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Estudio bíblico
Decisiones que impactan
Decididas a afectar áreas de nuestra vida para agradar al SEÑOR
Transformada por Su gracia
INTRODUCCIÓN
Una jovencita, llena de ilusiones, prepara
primorosamente su ajuar de
novia en una aldea de Galilea… Criada
en una familia piadosa judía, solo espera ser
lo suficientemente buena y hacendosa como
para agradar al hombre que ha de convertirse
muy pronto en su marido. ¡Están tan enamorados!
Él es muy trabajador y honrado; ella,
ejemplo de pureza y virtud. En medio de una
sociedad cada vez más permeable a las costumbres
e ideas de los gentiles, sus conductas
y compromiso con miras a la construcción
del futuro hogar se ven como un baluarte de
fe y devoción al Dios de Israel.
Pero sucede lo inesperado.
Un día la novia anuncia a su familia que está
embarazada: relata que un ángel la visitó y le
dijo que será la madre del Mesías prometido.
De pronto, todo empieza a girar vertiginosamente.
Los preparativos del casamiento
quedan en suspenso. Se hacen arreglos
para que la novia viaje con prontitud a las
montañas, a visitar a una parienta. El novio,
desconcertado, piensa dejar a su prometida
secretamente para evitarle la vergüenza, el
escándalo y el castigo.
Los proyectos soñados parecen evaporarse…
¿Nos pasó alguna vez que, de un
momento a otro, nuestros planes se trastocaran?
Una demora en el tránsito nos hizo
perder el tren; una
enfermedad, que
abandonáramos los
estudios o el trabajo;
un malentendido,
estropear una
antigua amistad; un
embarazo no planeado,
un cambio
María en Arte
radical de nuestras
Contemporáneo
prioridades… En ocasiones, es Dios mismo
quien interrumpe nuestra agenda. Y siempre
para bien.
REFLEXIÓN
Es posible que jamás podamos comprender
en toda su magnitud la dramática y singular
situación en la que, repentinamente,
María se vio envuelta. Lo que sí sabemos es
que la gracia abundante de Dios la cubrió, la
fortaleció y le dio el valor que necesitaba para
ser un instrumento útil en el proyecto divino
a favor de toda la humanidad. Después de la
visita y del anuncio del ángel Gabriel, según
nos cuenta Lucas, cada aspecto de su vida
se vio afectado. Nada volvió a ser igual.
La que halló gracia
“Entonces el ángel le dijo: María, no temas,
porque has hallado gracia delante de Dios”
(Lucas 1:30).
María había sido instruida en la fe de sus
mayores y esperaba el cumplimiento de lo
dicho por los profetas. ¿Cuántas veces habrá
escuchado leer en los rollos la profecía de
Isaías: “… la virgen concebirá, y dará a luz un
hijo, y llamará su nombre Emanuel” (Isaías
7:14)? ¿O de Miqueas: “Por eso Dios los entregará
al enemigo hasta que tenga su hijo la que
va a ser madre…” (Miqueas 5:3, NVI)?
Tal vez, en algún momento, pensó (al igual
que otras tantas jóvenes): ¿seré yo la madre
del Mesías? Y así fue: aunque María era una
mujer desconocida y pobre que vivía en un
pueblo olvidado de Israel, Dios pensó en ella.
El ángel, le dijo: “El Señor es contigo”. Dios la
eligió entre muchas y le concedió el favor de
ser la madre del Salvador del mundo.
Esa gracia sorprendente que irrumpió en su
vida y la transformó para siempre, la acompañó
también en los dolores y alegrías que debió