La Placeta de Lorca nº 86 - Octubre 2021

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Si no lo conocen, con toda seguridad sí conocen las fotografías
que firma cada día en el diario La Verdad, si son asiduos al
medio de comunicación regional. Cada jornada ilustra hechos
de los que, de otra forma, sólo tendríamos el relato escrito y en la
sociedad de la imagen se quedaría cojo. Como fotógrafo, siempre
está observando -con ventaja, además, porque es tremendamente
alto-Nos ha regalado una portada cargada de simbolismo y de añoranza
por el tiempo pasado. Jaime es fotógrafo de historias y
amante de una sobre todas las demás: la que se narra cada año
(cuando los años no sabían de pandemias) en nuestra Semana
Santa. Jugando a observarlo en algunos actos desde la distancia,
percibes en él la inquietud de todo aquel que tiene como principal
objetivo atrapar en una instantánea lo que sólo un ojo de fotógrafo
puede y sabe ver.
-¿Por qué la fotografía?
-Nunca había pensado dedicarme a la fotografía, de hecho siempre
había visto tremendamente difícil el manejo de la luz a través
del objetivo, pero en mi familia el fotógrafo David Giner comenzó
a mostrarme este mundo, y tras realizar el bachillerato de artes,
me decidí por estudiar imagen.
-Desde hace ya algún tiempo trabajas en prensa diaria, ¿qué diferencias
encuentras con respecto a la fotografía más creativa,
más libre, y en que perfil te encuentras más cómodo?
-El fotoperiodismo me encanta. Tengo la suerte de trabajar en un
gran medio de comunicación con unos compañeros extraordinarios
y me gusta pensar que formo parte del día a día de nuestra ciudad.
A diferencia de la fotografía más creativa, en este campo siempre tienes
la responsabilidad de contar al lector con tu imagen lo que ha
pasado, eres los ojos de la noticia y eso no lo cambiaría por nada.
-¿En tu caso, que prima más: la técnica o la idea, o buscas un
equilibrio?
-El equilibrio es esencial. En mi trabajo no puedes fallar, tienes que
captar lo que sucede y a veces es un instante. En el día a día me encuentro
todo tipo de situaciones e intento dejarme llevar por la intuición,
por mi idea, y que la fotografía sea técnicamente correcta
para que el mensaje llegue sin ninguna distorsión.
-Como te ‘tira’ mucho la Semana Santa, ¿qué suponen fotográficamente
hablando los Desfiles Bíblicos como hecho para fotografiar?
-Por mi implicación en las procesiones, anecdóticamente diré que
jamás he hecho una foto en la Carrera, pero tengo la gran suerte de
formar parte del grupo de comunicación del Paso Azul, que tiene un
equipo de profesionales increíble como el gráfico Javi Matínez. Ello
me permite trabajar fotografías, videos y diseños de nuestros
Desfiles. Fotográficamente creo que nuestra Semana Santa tiene todo
con lo que un fotógrafo puede soñar; luz, color, movimiento, una
puesta en escena digna de cualquier superproducción cinematográfica,
y el fotógrafo ya forma parte de ese espectáculo, pues con su imagen
muestra al mundo la mayor historia jamás contada.
-Los móviles y demás dispositivos, ¿han banalizado el arte de la
fotografía?
-Hoy todo el mundo tiene acceso a la fotografía y eso es fantástico.
Pero en este arte, como en cualquier otro, la formación, la experiencia
y la profesionalidad no se puede adquirir con un simple clip, una
buena foto lleva detrás mucho más de lo que un simple dispositivo o
cámara puede ofrecer y creo que eso es algo que todavía se valora.