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También necesita<br />
que duermas<br />
Con la llegada del COVID-19 y sus<br />
prolongadas implicaciones, las<br />
brechas para desarrollar trastornos<br />
del sueño son mucho mayores, por la<br />
razón de que las actividades diarias se han<br />
modificado con cambios que, en numerosos<br />
casos, juegan en el bando contrario al<br />
bienestar, como es el caso del descuido en<br />
la calidad del sueño en perjuicio del sistema<br />
inmunológico.<br />
Y es que, según sostienen diversos<br />
especialistas, existe una relación directa<br />
entre la calidad del sueño y el sistema<br />
inmune, donde este último puede verse<br />
afectado si no se cuida del primero.<br />
La neuróloga Sarah Vargas, con<br />
especialidad en enfermedades autoinmunes,<br />
lo explica de la siguiente manera: “De<br />
forma general, el sueño es considerado<br />
un modulador importante de la respuesta<br />
inmune. Los estudios han demostrado que<br />
el número de células T naïve indiferenciadas<br />
y la producción de citocinas inflamatorias,<br />
que ayudan a coordinar y regular la<br />
respuesta inmunitaria, respectivamente,<br />
tienen patrón de picos durante el sueño”.<br />
En consecuencia, según afirma, una<br />
mala calidad del sueño hace que este<br />
pierda esa propiedad moduladora y que<br />
las personas estén frente a una mayor<br />
susceptibilidad a las infecciones virales,<br />
bacterianas y parasitarias.<br />
DURANTE LA PANDEMIA<br />
A pesar de que, según Vargas, aún no se<br />
reportan casos que asocien a la COVID-19<br />
con un desorden concreto, sí se observa<br />
incremento de los trastornos del sueño<br />
relacionados con el confinamiento, sobre<br />
todo insomnio, una alteración que reza en<br />
contra de que los sistemas de vigilancia<br />
estén en óptimas condiciones para que el<br />
patrullaje inmune se desarrolle de forma<br />
eficiente.<br />
LA HIGIENE DEL SUEÑO<br />
Para cuidar la calidad de este vital proceso,<br />
en cualquier etapa de la vida de las<br />
personas, es necesario seguir las medidas<br />
de higiene del sueño, como lo recomienda<br />
el psiquiatra Luis Geraldino. Define su<br />
higiene como un conjunto de hábitos para<br />
dormir bien, entre estos acostarse a una<br />
hora similar a la habitual, no utilizar el<br />
celular antes de tenderse a dormir, cenar<br />
cada vez más temprano, no consumir<br />
cafeína cerca del retiro a la cama, lugar<br />
que debe relacionarse con el sueño y<br />
levantarse a la misma hora, entre otros.<br />
El punto es que, de no respetarse estas<br />
medidas, se va alterando la dinámica<br />
saludable. “Esto va ocurriendo de una<br />
manera muy sutil, y la gente no se da<br />
cuenta, por eso ocurre que, una semana<br />
después, ya tienen el sueño prácticamente<br />
desorganizado”, sostiene.<br />
Geraldino aclara que estas sugerencias<br />
son para quienes han variado su rutina,<br />
puesto que, en el caso de personas con<br />
antecedentes conectados a los referidos<br />
trastornos, los pasos a seguir ya no<br />
serían de prevención, sino de atención<br />
profesional específica.<br />
EN INFANTES Y ADOLESCENTES<br />
Una situación común que exteriorizaron<br />
<strong>10</strong> familias de 15 entrevistadas para el<br />
Listín Diario, en provincias del Cibao,<br />
cuyas identidades prefirieron mantener en<br />
el anonimato, es la de haber afectado,<br />
en algún momento de la cuarentena, la<br />
rutina, tanto de siesta como de sueño<br />
nocturno de sus hijos, por el motivo de<br />
que, en algunos casos, no dividieron o<br />
no supieron manejar el tiempo de forma<br />
eficiente durante el confinamiento.<br />
Rossely Alcántara Piña, psicóloga en la<br />
Dirección de Orientación Profesional de la<br />
Universidad Autónoma de Santo Domingo<br />
(UASD), expone que el proceso del sueño<br />
evoluciona y se adapta a las necesidades<br />
del ser humano.<br />
“Al hablar de problemas de sueño, no nos<br />
referimos a lo mismo cuando mencionamos<br />
a un recién nacido, que cuando se trata<br />
de un niño, un adolescente o una persona<br />
mayor. Precisamente ahora, en tiempos<br />
de COVID, destacamos la importancia<br />
de la actitud y seguimiento de los<br />
padres frente al aprendizaje o pérdida<br />
de este hábito tan necesario para la<br />
salud del niño”, manifiesta.<br />
En este punto, Laura Pou Ottenwalder,<br />
especialista en Psiquiatría Infanto-Juvenil y<br />
Adultos, apunta que infantes y adolescentes<br />
pueden padecer de trastornos del sueño,<br />
por lo que es importante que estos respeten<br />
y se les respeten sus horarios, que se siga<br />
haciendo la rutina de acostado de siempre,<br />
incluyendo las siestas.<br />
OTROS FACTORES<br />
La neuróloga Sarah Vargas, además,<br />
destaca el hecho de que los trastornos<br />
del sueño desayudan en la identificación<br />
de patógenos externos, como el SARS-<br />
COV2, que hace a las personas<br />
inmunocompetentes. No obstante, esta<br />
última depende no solo del sueño, sino<br />
también del estilo de vida, genética,<br />
epigenética y demás.<br />
OCTUBRE <strong>2020</strong> <strong>Zona</strong>N 55