criticados y menos remunerados:<br />

trabajo en la rama del subtitulaje.<br />

Aquí, el traductor se encarga de<br />

hacer aparecer las letritas en las<br />

películas o en las series gringas de<br />

transmisión por cable. Dedicarse a<br />

este trabajo requiere tres cosas:<br />

tener un buen dominio del español y<br />

d e l i n g l é s , s e r t r a d u c t o r<br />

( o b v i a m e n t e ) y t e n e r u n a<br />

c o m p u t a d o r a c o n c i e r t o s<br />

requerimientos básicos que hagan<br />

de ella un equipo aceptable para la<br />

ardua labor que se avecina.<br />

Dependiendo de la empresa para la<br />

que se haga un trabajo de subtitulaje,<br />

es la cantidad de caracteres<br />

permitidos por caja (esto es, las<br />

letritas que aparecerán en pantalla) y<br />

cierto estilo que se debe de tomar en<br />

consideración para que cubra las<br />

exigencias del cliente.<br />

Cada empresa tiene sus guías y<br />

requerimientos, los cuales hacen<br />

interesante y bastante diferente el<br />

trabajo. Hay algunas que piden 42<br />

caracteres por caja y otras 32; eso<br />

significa que los enunciados deben<br />

ser simplificados en ocasiones,<br />

d i v i d i d o s o s i m p l e m e n t e<br />

reinterpretados por el traductor.<br />

3


Esta es la causa por la cual hay<br />

ocasiones en los que los subtítulos<br />

no coinciden con lo que la persona<br />

está diciendo a cuadro, justo como<br />

esas películas de artes marciales<br />

asiáticas de los 70s donde vemos al<br />

actor gesticular, mover la boca por<br />

segundos y simple y sencillamente<br />

decir una palabra que se ve fuera de<br />

sincronía con los movimientos de la<br />

boca, y los gestos que aparecen en<br />

pantalla.<br />

En este tenor, resalta mucho la<br />

c a l i d a d d e c a d a p ro d u cc i ó n<br />

cinematográfica o televisiva con la<br />

cual se trabaja, por varios aspectos:<br />

la mezcla de sonido es de vital<br />

importancia, así como la dicción de<br />

los actores y el volumen del sonido<br />

ambiente y de los efectos especiales<br />

-factores que contribuyen a favor o<br />

en detrimento del trabajo que se va a<br />

subtitular-. Cuando fui intérprete<br />

simultáneo desde mi casa, me tocó<br />

recibir llamadas de todo tipo: desde<br />

ventas y servicio al cliente, hasta de<br />

carácter legal, emergencias o<br />

consultas médicas. Cuando se habla<br />

por teléfono, el tener una buena<br />

c o n e x i ó n a y u d a a q u e e l<br />

entendimiento de lo que se dice sea<br />

más acertado, ya la falta de<br />

familiaridad con los acentos<br />

regionales, así como el slang<br />

utilizado en tal o cual región, ciudad,<br />

estado o hasta país; es un obstáculo<br />

dependiendo de qué tan preparado<br />

esté el intérprete (y es que “la wea”<br />

chilena es un concepto filosófico<br />

complejo, difícil de explicar, de<br />

interpretar y sobre todo de asimilar).<br />

Cada zona geográfica e idioma tiene<br />

una cadencia, un ritmo y una<br />

entonación específica que provoca<br />

que las palabras sean pronunciadas<br />

de cierta manera y que algunos<br />

sonidos se fusionen con otros. Hacen<br />

que el hablante, dependiendo de la<br />

región, hable cantadito o golpeado.<br />

Sin sonido ambiente alguno o<br />

efectos especiales determinados,<br />

con un volumen óptimo, el entender<br />

acentos diferentes representa un<br />

problema menor. Cuando se habla<br />

apresurado, hay sonido ambiente y<br />

efectos especiales, se vuelve una<br />

labor titánica; por lo cual si la mezcla<br />

de sonido es la adecuada, se puede<br />

llegar a diferenciar los sonidos<br />

“ambiente” del diálogo en sí.<br />

P a r a e s o l a s p r o d u c c i o n e s<br />

estadounidenses son muy buenas y<br />

no así las latinoamericanas, cosa que<br />

siempre hace que el diferenciar<br />

sonidos de un verdadero diálogo sea<br />

complicado, casi una labor titánica y<br />

que en ocasiones requiera que se<br />

baje la velocidad de reproducción<br />

h asta l o m í n i m o para p o d e r<br />

identificar de manera aceptable lo<br />

que se dice y poderlo sintetizar en<br />

dos líneas de diálogo.<br />

4


5<br />

Hay ocasiones en las cuales se debe<br />

de reproducir el mismo diálogo de<br />

manera constante, creando un bucle<br />

infinito de tiempo para lograr<br />

entender el “fierro pariente” que el<br />

protagonista de tal o cual producción<br />

latinoamericana dice, imitando de<br />

manera exagerada un acento<br />

sinaloense y buscando darle la<br />

profundidad, la gravedad que el<br />

personaje de poca monta que<br />

representa en el programa, tenga<br />

cierta “autenticidad”.<br />

Dentro del trabajo de subtitulación<br />

hay cuatro tareas esenciales que se<br />

llevan a cabo y que representan<br />

diferentes grados de complejidad. La<br />

generación, se podría decir, es la más<br />

sencilla; ya que se trata de una de<br />

dos cosas: originar una transcripción<br />

de los diálogos ya existentes para<br />

que se utilicen como plantilla para<br />

traducción, y la traducción de los<br />

diálogos a otro idioma.<br />

La t ra d u cc i ó n re p re s e n ta u n<br />

problema mayor, ya que se debe<br />

hacer lo posible por mantener el<br />

mismo tono, los mismos modismos,<br />

d i c h o s , r e g i o n a l i s m o s y<br />

“transportarlos” de un idioma al otro.<br />

Se podría decir que la parte más<br />

complicada dentro de las funciones<br />

básicas que un traductor que se<br />

dedica al subtitulaje es la de crear<br />

close captions; esto es, que se poner<br />

subtítulos para las personas con<br />

problemas auditivos para que la<br />

experiencia de ver un programa o<br />

una película sea lo más parecida a la<br />

de de una persona sin problemas<br />

auditivos.<br />

Este tipo de trabajos es el que más<br />

horas requiere, ya que se deben<br />

identificar los sonidos importantes y<br />

esenciales para el entendimiento del<br />

video que se está viendo, para que<br />

luego sean descritos para el<br />

espectador. Así es, un [Cries in<br />

Spanish] es un sonido “válido” hasta<br />

cierto punto, dado que describe la<br />

acción que el personaje está<br />

realizando… pero indicar que lo hace<br />

en español, es igual de ridículo que<br />

decir que [Defeca en francés] o<br />

[Emite una flatulencia en inglés].<br />

Realizar este tipo de aseveraciones<br />

termina representando un problema<br />

de carácter lingüístico y sociocultural<br />

y hasta filosófico, ya que, ¿quién<br />

puede indicar cómo es llorar en<br />

español? ¿Se hace acaso con una<br />

copa de vino y jamón serrano? ¿Se<br />

hace con un acento castellano muy<br />

marcado? ¿Haciendo una faena por<br />

chicuelinas?<br />

Antes de terminar [in Spanish], una<br />

de muchas anécdotas:<br />

En una de mis primeras asignaciones,<br />

me tocó hacer un control de calidad.<br />

Esto consiste en asegurarse que los<br />

subtítulos cubren los requerimientos<br />

d e l a e m p r e s a , q u e e s t é n<br />

sincronizados, que los diálogos se<br />

lean con naturalidad, que no se<br />

sientan forzados y que la ortografía<br />

sea impecable.


Lo triste es que hay ciertos trabajos<br />

donde parece ser que utilizan el<br />

traductor de Google para hacer el<br />

trabajo en sí (dicha herramienta es<br />

en ocasiones tan útil como un buen<br />

diccionario, pero no entiende ni<br />

procesa las particularidades del<br />

lenguaje, los modismos, los dichos ni<br />

las expresiones que dan identidad a<br />

una comunidad, a un pueblo o hasta<br />

un país).<br />

Ahí es cuando -retomemos la frase de<br />

párrafos anteriores- el “fierro<br />

pariente” lo terminaría por traducir<br />

como “iron relative”; ya que en sí,<br />

esencialmente, es lo que las dos<br />

palabras significan, pero sabemos<br />

bien que en el contexto tienen otra<br />

intención, otro significado.<br />

Total, dicho trabajo eran episodios<br />

cortos, de unos 20 a 25 minutos en<br />

promedio; pero estaban tan mal<br />

hechos, que una tarea tan simple<br />

como sincronizar las cajas con el<br />

sonido, representó una labor<br />

exhaustiva. Cuando finalmente<br />

terminé mi trabajo, me puse de pie,<br />

me estiré y sufrí una contracción<br />

muscular. En un segundo pasé de<br />

poderme parar erguido como un<br />

mozuelo, a caminar encorvado,<br />

cojeando, cual viejo mayor de 70 por<br />

3 días.<br />

En fin. Hacer trabajo de subtitulaje<br />

no es una labor sencilla. Es un oficio<br />

que atrae mucho sufrimiento,<br />

músculos atrofiados, ojos cansados,<br />

punzantes dolores de cabeza,<br />

escasas horas de sueño; pero que al<br />

ver un trabajo bien hecho, provoca<br />

una sensación de satisfacción como<br />

ningún otra. La siguiente vez que<br />

vean una película o una serie con<br />

subtítulos, tómense unos segundos<br />

para apreciar todo el trabajo, el<br />

sacrificio , el tiempo invertido en<br />

h a ce r u n t ra bajo d e calidad<br />

aceptable.<br />

Si en algún momento llegan a<br />

conocer a un traductor que se<br />

dedique al tortuoso trabajo del<br />

subtitulaje, cómprenle un café, una<br />

bebida energizante o una bebida<br />

espirituosa para que recargue pilas y<br />

p u e d a s e g u i r s u f r i e n d o c o n<br />

cualesquiera que sea el proyecto<br />

encomendado en este oscuro mundo<br />

y que usted, amable lector, continúe<br />

disfrutando de subtítulos de calidad.<br />

Por el momento me retiro, ya que 40<br />

minutos de video me esperan por<br />

delante, junto a un punzante dolor de<br />

e s p a l d a q u e s o l o p a r e c e<br />

incrementarse.<br />

[La creatividad de Jorge Vázquez (“Fénix” para los<br />

compas) es como un circo de tres pistas: no sabes ni<br />

pa' dónde voltear a ver. Nuestro licenciado en Lengua<br />

Inglesa favorito le enseñó a Rotten Tomatoes todo lo<br />

que saben, siendo un cinéfilo de corazón y práctica;<br />

además de aventarse series completas en el<br />

desayuno. Mr. Vázquez es de los pocos profesionistas<br />

que lo lograron y se dedican a lo suyo: es traductor,<br />

intérprete y maestro de inglés. Oh. My. GAWD!]<br />

6


Asimov y el equilibrio químico.<br />

(primera parte)<br />

ara los que no tienen nada mejor que hacer fieles lectores<br />

Pde LUX ─o sencillamente, aquellos que me han visto con<br />

más de un seis de cerveza en la sangre─: saben con total<br />

seguridad, que apenas me pongo ebrio o coloco la pluma sobre el<br />

papel, lo más probable es que termine improvisando a capela un<br />

soliloquio sobre mi fascinación por Asimov y su universo, tanto el<br />

de ciencia ficción como el de divulgación científica.<br />

Ese soy yo, mientras todos en la fiestas se están besando con<br />

cualquier gremlin pasajero y gastando sus miserables vidas en<br />

momentos que hacen que valga la pena vivirla, yo estoy en una<br />

esquina hablando conmigo mismo (o con la pared) sobre la<br />

importancia de las leyes de la robótica en nuestro día a día; y por<br />

su pollo: del cómo los futuros algoritmos y el aprendizaje de las<br />

inteligencias artificiales nos llevarán a un escenario post<br />

apocalíptico en el que HAL 9000 nos hará el amor a todos sin<br />

siquiera besarnos o ponerse un antivirus. HAL 9000 terminará y a<br />

la mañana siguiente solo nos pedirá un Uber para que<br />

emprendamos el camino de vuelta a casa; después, nunca<br />

contestará nuestras llamadas. Al final del día, todas las<br />

inteligencias superiores son iguales. Los tres más grandes genios<br />

de la historia: Asimov, Kubrick y yo, han tenido la suficiente<br />

imaginación y visión para tener una excelsa antelación a estos<br />

sucesos. Bien sabemos que estas personas no pueden estar<br />

equivocadas. Pero, volviendo al tema…<br />

7


Hay una forma que a mí me encanta para saber si una<br />

persona ha leído o no ha leído al buen mesías<br />

Asimov, y sencillamente es preguntar sobre<br />

cualquiera de los 15 libros que componen su serie de<br />

La Fundación. El más desviado te responderá: «¿Está<br />

en Netflix?». Los demás buscarán mentirte digo,<br />

eres un tipo raro que está hablando de Asimov en una<br />

fiesta. Eres presa fácil . Para atraparlos, lo mejor será<br />

que les recuerdes que aquella serie inicia con el libro<br />

de Yo Robot. De forma inmediata el sospechoso<br />

recordará la película protagonizada por Will Smith,<br />

mentirá por convivencia, y listo, gato encerrado.<br />

Ahora toma tu cerveza y tómatela a fondo, búrlate y<br />

regocíjate por saber que eres mejor que aquel<br />

mentiroso.<br />

Abre otra, yo también lo haré mientras escribo.<br />

Continuemos con esta historia:<br />

Yo Robot es un libro que recopila tan solo nueve<br />

relatos. Todos están ambientados en la era de los<br />

robots preludio a La Fundación . Todos estos<br />

cuentos abarcan aspectos morales y éticos de la<br />

humanidad y su relación paulatina con un cambio<br />

abrumador en la tecnología. Esta libro abarca desde<br />

una actitud tecnófoba hasta una situación en la que<br />

Asimov plantea el pensamiento religioso y sus<br />

consecuencias dentro de un robot. Son una locura<br />

que vale mucho la pena, una obra de arte que otrora<br />

volaba cabezas, ¿lo genial?, todavía lo sigue<br />

haciendo.<br />

Este libro y otros del resto de la serie de La<br />

Fundación, han inspirado películas (Yo Robot),<br />

videojuegos (Starcraft), otros libros (hay cientos de<br />

homenajes) y, lo mejor de todo: han sido prolijos en<br />

aquello de predecir con exactitud lo que pasaría en<br />

un futuro.<br />

8


Indagar y escribir sobre lo que han<br />

inspirado estas historias y lo que han<br />

predicho, bueno, es harina de otro<br />

costal. Lo que sí nos concierne es<br />

mencionar la razón por la cual Yo Robot<br />

destaca.<br />

Primero que nada: es aquí donde nacen<br />

las leyes de la robótica. Aunque podría<br />

pasarte el link de Google y que tu<br />

exhaustiva búsqueda te ayude a salir<br />

del letargo, mejor pondré aquí las tres<br />

leyes para evitarte el esfuerzo:<br />

Primera ley: Un robot no puede<br />

lastimar a un ser humano o, por<br />

inacción, permitir que un humano sufra<br />

daño.<br />

Segunda ley: Un robot debe ser la perra<br />

de los humanos y obedecer a toda<br />

costa sus órdenes, excepto si las<br />

órdenes violan la primera ley.<br />

Tercera ley: Un robot debe velar por su<br />

seguridad, siempre y cuando esta<br />

protección no viole la primera y<br />

segunda ley.<br />

Esto es algo molto bello. ¿Tres leyes?,<br />

¿en qué famosa rama de la física ya<br />

habíamos hablado tres leyes?, así es:<br />

termodinámica. Asimov se inspiró en<br />

dichas leyes para formular las suyas en<br />

su mágico universo, y no solo eso: casi<br />

cuarenta años más tarde formularía de<br />

forma excelsa el principio cero de los<br />

robots que sería homólogo al principio<br />

cero de la termodinámica ─algo de lo<br />

que ya hablamos en la entrega pasada<br />

de LUX─.<br />

Interesante, ¿pero cómo se relaciona<br />

todo esto? Sencillo, pero primero hay<br />

que abrir otra cerveza. ¿Listo?,<br />

continuemos:<br />

Resulta que hay un relato dentro de<br />

Yo Robot llamado «Círculo Vicioso».<br />

En dicho relato, Asimov hace un<br />

desplaye muy ingenioso de cómo se<br />

relacionan estas leyes y, dado que<br />

Asimov era químico, podrás imaginar<br />

cómo relaciona las ciencias exactas<br />

de una forma única.<br />

Hacerte un resumen de este relato no<br />

es un spoiler para el recopilado total,<br />

así que me tomaré la libertad de<br />

hacer lo que se me de la gana. Una<br />

vez terminado, puedes volver y<br />

seguir con el artículo, ¿vale?, ¿listo?,<br />

bebamos más y continuemos:<br />

Hay dos ingenieros en el planeta<br />

Mercurio, porque claro, ¿qué otro<br />

tipo de ser humano sería digno de ir a<br />

M e r c u r i o ? , ¿ e c o n o m i s t a s ? ,<br />

¿p o l í t i co s? , ¿e s t u d i a n t e s d e<br />

filosofía?, lo dudo.<br />

9


Estos ingenieros están en una<br />

estación en dicho planeta y su misión<br />

es arreglar unas cosas (sí, cosas, si<br />

gustas puedes creer que fueron a<br />

arreglar «eldeste»). El problema es<br />

que la atmósfera artificial creada en<br />

la estación requiere electricidad.<br />

Dicha electricidad proviene de<br />

celdas solares que funcionan con<br />

selenio5. Uno de los ingenieros<br />

manda a un robot de última<br />

generación llamado Speedy a que<br />

recoja un poco de selenio en la mina<br />

más cercana. Pero, hace ya más de<br />

cinco horas que había desaparecido,<br />

¿dónde carajos quedó nuestro robot?<br />

s e p r e g u n t a b a n e l l o s , m e<br />

preguntaba yo, te preguntarás tú-.<br />

Inician la búsqueda en la tropical<br />

superficie de Mercurio. Cabe<br />

destacar que están usando unos<br />

trajes especiales para evitar ser<br />

c h a m u s c a d o s p o r l a s a l t a s<br />

temperaturas que hay en el planeta<br />

(bueno, ni tan tropical). Solo pueden<br />

estar veinte minutos caminando en<br />

la superficie; si sobrepasan esa<br />

cantidad d e t i e m p o, q u e d a n<br />

completamente cocinados dentro de<br />

los trajes.<br />

Cuando encuentran a nuestro<br />

pequeño amigo, se percatan que<br />

quedó a unos metros de llegar al<br />

yacimiento de selenio y que el pobre<br />

está dando vueltas de manera<br />

misteriosa. Cuando el robot está a<br />

punto de llegar al yacimiento, para<br />

en seco y retrocede; pero apenas<br />

retrocede algunos metros, emprende<br />

el camino de vuelta al yacimiento.<br />

Los ingenieros quedan confundidos<br />

ante tal comportamiento, de hecho,<br />

uno de ellos piensa que el robot está<br />

ebrio. Entonces yo te pregunto: ¿qué<br />

carajos estaba pasando con el<br />

robot?, ¿a qué se debía este<br />

comportamiento?<br />

Para responder a esta pregunta<br />

vamos a requerir tres cosas: primero,<br />

indagar en el pasado de la ciencia;<br />

segundo, repasar un concepto<br />

fundamental de la fisicoquímica; y<br />

por último, más no por ello menos<br />

importante, abrir otra cerveza…<br />

Henry Le Châtelier fue un famoso<br />

químico francés que vivió de 1850 a<br />

1936. Nuestro buen amigo, debido a<br />

falta de Netflix, tenía mucho tiempo<br />

libre; así que dedicó su vida a dos<br />

cosas: desentrañar los misterios de<br />

la química y a tener hijos (esto último<br />

se puede corroborar en la asombrosa<br />

cifra de 7 infantes. ¡Con todo,<br />

campeón!).<br />

10


A Châtelier le llamaban la atención<br />

muchas cosas, pero, para los físicos y<br />

químicos de finales del siglo XIX,<br />

había algo que no estaba del todo<br />

claro: ¿por qué las reacciones no<br />

tienen el rendimiento que en teoría<br />

deberían tener?, ¿qué son esos<br />

factores y cómo los cuantificamos?<br />

Para esto te voy a poner un ejemplo<br />

c l á s i c o , l a r e a c c i ó n p a r a l a<br />

producción de agua:<br />

2H2+O2→ 2H2O<br />

Si yo hago reaccionar dos moles de<br />

hidrógeno molecular con un mol de<br />

oxígeno molecular, obtengo dos<br />

moles de agua. Lo sé, ¿mol?, ¿qué<br />

carajos es eso?, de momento solo<br />

sirve que lo imagines como una<br />

medida de la cantidad de sustancia.<br />

Ya que desentrañar el concepto de<br />

mol puede ser algo complejo, incluso<br />

para los estudiantes universitarios<br />

(no muy talentosos) de química.<br />

Si yo sé a través de cálculos que debo<br />

tener como producto dos moles,<br />

pues vale, todo bien. Pero, una cosa<br />

es la teoría, otra la práctica. Si llevas<br />

a cabo la reacción, notarás que no<br />

tienes el rendimiento esperado, ¿por<br />

qué?, bueno, eso es precisamente lo<br />

que desentrañó y dejo claro Châtelier<br />

con su principio postulado en 1884:<br />

«Si se presenta una perturbación externa sobre un sistema en equilibrio,<br />

el sistema se ajustará de tal manera que se cancele dicha perturbación<br />

hasta que el sistema alcanza una nueva posición de equilibrio».<br />

11


Yo sé que no dice mucho. Cuando lo<br />

escuché, me pasó de noche debido a<br />

q u e e s o s e e n t i e n d e c o n<br />

te r m o d i n á m i ca; de hecho, la<br />

postulación formal requiere unas<br />

derivadas parciales de algo que no te<br />

voy a enseñar porque sé que las<br />

matemáticas abusaron de ti. No pasa<br />

n a d a , n o d e b e s s e n t i r t e<br />

avergo n za d o ; e s to s e p u e d e<br />

entender explicándolo de otro modo.<br />

Para ello vamos a requerir tu<br />

atención, y claro, otra cerveza:<br />

Imagina que tenemos una fábrica<br />

donde ensamblamos autos de forma<br />

manual. En dicha fábrica nos llegan<br />

l a s s i g u i e n t e s p i e z a s ( p a r a<br />

simplificar): 4 llantas, el sistema<br />

interno y la carrocería.<br />

Si yo quiero armar un auto, requiero<br />

sí o sí esos elementos. No puedo<br />

poner un carro a la venta sin 4<br />

llantas, ¿estamos de acuerdo?<br />

C a d a a u to q u e a r m a m o s l o s<br />

metemos en una bodega grande<br />

donde cada cierto tiempo vienen a<br />

recogerlos.<br />

Un día normal estamos disfrutando<br />

de nuestra esclavitud laboral y<br />

armando los autos, pero hace mucho<br />

frío, demasiado. Entonces movernos<br />

nos resulta difícil y hasta cierto<br />

punto la fatiga es demasiada. Este<br />

factor de temperatura afecta a la<br />

producción: si antes hacíamos 20<br />

autos al día, ahora haremos unos 15.<br />

S i a u m e n t a d e m a s i a d o l a<br />

t e m p e r a t u r a , e m p e z a m o s a<br />

desfallecer por golpes de calor y<br />

pasamos a una producción de 13.<br />

Un día puede pasar que el clima sea<br />

estupendo, pero no tenemos las 80<br />

llantas que se requieren, así que<br />

tampoco podemos hacer los 20 autos<br />

que normalmente hacemos. Incluso<br />

podría darse el caso en el que<br />

hicimos los 20 autos perfectamente,<br />

pero el sujeto que los sacaba de la<br />

bodega no viene por ellos; entonces<br />

no podemos producir más, no<br />

tenemos donde ponerlos.<br />

Bueno, total, nuestro negocio apunta<br />

a ser un maldito fracaso, por eso<br />

usamos robots en la actualidad. En<br />

fin, este ejemplo es exactamente<br />

como se gobiernan las reacciones<br />

químicas.<br />

Los factores externos de los que<br />

hablaba el lujurioso Châtelier eran<br />

precisamente esos: Temperatura,<br />

presión, concentración. ¿Y nuestro<br />

equilibrio?, pues la producción<br />

normal de 20 autos por día.<br />

[¡No pierdas el equilibrio y disfruta<br />

de la conclusión de las sabias<br />

palabras de Efraín en nuestra<br />

próxima edición!<br />

[Efraín “Humildad” es más<br />

mexicano que una piñata<br />

rellena de chile colorado.<br />

Con formación en química;<br />

en sus tiempos libres escribe<br />

cosas que te harán pensar<br />

que es un enfermo mental.]<br />

12 13 12


Cuerpos celestes.<br />

iempre nos concebí como errantes celestes. Éramos<br />

Scuerpos sin destino, pero firmes en su camino. Nos<br />

imaginaba como astros viajantes en el vacío cósmico;<br />

infinito espacio-tiempo desolado, maraña oculta de campos.<br />

Nuestro encuentro, pensé, fue una anomalía sideral. Una<br />

coincidencia matemática de baja probabilidad. Un hallazgo<br />

digno de ser descrito.<br />

Nos vi navegando cada uno a su ritmo, sin saber que con cada<br />

millar avanzado, la inevitable reunión se daba lugar. Vi cómo<br />

curvamos el espacio-tiempo en una mutua atracción al<br />

acercarnos. Dejamos de ser errantes para convertirnos en<br />

cuerpos influenciados uno por el otro, buscando aquel punto<br />

de común reunión. Nos vi aumentando el valor de la fuerza de<br />

atracción al disminuir el valor de nuestra distancia (F =<br />

2<br />

Gm1m 2/r ). Cada centímetro de cercanía ejercía una mayor<br />

fuerza entre nosotros. Yo te jalaba hacia mí, mientras tú me<br />

halabas hacia ti. Buscamos aquel eje central que nos<br />

armonizara mientras bailamos en continua danza elíptica.<br />

13


Pude ver el encuentro final, el<br />

choque provocado por nuestra<br />

danza, donde dejamos de ser<br />

nosotros para convertirnos en túyo;<br />

donde el plural pasa a singular,<br />

donde dos cuerpos se vuelven uno.<br />

Era la primera vez que podía<br />

apreciar aquel encuentro. En otro<br />

tiempo cada uno había tenido sus<br />

propias aventuras espaciales; no<br />

éramos el primer errante con que<br />

coincidíamos. Antes tuvimos cada<br />

uno sus propias danzas con otros<br />

astros y, aunque la distancia<br />

disminuyó, el baile fue de poca<br />

duración y a los primeros choques<br />

(o sin ellos), cada cuerpo celeste<br />

continuó con su andar impulsado<br />

por el encuentro.<br />

Pero todo este ensueño se queda<br />

allí, en ese maravilloso mundo de la<br />

imaginación. La verdad, descubrí<br />

tiempo después, es muy distinta.<br />

No éramos errantes que viajan<br />

libres por el vacío cósmico. Somos<br />

seres definidos con características y<br />

comportamientos sometidos,<br />

calculados, predecibles. ¿Cuerpos<br />

celestes? Sí, ¿dignos de contarse?<br />

Tal vez no, ¿interesantes? Por<br />

supuesto.<br />

Yo soy el errante moderno. Un<br />

planeta, y tú eres mi sol. Ahora lo<br />

veo claro: siempre estás allí, al<br />

centro de mi órbita. Me haces<br />

danzar alrededor de ti con mil y un<br />

elípticos movimientos. Eres quien<br />

ejerce sobre mí la mayor de las<br />

atracciones. No puedo alejarme de<br />

ti, como tampoco puedo acercarme<br />

más allá del linde de lo permitido.<br />

Los cálculos están hechos. Nos<br />

conocemos muy bien, es la ventaja<br />

y crueldad de tenernos cerca y no<br />

ser cuerpos celestes desconocidos.<br />

Con cada revolución a tu rededor<br />

busco salir de la órbita, trato de<br />

alejarme lo más que puedo, pero<br />

vuelves a atraerme con fuerza y yo<br />

vuelvo a caer bajo ese poderoso<br />

influjo llamado gravedad. ¿Cómo no<br />

ceder ante ti si con tu luz haces<br />

surgir la vida en mí y alejas las<br />

tinieblas?<br />

14


Descubrí otra verdad conjunta. En<br />

un principio asumí que la atracción<br />

era solo de ti sobre mí. Era yo el<br />

único danzante, pero no era así. Yo<br />

también ejerzo sobre ti una<br />

atracción, minúscula en<br />

comparación; pero una atracción, al<br />

fin y al cabo. ¡Vieras la felicidad que<br />

me hizo sentir tal descubrimiento!<br />

Bailé con mayor fuerza que nunca.<br />

Tú me haces orbitar en ti y yo te<br />

puedo perturbar en periódicas<br />

ocasiones un par de centímetros.<br />

Pero pronto caí en cuenta de que no<br />

era el único orbitando y ejerciendo<br />

su atracción sobre ti. No soy<br />

excepcional, ni siquiera soy quien<br />

ejerce mayor atracción. Hay cuerpos<br />

que te pueden hacer mover metros,<br />

distancias gigantescas a lo que yo<br />

podré hacer jamás.<br />

Hay una fuerza de atracción mayor<br />

conocida como “agujero negro”, que<br />

logra sobre ti un efecto sin<br />

precedentes. Yo danzo a tu<br />

alrededor guiado por la atracción<br />

que ejerces sobre mí, mientras tú<br />

haces tu propia danza con la guía<br />

de ese ente. Bailemos, pues,<br />

durante nuestro tiempo asignado;<br />

cada uno en órbita de su propia<br />

fuerza de atracción y disfrutemos<br />

de la música cósmica hasta ser<br />

consumidos por este nuevo ente,<br />

cuya presencia acabo de advertir.<br />

Pero tú, sol de mi sistema, descubrí:<br />

orbitas bajo el influjo del eje de una<br />

atracción mayor. Me acostumbré a<br />

la tranquilidad de la órbita en que<br />

me haces danzar y a ver el pequeño<br />

movimiento que logro en ti, por lo<br />

que no me percaté de la danza por<br />

ti realizada en órbita de otro ente.<br />

Luis Enrique Cháidez Leos,<br />

“DragoonBis” sigue en la búsqueda<br />

de su biografía.<br />

15


Mentiras que nos han contado a lo<br />

largo del tiempo.<br />

i buen amigo Joseph Göbbels, principal encargado de la propaganda<br />

Mdel Partido Nazi, solía decir: “Una mentira repetida mil veces se<br />

convierte en realidad”. Bajo esta premisa, el Partido Nazi -comandado<br />

por Adolf Hitler- se convirtió en casi una religión para los alemanes. En fin… ya<br />

sabemos en qué terminó toda esa “aventura”.<br />

A lo largo de la historia, nos han contado las mismas leyendas una y otra vez;<br />

anécdotas que nos hemos tragado como torta después de una fiesta a las tres de la<br />

mañana. Y es que, como decía Göbbels, cuando nos relatan el mismo cuento<br />

repetidamente a nivel masivo, tendemos a hacerlo formar parte de nuestra<br />

realidad sin cuestionarnos su veracidad, aunque este resulte más falso que la<br />

honestidad de los políticos (mjm, eso último se escribió solo y me nació del alma).<br />

Puesto que soy fiel perseguidora de la verdad, y ustedes –lectores de LUX- merecen<br />

lo mejor, me di a la tarea de investigar las verdades que yacen detrás de algunos de<br />

los embustes que nos han contado durante muchos años.<br />

16


Cristóbal Colón descubrió América.<br />

Si les parece, empecemos por el<br />

principio. Cristóbal Colón no fue, ni<br />

remotamente, el primer nativo del<br />

Viejo Continente en pisar nuestra<br />

hermosa América. Esta es una de las<br />

más grandes mentiras que nos<br />

cuentan nuestros maestros desde la<br />

primaria. Si bien no se sabe con<br />

exactitud qué cultura apareció<br />

primero, se dice que pudieron ser los<br />

fenicios, los egipcios, los africanos<br />

precolombinos, los polinesios del<br />

Pacífico Sur, e incluso los vikingos; y<br />

son estos últimos sobre los que<br />

quiero hablarles.<br />

Resulta que existen unas sagas<br />

redactadas en Islandia entre los<br />

siglos XIII y XIV que relatan algunos<br />

hechos históricos relevantes para la<br />

humanidad. Son textos escritos en<br />

prosa que narran las travesías del<br />

mítico Erik el Rojo y su hijo, Leif<br />

Eriksson, quienes cruzaron el<br />

estrecho de Bering en busca de<br />

nuevas tierras para conquistar y<br />

asentarse.<br />

Las sagas nos cuentan que en el año<br />

982 a.C., Erik el Rojo y sus hombres<br />

descubrieron un nuevo territorio<br />

completamente glacial. Al no ser un<br />

lugar apto para establecerse,<br />

decidieron bordear su costa hacia el<br />

sur, en donde encontraron un paisaje<br />

agradable lleno de pastos al que<br />

llamaron “Groenlandia” (tierra<br />

verde). Después de asentarse y<br />

fundar el primer poblado, Erik,<br />

engendró a Leif Eriksson, a quien la<br />

historia reservó el honor de que su<br />

nombre figurase en todos los libros<br />

sobre América.<br />

Desafortunadamente, el nombre de<br />

Leif Eriksson se ha convertido en uno<br />

de los grandes olvidados de la<br />

historia.<br />

17


Leif Eriksson, junto a un grupo de<br />

valerosos hombres, emprendieron<br />

un largo viaje hasta las costas del<br />

norte de América. En su expedición<br />

se toparon con Markland (tierra de<br />

bosque) en Canadá, territorio<br />

b o s c o s o q u e f u e u n p u n t o<br />

importante de suministro de madera<br />

p a r a l o s g r o e n l a n d e s e s .<br />

Continuando su recorrido hacia el<br />

sur, llegaron a un atractivo territorio<br />

perfecto para la ganadería y la<br />

agricultura y se situaron ahí. Este<br />

idílico lugar pasaría a ser llamado<br />

“Vinlandia” (tierra del vino). Después,<br />

crearon una colonia que Leif<br />

bautizaría como Leifsbudir”. Para<br />

pesar de los vikingos, la utopía no les<br />

duró mucho tiempo debido a las<br />

constantes guerras con los nativos;<br />

así que, después de algún tiempo,<br />

regresaron a Groenlandia y no<br />

v o l v i e r o n a p i s a r t e r r i t o r i o<br />

canadiense.<br />

La fama de los vikingos se propagó<br />

por boca de aquellos que fueron<br />

víctimas de sus pillajes.<br />

Gracias a las sagas nórdicas,<br />

arqueólogos de renombre como<br />

Helge Ingstad y su mujer Annie Stine,<br />

e m p re n d i e ro n u n v i a j e p a ra<br />

encontrar los restos arqueológicos<br />

que demostrasen que los vikingos<br />

pisaron tierras americanas siglos<br />

antes que Colón (de hecho, así fue).<br />

Entre 1961 y 1968, Anne dirigió<br />

excavaciones en la localidad de<br />

L'Anse aux Meadows (en la Isla de<br />

Terranova, Canadá), periodo en el<br />

que se desenterraron restos de 8<br />

edificios y 125 piezas que no<br />

correspondían con la cultura<br />

indígena. Los edificios poseían el<br />

arquetipo de los hogares vikingos, y<br />

entre los objetos encontrados,<br />

figuraban clavos de hierro, aun<br />

cuando los nativos no conocían el<br />

hierro forjado. Este hecho demostró<br />

que los restos pertenecían a<br />

individuos procedentes de Europa.<br />

Además, también se halló un alfiler<br />

con cabeza de anillo, cuya presencia<br />

es notable en el mundo vikingo. Las<br />

pruebas arqueológicas indican, al<br />

igual que las sagas, los vikingos no<br />

estuvieron mucho tiempo en<br />

aquellas tierras. No obstante, su<br />

paso por ellas aconteció 500 años<br />

antes de la travesía de Cristóbal<br />

Colón.<br />

18


Darwin n o u t i l i zó e l té r m i n o<br />

“evolución”.<br />

Aquí existen varias falsedades o<br />

“verdades a medias” que se pueden<br />

desmentir. En primer lugar, la idea de<br />

que el hombre desciende del mono<br />

no forma parte del darwinismo. Así<br />

es, queridos lectores: en su obra<br />

re fere n c i a , “ El o r i g e n d e las<br />

especies”, Darwin planteó la<br />

hipótesis de que humanos y simios<br />

d e s c i e n d e n d e p ro g e n i t o re s<br />

comunes, no unos de otros. Es decir,<br />

planteaba que existía una especie<br />

diferente de la que ambas especies<br />

( s i m i o s y h u m a n o s ) s o n<br />

descendientes directos. Realmente<br />

la idea no era novedosa para la<br />

ciencia de mediados del siglo XIX,<br />

sino que aparecía en trabajos de<br />

otros científicos como Thomas Henry<br />

Huxley (pero esa, amigos, es otra<br />

historia).<br />

Ahora bien, Darwin no propuso que<br />

los organismos se adaptan al medio,<br />

sino que es el medio el que<br />

selecciona a los mejor adaptados<br />

p a r a s u s u p e r v i v e n c i a y<br />

reproducción. La idea de adaptación<br />

d e l o s o rga n i s m o s a l m e d i o<br />

corresponde a nuestro buen amigo<br />

Jean Baptiste Lamarck, científico<br />

f ra n c é s , c u y a s i d e a s f u e ro n<br />

retomadas y renovadas por Darwin.<br />

Por último, y reanudando la idea que<br />

titula esta mentira, Darwin no utilizó<br />

el término “evolución” sino hasta la<br />

sexta edición de su obra principal (“El<br />

origen de las especies”). De hecho, el<br />

término que empleaba en sus<br />

p r i m e r a s e d i c i o n e s f u e<br />

“transmutación”, vocablo que, junto<br />

con “transformación”, eran comunes<br />

entre los científicos de aquellos<br />

años.<br />

Otro dato interesante es que cuando<br />

Darwin publicó su obra, la evolución<br />

ya llevaba siglos estudiándose.<br />

19


Los días no duran 24 horas.<br />

¿Pueden creerlo? Aunque parezca<br />

insólito, sí: nos han mentido<br />

vilmente toda nuestra vida. Resulta<br />

que el día dura 23 horas 56 minutos 4<br />

segundos. Lo que hemos llegado a<br />

entender toda la vida como “un día”,<br />

es llamado por los astrónomos “día<br />

solar”, y este es la cantidad de tiempo<br />

que tarda el sol en moverse a través<br />

del cielo y volver más o menos al<br />

mismo lugar en la Tierra; es decir, las<br />

24 horas que nos han contado. Pero<br />

este lapso es un tanto diferente a la<br />

cantidad de tiempo que le toma a la<br />

Tierra girar una vez sobre su eje, que<br />

son las 23 horas 56 minutos 4<br />

segundos.<br />

Aquelarre<br />

Como ven, la historia y la ciencia -<br />

junto con aquellos encargados de<br />

difundirla en las academias-, nos han<br />

contado una que otra mentirilla que<br />

poco a poco, gracias a conocedores y<br />

curiosos, se han ido desentrañando;<br />

pero, ¿lo bailado quién nos lo quita?<br />

Después de todo, aquí entra<br />

perfectamente una de las frases más<br />

difundidas a lo largo de la serie de<br />

uno de mis antihéroes favoritos de<br />

toda la vida: Dr. Gregory House de la<br />

s e r i e D r. H o u s e M . D . ; y q u e<br />

d e fi n i t i va m e n te, d e s p u é s d e<br />

investigar, es perfecta para efectos<br />

de este artículo informativo:<br />

“everybody lies” (“todos mienten”).<br />

Estas dos diferencias de tiempo<br />

surgen porque la Tierra, en órbita con<br />

el Sol, tiene un total de 365 días, 5<br />

horas, 48 minutos y 46 segundos para<br />

completar el recorrido. Al mismo<br />

tiempo, la Tierra está girando sobre<br />

su eje. Cada día que pasa, la Tierra<br />

tiene que girar un poco más para que<br />

el Sol pueda volver al mismo punto<br />

en el cielo y ese tiempo es de<br />

aproximadamente 4 minutos.<br />

[Marcela Leyva, musa oriunda<br />

de Cd. Cuauhtémoc y criada en<br />

Chihuahua capital, siente<br />

pasión por las letras, la<br />

fotografía y por ti. Se declara<br />

fiel amante del café caliente (el<br />

café frío no es café) y fanática<br />

del rock de la vieja escuela. Es<br />

otaku de corazón, perseguidora<br />

de sueños; y quiere viajar<br />

mucho sin necesidad de recurrir<br />

a ningún alucinógeno.]<br />

20


Felicia y el diablo<br />

ltimamente he visto a Felicia, mi<br />

Úgata, muy deprimida. Se la pasa<br />

todo el día en mi cama sin<br />

levantarse ni pronunciar maullido. Ayer<br />

le pregunté qué le pasaba y me contestó<br />

con un maullido.<br />

Muy enojado, le pregunté otra vez y me<br />

contestó con un sonido como “mrrrau”.<br />

Un poco irritado, le repliqué que a mí<br />

no me hacía tonto, para recibir de<br />

respuesta su silencio y una mirada<br />

acusadora.<br />

—¿Qué pasa, animal?<br />

—¡Mrrrau!.<br />

—¡Eso que dices no es cierto, animal<br />

infernal! ¡No me mientas!<br />

—Mrrrau...<br />

—Te ordeno, Belcebú, que abandones el<br />

cuerpo de este gato puro —aunque al<br />

parecer, a la entidad demoníaca poco le<br />

importaba el drama que estábamos<br />

viviendo mi gata y yo.<br />

Casi furioso, comencé con el siempre<br />

confiable padrenuestro, siendo<br />

interrumpido una y otra vez por ese<br />

sonido que Felicia emitía con cada vez<br />

mayor frecuencia. Para mi fortuna, mi<br />

padre hizo acto de presencia, aunque<br />

no precisamente para rescatarme de tan<br />

desesperante situación.<br />

—¿Qué carajos haces? Contéstame<br />

tú, Andrés, no la gata.<br />

—¡La gata está poseída, papá!<br />

—No estés diciendo tonterías...<br />

21


La peor parte fue cuando el animal (la gata, no mi papá) se<br />

trepó al techo de un solo movimiento, para luego comenzar a<br />

maullar de una manera que nunca antes le había escuchado;<br />

como si fuera un maullido a la inversa -si los humanos<br />

posesos hablan en latín o arameo al revés, ¿por qué no las<br />

gatas?-.<br />

Fue entonces cuando otro rayo de esperanza entró a mi cuarto<br />

(en lo que a mi papá se le pasaba el susto): Melissa, su pareja;<br />

la cual entró furiosa y gritando que yo dormiría afuera y mi<br />

jefe en el sillón de los gatos si no nos callábamos.<br />

—Es que el gato esta poseído… —balbuceó mi viejo.<br />

—¡No digas estupideces! —rugió su fiel amada.<br />

Nuestro improvisada patrulla de exorcistas no podría estar<br />

completa sin Pumosa, otra gata que adoptamos como<br />

mascota. Clavó su mirada en Felicia para después comenzar<br />

con un diálogo en idioma gatuno; una en lenguaje tradicional<br />

y la otra, diabólicamente invertido. El arribo de Pumosa fue<br />

muy oportuno, dado que Melissa optó por retirarse del lugar,<br />

ordenándonos -como si fuera cosa de todos los días- que<br />

bajáramos a la gata poseída del techo y que dejáramos de<br />

hacer ruido.<br />

Después, escuché a mi abuela abrir la puerta de la entrada<br />

principal de la casa.<br />

—Hugo, Andres.<br />

—¡Ahora sí, gata endemoniada, ya te jodiste de ida y vuelta!<br />

—Clamó triunfante mi padre—. Ya llegó la abuela y ella te va a<br />

purificar a chanclazos.<br />

Felicia, o lo que sea en que se hubiera convertido, lanzó un<br />

sonido grotesco, entendiendo bien el futuro que le esperaba.<br />

Su desesperación y la alegría de mi viejo y yo se iba<br />

acrecentando a medida que la dulce viejecita iba subiendo las<br />

escaleras mientras preguntaba por nosotros.<br />

22


—¡Hugo, Andrés! —iba recitando la matriarca mientras<br />

comenzaba su travesía por esas escaleras la cual, me imagino,<br />

se le antojaban eternas.<br />

Al llegar a mi cuarto, lo primero que vio mi abuela fue a la<br />

adorable Felicia afianzada del techo de la habitación, y a mi<br />

padre y a mí con los ojos ya no tan desorbitados -luego de un<br />

rato, te acostumbras hasta al diablo-.<br />

—¿Qué diablos estás haciendo ahí arriba, Felicia? ¡Te me bajas<br />

pero ya!<br />

Felicia obedeció en el acto, pero la tunda no terminaba ahí. Mi<br />

abuela nos fulminó con la mirada, al mismo tiempo que nos<br />

preguntaba qué diantres estaba pasando. Sumiso y<br />

respetuoso, mi viejo le contestó de manera entrecortada:<br />

—No ma', fíjate que… pues Andrés estaba intentando hacerle<br />

un exorcismo al gato, porque pues Satanás de repente y...<br />

—La gata, ¿poseída? Ah no, ¡ahoritita mismo arreglamos eso!<br />

No había terminado de decir lo anterior, cuando ya se había<br />

quitado una chancla y como el arquero más certero de todos,<br />

mi abuela atinó el proyectil justo en el hocico de la pobre<br />

Felicia. Para fortuna de la creatura, no llegó un segundo<br />

impacto, pues mi abuela perdió la otra chancla mientras subía<br />

las escaleras.<br />

...Con lo que no contaba Felicia -de hecho tampoco mi viejo ni<br />

yo mismo-, es que la furia de mi abuela no conocía límites en<br />

ese momento, de tal suerte que ahora ella tomó una de mis<br />

botas del piso y se la aventó a mi gata, con una destreza<br />

asombrosa.<br />

—¡No me rezongues y pon el hocico!<br />

Así, los siguientes 20 minutos fue un suplicio para la entidad<br />

que habitaba a mi gata; uno tan magno, que el ente salió<br />

expulsado con la velocidad de un cometa al terminar la<br />

infame terapia de la mujer más sabia de mi casa.<br />

23


La cólera de mi abuela no se había sofocado, y parte de la<br />

misma nos tocó a mi papá y a mí.<br />

—¿Que carajos estaban haciendo?<br />

—Yo estaba dormido —respondí sin chistar.<br />

—No ma'. Fíjate que Melissa y yo estábamos...<br />

Mi viejo no corrió con la misma fortuna que yo, y su<br />

explicación fue interrumpida con otro chanclazo<br />

especialmente para él. Se los juro: el cuarto retumbó apenas<br />

la pieza de calzado llegó salvajemente a su destino.<br />

—¡Me vale madre! —rugió mi abuela—. ¡En su vida quiero que<br />

me despierten a ayudarlos a purificar al méndigo gato!<br />

Hablando de Felicia, debo decir que luego de la paliza<br />

recibida, optó por convertirse en una bola de pelos; apoyada<br />

en una de las orillas de mi cuarto, casi auto consumiéndose.<br />

Mi abuela terminó su rabioso discurso, amenazándonos con<br />

que no viniéramos a comer al día siguiente ni por el resto de<br />

la semana.<br />

Si bien mi papá y yo eventualmente volvimos a probar bocado<br />

de la cocina de mi abuela, no puedo decir lo mismo de Felicia,<br />

la cual desde hace 50 años (nunca nadie supo cómo vivió<br />

tanto, aunque lo atribuimos a esos minutos bailando pegadito<br />

con el diablo) se siente monja y visita la iglesia de mi barrio<br />

todos los domingos, sin falta.<br />

24


El mejor día de nuestras vidas<br />

e repente, se tumbó. Ya no se movió; se quedó<br />

Dquieta, tirada en el piso. Intenté hablarle, levantarla<br />

para seguir jugando como lo habíamos estado<br />

haciendo desde hacía rato. Pero no quiso levantarse, solo se<br />

quedó ahí, con los ojos viendo hacia el techo.<br />

Entonces me recosté a su lado. Supuse que quizás se había<br />

cansado y decidió echarse un rato para tomar un poco de aire.<br />

Yo también me sentía cansado, así que me pareció una<br />

excelente idea. Entonces me pegué lo más que pude a ella y<br />

me puse a ver el mismo punto en el techo que asumí, ella<br />

estaría viendo.<br />

25


Le pregunté si se estaba divirtiendo, pero antes de que me<br />

respondiera, seguí hablando. Le dije que yo estaba pasando<br />

un momento increíble, que había deseado desde hacía tanto<br />

tiempo pasar un día a su lado. Decidí declararle mi amor.<br />

Le dije que me había enamorado de ella desde la primera vez<br />

que le vi. Sabía que no me creería, pero estaba siendo<br />

honesto, así que seguí con la confesión. Le conté que desde<br />

hacía meses, cuando la vi caminando por la calle, sonriendo<br />

de una forma tan inocente, me había perdido en sus ojos, en<br />

su cabello, en su piel.<br />

Me dio un poco de vergüenza, pero finalmente le confesé que<br />

desde entonces había intentado acercarme a ella. El hecho de<br />

que viviéramos cerca uno del otro, había facilitado las cosas.<br />

Le había dejado notas en el vidrio de su auto, debajo de la<br />

puerta de su casa y en sus ventanas. La seguí un par de veces<br />

cuando recién salía de su casa, con la intención de conocer<br />

sus lugares favoritos; y un par de veces me quedaba afuera de<br />

su casa, pensando en llamar a la puerta, pero me limitaba a<br />

quedarme mirando por la ventana. Me disculpé por haber<br />

hecho tales cosas, pero al mismo tiempo, admití que solo era<br />

tímido.<br />

Entonces la tomé de la mano y sin dejar de mirar al techo, le<br />

dije que en ese momento me sentía el hombre más<br />

afortunado del universo. Que me había sentido un poco triste<br />

esa mañana cuando por fin la invité a tomar un café y ella,<br />

burlándose, me rechazó; pero que cuando entró sin renegar<br />

en la cajuela del auto, mientras le apuntaba con el arma, me<br />

sentí afortunado y supe que ella solo había bromeado y que<br />

realmente quería irse conmigo.<br />

¡Qué maravilloso día habíamos pasado en casa! Cuando recién<br />

llegamos, ella se sentó en una silla. Aunque no paraba de<br />

llorar, se veía hermosa. Hay mujeres que nunca dejan de verse<br />

bellas. Por supuesto que después de un rato, tuve que pedirle<br />

que se callara, pues no podíamos hablar en paz.<br />

26


Tras unos minutos, me pidió que bajara el arma. Yo entendí<br />

que hay personas a las que esas cosas las ponen nerviosas,<br />

así que la dejé sobre la mesa, pero tuve que atarle los pies y<br />

até también sus manos a su espalda. Me daba miedo que<br />

quisiera tomar el arma y se hiciera daño. Era por su bien.<br />

Yo había estado hablando sobre mí, sobre el día, sobre mis<br />

cosas favoritas en la vida y ella escuchaba muy atenta,<br />

aunque sus ojos permanecían llorosos y volteaba<br />

constantemente hacia la puerta. Esto me molestó un poco, así<br />

que me levanté a cerrarla con llave y todas las ventanas<br />

también.<br />

Pasadas unas horas, supuse que era hora de comer. No tenía<br />

nada en casa y decidí salir por algo, pero yo no quería<br />

incomodarla, así que la llevé al sótano. Era la mejor parte de<br />

la casa y la tenía acondicionada como un cuarto de juegos.<br />

La senté en un gran sofá, frente a la enorme pantalla en la<br />

que mis amigos y yo acostumbrábamos jugar videojuegos los<br />

fines de semana. Le pregunté si quería ver alguna película<br />

mientras yo iba por algo de comer, pero ella comenzó a llorar<br />

de nuevo y a gritar.<br />

Debo decir que los gritos me causan un poco de estrés y mi<br />

primer reacción fue darle una bofetada. Fue un poco fuerte y<br />

ella cayó al piso. Me sentí tan apenado, que inmediatamente<br />

la ayudé a levantarse y a sentarse de nuevo. Me disculpé<br />

cuanto pude y le dije que para evitar que eso sucediera de<br />

nuevo, tendría que cubrirle la boca con una camiseta que<br />

había por ahí.<br />

Comer con ella fue increíble, ¡había imaginado tantas veces en<br />

invitarla a algún lugar lujoso o especial! Pero, definitivamente,<br />

las cosas más sencillas son las mejores; y comer en casa, en el<br />

sofá, mientras veíamos televisión, fue perfecto.<br />

27<br />

Cuando terminamos de comer ella se había calmado un poco.<br />

Me daba gusto verla tranquila por fin. Entonces decidí<br />

destapar su boca, aunque antes le tuve que pedir que no<br />

volviera a gritar- Ella aseguró que no lo haría y entonces la<br />

solté.


¡Su boca era tan perfecta! Sentí ganas de besarla y sé que ella<br />

quería que lo hiciera, porque cuando me acerqué a su rostro,<br />

cerró sus ojos. La besé. Tenía unos labios tan suaves; no<br />

quería parar y no me detuve. Pero yo quería más, quería llegar<br />

a todo.<br />

Decidí soltar sus manos y sus pies para poder sentirla<br />

completa. Sentir su piel. No puedo describir la forma en que<br />

me sentí al terminar, pues era el amo del mundo.<br />

Fue después de un momento, mientras yo descansaba a su<br />

lado y veía la televisión, que ella decidió comenzar a jugar. Se<br />

levantó de pronto del sofá y comenzó a correr hacia las<br />

escaleras. Aunque yo estaba un poco cansado, me pareció<br />

muy divertida la idea, así que corrí tras ella.<br />

No sé qué es lo que<br />

usted piensa, pero<br />

créame cuando le<br />

digo que ella y yo<br />

nos amamos y que<br />

ese día, nuestro<br />

primer día juntos,<br />

fue el mejor día de<br />

nuestras vidas.<br />

Había subido un par de escalones cuando la sujeté de la<br />

cintura y la bajé de nuevo. Entonces ella corrió hacia el fondo<br />

de la habitación, donde había una mesa de billar. Tomó uno<br />

de los tacos que había sobre la mesa y me miró amenazante.<br />

Yo sonreí y caminé lentamente hacia ella. Hizo como si<br />

pretendiera golpearme con el taco un par de veces, pero lo<br />

esquivé sin problemas. Luego corrió hacia el lado opuesto,<br />

mientras yo fingía que me costaba trabajo alcanzarla.<br />

Corrimos por la habitación un par de minutos. Ella se<br />

resguardaba detrás de los muebles de vez en vez y yo solo la<br />

seguía como si la estuviera persiguiendo. Fue entonces<br />

cuando ella decidió poner fin al juego, tomando un cenicero<br />

de vidrio que había sobre una mesita y arrojándomelo. Tengo<br />

excelentes reflejos, aunque supongo que ella lo desconocía<br />

totalmente y por eso se atrevió a hacerlo. Tomé el cenicero en<br />

el aire y sin pensarlo, se lo arrojé de vuelta. Ahí fue cuando<br />

ella se tiró al piso y se quedó inmóvil.<br />

Yo podría jurar que solo estábamos descansando. No sé en<br />

qué momento comenzó a sangrar y cómo fue que todo el piso<br />

quedó cubierto de sangre; tal vez se hirió la cabeza al caer al<br />

piso o puede ser que yo le arrojara con demasiada fuerza el<br />

cenicero y le abrí alguna pequeña herida. ¡Pero ella estaba<br />

bien, ambos estábamos bien!<br />

[Sonya Mayfair, originaria de<br />

Chihuahua capital, es misántropa<br />

declarada y filántropa de closet. Ha<br />

brincado de la época del Walkman<br />

a los años del Discman, y aterrizado<br />

en la era del iPod. Con alma de una<br />

mujer de ciento cincuenta años, es<br />

amargada hasta el tuétano. Detesta<br />

los lugares concurridos y adora el<br />

café con whisky. Enemiga acérrima<br />

de las mentiras, es detestada por el<br />

90% de quienes la conocen por su<br />

sinceridad sin filtro.]<br />

28


Dile a los cuervos que no<br />

Primera Parte<br />

erminaba de abrocharse las agujetas de los tenis.<br />

TAlgo que siempre le costaba trabajo. Sentado en<br />

el último retrete del baño de hombres, con el pie<br />

derecho apoyado en la puerta, trataba de hacer el mismo nudo<br />

que debía hacer al menos trece o catorce veces al día. Cuando<br />

termino, permaneció un momento sentado, oculto en el baño.<br />

Conforme los silenciosos segundos pasaban, Allan Morris le<br />

daba furiosas mordidas a un chicle que hace mucho había<br />

dejado de saber a algo.<br />

Escuchó la puerta abrirse, y pasos que sonaban en el<br />

interior del baño. Ya no estaba solo, pero no importaba. Lanzó<br />

un largo bostezo, luego miró el reloj de su teléfono celular; las<br />

9:55. Ya casi era hora, aunque la hora era realmente irrelevante,<br />

solo se decía eso para hacerlo oficial o algo así.<br />

Entre sus pensamientos podía escuchar el agua correr del<br />

grifo. Decidió ponerse en marcha, no tenía caso posponerlo. No<br />

había elegido una fecha especial o algo que valiera la pena<br />

recordar, ni siquiera recordaba que día exacto era, solo sabía<br />

que era miércoles.<br />

29


Se levantó del retrete, se estiró un poco y arrojó el chicle<br />

al agua, luego tomó su mochila del suelo y abrió despacio la<br />

puerta. Frente a él, en el lavamanos, se encontraba Trevor<br />

Owens. Un tipo pequeño y regordete que era experto en<br />

besarles el culo a los maestros para beneficio propio. En ese<br />

momento se arrojaba chorros de agua helada a la cara, la cual<br />

parecía más roja de lo normal. Levantó la mirada y vio a Allan, en<br />

el reflejo, lo que le causó un sobresalto.<br />

–¡Carajo!–el pequeño Trevor dio un paso atrás– Solo eres<br />

tú. Mierda, Morris, deberías dejar de escabullirte de esa forma<br />

detrás de la gente. Así jamás dejaran de decirte…–el espectro<br />

era un apodo que con cualquier otro contexto se escucharía<br />

rudo y genial, de no ser porque la verdadera razón de ese apodo<br />

es que todos afirmaban que Allan parecía un muerto en vida.<br />

Mientras que Allan continuaba viéndolo en total silencio,<br />

Trevor seguía arrojándose agua a la cara, la cual parecía ponerse<br />

cada vez más roja.<br />

–¿Que tanto miras, Morris? ¿Nunca has tenido alergias?–<br />

pero por alguna razón Allan no lo escuchó. Estaba absorto en<br />

sus pensamientos. ¿Debía ser él? ¿Debía empezar aquí, en el<br />

baño de hombres? Trevor Owens era molesto y no le agradaba a<br />

nadie, ni siquiera a los maestros. Tal vez empezar ahí sería un<br />

bien para la comunidad. Por un instante pensó que era la opción<br />

más obvia y que nadie lo culparía realmente.<br />

Trevor se tallaba los ojos sin ponerle atención a Allan,<br />

quien se acercó con aquel sigilo característico que tenía. Luego,<br />

mientras un Trevor ciego luchaba contra sus alergias, Allan abrió<br />

su mochila y sacó una pistola calibre '22 que puso muy despacio<br />

en la nuca de Trevor, pare después disparar.<br />

El estruendo fue ensordecedor y el impacto fue brutal,<br />

más de lo que Allan esperaba. La cabeza de Trevor salió<br />

expulsada hacia adelante en un movimiento, mientras que el<br />

espejo se volvió pedazos. Los oídos aun le zumbaban por el<br />

sonido del cristal desplomándose, y algo de sangre le había<br />

salpicado a la cara y la ropa. El grifo frente a él tiraba agua que se<br />

mezclaba con la sangre y sesos que salía del enorme agujero en<br />

la cabeza de Trevor.<br />

30


Allan tomó un poco de agua para enjuagarse la cara,<br />

luego se vio en el cuarteado espejo. Su cabello negro peinado<br />

hacia atrás y su cara pálida con ojeras y pómulos que parecían<br />

ser los de una calavera lo miraban de regreso. Quizás tenían<br />

razón, quizás ese apodo era el más adecuado para él. No pudo<br />

quitar la sangre de su camiseta, aunque el sabía que eso pasaría<br />

eventualmente, sin embargo sentía algo de lastima, ya que le<br />

gustaba esa camiseta negra con el logo de Motley Crue, una<br />

banda de la cual no era tan fan realmente. Quizás debió usar<br />

ropa totalmente negra, con botas o algo con aspecto militar,<br />

como los otros. Tal vez largas gabardinas como los de<br />

Columbine. Si lo había pensado, pero no le pareció algo<br />

importante al final y no quería ser un triste plagio. Además<br />

pensó que le serviría más sentirse cómodo, ya saben, pro eso de<br />

la agilidad.<br />

Allan salió del baño momentos después, para colocarse<br />

en la entrada. Dio una rápida inspección con la mirada y se<br />

percató que todos lo miraban. Tal vez todos se preguntaban que<br />

había sido ese sonido, y por qué Allan se veía tan tranquilo, o si<br />

Trevor había logrado controlar sus horrendas alergias y su cara<br />

ya no estaba roja como un tomate. Los pensamientos corrían<br />

veloces por su cabeza, en medio de un pasillo lleno de alumnos<br />

en total silencio. Silencio que fue abruptamente por un grito<br />

que al principio no logró entender, hasta que se repitió,<br />

logrando escuchar un fuerte y claro– ¡tiene un arma!– luego<br />

vinieron los gritos de pánico de algunos, y las caras aterradas de<br />

otros.<br />

Allan, en una reacción casi automática, cual reflejo felino,<br />

levantó el arma y empezó a disparar en todas direcciones<br />

esperando darle a algo. En cuanto levantó el arma, todos los<br />

estudiantes del pasillo corrieron en diversas direcciones. Las<br />

balas dieron en los casilleros, algunas dieron en las ventanas y<br />

una, la cual no llevaba esa intención en absoluto, le dio a Nora<br />

Williams en un costado, haciéndola caer. En segundos el pasillo<br />

quedó vacío, así que debía apresurarse. Según lo que había<br />

investigado antes, tenía alrededor de diez o quince minutos<br />

antes de que la policía llegara, así que debía matar a todos los<br />

que pudiera en ese tiempo.<br />

31


De su mochila sacó un cargador extra para su arma, el<br />

cual se metió en el bolsillo del pantalón. A diferencia de otros, el<br />

no portaba esos accesorios de asesino escolar profesional<br />

como cartucheras, fundas y chalecos. Todo lo que llevaba lo<br />

había robado de la armería personal de su padre, quien la tenía<br />

bajo llave. El viejo tonto no sabe que en youtube hay tutoriales<br />

para todo, desde hacer un pavo navideño que no termine todo<br />

reseco, hasta lecciones para abrir candados con un simple<br />

pasador de cabello.<br />

Una vez preparada el arma, Allan sacó su celular y entró al<br />

reproductor de música. Se colocó los audífonos y comenzó a<br />

reproducir una lista que había preparado en spotify el día<br />

anterior. En medio de su ajetreo personal podía escuchar los<br />

gritos de Nora, similares a los de un animal moribundo que<br />

llamaba a la manada por ayuda. Eso no se podía quedar así.<br />

Cuando Nora, quien se arrastró algunos pasos dejando un rastro<br />

de sangre tras de sí, se dio cuenta, Allan estaba apuntándole<br />

directo a la cabeza con una mirada sin expresión, luego vino el<br />

estruendo.<br />

Siguiendo con lo suyo, el chico Morris conectó los<br />

auriculares al teléfono y presionó “reproducir” a una lista de<br />

reproducción a la que simplemente llamó, de entre todos los<br />

nombres ingeniosos que pudo haber preparado para el<br />

soundtrack de ese dia, “ya es miércoles”, la cual empezaba con<br />

Don't stop believin, de la banda Journey. Entonces empezó a<br />

correr por los pasillos.<br />

Allan no estaba loco, pero le gustaba pensar que si, ¿o era<br />

al revés?<br />

Nadie se esperaría que aquel tipo a quien llamaban “el<br />

espectro”, quien contaba chistes a veces y no tenía problemas<br />

con nadie, e incluso era amable con todos, un día llegara y<br />

empezara a disparar como en película del viejo oeste.<br />

32


Recordó aquel documental que vio una vez, donde<br />

afirmaban que las ratas a las cuales no se les prestaba atención<br />

durante la infancia se tornaban más violentas durante<br />

episodios de estrés, pero son putas ratas ¿de qué se puede<br />

estresar una rata? Además las ratas no son gente, quizás no<br />

aplica.<br />

Los pasillos se veían desolados, como esos sábados en la<br />

mañana donde solo acudían a la escuela los conserjes y los<br />

tipos que terminaban castigados por fumar a escondidas o<br />

golpear a otro tipo más débil solo para probar que son el macho<br />

alfa.<br />

Para esas alturas los más listos ya habían encontrado una<br />

salida y habían llamado a la policía. Los más tontos y gordos,<br />

lamentándose de que se encontraban en un segundo piso, se<br />

habían atrincherado en los salones. En ese punto ya no sabía<br />

qué hacer. No tenía un plan de ataque o planos del edificio con<br />

todas las salidas marcadas con círculos rojos; no tenía objetivos<br />

en una lista ni nada de eso. Solo tenía un arma y la intención de<br />

dispararle a todo el que se atravesara.<br />

Caminó despacio por el pasillo, asegurándose de que su<br />

silueta se viera por la ventana de las puertas de los salones,<br />

como en las películas. Sabía que eso se vería genial desde algún<br />

punto. Entonces escuchó un golpe metálico tras de él.<br />

Rápidamente volteó y vio de reojo una silueta rosada con<br />

blanco a la cual le disparo tres veces. Dos de ellas dieron en el<br />

blanco. Al mirarla bien se dio cuenta de que era Bianca Banks,<br />

quien había salido corriendo a toda velocidad del armario de<br />

las escobas, dejando caer una cubeta tras ella. Cuando Allan la<br />

vio en el suelo, desangrándose, con su blusa rosa y su falda<br />

blanca ensangrentadas y su cabello rubio cubriéndole el rostro,<br />

se percató de que ella temblaba como si le estuvieran dando<br />

pequeños choques eléctricos. Tal vez le había dado en una<br />

vértebra o en un pulmón. De igual forma iba a morir.<br />

33


Entonces lo sintió, como un depredador, aunque no<br />

podía oírlos, sabía que estaban ahí, en el mismo armario del<br />

que Bianca había salido corriendo como corcel descarriado,<br />

entonces se quitó los auriculares para escuchar más<br />

claramente.<br />

–Le dije…le dije que no saliera.<br />

–Ya cállate, por favor.<br />

Eran susurros y llantos, y a menos de que las escobas<br />

hablen…<br />

Allan se paró en la entrada y las vio, sentadas,<br />

abrazándose entre sí, llorando amargamente mientras<br />

temblaba una en los brazos de la otra. Eran Lauren Sanders y<br />

Cecilia…en ese momento no podía recordar su apellido. Las<br />

amigas de Bianca temblaban y lanzaban extraños sonidos<br />

mientras lloraban. Su maquillaje estaba todo corrido y parecían<br />

mimos bajo la lluvia.<br />

–Por…por favor. No lo hagas, por favor.<br />

Mientras que una rogaba por las vidas de ambas, la otra<br />

estaba en shock y solo balbuceaba, pero a oídos de Allan, ambas<br />

se escuchaban igual. Lo que realmente lo consternaba en ese<br />

momento era la forma en la que se las habían arreglado para<br />

meterse las tres a un armario tan pequeño con todas esas<br />

escobas y productos de limpieza. Quizás es fácil cuando eres<br />

anoréxica.<br />

Sin perder mucho tiempo, Allan colocó el arma en la<br />

mejilla de Lauren y tiró del gatillo. Un chorro de sangre, pedazos<br />

de carne humana y dientes brincaron directo al rostro de Cecilia,<br />

quien gritó en un tono bastante agudo. Luego vinieron dos<br />

balazos más, uno en la frente y otro en la garganta de Cecilia.<br />

Mientras caminaba, se preguntaba lo que dirían las<br />

noticias. Lo más seguro es que ya fuera noticia en el canal local.<br />

Imaginó a esa presentadora latina con una camisa escotada<br />

hablando sobre el loco del día.<br />

34


–…y en otras noticias, a un chico aparentemente normal<br />

se le fundieron los fusibles hoy y comenzó a matar a sus<br />

compañeros de preparatoria a sangre fría con las armas de su<br />

padre. Ahora Stan con el clima.<br />

Se rio en sus adentros mientras se imaginaba eso. Luego<br />

vendrían las tomas afuera de la escuela y una foto del anuario<br />

donde sale horrible para que todos los tele espectadores sepan<br />

de quien se trata. Al final tendría lugar la entrevista a los<br />

decepcionados padres quienes alegarían que no tenían ni idea–<br />

lo cual era verdad, ni siquiera se lo imaginaban.<br />

–Le juro que no lo sabíamos– diría su padre alterado o<br />

triste– jamás lo vimos jugar con un animal muerto en la<br />

carretera. Asumimos que era normal.<br />

Meses después la gente seguiría discutiendo en los<br />

programas matutinos y en twitter sobre el control de armas,<br />

sobre cómo identificar a un loco potencialmente peligroso y de<br />

las malas influencias en la juventud actual, como los<br />

videojuegos y la música con mensajes satánicos.<br />

Entonces aparecería la pregunta ¿Por qué?. Siempre debe<br />

haber un motivo para todo, siempre debe existir una respuesta<br />

a cada misterio del universo, como, por ejemplo, que hace que a<br />

alguien le entren unas ganas asesinas de, simplemente, ejercer<br />

su derecho norteamericano de dispararle al prójimo.<br />

En ese momento Allan recordó a ese tipo de la torre de<br />

Texas, el francotirador, quien dejó una nota pidiendo que<br />

revisaran su cerebro en la autopsia porque estaba seguro que<br />

algo andaba mal con él. Encontraron un tumor ahí adentro. ¿Y si<br />

eso era? ¿Y si él también tenía algo atorado en sus hemisferios y<br />

no lo sabía?<br />

–¡Allan!<br />

Ese grito proveniente del laboratorio, extrañamente<br />

familiar, lo obligó a pausar you give love a bad name y voltear.<br />

Curioso, caminó hasta ahí con el arma apuntando al frente.<br />

Cuando entró, la vio parada con las manos alzadas. Era Rose<br />

Hannigan.<br />

35


Esa Rose Hannigan, el sueño húmedo de más de la mitad de la<br />

escuela. Cabello largo y alborotado, labios rojos carnosos,<br />

camisa de tirantes sin sostén y pantalones bastante entallados.<br />

–Allan, ¿podemos hablar?– Él lo consideró un momento,<br />

pero no dijo nada–por favor– insistió ella– al final él bajó el<br />

arma.–¿Por qué haces esto? debes detenerte, tú no eres así–<br />

mientras ella movía esos hermosos labios rojos, Allan la<br />

observaba, como si fuera la primera vez que la veía. Como si<br />

apreciara una pintura de algo– no sé qué te pasó, yo sé que tú<br />

eres una persona muy amable, te conozco– eso era verdad a<br />

medias. La realidad es que ella solo le hablaba porque le<br />

gustaba tener a alguien que le pasara las tareas difíciles<br />

mientras ella se perdía a fumar marihuana con tipos de la<br />

universidad. Era linda, realmente linda, y ella lo sabía, y Allan<br />

sabía que ella lo sabía. Aunque admitió para sí que se había<br />

masturbado pensando en ella más de una vez, imaginando la<br />

parábola casi perfecta que su culo formaba en sus apretados<br />

pantalones, en los pezones erectos que sobresalían de sus<br />

blusas y en su boca con labial en exceso dándole una chupada,<br />

él estaba plenamente consciente de que lo trataba de<br />

manipular, como a tantos otros antes de él–…así que deja las<br />

armas y entrégate. Saldremos de esta, juntos– en un<br />

movimiento bastante arriesgado, ella puso las puntas de sus<br />

dedos sobre las manos armadas de Allan. Se sentían suaves,<br />

como lo imaginaba.<br />

Nacido en la ciudad de<br />

Delicias, Chihuahua, y<br />

egresado de la carrera de<br />

licenciatura en periodismo en<br />

la UACH, Omar Gutiérrez se<br />

ha dedicado a la escritura<br />

creativa los últimos cinco<br />

años, centrando sus relatos<br />

en temáticas de terror y<br />

suspenso, donde utiliza<br />

elementos tanto realistas<br />

como sobrenaturales. Sus<br />

relatos han sido publicados<br />

por su parte en blogs, y ha<br />

colaborado con cuentos<br />

cortos para antologías de<br />

diversas editoriales<br />

nacionales y extranjeras.<br />

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