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Listín Diario 01-10-2022

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<strong>10</strong> cm<br />

5 cm<br />

4 cm<br />

PRESIDENTE SOLO VISITÓ ÁREAS TURÍSTICAS<br />

3,5 cm<br />

SANTO DOMINGO, RD. SÁBADO, 1 DE OCTUBRE DE <strong>2022</strong><br />

5<br />

La República<br />

3 cm<br />

la furia de Fiona<br />

PAUL MATHIASEN<br />

Samaná, RD<br />

Alejado de la blanca<br />

arena y el azul<br />

turquesa del mar<br />

que componen<br />

las paradisíacas<br />

playas de Samaná, se encuentra<br />

la gente, los que realmente<br />

sufrieron por el paso del huracán<br />

Fiona.<br />

El fenómeno atmosférico no<br />

solo causó estragos materiales,<br />

sino que reveló la grieta que<br />

existe entre la clase trabajadora<br />

de Samaná y los turistas. Un reflejo<br />

de la sociedad y como los<br />

sectores marginados se aferran<br />

a la ayuda gubernamental que<br />

en algunas zonas ha llegado a<br />

medias y en otras ni siquiera se<br />

ha percatado de su necesidad.<br />

Así intentan sobrevivir comunidades<br />

como El Cangrejo,<br />

Cacaveli, Loma Colón, Obdulia<br />

y hasta zonas aledañas a la carretera,<br />

agarradas de la esperanza<br />

de que en algún momento,<br />

desde alguna institución<br />

pública, los ayuden a reconstruir<br />

sus hogares.<br />

“Claro, aquí en Samaná vino<br />

el presidente (Luis Abinader),<br />

Obras Públicas y muchos<br />

funcionarios, pero no vinieron<br />

al barrio, vinieron al municipio<br />

cabecera, a las playas y todas<br />

esas zonas turísticas”, reclama<br />

Ricardo Martínez, morador de<br />

Cacaveli.<br />

Ricardo considera que, para<br />

el resto de la comunidad de<br />

Cacaveli y zonas cercanas, la visita<br />

del presidente y de funcionarios<br />

se quedó en eso, en una<br />

visita alejada de la realidad que<br />

viven las zonas marginadas<br />

y que a su vez fueron las más<br />

afectadas.<br />

“Cuando se volaron los techos<br />

de zinc sabía que iba a perder<br />

todo”, dijo Ricardo, y con su<br />

comentario coincidieron al menos<br />

cinco vecinos que se acercaron<br />

a un equipo de este medio<br />

mientras recorría la zona.<br />

Según cuentan los vecinos,<br />

los efectos de la tormenta comenzaron<br />

a verse a la 1:00 de<br />

la tarde y una hora después, ya<br />

todos habían abandonado sus<br />

hogares para refugiarse bajo techos<br />

de concreto.<br />

Los fuertes vientos del huracán<br />

Fiona dieron paso a que<br />

las torrenciales lluvias hicieran<br />

de sus hogares zonas inhóspitas,<br />

inundadas, deterioradas<br />

y sin salvación para<br />

ninguno de los muebles.<br />

Entre los habitantes de este<br />

sector, a pocos kilómetros<br />

Una familia damnificada expone al periodista Paul Mathiasen sus precariedades tras Fiona. JORGE MARTÍNEZ /<br />

Los afectados<br />

siguen esperando<br />

la asistencia oficial<br />

Las personas cuyas casas quedaron sin techos han<br />

tenido que alojarse en viviendas de vecinos. JORGE<br />

MARTÍNEZ /LISTÍN DIARIO<br />

del centro de Samaná, se repite<br />

el mismo comentario:<br />

“Lo perdí todo, solo los escombros<br />

quedan”.<br />

Sin trabajo ni hogar<br />

Sánchez, en Samaná, es un<br />

municipio de tradición pesquera,<br />

a pocos metros de mar<br />

y apartado de los grandes focos<br />

turísticos de la provincia.<br />

Allí, justamente cerca del<br />

muelle de pesca, se encuentra<br />

el barrio El Cangrejo, una zona<br />

que fue azotada por el fenómeno<br />

atmosférico que azotó el<br />

país en categoría uno y donde<br />

sus habitantes mantienen la esperanza<br />

de ser socorridos.<br />

A pocos metros de la entrada<br />

al barrio, se encuentra la casa<br />

de Benjamín Santana. Tanto<br />

él como su esposa tuvieron que<br />

abandonar su casa, luego de<br />

que el huracán se llevó su techo<br />

de zinc y hasta la puerta que<br />

daba entrada a su vivienda.<br />

Mientras intentaban proteger<br />

a los seis hijos y calmarlos<br />

de los efectos de la tormenta,<br />

el techo fue desprendido de la<br />

estructura, salió volando y quedaron<br />

desprotegidos, lo que<br />

provocó que Benjamín tomara<br />

la decisión de buscar refugio en<br />

la casa de unos vecinos.<br />

“Aquí se voló el techo, no<br />

sabemos dónde fue a parar,<br />

entonces ni siquiera puedo<br />

volver a ponerlo y por eso no<br />

podemos vivir aquí. Vinieron<br />

unas personas de la junta de<br />

vecinos a ver los daños y anotar<br />

en una lista, pero nada ha<br />

pasado”, comentó.<br />

A más de una semana del fenómeno<br />

atmosférico, Benjamín<br />

y su familia se resguardan en<br />

una casa que les prestaron temporalmente,<br />

pero justamente<br />

ayer los dueños les exigieron<br />

que la desocuparan.<br />

Sumado a esto, tanto Benjamín<br />

como un compañero que<br />

estaba junto a él, coincidieron<br />

en que la pesca “está caída”. El<br />

sustento de muchas familias de<br />

El Cangrejo depende de lo que<br />

el mar pueda proveer y tras el<br />

paso de Fiona el agua aún permanece<br />

turbia y sin presencia<br />

de especies marinas.<br />

“A nadie le gusta vivir en<br />

casa ajena, pasando necesidad<br />

y hasta vergüenza por<br />

uno no poder arreglar su casa<br />

al no tener tampoco trabajo”,<br />

lamentó Benjamín.<br />

Cinco “chapas” de zinc<br />

Al borde de la carretera camino<br />

a Las Terrenas, por donde<br />

desfilan diariamente vehículos<br />

de alto cilindraje, se ubica una<br />

comunidad que ni sus propios<br />

residentes han definido con un<br />

nombre específico. Algunos dicen<br />

que es Obdulia y otros Come<br />

Pan, pero en sí ellos le restan<br />

importancia.<br />

Sobre una loma, al lado de<br />

la carretera, se ubica lo que en<br />

algún momento fue la casa de<br />

Epifanio Green o “Nico” como<br />

es conocido entre sus vecinos.<br />

Unas cinco chapas de zinc,<br />

sostenidas por algunos palos<br />

de árboles, formaban lo que parecía<br />

un refugio temporal para<br />

cubrirse solo del agua y en el<br />

área que protegía solo había algunas<br />

de las pertenencias que<br />

le quedaron a Nico tras la tormenta.<br />

Justamente esas cinco chapas<br />

fue lo único que recibieron<br />

tanto él como sus vecinos de<br />

una institución del gobierno,<br />

la cual ni siquiera supieron decir<br />

cuál era. “Aquí vinieron unas<br />

gentes del gobierno y dieron<br />

200 y pico de chapas de zinc<br />

para todos los que perdimos<br />

nuestras casas. Ellos las dejaron<br />

y se fueron, pero dijeron que<br />

dizque volvían para reparar las<br />

casas”, dijo esperanzado Nico.<br />

CLAVES<br />

Intento.<br />

Y es que Nico no sabe<br />

cómo “construir”<br />

una casa con cinco<br />

chapas de zinc, al<br />

igual que otros moradores,<br />

por lo que<br />

se las arreglaron para<br />

intentar colocarlas<br />

de manera tal<br />

que se pudieran cubrir<br />

al menos del<br />

agua y de las inclemencias<br />

del clima.<br />

Optimismo.<br />

Pese a que perdió su<br />

casa y pertenencias,<br />

y a que también ya<br />

ha pasado una semana<br />

sin noticias, desde<br />

las promesas de ayuda<br />

del gobierno, Nico<br />

mantiene la sonrisa.<br />

Esperanza.<br />

Así como los casos<br />

de Benjamín, Ricardo<br />

y Nico, son cientos<br />

de familias en la<br />

provincia Samaná, y<br />

más específicamente<br />

en las zonas marginadas,<br />

que mantienen<br />

la esperanza<br />

de ser ayudados por<br />

las autoridades para<br />

volver a recuperar<br />

sus casas y sobre todo<br />

sus vidas.

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