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34 Teología Práctica
En tercer lugar, la imagen de Jesús, bajo el título de Cristo-Rey,
ha servido para justificar el poder de diversos regímenes políticos
conservadores o incluso dictatoriales cuando el catolicismo era religión
de estado. La fiesta de Cristo-Rey, instaurada por Pío XI en 1925,
aparece en el contexto social y político de una Iglesia a la defensiva
frente a una sociedad laica, anticlerical, socialista y republicana. El
catolicismo cobra una dimensión beligerante. Por el contrario, también
ha sido entendido Jesús de Nazaret como el revolucionario que instaura
el Reino de un modo violento. Jesús ha servido de justificación de
guerras, cruzadas y guerrillas. Su imagen se ha puesto al servicio de
un universalismo falso, de un pacifismo sospechoso o de una violencia
inadmisible. Sencillamente ha tenido una función legitimadora de ciertos
intereses económicos y políticos.
2. Cristologías pastorales genéticas
Las cristologías ascendentes o inductivas tienen en cuenta el proceso
genético que siguieron los apóstoles desde Jesús de Nazaret al
Cristo resucitado. Tienen talante socio-político y se fundamentan en
una teología positiva, en una exégesis renovada de la Biblia y en un
aprecio de la evolución de la historia y de los problemas de la sociedad?
Estas cristologías son sensibles a la dimensión social y política de los
relatos evangélicos. Cristo se entiende desde el Padre y desde el Reino.
El punto de arranque es la humanidad de Jesús o el Jesús histórico
para llegar a su resurrección o hasta Dios, a quien revela. Importa
conocer la vida concreta de Jesús a partir de su humanidad y de su
propia historia humana. Son cristologías con acento práctico preocupadas
por el lenguaje pastora1 8 • Especial relieve tienen las cristologías
escritas -en expresión de J. 1. González Faus- «desde los
que están abajo», denominadas latinoamericanas o de la liberación.
Relacionan la memoria de Jesús crucificado con la crucifixión actual
del pueblo y el mensaje evangélico liberador con la situación de
cautiveri0 9 •
7. Marcan un tránsito de un tipo de cristología a otro las obras de K. Rabner-M.
Thussing, Cristología. Estudio sistemático y exegético, Madrid 1975; W. Pannenberg,
Fundamentos de cristología, Salamanca 1974; Ch. Duquoc, Cristología, Salamanca '1985;
D. Wiederkehr, Esbozo de cristología sistemática, en MS, III/I, 505-570.
8. Representan esta tendencia las cristologías de J. Moltmann, El Dios crucificado,
Salamanca 21977 y de E. Schillebeeckx, Jesús. Historia de un viviente, Madrid 1981.
9. Cabe destacar aquí las cristologías latinoamericanas de L. Boff, Jesucristo el
Liberador, Santander 1980; J. Sobrino, Cristología desde América Latina, CRT, México
21977; id., Jesús en América Latina, Santander 1982; J. L. Segundo, El hombre de hoy
ante Jesús de Nazaret, 3 vol., Madrid 1982; y la española de J. 1. González Faus, La
humanidad nueva. Ensayo de cristología, Santander 61984.
Historia 35
También las cristologías ascendentes han sido influidas por el quehacer
pastoral y han influido en el mismo. Frente a una función conservadora
de la figura de Jesús en la pastoral de cristiandad, ha surgido
una función liberadora del Salvador en la pastoral misionera o evangelizadora,
al poner el acento de la cristología en estos puntos: 1) el
reino de Dios o reino de los pobres, a cuyo servicio está Jesús; 2) el
Dios del reino, a quien se dirige Jesús como Abba, que es padre de
todos; 3) la muerte violenta de Jesús, consecuencia de su tenor de
vida, que le posibilita morir por nuestros pecados 10. Al descubrir la
pasión de Jesús por el Reino y su justicia, descubrimos que la muerte
de Jesús no es glorificación de un sufrimiento sino consecuencia de
la pasión por la justicia.
b) Imágenes de Jesús en el pueblo cristiano
El pueblo cristiano ha confesado durante siglos su fe en Cristo sin
mayor dificultad, aunque han variado a lo largo de la historia sus
imágenes iconográficas y representaciones conceptuales de acuerdo a
ciertos influjos culturales, afirmaciones conciliares, síntesis catequétic
as , rituales litúrgicos y libros devocionales. Se pueden entrever
algunos rasgos propios de la cristología popular ll .
1. Un Jesús deducido de los evangelios literalmente entendidos
Hasta los umbrales del Vaticano 11 el pueblo católico apenas conoció
la Biblia, cuyas ediciones se divulgaron en las décadas de los
cuarenta y cincuenta, sin una adecuada catequesis. Hasta entonces se
conocía la Escritura como historia sagrada aprendida junto al catecismo
o como pasaje evangélico escuchado en la misa mayor del domingo.
Solamente tenían un cierto conocimiento bíblico los miembros de los
grupos bíblicos o de los movimientos apostólicos. Los evangelios han
sido entendidos por el pueblo, y en gran medida los entiende, como
relatos históricos que narran los hechos tal como sucedieron o como
meras biografías de Jesús. Dentro del evangelio atraen poderosamente
los milagros, que se aceptan al pie de la letra. No olvidemos que los
milagros impresionan al pueblo, quizá porque los necesita. A veces
el cristianismo se convierte en una religión de los milagros.
, Jesús es para el pueblo el Señor de los milagros.
10. Cf. J. Sobrino, Jesús de Nazaret, en CFP, 480-513.
11. Cf. J. 1. González Faus, Acceso a Jesús, Salamanca 71991, cap 1.