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Teología practica casiano floristan

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38 Teología Práctica

tiempos de Jesús, por apetencias del cargo, el sumo sacerdote se

hallaba sometido al dominador romano. Su puesto era acaparado por

cuatro familias de neta orientación saducea. Lógicamente era un personaje

impopular. Para ayudar a llevar a cabo su función estaban los

jefes de los sacerdotes, familiares o amigos suyos, encargados del

culto, del mantenimiento del templo y de la tesorería. Los sacerdotes

se ocupaban de los sacrificios. Al ser unos 7.000, se dividían en tumos

semanales, salvo en las tres grandes festividades y peregrinaciones,

en las que intervenían todos. Fuera de algunas semanas de ocupación

sacerdotal, el resto del tiempo lo dedicaban a otros oficios. El sacerdocio

era hereditario.

A lo largo de su vida pública, Jesús tuvo pocos contactos con los

sacerdotes, salvo en los momentos de la pasión. Ironizó las preocupaciones

sacerdotales en la parábola del buen samaritano (Lc 10,31)

y atacó el lugar de los sacrificios en la escena denominada de la

«purificación» del templo, hecho que se encuentra en los tres sinópticos

(Mc 11,15-19; Mt 21,12-17; Lc 19,45-48) y en Juan (2,13-22). La

expulsión de los mercaderes produjo asombro por la autoridad que

mostró Jesús. Puso en tela de juicio el templo, al menos como lugar

de sacrificios cruentos. Frente a la afirmación religiosa de que Dios

está presente en el templo, Jesús enseña que Dios está en todas partes,

pero de una manera privilegiada en la comunidad nueva de los discípulos

(<<donde están dos o tres reunidos apelando a mí, allí en medio

de ellos, estoy yo», Mt 18,20) y en la caridad con los pobres (<<cada

vez que lo hicisteis con uno de esos hermanos míos tan insignificantes

lo hicisteis conmigo», Mt 25,40). Jesús oró en el campo y en las

montañas. Para él no hay separación entre el espacio sagrado y el

religioso, ya que todo es santo porque todo es creación de Dios. El

templo nuevo será la humanidad resucitada porque la esencia del templo

nuevo es la justicia del Reino.

Sin embargo, sólo la carta a los Hebreos aplica a Cristo el título

de «sacerdote» o «sumo sacerdote» con una doble condición: Jesús

no pertenece a la estirpe sacerdotal judía ya que fue seglar (7, 13-14),

ni su culto es ritualista sino «en espíritu y en verdad» (In 4,23-24),

ya que «se ofreció a sí mismo» en bien de la humanidad (5, 7-10).

Jesús cumple la doble condición del ministerio sacerdotal: transmitir

a los hombres la palabra de Dios y presentar a Dios los sacrificios de

los hombres, que se resumen en la entrega de la vida propia al servicio

de los hermanos. El sacerdocio de Jesús es único como único es su

sacrificio. La muerte de Jesús no se lleva a cabo con la minuciosidad

de un ritual sagrado, sino con una entrega de amor total hasta la muerte,

verdadero culto a Dios. En resumen, JeslÍs es sumo sacerdote porque

Historia 39

se hizo semejante a los que sufren, llegó a la muerte por amor de la

justicia y se entregó con fidelidad a Diosl 5 •

Como consecuencia podemos deducir que la confianza del cristiano

no debe ponerse en las instituciones ni en las ritualidades, sino en la

cruz de Cristo como revelación del amor de Dios y reconciliación de

la humanidad. El fasto de la ceremonias es inservible; lo esencial es

Cristo, el único sacerdote. Dios no quiere el sufrimiento sino el amor,

no desea la muerte sino la vida. La liturgia cristiana no se reduce a

un ritual cristiano en el templo, sino que abarca toda una vida entregada

a los hermanos en espíritu y en verdad. Sólo bajo esta perspectiva se

comprende el sacerdocio de Jesús.

b) Jesús no fue «escriba» de la ley

En tiempos de Jesús, escribas o doctores de la leyeran los intérpretes

de la ley, encargados de explicarla y actualizarla, de acuerdo

a los nuevos tiempos o a los problemas planteados. Eran una mezcla

de teólogos y de juristas. Al creer que se había terminado el tiempo

de los profetas, los escribas se consideraban sus herederos hasta que

apareciese el profeta mesiánico de los últimos tiempos. Por esta razón,

dar el título de profeta a Juan Bautista o a Jesús equivalía al reconocimiento

de la llegada de los últimos tiemposl6. Recordemos que

el judaísmo se hizo rabínico después de la destrucción del templo del

año 70 y de la desaparición del sacerdocio ritual.

Para ser escriba se necesitaban estudios largos y precisos, con

objeto de conocer la ley y las tradiciones orales. Se lograba el título

hacia la edad de los 40 años. Los escribas llevaban vestidos especiales,

ocupaban la presidencia en cualquier reunión y eran saludados, honrados

y apreciados por el pueblo. Su presencia era indispensable en

diversos consejos y tribunales, incluso en el sanedrín. La mayoría eran

de tendencia farisea caracterizada por su pureza ritual. Como guías

espirituales del pueblo, su cometido consistía en promover la fe en

Dios y ayudar a cumplir su voluntad mediante las reglas de pureza

ritual. De este modo el pueblo podía sentirse cerca de Dios sin la

necesidad imperiosa del templo y de sus costosos sacrificios. Por esta

causa, cuando después de la catástrofe del año 70 desaparecen el

templo y el sacerdocio, los escribas o rabinos se convierten en los

jefes religiosos del judaísmo.

Según X. Léon-Dufour, Jesús aparece como un rabino; enseña

15. Cf. A. Vanhoye, El mensaje de la carta a los Hebreos, Estella 1978.

16. Ch. Saulnier y B. Rolland, Palestina en tiempos de Jesús, o. c., 42.

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