Listín Diario 14-05-2022

Una colaboración con
Activistas
pro aborto
revisan
estrategia
INTERNATIONAL WEEKLY
SÁBADO 14 DE MAYO DE 2022
Copyright © 2022 The New York Times
FOTOGRAFÍAS POR CATHERINE HYLAND PARA THE NEW YORK TIMES
¿Capturan carbono y efectivo?
¿Movimiento
de masas u opinión
de un tribunal?
Por AMANDA TAUB
El borrador de la opinión de la
Corte Suprema de EE. UU. anulando
el derecho nacional al aborto aún
no es definitivo. Pero si algo así se
convierte en ley, será el resultado
no sólo de décadas de campaña,
litigio y nominación de jueces conservadores
por parte de grupos antiaborto
y sus aliados republicanos,
sino también de una sola decisión
que revierte el establecimiento de
un derecho constitucional que inspiró
a los activistas por el derecho
al aborto en todo el mundo.
Así que el borrador recientemente
filtrado plantea una pregunta relevante
en todas partes: ¿es buscar
el derecho al aborto vía tribunales,
en lugar de construir un movimiento
de masas que pueda impulsar
victorias legislativas, una estrategia
más arriesgada de lo que parecía?
Hoy es difícil de imaginar, pero
en la época de Roe vs. Wade, el fallo
judicial que estableció el derecho en
1973, el aborto no era una problemática
importante para la derecha estadounidense,
ni siquiera para los
cristianos evangélicos.
El cambio unos años más tarde
no fue impulsado por el aborto, sino
por la desegregación. Después
de que la Corte Suprema ordenó la
eliminación de la segregación en
las escuelas del sur, muchos padres
blancos sacaron a sus hijos de las
escuelas públicas y los enviaron a
escuelas privadas exclusivamente
para blancos. El Gobierno revocó
la exención de impuestos de esas
escuelas, provocando ira entre los
cristianos evangélicos blancos
y catalizando su papel como una
fuerza conservadora.
Oponerse públicamente a la
desegregación no era socialmente
aceptable para una coalición más
amplia. Pero oponerse al aborto sí.
Y el derecho al aborto había seguido
un camino similar al de los casos
de derechos civiles, utilizando
el litigio para ganar protecciones
constitucionales en la Corte Suprema
para anular las leyes estatales.
Para otras naciones, el hecho de
que el derecho al aborto siguiera
protegido en Estados Unidos, inclu-
Crisis climática se
convierte en experimento
comercial en Escocia
Por DAVID SEGAL
En una mañana de febrero arrasada
por el viento en las Tierras Altas de Escocia,
Thomas MacDonell caminó por un
terreno que parecía la versión natural de
una alfombra persa.
La superficie era un caleidoscopio de
rojos, blancos y verdes producidos por
mechones sobrepuestos de hierba, brezo
y musgo. Se arrodilló en una mancha húmeda
de tierra junto a una serie de tajadas
oscuras que se extendían alrededor
de medio metro de profundidad en líneas
casi paralelas.
“¿Ves todas esas áreas negras?”, preguntó,
señalando los cráteres que zurcaban
el suelo. “Ese es un ejemplo de turbera
dañada. La cubierta tipo musgo ya no
está allí —y sin ese sello, la turba se seca
y se pudre, y al pudrirse emite dióxido
de carbono”.
MacDonell, de 57 años, se describe a sí
mismo como un “detective del paisaje”.
Para él, la turba dañada presenta tanto
un problema como una oportunidad.
El problema es que el carbono emitido
cuando la turba se seca contribuye al
cambio climático; la oportunidad viene
de reparar el daño, que puede ser un negocio
multimillonario.
Esa, al menos, es la esperanza de Mac-
Un sitio de restauración de turba en la finca Glenfeshie en Escocia. Thomas
MacDonell (sup.) supervisa el proceso de plantas nativas y turba.
Donell, y la esperanza del propietario
de esta finca, un multimillonario danés
llamado Anders Holch Povlsen. Povlsen
adquirió esta propiedad —llamada Glenfeshie—
en 2005, al inicio de un frenesí de
compras que desde entonces lo convirtió
en el propietario privado más grande de
Escocia, con unas 85 mil hectáreas en 12
propiedades diferentes.
Desde que se conocieron hace 17 años,
los dos hombres han estado colaborando
en un experimento novedoso de capitalismo
en la era de la crisis ambiental. A
través de una empresa llamada Wildland
Limited, están tratando de demostrar
que se pueden revivir vastas extensiones
de tierra de manera ecológica y rentable.
Con ese fin, operan una colección de
albergues de alta gama, que reciben a
huéspedes interesados en “el poder restaurador
de la naturaleza”, como dice en
el sitio en internet de Wildland —y con
unos US$520 para gastar por noche en
una casa de granja renovada. Si todo sale
según lo planeado, los ingresos por hospitalidad
con el tiempo serán igualados
por los ingresos obtenidos del cultivo de
árboles y la restauración de turberas.
Ese esfuerzo producirá créditos de carbono,
vendidos a través de un mercado
aún incipiente que comprarán las corporaciones
que buscan compensar las
Con tin úa en la página 5 Continúa en la página 5
INTELIGENCIA
Se vislumbra fin de la
era Johnson. PÁG. 2
EL MUNDO
Las desaparecidas
de México. PÁG. 3
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Fármacos derivados
del veneno. PÁG. 7
ARTE Y DISEÑO
Compositor se apoya
en la ciencia. PÁG. 8