Gente Deporte y mas

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Página
• Opinión
La patria no tiene la culpa
Por: El Reutilizador
Hace una buena cantidad de
ediciones publiqué en este medio
el artículo ”Opúsculo de una
patria adicta a chupar petróleo”
el cual iniciaba con una descarnada,
punzante, realista y poética
descripción personal de mi
tierra, Colombia la maltratada,
pisoteada y escupida por todos
nosotros, sus hijos, los peores de
todos. Hoy quiero aprovechar el
ambiente electoral para defenderla,
no es que sea mala madre,
nosotros nos salimos de sus manos
hace varias generaciones.
Si pertenece usted al inexistente
grupo de personas que jamás
se ha quejado de la política,
la corrupción, el sistema de salud
o el sistema educativo, del
sistema de transporte y la piñata
que es hoy el resultado de los
ingenieros viales que la armaron
con nuestras calles o en general
del despilfarro de los fondos
públicos, pues me parece muy
extraño, porque o está diciendo
mentiras, es usted privilegiado
de vivir aislado de la realidad del
país o en definitiva nunca existió.
Y es que todos tenemos días
patriotas, como por ejemplo en
los que la selección juega o de vez
en cuando cuando un deportista
Yo hoy no les voy a
decir por quién votar,
solo quiero invitarlos
a reflexionar sobre la
realidad de la localidad
en que vive, piensen
si merece la pena
contribuir al salario de
una persona inservible
por cuatro años a
cambio de algo que
nos dará felicidad por
menos tiempo o si
realmente quieren ser
parte del cambio, no
le cuesta nada poner
su contribución en la
labranza del nuevo
camino por un futuro
mejor.
Tomada de: https://www.eluniversal.com.co/politica/fiscalia-procesara-por-lavado-de-activos-en-campanas-46691-DTEU126948
Tomada de: https://www.elespectador.com/elecciones2019/tras-modificaciones-117822-candidatos-participaran-en-las-elecciones-regionales
gana un reconocimiento importante
en el extranjero, por otra
parte cuando el político de turno
se tropieza o cuando el opositor
al nuestro gana popularidad,
todo el año nos pasamos criticando,
peleando y escupiendo
el suelo, pero a la hora de recibir
nuestra porción de culpa y
responsabilidad al respecto nos
desaparecemos con más agilidad
que la de cuando toca la puerta el
gota a gota.
¿Y el día de las elecciones qué
pasa? Pues a una gran mayoría
decisiva se le olvida la ¨pendejada¨
y empieza con disimulo y hablando
entre los dientes para que
nadie escuche: –que por cuánto
me compra el voto el candidato–
otros –vea, que si me ayuda con
el mercado– en la esquina –que
necesito un televisor, una lavadora
o una nevera– el vecino –
que quiero echarle la plancha a
la casa– el hijo de la de enfrente
–que si me da el almuerzo lo
apoyo– eso una sola persona se
lo dice a todos los candidatos
y termina botando el voto en la
casilla que corresponde al que
más le dió para renovar el ciclo
de alaridos no de culpa si no por
show de que el que ganó no sirve
para nada y todo se lo robó,
vuelve y juega el berrido –¡Ay!
que siempre ganan los mismos o
los mandados por los mismos–
otros –¡Ay! que la maquinaria– Y
ojo que un político nombrado por
voto popular no actúa solo, cada
uno de sus electores es cómplice,
cada habitante es un piñón
de esa fábrica, la plaga más perjudicial
de Colombia somos sus
pobladores que abusamos de su
confianza, ponemos a mamar de
la teta pública sin pensar primero
quienes son los que se alimentarán
para luego actuar a favor de
terceros, se chupan toda la leche y
a la población que representan la
dejan mirando, pero eso nos gusta,
seguimos desarrollando el sentimiento
de muertos de hambre,
pasamos la vida entera velando lo
que nunca tendremos por idiotas,
pareciera que nos alimentara más
armar este show quejumbroso absurdo
que no sirven de nada.
Yo hoy no les voy a decir por
quién votar, solo quiero invitarlos
a reflexionar sobre la realidad
de la localidad en que vive, piensen
si merece la pena contribuir
al salario de una persona inservible
por cuatro años a cambio
de algo que nos dará felicidad
por menos tiempo o si realmente
quieren ser parte del cambio, no
le cuesta nada poner su contribución
en la labranza del nuevo
camino por un futuro mejor.
Ese futuro no le tocará a sus
hijos, pero si empezamos este
año, al menos le tocará a los hijos
de sus nietos. Nunca es tarde
para llevar el pié de atrás para
adelante y abrir marcha, pero
entre más tiempo perdamos,
más cerca estaremos de darnos
cuenta que el panorama no tiene
arreglo. Poner una X en un
tarjetón no requiere mayor esfuerzo,
piensen muy bien por
¿Y el día de las
elecciones qué pasa?
Pues a una gran
mayoría decisiva se le
olvida la ¨pendejada¨ y
empieza con disimulo
y hablando entre los
dientes para que nadie
escuche: –que por
cuánto me compra el
voto el candidato– otros
–vea, que si me ayuda
con el mercado– en la
esquina –que necesito
un televisor, una
lavadora o una nevera–
el vecino –que quiero
echarle la plancha a la
casa– el hijo de la de
enfrente –que si me da
el almuerzo lo apoyo–
eso una sola persona
se lo dice a todos los
candidatos y termina
botando el voto en la
casilla que corresponde
al que más le dió.
quién darlo, siéntese a escuchar
las propuestas de los candidatos,
investiguen sus hojas de vida y
entreguen sus votos a la verdadera
mejor opción de su ciudad
y localidad.