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JF: El programa ha estado sujeto a
mis disponibilidades de tiempo y de
ánimo. Aunque son diez temporadas
han sido once años. Ahora mismo si
no hubiera aparecido Dolphin, con
una etapa complicada como la que
he pasado, ya te digo que no habría
hecho más de dos programas de esta
temporada. Ahora mismo no me veo
haciéndolo solo. Dolphin en todo caso
ha sido una sorpresa, es increíble
que no haya hecho nunca radio, tiene
una sapiencia, una locuacidad y una
capacidad de análisis impropia en
alguien sin experiencia en el medio.
Has tenido a ilustres invitados, en
los que no me incluyo yo, ¿a quiénes
has llevado interesante?
JF: Hubo un año que montamos
una tertulia con Manuel Berreta del
Ruta, con Héctor García Barnés y
Fernando Navarro, que ahora está en
El País. Era la “Tertulia rutera”, cada
uno proponía un tema, nos juntábamos
una vez al mes, grabábamos cuatro
tertulias y así ya teníamos para todo el
mes.
Y lo hacías en tu casa.
JF: Sí, sí… venían a mi casa. Lo
que sucede es que me mudé de San
Sebastián de los Reyes a Torrelodones,
la logística era peor y se acabó. Duró
un año y fue fantástico.
¿Cómo ves el estado actual de la
música? Y déjame que te plantee
el escenario. Hay más música que
nunca, pero eso para algunos es una
bendición y para otros es un agobio.
También se dice que hay más
música pero no mejor. Pero nunca
nada es mejor que tiempos pasados.
¿Qué hay que pensar? Yo tengo mi
opinión, que es bastante positiva,
pero dame la tuya.
JF: Yo creo que la industria musical
se suicidó por no invertir en nuevas
cosas, por dar cada vez menos calidad,
no invertir en A&R, poner dinero solo
en música mainstream sudándole la
calidad de la música y el componente
cultural, no hay ninguna apuesta ahí
afuera. Los Stooges o la Velvet nunca
habrían grabado hoy en día. Si no
hubiera sido por los sellos pequeños,
esas formaciones y esa música no
habrían existido o no de la misma forma,
porque las grandes discográficas
se tiraron a lo fácil, con lo que las
discográficas acabaron muriendo.
Ayudados por el mp3, lo que tú quieras,
pero si tú hubieras invertido en otros
artistas otro gallo hubiera cantado. Lo
que tiene ahora de bueno el negocio es
que es una guerra de guerrillas y con
internet, gente con talento, con interés
y ganas y con la necesidad de mucho
menos dinero que antes, puedes hacer
cosas. Antes grabar solo una maqueta
te costaba un pastizal y ahora lo
puedes hacer tú solo en tu casa con un
sonido muy bueno. Eso posibilita que la
gente no necesite a las discográficas,
posibilita la autoedición. Acordaos del
Myspace, allí los grupos colgaban todo
su material sin problema.
Pero luego también hay demasiado
material ahí fuera.
JF: Sí, el reverso oscuro es la
sobredimensión de toda la cantidad de
material disponible que es imposible de
gestionar. Por eso la labor de las revistas
y los fanzines es ahora más importante
que nunca. Antes siguiéndole la pista
a los sellos independientes punteros
y a las diez, doce discográficas
importantes ya controlabas el negocio.
Ahora es imposible, hay miles de sellos,
miles de grupos que se auto editan,
discos que no llegan a las tiendas…
Amazon a pesar del daño que hace a
las tiendas pequeñas, a los grupos les
deja un margen de beneficio que jamás
habrían imaginado con las grandes
discográficas. Hay cosas positivas y
negativas, pero yo me quedo con el
lado positivo. Lo mismo sucede con las
revistas en papel, la aparición de las
webs se las cargaron, que ni siquiera
funcionan a nivel monetario a día de
hoy, sin mecenazgo es imposible. Mira
la web de música de Heineken sobre
el 2005, era muy potente y pagaban
muy bien. Y ahora Estrella Galicia
apoyando conciertos, festivales… Pero
en general se ha democratizado todo.
Igual que si tú montas un blog, te puede
leer cualquiera y si vales acabas siendo
escuchado. También cuando hay tanto
entre donde buscar es inevitable
comerte cada truño tremendo. Lo
mismo sucede con la música. Antes si
una discográfica tenía que invertir en
un grupo, en los que eran muy malos
nadie invertía. Ahora los que son muy
malos igualmente se graban un disco
y te lo envían para que lo escuches,
es muy complicado gestionar eso. En
todo caso creo que hoy en día se hace
muy buena música y sin embargo no
tiene la repercusión que se merece.
Grupos como The Sheepdogs, gente
como Daniel Romano… hay una
cantidad de música ahí fuera que es
una locura. Yo no me atrevería a decir
que hay más música que nunca, puede
que sí. Pero hay que invertir mucho
tiempo en encontrarla. A mí eso me da
la vida, aunque también te digo que si
a partir de ahora no volviera a salir ni
una sola formación yo ya sería feliz con
toda la cantidad ingente de música que
se ha publicado hasta el día de hoy.
Pero es que tampoco puedes vivir de
espaldas a cosas tan buenas que se
hacen ahora, es una pasada ver cómo
sale gente como Salto o unos The
Excitements en Barcelona haciendo
ese soul increíble… Gente que hace
música fascinante como Los Chicos,
en Madrid. O Bourbon, que han hecho
un disco espectacular.
También hay por ahí gente que pega
unos bandazos tremendos, fíjate en
Vintage Trouble.
Lo de Vintage Trouble es algo curioso,
tenían buenos discos, tenían un directo
que podía ser incendiario y se han
vendido por completo. El primer disco
de Alabama Shakes era la hostia y
sacaron un segundo disco con una
producción terrible, algo así como el
“Turn blue” de los Black Keys, un
sonido que no les pegaba nada. De
hecho yo suelo hablar del síndrome
“Turn blue”, de grupos como The
Strypes, que sacan un segundo disco
donde pierden el norte, así de buenas a
primeras. El problema de los Alabama
Shakes era que la producción del
segundo disco no me gustaba, tenía
Los Stooges o la Velvet nunca habrían grabado
hoy en día. Si no hubiera sido por los sellos
pequeños, esas formaciones y esa música
no habrían existido o no de la misma forma,
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