2 elZENTAURO.MX | No. 3 | 21 de septiembre de 2015 elZENTAURO.MX | No. 3 | 21 de septiembre de 2015 3 EDITORIAL <strong>El</strong> derrumbe de la “verdad” histórica Jorge Aguilar Pinto jorgeaguilarpinto@hotmail.com <strong>El</strong> pez por la boca Hacer de chivo los tamales Por ALBERTO CHANONA Twitter: @chanona_alberto Bazar deportivo Volver a casa Por ÓSCAR CRUZ Facebook: el bazar del viejo tío Pony CULTURA E INFORMACIÓN EN EL SURESTE DIRECTORIO Dirección Editorial JORGE AGUILAR PINTO Diseño editorial ALBERTO CHANONA Diseño publicitario RAFAEL HERNÁNDEZ LUGO ALBERTO CHANONA Comercialización WhatsApp: 961 165 6078 WhatsApp: 961 120 6481 Fotografía AGUSTÍN URBINA ALEJANDRO TELLO Colaboradores LUIS MORÁN VILLATORO GUSTAVO E. ROBLES EMMA AGUILAR PINTO DENICE MARROQUÍN FUENTES JUAN LUIS NEGRETE ÓSCAR CRUZ CATARINO RAMÓN TRUJILLO T. RODRIGO UTRILLA LÓPEZ MIGUEL UTRILLA LÓPEZ (t) AVISO LEGAL ZENTAURO.MX es una publicación mensual gratuita que difunde contenidos informativos de cultura general. Es producida por IKONOGRÁFIKA Comunicación y Estrategia. Estás leyendo la edición Número 3. Sureste de México, 21 de septiembre de 2015. A un año de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, noticia que sacudió incluso a la opinión internacional y que las autoridades mexicanas trataron de minimizar en todo momento, la verdad del caso no ha sido develada. Por un lado, la versión oficial se derrumba ante el inobjetable trabajo del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), quienes mediante peritaje demostraron que los normalistas no fueron calcinados en el basurero de Cocula. <strong>El</strong> GIEI probó incluso que jamás se generó, en ese lugar, un incendio de las magnitudes que la versión oficial sugiere y que la PGR difundió como verdad histórica. <strong>El</strong> Grupo Interdisciplinario basó su estudio en declaraciones de los sobrevivientes y en datos obtenidos mediante peritaje. Así, se supo que para incinerar 43 cuerpos, habrían sido necesarias 60 horas, y no 6 como dijo la PGR. Esto, entre otras cosas, como la cantidad de combustible y el tamaño de las llamas que, de acuerdo con el informe del GIEI, hubieran alcanzado tal magnitud (280 metros) que habrían llamado la atención de los habitantes de Cocula, cosa que no sucedió. A los expertos no se les ha permitido (¿por qué?) el acceso a todas las grabaciones y a lugares clave, como el cuartel militar en donde habrían estado los normalistas por última vez. A pesar de ello, el proceso de investigación implementado ha sido del más alto nivel. No sólo eso. Los expertos del GIEI han formulado un documento que desacredita la versión oficial: el Informe Ayotzinapa. Esto constituye un hecho inédito en México. <strong>El</strong> análisis de los fragmentos óseos en Innsbruck es parte sustancial del proceso. Hasta el momento sólo en dos casos éstos astrolabio PASTEL DE ZANAHORIA Irresistible y sencillo de preparar. Ingredientes para la masa: 2 tazas de azúcar, 1/2 taza de margarina, 4 huevos, 2 tazas de harina cernida, 2 cucharaditas de canela molida, 1/2 cucharadita de sal, 2 cucharaditas de bicarbonato de sodio, 1 taza de zanahoria rallada, 1 taza de nueces picadas. Mezcla la margarina, aceite y huevos en la batidora. Añade la harina con los demás ingredientes secos. Agrega también las nueces, pero al final. Vierte el contenido en un molde previamente engrasado. Hornea 1 hora a 350° F (176° C) o hasta que esté listo, de acuerdo con tus costumbres de horneado. ¿Quieres una cubierta de queso crema? http://www.lasdeliciasdevivir.net/2009/01/ pastel-de-zanahoria-una-receta-muy-especial.html coinciden genéticamente con los familiares, aunque debido a irregularidades de la PGR, el Equipo Argentino de Antropólogos Forenses, que asesora a los padres de los normalistas, dice desconfiar de los resultados. Mientras tanto, la estrategia de gobierno es la desviar la atención. Lanza golpes TORITO DE CACAHUATE Bebida típica veracruzana, a base de leche, aguardiente de caña y frutas como guanábana, jobo, nance, coco, etc., o con otros ingredientes como café, nuez o cacahuate. Algunos lo acostumbran mezclado con hielo. La historia más difundida sobre el origen de esta bebida es esta: jornaleros de los ingenios azucareros regresaban a casa, cansados después de un largo día, entonces la preparaban y bebían. <strong>El</strong> resultado, dicen, era que recobraban las fuerzas, se sentían como toros, con nuevo brío. Ingredientes: 1 lata de leche evaporada, 1 1/2 tazas de aguardiente de caña, 1 taza de crema de cacahuate, cacahuates al gusto, canela, mucho hielo. Preparación: Se licua todo. Se sirve inmediatamente. Y se disfruta. Youtube: Torito de Cacahuate en Boca del Río Veracruz. discursivos o noticias mediáticas, como la detención de más implicados, para cambiar un poco el panorama ante la opinión internacional. Pero eso no basta. <strong>El</strong> hartazgo de la sociedad mexicana por éste y otros casos de violencia va creciendo en proporciones nunca antes vistas. LILA DOWNS, NIÑA PASTORI, SOLEDAD: QUE NADIE SEPA MI SUFRIR “No te asombres si te digo lo que fuiste”. Margarita, la diosa de la cumbia, inmortalizó este cóver. Pero si te gusta la cumbia, escucha una extraordinaria versión de esta pieza en las voces de Lila Downs (cantante oaxaqueña que interpreta piezas en español, inglés, mixteco, zapoteco, maya, purépecha y náhuatl y reivindica la música tradicional y las raíces indígenas de México), Niña Pastori (cantautora de flamenco con más de 20 años de carrera, iniciada desde que era niña) y Soledad Pastorutti o Soledad La Sole (cantante de expresión folklórica de Argentina, poseedora de una voz excepcional; también actriz de cine y televisión y conductora de programas musicales). Youtube: Lila Downs, Niña Pastori, Soledad - Que Nadie Sepa Mi Sufrir. Los tamales han estado en América casi tanto tiempo como el maíz, pues es bien sabido que nuestros tatarabuelos y tatarabuelas los comían muy contentos ya desde el 100 a. C. Pero así como el tamal forma parte de nuestra historia, moldea también alguno que otro de nuestros terrores más fundados. ¿Mito? Al menos desde la época colonial, una generación tras otra ha conocido la historia de alguien que halló un dedo en su tamal. Envases de refresco aparte, de ahí pal real el catálogo de hallazgos en la tierna masa es amplio: dientes, huesos, ojos de vidrio, amalgamas, anillos de boda, etc. La misma historia siempre. O casi. Y el hecho de que la relatemos cada vez que hallamos ¿un hueso, una piedrita, pero qué es esto? en nuestro tamal, también dice algo de nosotros. Varios ingredientes hierven en la olla junto a los tamales de esas historias rellenas de delitos. Primero, el horror del crimen: matar a alguien. En las historias del o de la tamalera asesinos, la víctima suele ser la pareja del asesino; aunque a veces también un amigo (o enemigo, según se vea). Segundo, el placer del crimen. <strong>El</strong> asesino es un diletante, escribió alguna vez el sabio opiófago Thomas de Quincey. Vaya, el homicida no es un profesional en eso de echarse al plato a otro, pero de ningún modo se le da mal. Más aún: no sólo no siente culpa, sino que al llevar su crimen a la cocina, el o la tamalera asesinos convierten (y pervierten) al mundo en cómplice, mediante la deglución del pecado. Y así llegamos al tercer ingrediente de esas historias: el tabú del crimen. ¿Hay acaso un tabú más grande que comer carne humana, Dr. Lecter? Porque una cosa es aceptar que los asesinatos existen –y que el canibalismo ha sido recurrente desde Alaska o Canadá hasta la cordillera de los Andes–, y otra muy distinta servir al semejante de uno en un plato, echarle salsa, frijoles, crema y, en una de ésas, meterlo en medio de un bolillo arriba, abajo, al centro y pa dentro. En todo caso, el mayor elemento del horror, el que transforma una cena de tamales en un inquietante albur que nos rifamos cada sábado por la noche, es que esas historias no son simples leyendas urbanas. Porque, oh sí, estupefacto lector, suspicaz lectora: son relatos total y perturbadoramente reales. Dramas de la vida real En 1971, en la colonia Portales del DF, doña Trinidad Ramírez se cansó del maltrato al que la sometía el infeliz de su marido. Así que, bat mediante, lo mandó derechito al hoyo... o más bien, a la olla. Acto seguido, vendió los tamales en la calle y listo. Nadie se habría enterado jamás del canibalismo que su crimen desató entre los despistados transeúntes de su colonia, de no ser porque doña Trini era en el fondo una mujer sentimental (o no supo deshacerse del todo del problema), y se le ocurrió guardar en un frasco con alcohol la cabeza del difunto. Alguien lo encontraría poco más tarde dentro del ropero. Su caso, nos gustaría decir, no se repitió nunca más. Mala suerte. <strong>El</strong> 18 de abril de 2004, el tamalero Carlos Constantino Machuca destazó a su amigo Rigoberto Zabala porque le hacía bullying: “Sí, yo lo maté porque ya me tenía hasta la madre. Siempre me presumía que él era más grandote, más fuerte y más chingón que yo”, explicaría en su declaración ministerial. Pero, como dice el refrán, tanto va el cántaro al agua, hasta que se rompe. Y qué duda cabe: don Carlos se la rompió completita a Rigoberto, a cuchillazo limpio. Cuando lo cacharon, ya iba por la tercera tanda de carne cocida (con especias y hojas de aguacate) de don Rigo. Junto a los restos, en dos ollas vaporeras, la policía halló algunos kilos de masa para preparar tamales, varias salsas y atole. A pesar de ello, don Carlos siempre negó que pensara cocinarlo: “lo corté en pedazos para echarlo por el caño y que se lo comieran las ratas, no para hacerlo tamales. ¡N’ombre, si no estoy loco para hacer eso!”. Ah bueno. Así uno ya se queda más tranquilo. Lo increíble es que ni a sabiendas de que estos crímenes son el pan nuestro de cada día (a veces literalmente), deja uno de ordenar otro de bola y un atole luego de escucharlas. Porque como bien resume nuestra idiosincrasia el “Cochiloco” en <strong>El</strong> Infierno (película de Luis Estrada): “una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa”. No hay que hacerse bolas. Que ni qué. <strong>El</strong> 6 de septiembre de 1995, Carl Ripken Jr. rompió el récord de más partidos consecutivos jugados en la liga profesional de beisbol de los Estados Unidos. La marca anterior, perteneciente al mítico Lou Gehrig, constaba de 2,130 juegos. Ripken Jr. lo superó y se dio el lujo de jugar 502 juegos más. Nadie en la historia de este deporte ha jugado por tanto tiempo como él, a nivel profesional. Una más de las miles de historias inspiradas en el beisbol, cuyo origen e implicaciones culturales ha propiciado estudios y análisis serios. Algo tiene este deporte que mueve masas, emociona a millones de personas y los reúne en legiones, sólo para ver a un tipo lanzar una pelota y a otro que intenta golpearla con un palo lo más lejos posible, y así poder avanzar las tres estaciones de rigor, antes de regresar al mismo punto de donde salió: Home, casa. Alguien dijo que el béisbol es como la vida. Un ciclo que termina y comienza en el mismo lugar. Una y otra vez: en casa. Por eso, la hazaña de Carl Reipken Jr. tiene un sentido de profundidad. Tal vez República Chapoy Informe rarrarrá Con el tercer informe del gobierno priista de Enrique Peña Nieto, la vieja tradición del día del presidente y el “besamanos” ha sido reinstalada, pero ya no en el Congreso (ahí hay populistas antidemocráticos): Mejor hacer la fiesta en Palacio Nacional e invitar sólo a los cuates. Para ello, les mandaron invitación personalizada y gafete oficial con fotografía. La entrada a Palacio resultaba más estricta que a la Casa Blanca (la de Washington). Arrancó la ceremonia, puntual, a las doce, con el protocolo oficial: el himno nacional y la cesión de la palabra al ciudadano presidente. Peña Nieto comenzó refiriéndose a “casos como lo sucedido en Iguala o la fuga de un penal de alta seguridad, además de las acusaciones de conflicto de interés”, como meras anécdotas de la vida nacional. Acto seguido se fue de lleno a la pronunciación de cifras tan inútiles como inverosímiles, pero alegres, eso sí, muy alegres. Hay que reconocer que, al menos, la redacción estuvo bien cuidada y el presidente (en su elemento y donde sí le aplauden) se vio en buena forma de orador. Pero transcurrieron minutos y minutos de franca aburrición, sazonados con aplausos esporádicos; el más emotivo, cuando se refirió a la reforma educativa y que “hemos liberado la educación pública en Oaxaca”. Al día siguiente, el flamante nuevo secretario, Aurelio Nuño, diría que con la reforma educativa (cito textual): “vamos Carl Ripken Sr. y Carl Ripken Jr. en 1982. Apenas un año antes, Ripken Jr. había debutado en el equipo donde militaría el resto de su carrera: en los Orioles de Baltimore. en la simpleza de un turno al bat, o en la espiral de una pelota que rompe rumbo al plato, fue capaz de ver lo efímero de la vida. Y quizá los espectadores se maravillaban con el hecho de que él, como cualquiera, pudiera revivir en cada encuentro la vieja historia, la del ciclo de la vida que siempre guarda una oportunidad: la de sacar un par de bolas de foul antes de conectar Home Run y, entonces sí, volver a casa. Por JUAN LUIS NEGRETE larepublicachapoy.blogspot.mx A LA BIO, A LA BAO, A LA BIM BOM BÁ... “Después de dos horas de ejercer la demagogia, el presidente Peña criticó la demagogia”, apuntó el escritor Juan Villoro. a traer dinero del futuro al presente” (y luego no me creen cuando les digo que estamos en un vórtice del túnel del tiempo; ayer vi pasar a Tony y a Douglas, por cierto). La cosa es que eso de traer dinero del futuro al presente en mi pueblo lo llaman deuda, y si esa deuda se pone a cotizar en la bolsa de valores y se nutre de capital privado, se adquieren otra serie de compromisos. De 20 años a la fecha han venido diciendo que la educación no se va a privatizar, pero eso es lo que ha ocurrido. ¿Será que de verdad no se dan cuenta que con ese discurso le acaban dando la razón a Andrés Manuel? ¿A qué le temen? ¿No se supone que ya vivimos en la “normalidad democrática”? En fin, que nos esperan tres años más de campañas, rebosantes de lodo y de caca, ya verán.