NÚMERO 4
Revista para Fotógrafos de Naturaleza www.objetivonatural.com
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La Tortuga Boba
La Consejería de Medio Ambiente, El CSIC y otros organismos
han llevado a cabo desde el 2007, un proyecto
de re-introducción de la tortuga boba (Caretta caretta,
en peligro de extinción) en el Parque Natural Cabo de
Gata-Níjar. El proyecto se inició fruto del convenio entre
la Consejería y la Estación Biológica de Doñana. El
marco de las actuaciones ha sido la gran playa de Las
Amoladeras, por ser la más idónea para la realización
de la puesta de huevos de tortuga boba procedentes
de Cabo Verde; por sus temperaturas, localización en el
interior del Parque Natural, su ancho de arena y sus 6
kilómetros de litoral que la hacen ser una playa solitaria
y muy poco visitada. Todo esto hace de esta playa el
lugar perfecto para que en un futuro las tortugas bobas
vuelvan a desovar por el principio de impronta. Así,
cada otoño nacen entre 150-300 tortuguitas que al año
siguiente serán puestas en libertad en el mismo lugar
donde nacieron, Las Amoladeras.
Ruta por los desiertos
del P.N. Cabo de Gata
“Cada vez que penetro en este desierto me siento
transportado a los más grandes y abiertos paisajes del
planeta. No se trata de California ni de un país exótico,
sino de Almería, que en el P.N. Cabo de Gata tiene una
extensión de varios kilómetros cuadrados poco conocida
y visitada por la gente. Se trata del paraje de Las
Amoladeras, que linda con una playa virgen y desértica
de 6 kilómetros de longitud, junto al charco de Rambla
Morales donde flamencos y cientos de especies de aves
viven en libertad y perfecta armonía. A parte de jabalís,
conejos y otros pequeños mamíferos, siempre espero
encontrarme con un Puma, o algo parecido...” Manuel
Mata Oliver (Manuma).
Les propongo una visita al P.N. Cabo de Gata en la que
podrán hacerse una idea de todo lo que se dice en este
artículo… un recorrido en el que visitaremos dos lugares
bien diferenciados del parque sin apenas utilizar el
coche para ello. En primer lugar conoceremos el paisaje
estepario y desértico del Cabo de Gata y en segundo
lugar accederemos a la costa volcánica más sorprendente
y a la famosa Duna Rampante de Mónsul.
Entrando al P.N. Cabo de Gata por el Oeste (Bahía de
Almería) por la población de Retamar-El Toyo, cogeremos
el primer desvío a la derecha que nos llevará directos
y atravesando la estepa por un camino asfaltado hasta
la Torre Vigía de Torregarcía donde dejaremos el coche,
dejando de lado y a la derecha la Ermita de Torregarcía.
A partir de este momento estamos ya en el paraje de Las
Amoladeras o de Las Marinas. Comenzamos a caminar
en dirección Este, siempre con el Mar Mediterráneo a
nuestra derecha. Aquí tenemos varias opciones, podemos
caminar por la gran playa de Las Amoladeras o ir por
los caminos de tierra que nos llevarán hasta el punto final,
la Rambla de Morales (9 kilómetros ida y vuelta). Si
decidimos ir por el interior de la ruta podremos apreciar
la vegetación de la llanura esteparia del Cabo de Gata en
todo su esplendor, y si nos adentramos un poco más en
el desierto (abandonando el camino) daremos un paseo
de ensueño entre pitas, miles de pitas, en un paisaje que
te transportará a los grandes desiertos del planeta. Sabremos
que llegamos al fin cuando nos topamos con la
grata sorpresa del Charco de Rambla Morales, separado
del mar por escasos 50 metros. En este lugar la vida salvaje
animal bulle en el interior del desierto, donde decenas
y cientos de especies de aves disfrutan de su oasis
particular. Es un lugar particularmente bello para ver el
atardecer. Aquí tendremos que dar la vuelta para regresar
al punto de origen, a la Torre Vigía de Torregarcía.
Para el último destino deberemos ir con el coche al
pueblo de Cabo de Gata (muy cerca de donde hemos
estado) y recorrer la bonita recta que separa el mar del
paraje de Las Salinas con sus palmerales, en dirección
al Faro del Cabo de Gata, en el mismísimo mirador del
Arrecife de Las Sirenas, hacer una parada obligatoria y
luego deshacer el camino (con el coche) unos 200 metros
y girar a la derecha hacia a las alturas de la Torre
de la Vela Blanca, pasando por el Domo de Punta Baja
y el Arrecife del Dedo. En todo lo alto dejaremos el vehículo
y empezaremos a descender la pista que aparece
a la izquierda hacia el paraíso volcánico y desértico del
Campillo de Genoveses, con sus impresionantes calas
donde lo sobrenatural se fusiona con la Naturaleza. Cala
Carbón la primera, la Media Luna y Mónsul después, las
calas mágicas del Barronal y la pequeña Bahía de Genoveses
al terminar. Antes de volver sobre nuestros pasos
hacia el coche, ya nos habremos fundido con el bellísimo
paisaje, un desierto clavado en el paraíso… y no querremos
irnos.
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