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Introducción a la Lógica - cap 1 y 2

intro logica cap 1 y 2

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idéntico al que se plantearía si hubiera desacuerdo en la creencia y no en la actitud. Pero, es posible disponer

de otros métodos para resolver un desacuerdo en la actitud. Puede intentar se la persuasión, utilizando en gran

medida el discurso expresivo. La retórica puede ser de gran utilidad cuando se trata de unificar la voluntad de

un grupo, de lograr la unanimidad de actitudes. Pero, como es de suponer, es completamente inútil para

resolver una cuestión de hecho.

Cuando el desacuerdo reside en las actitudes, no en las creencias, puede expresarse el más vigoroso y,

naturalmente, genuino desacuerdo con enunciados que son todos ellos literalmente verdaderos, al menos en lo

que respecta a su contenido informativo. Un ejemplo ilustrativo de esto lo encontramos en la Autobiografía de

Lincoln Steffens. Poco después de 1900, Steffens, en su condición de revelador de escándalos, fue a Milwaukee

para preparar una acusación contra 'ese demagogo' de Robert La. Follette, que era por entonces gobernador de

Wisconsin. Steffens visitó primero a un banquero, quien sostenía que La Follette era un "avieso hipócrita que

agitaba al pueblo con ideas anarcosocialistas y perjudicaba los negocios".

Steffens pidió al banquero que le diera pruebas de todo esto y describe como sigue lo que sucedió:

...el banquero empezó a demostrar, sus acusaciones de hipocresía, de anarcosocialismo, etc., de manera

atropellada y acalorada, hasta que me di cuenta de que mi testigo exponía más sentimientos que hechos; o si

conocía hechos, no los podía manejar. Comenzaba a relatar alguna acción de La Follette e inmediatamente tenía

un estallido de rabia. Era indudable que odiaba al hombre, pero yo no podía escribir una acusación basándome

únicamente en su rabia 5.

La conversación de Steffens con el banquero fue interrumpida por la llegada de un abogado, quien se preparaba

para presentar las 'pruebas' contra La Follette. Steffens prosigue así su relato:

Cuando le relaté la conversación sostenida entre el banquero y yo, y le dije que yo quería ante todo las pruebas

de la supuesta deshonestidad, respondió: "Oh, no, no. Ud. está equivocado. La Follette no es deshonesto. Por lo

contrario, el hombre es peligroso precisamente porque es muy sincero. Es un fanático."

Podemos observar que la tercera posibilidad mencionada anteriormente se halla aquí perfectamente

ejemplificada. Había desacuerdo en las creencias del banquero y del abogado en lo relativo a la honestidad de

La Follette. Pero esta cuestión he hecho quedaba completamente oscurecida por la de la actitud. En ésta había

un sólido acuerdo. Ambos desaprobaban a La Follette y sus acciones; lo curioso es que el banquero lo

desaprobaba porque era 'avieso' y el abogado porque era 'muy sincero'. Luego, el abogado comenzó a relatar

los hechos. Su intención era lograr un acuerdo con Steffens. Éste continúa su relato:

El abogado, con el banquero ceñudo e impaciente sentado a su lado, presentó ordenadamente los cargos contra

La Follette, las medidas que había promovido, la legislación presentada y propuesta, sus métodos políticos, etc.

Horrorizado por las cosas mencionadas en su lista y alarmado por la política y el poder que tenía este

demagogo, pronunció

5 Citado, con autorización, de The Autobiography of Lincoln Steffens; copyright, 1931, por Harcourt Brace and

Company, Inc.

su veredicto con emoción, fuerza y elocuencia, El único inconveniente era que a mí las medidas de La Follette

me parecían razonables, sus métodos democráticos, sus propósitos justos y moderados, y su firmeza y espíritu

de lucha admirables y heroicos.

Lo que ocurrió aquí fue que la exposición de los hechos realizada por el abogado, hechos en los cuales Steffens

presumiblemente creía al igual que el abogado, no bastó para producir el tipo de acuerdo en la actitud que el

abogado buscaba. La actitud de Steffens hacia esos hechos era totalmente distinta de la del abogado. Aportar

más pruebas de que los hechos eran tales como se los había descripto, literalmente, no hubiera conducido un

ápice a los dos hombres a un acuerdo mayor en la actitud.

La 'emoción, la fuerza y la elocuencia' del abogado eran factores importantes, pero no suficientes. Lo que el

abogado consideraba como audaces innovaciones y radicales alejamientos del orden establecido, Steffens

tendía a considerarlo como mejoras progresistas tendientes a la eliminación de prejuicios anticuados. Ambos

estaban de acuerdo en que había cambios.

Pero las estimaciones de éstos eran diferentes. Ocurría lo contrario con el abogado y el banquero. Sus

estimaciones eran las mismas, aun cuando discreparan en la cuestión de hecho de saber si La Follette era

taimado o sincero.

" La lección que podemos sacar de estas consideraciones es simple, pero importante. Cuando dos partes en

litigio proclaman su desacuerdo y expresan sus puntos de vista divergentes en enunciados Que son lógicamente

consistentes, todos ellos quizá verdaderos literalmente, sería un error decir que los antagonistas 'en realidad' no

discrepan o que su desacuerdo es 'puramente verbal'. No dicen simplemente 'lo mismo con palabras diferentes'.

Naturalmente, pueden usar formas personales de expresión para indicar lo que es, literalmente, el mismo

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