COOLTURAREVISTA INFANTIL: Colombia

Para comprar su tiquete le dijeron al vendedor que tenían varias pistas de una ciudad de
Colombia, pero no conocían su nombre. Peter le mostró su cuaderno y leyó cada una:
Pista 1: “Tiene uno de los carnavales más importantes del mundo”.
Pista 2: “Le dicen La Arenosa”
Pista 3: “También le llaman Curramba la bella”
Pista 4: “Es la puerta de oro de Colombia”
Pista 5: “Tiene una ventana abierta para todos, un bello monumento de 47 metros lleno de
colores llamado La ventana al mundo”.
El vendedor revisó con atención las pistas y les entregó 5 tiquetes de viaje con destino a la
ciudad de Barranquilla en Colombia. Esa noche ninguno durmió pensando en el viaje.
El día de viajar llegó y después de cinco horas de vuelo por fin Peter leyó un enorme letrero que
decía: “Bienvenidos a Barranquilla”.
Ese día fueron a la playa, comieron pescao’ frito con arroz de coco y patacón, saborearon un
delicioso coctel de camarón, disfrutaron de un raspao’ de kola con leche condensada y otros
manjares barranquilleros. Construyó un enorme castillo de arena con sus hermanos, mientras
su padre disfrutaba de un delicioso masaje en los pies y su mamá se dejaba trenzar el cabello
con chaquiras de colores. De repente escuchó un grito fuerte y estrepitoso, era la voz de una
mujer que decía: “¡Cocadas, alegrías, caballitos, buñuelos!”
Peter no podía ver bien quién era, pues el sol tapaba a esa bella mujer de piel morena, alta como
una palma de coco y que llevaba una enorme ponchera en su cabeza sin perder el equilibrio.
Nuevamente escuchó el grito: “¡Cocadas, alegrías, caballitos, buñuelos!”. Los grandes ojos
azules de Peter se abrieron y gritó: ¡Alegría, quiero comer alegría!
La morena acercó su ponchera y le entregó la alegría en
sus manos, era redonda como el sol, se veía
crujiente y brillaba con un tono
acaramelado.
Peter la agarró como si fuese un tesoro, la mordió y saboreó la alegría con la mayor
felicidad de su vida y dijo: ¿Cuántas debo comer para estar siempre contento?
Ella le contestó: — Un solo mordisco te llenará el corazón de felicidad para siempre.
Solamente debes atesorar este momento, y recordar que este es el único lugar del
mundo donde la alegría es comestible.
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