Dinero y Evolución - del Materialismo a la No-dualidad
Hemos transitado milenios cargados de sufrimiento, carencias, pérdidas, crisis, guerras, culpabilizaciones, victimismos y sacrificios, y ha llegado la hora de comprender que otra Vida es posible. Te proponemos, a lo largo de estas páginas, recorrer el sendero del discernimiento y el libre albedrío para reconocer tu Poder espiritual, en la experiencia No-Dual de tu existencia. Y que puedas resignificar la relación que mantienes con el dinero cuya fuerza magnética está destinada a redimir a la humanidad, dadas las implicancias que este proceso de entendimiento supone. El mayor desafío de la época está dado por la comprensión del significado velado del dinero, pues es la clave para la manifestación de una vida no-dual, en este plano de la materia. Esperamos, de corazón a corazón, que estas palabras resuenen en tu campo electromagnético.
Hemos transitado milenios cargados de sufrimiento, carencias, pérdidas, crisis, guerras, culpabilizaciones, victimismos y sacrificios, y ha llegado la hora de comprender que otra Vida es posible.
Te proponemos, a lo largo de estas páginas, recorrer el sendero del discernimiento y el libre albedrío para reconocer tu Poder espiritual, en la experiencia No-Dual de tu existencia. Y que puedas resignificar la relación que mantienes con el dinero cuya fuerza magnética está destinada a redimir a la humanidad, dadas las implicancias que este proceso de entendimiento supone. El mayor desafío de la época está dado por la comprensión del significado velado del dinero, pues es la clave para la manifestación de una vida no-dual, en este plano de la materia. Esperamos, de corazón a corazón, que estas palabras resuenen en tu campo electromagnético.
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<strong>Dinero</strong> y <strong>Evolución</strong>: <strong>del</strong> materialismo a <strong>la</strong> <strong>No</strong>-<strong>dualidad</strong><br />
¿Qué es el “yo”?<br />
<strong>No</strong> existe <strong>la</strong> posibilidad de que un “yo” se reconozca fragmentado —a<br />
menos que estemos ante un cuadro psicopatológico—. Si usted piensa<br />
en sí mismo, verá que se reconoce en re<strong>la</strong>ción con otro y con su propio<br />
entorno. <strong>No</strong> será capaz, a priori, de reconocerse formando parte <strong>del</strong> otro<br />
y/o de su entorno. Esta es <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve de <strong>la</strong> <strong>dualidad</strong>: existimos —en tanto<br />
percepción identificatoria de lo que somos— siempre y cuando tengamos<br />
consciencia de que estamos separados <strong>del</strong> “otro”, de los “demás”, <strong>del</strong><br />
“resto” existente. Este proceso se denomina “yoidad”, y es lo que estructura<br />
<strong>la</strong> vida en esta dimensión material. Si no fuéramos capaces de decir<br />
y sentir que somos un “yo”, no podríamos identificarnos ante lo diferente<br />
que no somos “nosotros”.<br />
Este proceso natural e inevitable para el ser humano nos permite experimentar<br />
<strong>la</strong> existencia como sujetos, frente a lo diferente que denominaremos<br />
objetos u “otros”. Pero además aparece un elemento a nivel<br />
psíquico denominado “ego”, que alude a todas <strong>la</strong>s experiencias psíquicas<br />
emocionales y sentimientos que el sujeto transita. Mientras el sujeto<br />
experimenta actos cognoscitivos —conoce en <strong>la</strong> modalidad descripta de<br />
verse separado de todo, pues si no, no adquiere sustancialidad—, el “yo”<br />
le recuerda que existe sólo desde <strong>la</strong> propia indivi<strong>dualidad</strong> personal.<br />
Así, José, por ejemplo, entiende epistemológicamente que conoce en<br />
tanto y en cuanto su yo permanezca individualizado, y se sentirá alegre<br />
o triste según su ego experimente los eventos asociados a su vida. Este<br />
hecho tiene enormes implicancias a <strong>la</strong> hora de trascender <strong>la</strong> <strong>dualidad</strong><br />
desde <strong>la</strong> consciencia unificadora, pues toda emoción y sentimiento deja<br />
atrapado al ego en <strong>la</strong> creencia de que lo externo le determina lo que le<br />
acontece, pues no puede verse formando parte de lo acontecido. Esto<br />
que en apariencia resulta una cuestión irrelevante es el pi<strong>la</strong>r <strong>del</strong> sufrimiento<br />
humano, dado que pocas personas han logrado comprender<br />
hasta el momento que esta condición de <strong>dualidad</strong> es <strong>la</strong> que esc<strong>la</strong>viza su<br />
experiencia en el campo de <strong>la</strong> existencia. Comprender que no se es esc<strong>la</strong>vo<br />
de <strong>la</strong>s circunstancias externas es dejar de tener aprisionada el Alma<br />
bajo una emocionalidad que siempre depende <strong>del</strong> “afuera”, desconecta-<br />
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