Edición Digital Revista Natural...Mente Animal - Febrero de 2023

Nuestra visión nocturna es 6 veces superior a la del
humano, debido a una estructura del ojo llamada
“Tapetum Lucidum”; son células que funcionan
como espejos, capaces de amplificar la luz.
Se pensaba que los ojos nuestros solo veían en
blanco y negro, pero en ciertas investigaciones
acerca de cómo vemos los gatos, han determinado
que los ojos de gato pueden percibir los colores
azules y verdes, además de percibir colores cálidos
como los amarillos, aunque no podemos ver los
colores saturados ni brillantes como los humanos.
Los humanos tienen un campo de visión de 180
grados y los gatos tenemos una visión de 200
grados, por lo que podemos explorar con más
horizonte.
Nuestros extraordinarios bigotes o vibrisas, son
delicadas terminales nerviosas; por medio de ellos
oteamos el mundo. Son tan sensibles que vibran y
detectamos hasta el movimiento de una cucaracha
a varios metros de distancia.
Tenemos entre ocho y doce bigotes móviles a
cada lado de su nariz. Aunque existen excepciones
con bigotes de más y de menos, la mayoría de
nosotros contamos con, entre 16 y 24 vibrisas en
esta zona de la cara.
Estos bigotes también los tienen otros mamíferos
como los perros y los zorros.
Tenemos una fina nariz, ésta posee 19 millones de
terminales nerviosas. El hombre solo tiene 5
millones; parte de nuestra geo - localización se la
debemos al olfato.
En nuestras orejas tenemos tres componentes: el
oído externo, el oído medio y el oído interno.
El oído externo es llamado pirámide semirrígida;
ahí tenemos una especie de bolsita llamada pinna,
se encuentra justo en el borde la cual nos sirve
para llevar el sonido al canal auditivo del oído
medio y ayudar a la oreja a flexionarse y rotar 180
grados, y así enfocar mejor el sonido.
Los gatos nos regimos casi un 100% por los
sonidos; cuando el sonido llega al oído medio, se
dirige al oído interno y los nervios traducen ese
sonido al cerebro y el cuerpo. Hay algunas razas
de gatos que por su manipulación genética, han
perdido la pinna.
Podemos estar totalmente inmóviles y solo mover
la oreja para captar los sonidos y comunicarnos, ya
sea con otros gatos, mascotas o con nuestros
tenedores; otra cosa es que los humanos no nos
entiendan lo que queremos decirles.
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