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Internacional
“Algo de lo que no se habla en todas las conversaciones
es que estamos lidiando con un nuevo coronavirus. Nunca
nadie había experimentado esto”.
vacunadas, que en los próximos dos o tres meses,
afirman los científicos del Instituto de Métricas y
Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington
(IHME), podría infectar a tres billones de
personas. Es decir, más de un tercio de la población
mundial.
“Tengo la esperanza de que, en el panorama
muy, muy general, las cosas estén mejorando”,
señala Jonathan Eisen, biólogo evolutivo de U. C.
Davis. “Sin embargo, cuando realmente vemos
los detalles, esa esperanza se debe moderar de
acuerdo con los datos disponibles. Y estos son
verdaderamente preocupantes”.
La ola
EL HECHO MÁS PREOCUPANTE ACTUAL ES LA VELOCIdad
y la magnitud del brote de ómicron, que todavía
habrá de provocar mucho más sufrimiento
y muerte.
La buena noticia es que ómicron causa una
enfermedad menos grave que el virus original de
2020, o que la variante delta del año pasado.
Con base en los datos de los organismos nacionales
de salud que los científicos recopilan
periódicamente, en este caso, particularmente en
Sudáfrica, el Reino Unido, Dinamarca y Noruega,
el equipo de la Universidad de Washington ha calculado
que “más de 90 por ciento y quizá hasta 95
por ciento” de las personas infectadas no tendrán
síntomas. Muchas de ellas ni siquiera se enterarán
de que tuvieron el virus.
Y el índice de mortalidad, con base en informes
de esos países, “es probablemente entre 90 y
96 por ciento menor con ómicron que con delta”,
la variante que causó tanto dolor y muerte el año
pasado. Sin embargo, la enorme cantidad de personas
que se han infectado al mismo tiempo ha
puesto a prueba a los hospitales y sistemas de salud
pública. Incluso, un virus menos grave pero
altamente contagioso puede enviar a muchas
personas al hospital.
Ómicron también está demostrando ser una
importante amenaza para las poblaciones vulnerables,
como las personas de la tercera edad
o aquellas con sistema inmune comprometido.
Las personas no vacunadas podrían tener hasta
13 veces más probabilidades de morir que quienes
tienen su esquema completo de vacunación,
de acuerdo con datos de los Centros para el Control
y la Prevención de Enfermedades de Estados
Unidos (CDC).
Los índices de vacunación en algunos de los
países más pobres del mundo equivalen a la sexta
parte de los observados en Estados Unidos. Y
los efectos del “covid-19 de larga duración”, en el
que los síntomas duran meses o años, aún no se
comprenden del todo.
En cuanto a lo que ocurrirá inmediatamente
después de que la ola de ómicron decline, los
científicos están divididos. Ali Mokdad, epidemiólogo
del IHME, se muestra optimista. “Después
de ómicron, en algún momento alrededor
de marzo o abril esto quedará en el pasado”, dice.
“A menos de que surja una nueva variante, pensamos
que estamos en una muy buena posición.
No en la normalidad; no volveremos a la normalidad,
sino hasta que dejen de surgir nuevas
variantes. Pero estamos en una posición mucho
mejor: nuestros hospitales no estarán saturados,
nuestro personal médico tendrá un descanso.
Las personas viajarán. Las cosas cambiarán”.
Sin embargo, Eisen afirma que no hay cifras
sólidas que apoyen la opinión de que ómicron
aumentará la inmunidad de las personas en una
magnitud suficiente para impedir el surgimiento
de nuevas variantes. “Lo veo por todas partes”,
dice. “Se basa principalmente en esperanzas y no
en datos”.
Una evolución desconcertante
CASI TODOS LOS CIENTÍFICOS ESTÁN DE ACUERDO
en que, en el futuro, el SARS-CoV-2 se volverá “en-
10 NEWSWEEKESPANOL.COM FEBRERO 2022