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2021-09-10 | El Imparcial News | Septiembre/September 10

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18 El Imparcial • 10 de septiembre 2021

elimparcialnews.com

ELEVANGELIOENMARCHA

Que la esposa respete a su marido

Por: Tim Challies

Este es un artículo que

he preparado con no

poca inquietud. En

el pasado, he escrito

frecuentemente

y con confianza

sobre el papel del

esposo dentro de

su matrimonio y

especialmente, sobre

la forma en que se

resume perfectamente

en Efesios 5:33: “Que

cada uno de vosotros

ame a su mujer como

a sí mismo”.

Sin embargo, la última vez que

escribí sobre esto, una mujer

me respondió con una petición:

“He leído muchas perspectivas femeninas

sobre la segunda mitad de ese

versículo, pero nunca una masculina.

¿Podría aportar su perspectiva sobre

esta parte: ‘Que la mujer respete a su

marido’?”. Decidí aceptar el reto.

Sin embargo, quiero primero decir

unas palabras acerca de lo que es el

respeto. La Biblia es clara en cuanto

a que Dios ha ordenado un modelo

de liderazgo y sumisión en el hogar:

el marido debe dirigir y la mujer debe

someterse voluntariamente a su liderazgo.

El “respeto” que encontramos en

este versículo es el respeto que se

da a alguien en una posición de autoridad.

Es un respeto que se debe,

no se gana, y está necesariamente

relacionado a los patrones de liderazgo

y a ser un seguidor del mismo. Es

probable que no tengamos un equivalente

exacto en español, por lo que las

diferentes traducciones lo expresan

de distintas maneras como “temor”,

“reverencia” o “respeto”.

Por consiguiente, un ciudadano

debe temer (o reverenciar o respetar)

a su presidente, un miembro de

la iglesia debe reverenciar (o temer

o respetar) a su pastor y una esposa

debe respetar (o temer o reverenciar)

a su marido. Donde hay autoridad

por un lado, debe haber respeto por

el otro.

Por lo tanto, en lo que respecta al

matrimonio, este tipo de respeto no

es simplemente una respuesta de

admiración de la esposa a las habilidades

o logros de su marido. No es

simplemente su reacción positiva a

las cosas buenas que él hace o a las

diversas formas en que la complace.

No es simplemente estar de acuerdo

con las decisiones que él toma en

nombre de la familia.

Más bien, es un medio a través del

cual ella cumple proactivamente su

papel en la dinámica matrimonial. Es

una respuesta a su comprensión del

papel que Dios le ha dado en relación

con el de su marido.

Como dice P.T. O’Brien: “La suya

es la respuesta de una persona libre

y responsable, que no está condicionada

ni se debe a los méritos o a la

actuación de su marido. Su respuesta

refleja no sólo lo que hace, sino también

su actitud al hacerlo”.

Teniendo en cuenta esta distinción

crucial, permítanme sugerir algunas

formas en que una esposa puede proporcionar

este respeto a su marido.

RESPETA SU LIDERAZGO

En la familia, los esposos están

llamados a liderar a sus esposas y

las esposas están llamadas a seguir

ese liderazgo voluntariamente y con

alegría. No se trata de un seguimiento

pasivo o mecánico sino de un seguimiento

activo y comprometido que

aporta y que provee retroalimentación

y estímulo.

Puedes servir a tu marido respetando

el hecho de que Dios le ha

llamado a ser el líder de tu hogar.

También puedes servirle respetando

el tipo de liderazgo que ejerce. Todo

líder a veces toma malas decisiones

y tu marido no será una excepción. A

veces tomará decisiones ridículas o

peor aún, egoístas. A veces dirigirá de

forma difícil de seguir.

Te aseguro que tu marido siente

el peso de este liderazgo, que se

siente inadecuado para la tarea, que

lamenta sus errores y que anhela tu

participación y afirmación. Motívalo a

que asuma su papel de líder y anímalo

cuando lo cumpla.

RESPETA SU MASCULINIDAD

Parte de la condición de todo ser

humano pecador es el deseo de que

otras personas sean como nosotros.

Después de todo, tenemos un profundo

amor propio y estamos convencidos

de que los demás serían

más encantadores si simplemente se

parecieran más a nosotros.

Cuando se aplica al matrimonio,

esto puede hacer que el marido quiera

que su mujer se comporte de forma

esencialmente masculina y que la mujer

esté resentida con su marido por

no comportarse de forma femenina.

Nos cuesta respetar, disfrutar y celebrar

las diferencias entre los sexos

ordenadas por Dios.

Una manera de respetar a tu marido

es respetando su masculinidad al

acoger, en lugar de envidiar, los rasgos

distintivos de su masculinidad. Es

poco probable que se comunique de

la misma forma y quizás en la misma

medida en que tú y tus amigas.

Es probable que quiera experimentar

la intimidad sexual para sentir la

cercanía relacional en lugar de querer

experimentar la cercanía relacional

para disfrutar de la intimidad sexual.

Es probable que se apresure a entrar

en acción para solucionar los problemas

que se le presenten. Estos son

indicadores de la masculinidad que

hay que celebrar en lugar de resentir.

RESPETA SU PROVISIÓN

En la mayoría de los casos, el

marido asumirá el papel principal de

proveedor. En todos los casos, es él

quien es el principal responsable ante

Dios de garantizar que las necesidades

de la familia estén cubiertas (véase

1 Timoteo 5:8; 2 Tesalonicenses

3:10). Es tentador comparar los roles

tradicionales asignados al esposo y

a la esposa y proponer cuál es más

importante o difícil.

Esta comparación no sirve de mucho.

Es mucho mejor alabar y honrar

al otro por asumir fielmente los roles

que han acordado. Una forma de

respetar a tu marido es respetando

su provisión, expresando gratitud porque

provee y admiración por cómo lo

hace. Es fácil resentir las largas horas

que dedica a su vocación y envidiarle

la energía que en ello utiliza.

Es mejor ser agradecido y animarle

a maximizar el despliegue de sus

dones y talentos al servicio de los

demás. ¿Le has dado las gracias a tu

marido por su provisión? Significará

mucho para él si lo haces.

RESPETA SU NOMBRE

La mujer de Proverbios 31 sirve de

modelo para cualquier esposa y madre.

Su compromiso, su creatividad,

su laboriosidad y su auténtica piedad

son admirables, no sólo porque le

costaron una buena reputación sino

porque también contribuyeron a la de

su marido. “Su marido es conocido

en las puertas, cuando se sienta con

los ancianos de la tierra” (Proverbios

31:23).

No es de extrañar, pues, que la alabe

con estas palabras: “Muchas mujeres

han obrado con nobleza, pero

tú las superas a todas” (29). El buen

nombre del marido era inseparable

de la excelencia de la esposa. Puedes

respetar a tu marido respetando

y mejorando su reputación. Para ello,

tendrás que comprometerte a hablar

bien de él en lugar de hablar mal de

él. Tendrás que hablar con orgullo de

sus logros en lugar de quejarte de sus

fracasos. Respetar la reputación de tu

marido es respetar quién y qué es.

RESPETA SU FORMA

DE CRIAR A LOS HIJOS

Muchas mujeres se sorprenden y

quizás se perturban por la forma en

que sus maridos se relacionan con

sus hijos. Sin embargo, es importante

darse cuenta de que un padre no va

a criar como una madre. Tampoco se

espera que lo haga. La razón por la

que un niño se desarrolla bajo el cuidado

de un padre y de una madre no

es simplemente porque tiene el doble

de ojos sobre él, sino porque experimenta

la disciplina y la instrucción

en sus dos formas, la materna y la

paterna.

Un niño se desenvuelve mejor con

el amor claramente femenino de una

madre y el amor claramente masculino

de un padre. Puedes respetar a

tu marido respetando las distintas

formas en que se relacionará con los

hijos como un padre y no como una

segunda madre.

RESPETA SUS LOGROS

Pocos hombres van por la vida con

una sensación de confianza en sus

logros. Gran parte de lo que hacemos

parece efímero y sin importancia,

sobre todo si nos detenemos a compararnos

con los demás. Otra forma

de respetar a tu marido es respetando

sus logros, enorgulleciéndote de lo

que ha hecho y afirmando sus esfuerzos.

No puedes subestimar la inseguridad

que hay en el corazón de casi

todos los hombres.

De hecho, puedes asumir que su

comportamiento varonil es, al menos

en parte, una compensación por su

falta de confianza. Déjame asegurarte

que los hombres quieren oír: “bien hecho”.

Queremos oírlo de nuestros padres,

mentores, figuras de autoridad y

otras personas a las que queremos y

respetamos. Pero podemos prescindir

de todo eso si lo escuchamos de

nuestras esposas.

Tu marido anhela tu afirmación. Tu

marido quiere que te deleites en sus

logros, que le alivies en sus fracasos,

que te alegres con él en sus éxitos.

Para él no hay ningún elogio más importante

que el tuyo.

De estas maneras y de muchas

más, puedes asumir ese papel proactivo

de respetar a tu marido. Me identifico

con la forma en que Bryan Chapell

habla de esto en su matrimonio:

“Ha habido momentos en mi vida en

los que sentí que las únicas cosas significativas

que podía reclamar como

propias eran el respeto y el amor de

mi esposa”.

Puede que no fuera mucho, pero

era suficiente. Podía enfrentarse al

descrédito ante los ojos de los demás

si sólo tenía el respeto de su mujer.

Podía soportar el desprecio de los

demás si contaba con el amor y el

respeto de su esposa. Sospecho que

tu marido es igual.

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