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Cara y Ceca
En el año 2020 la Defensoría del Pueblo
de la Nación registro 253 femicidios, la
Corte todavía no publicó su informe.
La violencia dentro de las familias
nos impacta, nos duele. Una primera
reacción es descreer a la víctima, el victimario
tiene una doble fachada, una cara
externa, para afuera, de amor, cuidado,
protección y otra cara, adentro.
Por más que nos duela, dentro de nuestras
iglesias hay varones que ejercen violencia.
¿Son todos? ¡¡Claro que no!! Pero
quienes la ejercen han encontrado en
una lectura sesgada de las Escrituras una
justificación de su accionar y una complicidad
porque nadie los interpela. Ser
cabeza del hogar, ser siervo, ser sacerdote
de ninguna manera autoriza a ser
“dueño”, “amo” o “patrón” de la familia
y hacer con las personas involucradas lo
que se le antoja.
Mandar a una víctima a sujetarse
cuando está hablando de lo que pasa en
la intimidad es cruel. No juguemos a ser
dioses, dejemos de juzgar a las víctimas y
comencemos a sanar sus heridas. La violencia
no es una enfermedad, es una conducta
aprendida, pero enferma. Desvía el
propósito de Dios para la vida de quienes
la padecen, se contrapone con el Dios de
amor y de misericordia que predicamos.
Quien ejerce violencia debe ser
confrontado
Puede y debe buscar ayuda, pero debe
tener claro que la comunidad de fe no va
a mirar para otro lado. La fe es una gran
herramienta para quienes atraviesan situaciones
de violencia, cuando contextualizamos
los versículos, cuando ponemos por
delante de nuestras propias opiniones, el
amor de Dios y cuando permitimos que el
Espíritu nos guíe a toda verdad.
No es necesario que sepamos qué hacer,
hay lugares especializados que trabajan
con las víctimas y con los agresores, debemos
recurrir a los dispositivos cercanos.
No miremos para otro lado, recordemos lo
que dice Santiago.
Recursos:
Línea 144 a nivel nacional, gratuita,
confidencial las 24 horas.
Área Mujer: Cada municipio tiene
un Área Mujer con equipos interdisciplinarios
de psicólogas, trabajadoras
sociales y abogadas.
RETEM: www.retem.org.ar Red de
Equipos de Trabajo y Estudio en
Masculinidades.
María del Carmen Umpiérrez
Licenciada en Trabajo Social, especializada en
Violencia Familiar y de Género. Maestra de
Enseñanza Inicial. Trabajadora de la Dirección
Nacional de Políticas de Prevención de las
Violencias por Razones de Género del Ministerio
de las Mujeres, Género y Diversidad.
Trabajadora de la Dirección de Políticas de
Género de la Municipalidad de San Martín.
Docente del Instituto Superior de Formación
Integral (ISFI) en la especialización técnica de
Nivel Superior en Violencia Familiar y de la
especialización técnica de Nivel Superior en
Formas Sociales de Resolución de Conflictos.
Quehacer Femenino :: Año LX N° 249 :: septiembre — diciembre
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