Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
POR JUAN MANUEL PAIRONE
Fonso
Desde Castelar, un gurú del sampler da forma
a un universo urbano, negro, nostálgico y
psicodélico. Todo eso en un disco de más de
90 minutos de música en forma de enciclopedia
digital e interactiva.
internet. la herramienta de
herramientas que ha venido a modificar
la vida humana de los últimos
20 años también ha cambiado
para siempre la percepción que
tenemos sobre la música, convertida
hoy en un contenido al que se
accede prácticamente sin limitaciones
de tiempo y espacio. La
historia es conocida y una de sus
consecuencias más románticas ya
ha sido multiplicada en artículos y
casos testigo: algún alma entregada
al arte crea, desde su habitación,
una música capaz de conectar
con miles y miles a partir de una
ingeniosa interpretación de toda
esa metadata disponible para ser
devorada desde YouTube o Spotify.
Fonso es, ni más ni menos, otro de
estos pequeños genios digitales con
sensibilidad atemporal.
Su segundo álbum se llama
Some Plays y fue editado por Yolanda
Discos en octubre. Aunque
el formato álbum no sea, quizás, el
más ajustado para describir a esta
atrapante amalgama de samplers,
mezclas e intervenciones en forma
de playlist. En el medio, canciones
que tienen funk, soul, electrónica
garage, pop, espíritu vaporwave
y mucha pero mucha inventiva
puesta en cada esquina. Influencias:
Primal Scream, INXS, Red
Hot Chili Peppers, Marvin Gaye,
Michael Jackson y más, ¡quién sabe
cuánto más! Fonso es un adicto a
cortar y pegar músicas de aquí y de
allá, técnica que aparece en cada
una de las 27 canciones del disco.
Con una hora y media de duración,
Some Plays se asemeja a
un recorrido aleatorio por buena
parte de las corrientes que dan
forma a la idea de rock y pop,
y su portada es una confirmación
de esa idea. Con referencias
musicales sampleadas gráficamente
para generar un diseño
inspirado en Sgt. Pepper’s, de The
Beatles, y también en Anderson
Paak, Fonso exhibe ahí mismo su
banco de sonidos y su universo
creativo. La imagen sostiene lo
que la música sugiere. Haciendo
foco en los pequeños detalles para
sostener la fluidez, Fonso utiliza
la línea de piano de Los dinosaurios,
de Charly García, pasa a una
intervención sobre la hinchada de
Boca y luego remata con un anuncio
tipo Sprayette marcando la
llegada a la mitad del disco. Pese a
la variedad de fuentes, nada parece
fuera de lugar. El flujo musical
resulta ser ese famoso “todo superior
a la suma de las partes”.
Rinco
El pop de Córdoba tiene en este joven grupo a una de
sus mayores promesas. Su primer disco sorprendió por
su madurez y sus canciones. El sonido y la frescura de
Adolescente elevan la vara de una escena marcada por
la ambición y la exigencia.
detrás de hipnótica, telescopios,
Juan Ingaramo, Francisca y
Los Exploradores o Valdes, una
nueva camada de músicos dice
presente en una escena cordobesa
que mantiene su peso propio y no
deja de recibir influjos de modernización
gracias a un circuito de
conciertos variado y cada vez más
permanente. Una segunda avanzada
artística que creció como
público junto al desarrollo de
grupos más afianzados y también
tiene un vínculo más cercano con
la música que hacen sus contemporáneos.
Rinco, por caso, es una
de esas bandas cuyos integrantes
dicen presente cuando Bandalos
Chinos vuelve a la ciudad y han
sido impactados por la locura escénica
de Louta.
Además, el grupo acaba de editar
uno de los discos más importantes
de 2017 de la mano del sello
independiente cordobés So High
Records. Adolescente, su primer
larga duración, muestra de entrada
un magnetismo tan fuerte como
indescriptible. Las canciones hacen
su camino y se suceden con gran
fluidez. Los estribillos, los arreglos
de guitarra y la preciosa base rítmica
flechan como Cupido. El amor
es, de hecho, uno de los temas
fundamentales de un disco que
muestra una personalidad artística
en pleno desarrollo, pero da cuenta
de una inquietud innata. Un dejo
al pop mexicano tan bien asimilado
por Indios y el reflejo mayor de
artistas como Babasónicos o Café
Tacvba manifiestan una vocación
por contar buenas historias en forma
de canciones provocativas. Rinco
lo consigue y sienta las bases de
una carrera ambiciosa.
Buena parte de esto tiene que
ver con Bernardo Ferrón, guitarrista
de Telescopios, que se encargó
de producir artísticamente el disco
y puso al servicio su vocación experimental
en términos de audio.
Cada instrumento (voz, guitarra,
bajo, batería y programaciones)
está pulido como un diamante en
bruto que consigue su máximo
brillo. El registro y la presencia del
cantante Marcos Saavedra-Bascary
irrumpen como una de esas
buenas noticias que son capaces
de cambiar el panorama de un día
funesto. Su parsimonia transmite
una tranquilidad que refuerza el
lenguaje sonoro planteado desde
la interpretación instrumental y
desde la mezcla. En definitiva, las
canciones parecen diseñadas a la
medida de una voz que tiene algo
nuevo para decir. Por lo pronto, es
un primer disco que invita a esperar
sin prisa la llegada de una nueva
aventura musical.
BILLBOARD.COM.AR
59