Ángel Metropolitano 246
El caso de Emilio Lozoya está atorado
El caso de Emilio Lozoya está atorado
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2 Jueves 17 de septiembre de 2020
REPORTE
EDITOR: David Casco COEDITOR: Juan Martínez
Ángel Metropolitano
TRATO PRIVILEGIADO
El trato exclusivo que la Fiscalía General de la República (FGR) le ha
dado a Emilio Lozoya Austin resulta por demás extraño. Desde que el
acusado fue repatriado de España, el 16 de julio pasado, la FGR no ha
reparado en atenciones para el exdirector de Pemex.
¿Quién le miente al Presidente?
El caso de Emilio Lozoya se
encuentra empantanado
El exdirector de Pemex,
quien se encuentra en su
residencia bajo vigilancia,
alarga su proceso penal y
no ha sido citado para que
amplíe sus declaraciones
<< J. Jesús Lemus
El caso de Emilio Lozoya, que desde el
pasado 11 de agosto cimbró a la clase
política mexicana al señalar una red
de corrupción que saqueó a Pemex y
en donde se involucra a ex presidentes, exsecretarios
de estado y exlegisladores de todos los
partidos políticos, no solo se encuentra empantanado,
sino que podría convertirse en el gran
engaño con el que la Fiscalía General de la República
(FGR) mantiene distraído al presidente
Andrés Manuel López Obrador.
A más de un mes con 17 días de que Emilio
Lozoya emitiera su declaración ministerial, en
donde refiere con nombres, fechas y montos
la red de sobornos y corrupción que encabezó
durante su gestión al frente de Pemex, todavía
la FGR no ha sido capaz de llamar a cuentas a
ninguno de los mencionados, y tampoco ha podido
corroborar lo dicho por el imputado.
No solo eso; tampoco Emilio Lozoya ha sido
reclamado por la FGR para que amplié su declaración
sobre algunos tópicos en particular que
podrían esclarecer los hechos de las dos líneas
de investigación en la ruta de corrupción que se
siguen sobre los casos particulares de Odebre-
cht y Agronitrogenados, los que le costaron al
erario más de 23 mil 500 millones de pesos.
Por extraño que parezca, según confirmó
a Ángel Metropolitano una fuente de la FGR,
esta dependencia “no ha querido ampliar la
declaración de Emilio Lozoya Austin bajo el
argumento de que el imputado no se encuentra
en condiciones físicas y emocionales” para
seguir adelante con el proceso, esto luego que
la defensa de Emilio Lozoya acusara “un estado
de estrés que le impiden a su representado
ampliar con claridad lo dicho inicialmente en
su declaración ministerial”.
De esa forma, pese al reclamo del presidente
López Obrador de la aplicación –en el caso de
Emilio Lozoya– de un juicio apegado a derecho
y expedito, la FGR no solo ha aceptado la postergación
del proceso a voluntad del acusado, sino
que se mantiene en la postura inicial de darle
un trato preferencial al señalado de corrupción,
amparado bajo la figura de Testigo Colaborador.
UN TRATO MÁS QUE PRIVILEGIADO
El trato exclusivo que la FGR le ha dado a Emilio
Lozoya Austin resulta por demás extraño. Desde
que el acusado fue repatriado de España,
el 16 de julio pasado, la FGR no ha reparado en
atenciones: se le trajo en un avión Bombardier
Challenger 605 (el mismo que llevó a El Chapo
Guzmán a Nueva York) que exprofeso hizo el
viaje, nunca fue esposado, a bordo se le permitió
beber vino tinto y hasta pudo hacer media
docena de llamadas telefónicas.
Los funcionarios de la FGR que fueron los
encargados de la operación de repatriación de
Emilio Lozoya cuidaron en todo momento que
durante el viaje nadie de la tripulación hiciera
tomas de video o fotografías con sus teléfonos
celulares y estuvieron pendientes de servir
todo tipo de viandas al acusado; en el trayecto
Emilio Lozoya fue atendido con galletas, dátiles
y queso. En dos ocasiones le sirvieron vino tinto.
Ya en suelo mexicano, luego de una escala en
Canadá, Emilio Lozoya acusó malestar físico.
Fue atendido por personal médico de la FGR,
el que recomendó que el indiciado fuera internado
en un hospital. Por instrucción del Fiscal
General de la República, Alejandro Gertz Manero,
Emilio Lozoya no fue remitido al área médica
del Reclusorio Norte, en donde le correspondía
legalmente su internamiento.