VIVIENDO COMO UN GUERRERO DE DIOS POR JULIO HENRIQUEZ CHACIN 2021

MISERICORDIA
Aunque una vez fuimos enemigos y nos alienamos por
medio de obras perversas, muy pronto veremos a Dios
cara a cara y su nombre estará en nuestras frentes.
Muy pronto disfrutaremos de la comunión y
conoceremos la dicha del cielo a través de la tierna
misericordia de nuestro Dios. La misericordia es un
atributo inagotable de Dios, La justicia, el juicio, la
misericordia y la gracia caracterizan al Dios de Israel,
Dios es tan misericordioso como justo. Él siempre ha
tratado la humanidad con misericordia y siempre la
tratará con justicia. La misericordia divina es un
atributo del ser eterno de Dios, no tenemos miedo de
que algún día deje de existir. Nada de lo que ha
ocurrido u ocurrirá en el cielo, en la tierra o en el
infierno puede cambiar las tiernas misericordias de
nuestro Dios. El juicio es la justicia de Dios
confrontando a la inequidad moral, la misericordia es
la bondad de Dios confrontando al sufrimiento humano y a la culpa. Es la miseria humana y el pecado lo que
invoca la misericordia divina. Para recibir misericordia, debemos saber que Dios es misericordioso. La
misericordia de Dios es ilimitada, gratuita y está disponible para nosotros ahora. Buscando una salida
https://youtu.be/WAiLSDnUO2s
AUTOENGAÑO
El autoengaño es el proceso de negarse a racionalizar la relevancia, significancia o importancia de evidencia
contraria y argumentos lógicos que son opuestos a los propios. El autoengaño implica convencerse a sí mismo
de una verdad. Gente que se tiene por pura pero no está limpia de su inmundicia. Todos los humanos sin
excepción son altamente susceptibles al autoengaño. Todo el mundo tiene un bagaje emocional de creencias
que pueden ser irracionales, si decimos que no tenemos pecado nos engañamos a nosotros mismos y la verdad
no está en nosotros. El engaño es una parte importante del comportamiento humano, el instinto para el
autoengaño puede dar a las personas una ventaja, si alguien se cree su propia mentira será mejor o más capaz
de persuadir a los demás de su verdad. Nadie se engañe a sí mismo, si alguno de vosotros se cree sabio según
este mundo, hágase necio a fin de llegar a ser sabio, porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios.
El autoengaño es común en nuestro mundo caído, el Profeta Abdías identifica la arrogancia como una de las
raíces del autoengaño. El orgullo humano siempre nos ciega a la verdad, promete honor pero ofrece desgracia.
El autoengaño es una de las grandes trampas de la mente, se da en aquellas situaciones en las que nos
convencemos a nosotros mismos de una realidad que es falsa, quien se autoengaña no se da cuenta de que lo
está haciendo. El apóstol Santiago nos advierte de no engañarnos a nosotros mismos. El autoengaño se
relaciona con una respuesta inapropiada a la verdad. La palabra de Dios está destinada a cambiarnos, si nunca
permitimos que la palabra de Dios nos cambie, entonces nos engañamos a nosotros mismos. El autoengaño
también se observa en situaciones en las que la persona se miente para responsabilizar de su situación a un
agente externo y compadecerse de sí mismo, se trata de pensamientos que la persona exterioriza con frecuencia,
para encontrar consuelo, nos hace creer que nada de lo que ocurre es nuestra culpa y que somos víctimas de
la situación. La fe se expresa a través del amor. No tenga más alto concepto de sí mismo que el que debe tener,
sino que piense de si con cordura. Jesús dijo: ¿no te das cuenta de que eres miserable, pobre, ciego y desnudo?
Recordar la palabra de Dios, practicarla y permanecer en la fe, esto es lo que cambia el carácter y contrarresta
el autoengaño. Como un espejo la palabra de Dios siempre nos mostrara la verdad. La peor clase de pecado es
el que procede del autoengaño, porque un hombre que se ha engañado a sí mismo no puede arrepentirse, pues
no cree que haya hecho algo malo. Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí
mismos. Una actitud de superioridad es un engaño poderoso y sutil. La parábola de Jesús sobre el fariseo y el
publicano se refiere a los que confían en sí mismos como justos y ven a otros con desprecio, lo que da como
resultado una actitud condescendiente y crítica hacia los demás y por supuesto, una vida frustrada y miserable.
Atribuirse lo que viene por la Gracia de Dios este es un engaño poderoso y sutil, que puede terminar en la
tragedia y el desastre. Todos tenemos esta clase de luchas de vez en cuando, solo que algunos las sufrimos
más seguido que otros. El arrepentimiento significa más que decir que lo lamentamos, arrepentimiento es
cambiar la manera de hacer las cosas. Para humillarse es necesario confesar y arrepentirse, hay liberación y
redención cuando se dice a alguien que hemos sido egoístas, orgullosos o creídos. Aceptar el perdón y la
restauración significa comenzar de nuevo la vida con una perspectiva honesta y limpia.