Revista Click IMP36

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Nuevos horizontes económicos:
El cambio de un modelo
lineal a uno circular
La Economía Circular es un modelo regenerativo en el que los residuos
se convierten en recursos.
la contaminación. Además supone una
gran oportunidad en el ámbito empresarial
sus aplicaciones prácticas, tanto en
sistemas económicos como en empresas
industriales, han ido en aumento en los
últimos años.
La Economía Circular se basa en tres principios
claves:
Actualmente el sistema
de producción se basa
en un modelo lineal
de consumo de recursos,
en donde los bienes son
producidos a partir de materias
primas, luego vendidos,
utilizados y finalmente
desechados como residuos,
ocasionando toneladas de basura
anualmente, además del agotamiento
de los recursos naturales.
Dentro del modelo lineal se presentan
las siguientes limitaciones:
Riesgos de precios: cada vez se hace más
costoso el uso de los recursos naturales.
Pérdidas económicas y residuos estructurales.
Riesgos de suministros: número limitado
de depósitos de recursos naturales no renovables.
Deterioro de los sistemas naturales: ago-
tamiento de reservas,
reducción
de la
capa de
ozono,
cambio
climático,
disminución
de la biodiversidad,
degradación
del suelo y la contaminación de océanos.
Desde los años 70 surgen escuelas de
pensamiento relacionadas con la Economía
Circular, buscando un cambio de
modelo industrial que desvincule los ingresos
del consumo de materias primas
y que sea capaz de ofrecer sistemas económicos
resilientes.
La Economía Circular es un modelo en el
que los residuos pueden transformarse
en recursos, de modo que la economía
pueda ser más sostenible y reducir el
impacto medioambiental negativo
mediante la mejora de la gestión de los
recursos y la reducción de la extracción y
Preservar y mejorar el capital natural controlando
reservas finitas y equilibrando
los flujos de recursos renovables: el sistema
circular busca que los productos sean
diseñados y optimizados mediante un
ciclo de desensamblado y reutilización.
En este principio se considera el ecodiseño
que considera el impacto ambiental
durante el diseño del producto y la economía
funcional que promueve el uso de
los productos más que su posesión.
Optimizar los rendimientos de los recursos
distribuyendo productos, componentes
y materias primas con su utilidad
máxima en todo momento, tanto en
ciclos técnicos como biológicos: implica
diseñar para reutilizar, reparar, refabricar
y reciclar.
Promover la eficacia de los sistemas
detectando y eliminando del diseño los
factores externos negativos, lo cual incluye
reducir los daños al uso humano, utilizando
energía renovable para disminuir
la dependencia a los recursos y aumentar
la capacidad de recuperación del sistema.
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