Julio - Diciembre 2010

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Música clásica
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http://es.wikipedia.org/wiki/Giacomo_Puccini
se ha mostrado entusiasta sobre los dos: «Dramáticamente, ambos se desatan mutuamente pasión y energía y las diferentes características
de sus respectivas voces proporcionan fuerza y concentración al sonido de cada uno. Así, en ‹O soave fanciulla›, el gran dúo
de amor [. . .] tenemos a un Rodolfo latino y apasionado y a una Mimì más delicadamente receptiva, que con la calidez del deseo de él
acaba siendo capaz de expresar la rotunda declaración de amor al fi nal».
Emoción, espontaneidad, intensidad: la ópera de Puccini exige todo ello. Cuando esos elementos entran en juego, como fue claramente
el caso en Múnich, hay pocas personas que puedan resistirse a la trayectoria emocional de la ópera. Comienza con una atmósfera
de animación delirante, casi desesperada, y se cierra con la muerte de una mujer joven, enamorada y mortalmente enferma. Hasta
Claude Debussy, que no es la primera persona que nos viene a la cabeza como un admirador de Puccini, escribió con entusiasmo: «Si
uno no se controlara, se vería arrastrado por el puro ímpetu de la música. No sé de nadie que haya descrito el París de aquella época
tan bien como Puccini en La Bohème».
Cuando Anna Netrebko y Rolando Villazón cantan juntos, está garantizado que saltarán
chispas. Como publicó el Observer de Londres, son los «Bacall y Bogart de la ópera». Pero
la suya no es la habitual relación tormentosa soprano-tenor. En primer lugar, cada uno
parece disfrutar realmente con la compañía del otro
http://www.deutschegrammophon.com
[consulta: 15-12-2010]