Revista iCruceros n 39

A.F.: ¿CÓMO VES EL MUNDO DEL ARTE
EN GENERAL Y DE LA PINTURA EN PAR-
TICULAR?
A.G.: El siglo en el que estamos ahora es
una especie de mejunje increíble de cosas,
toda la digitalización, lo audiovisual,
la conectividad nos está llevando a una
complejidad muy grande y a una gran libertad
en todos los dominios artísticos. Ya
no hay ciencias ni letras. Ya todo es un uno
súper jodido de definir, y más que lo será
en las próximas décadas.
En el siglo XX o en los anteriores, las corrientes
artísticas han seguido, creo yo,
una secuencia más lógica, con más separaciones
y estructura. Incluso el siglo XX
que fue un siglo de ruptura y de los istmos,
de la vanguardia, de la contracultura,
tiene una cierta lógica. Creo que tendrán
que pasar muchos años para que alguien
con perspectiva vea lo que está pasando
ahora mismo y lo pueda catalogar y entender
de alguna manera. Un ejemplo
muy claro es la fotografía que ya no es lo
que era. Ahora un selfi casual le puede ganar
el pulso a la mejor foto de estudio. Ya
nada es lo que era.
En pintura, curiosamente, hay como una
vuelta a la figuración, como un revival de
los clásico y lo figurativo como reaccionando
a la tiranía de toda la abstracción e
informalismo del siglo XX. Da la sensación
de que el arte fuera un baúl de la moda (risas).
Y todo esto aderezado de redes y locura
digital. Panorama complicado. ¡Pero
da igual! ¡me da absolutamente igual!
Piénsalo, piensa si te sigue emocionando
escuchar el Réquiem de Mozart. A mí
me emociona ver pintura de Hopper, y ya
pueden caer moderneces como piedras
que eso no lo cambia ni Dios.
A.F.: ¿QUÉ TÉCNICA O TÉCNICAS SON
LAS QUE UTILIZAS? ¿TIENES ALGUNA
FAVORITA EN PARTICULAR?
A.G.: A la hora de dibujar todas las técnicas
que puedo, y a la hora de pintar fundamentalmente
el óleo. Pero hay un terreno
enorme de posibilidades ahora mismo,
por tanto me encanta mezclar imagen estática,
dinámica, soportes variados, técnicas
múltiples…encuentras todo en el mercado,
te vuelves un poco loco probando.
Sin embargo, cuando me pasa eso, me
doy cuenta de que a veces las obras que
más me gustan están pintadas con cuatro
cositas, sin complicación, sin aspavientos,
sin maneras. Un cuadro de Rothko, por
ejemplo, un retrato de mi amigo en redes
Antonio Valadés, qué más hace falta.
A.F.: CUANDO PINTAS, ¿PIENSAS EN LO
COMERCIAL O HACES LO QUE TE APETE-
CE?
A.G.: Mayoritariamente lo que me apetece,
o mejor dicho, lo que yo creo que
tengo que hacer en ese momento. Pero
esto tiene mucho que ver con lo que te
he dicho antes de que estoy en una especie
de experimentación y aprendizaje
muy profundo. De todos modos, prefiero
pensar en lo comercial con un sentido
de utilidad, no de ingresos. Utilidad
para los demás. Que la pintura sea útil
para otros, que otros la disfruten es lo
mejor que le puede pasar a un artista.
Por lo tanto, si eso es pensar “en comercial”:
sí, creo que hay que hacerlo, no
hay que olvidarlo nunca.
A.F.: SI PUDIERAS ELEGIR CUALQUIER
PERSONA O PERSONAJE DE LA HIS-
TORIA ¿QUIÉN TE GUSTARÍA QUE PO-
SARA PARA TI PARA UN RETRATO AL
NATURAL?
A.G.: Nunca lo había pensado. El Joker
por ejemplo (risas). Es algo que en el
fondo tiene poco que ver con la esencia
del retrato como género pictórico.
Porque, al menos como yo lo vivo, el
retrato y su fuerza no tienen necesariamente
una deuda con el modelo y
su supuesta belleza. Un ejemplo; uno
de los mejores retratos de la historia
es el de Inocencio X de Velázquez. En
teoría el sujeto del retrato era un tipo
poco agradecido y seguramente hasta
posó con desgana. Muy probablemente
al propio Velázquez no le motivara
mucho el personaje y lo hiciera
más bien por compromiso. Pero ¡ojo
lo que salió de ahí! ¡Madre mía! lección
para todos los ufanos del mundo
(risas). Fíjate en los retratos de los
personajes de los bajos fondos berlineses
de Grosz u Otto Dix, hay miles
de ejemplos. El retrato es un género
fascinante.
A.F.: ¿CON QUÉ MAESTRO, VIVO O
MUERTO, TE GUSTARÍA CHARLAR Y
TOMAR UN CAFÉ?
A.G.: Con Diego Velázquez (casi seguro
que no le gusta el café).
A.F.: TAMBIÉN ERES INGENIERO AE-
RONÁUTICO Y ARQUITECTO, ¿QUÉ
NOS PUEDES CONTAR SOBRE ESO?
A.G.: Son las profesiones que elegí
en mi juventud. La ingeniería es con
la que me gano la vida. Estudié arquitectura
una vez empecé a trabajar
y ya tenía la otra carrera. Es quizá el
nexo entre la parte técnica y la parte
artística de lo que hago ahora mismo.
Realmente todo queda, todo hace
poso. Y uno hace y plasma de toda la
experiencia que tiene. Antes me arrepentía
más de no haber afinado el tiro.
Ahora me importa poco o nada.
102 icruceros 2021