SALA BAÑO 227-FEBRERO

El título de esta entrada es poco ortodoxo, se mire por
donde se mire. Interpela al pasado desde un presente
que realmente mira al futuro. Pero quizá es así porque no
podemos obviar que cabe la posibilidad de que 2023 sea
un año que, cuando más adelante miremos hacia atrás,
destaque como inicio de un cambio notable en la naturaleza
de nuestro mercado. Y especialmente importante para el
segmento del baño, entre otros.
ANDIMAC # EMPIEZA EL AÑO QUE POSIBLEMENTE CAMBIÓ TODO
Los analistas económicos
previeron un 2022 marcado por la
recuperación económica después
del declive que supuso la pandemia.
No vislumbraron el cisne negro de
la Guerra de Ucrania, que nos ha
llevado a una crisis energética sin
precedentes, a un incremento de los precios
de las materias primas y todo ello nos ha
colocado en una situación de inflación que
redujo durante el año a ceniza cualquier
previsión.
Determinar con exactitud la actividad del
sector es una tarea bastante complicada,
pues este año de nuevo se verá marcado
por la incertidumbre económica. Sí se
pueden poner las bases del que podría
ser el marco de evolución de la actividad
en su conjunto según segmentos. Así,
la obra nueva es posible que durante el
primer trimestre de 2023 toque techo
de crecimiento; la reforma siga perdiendo
fuelle, la rehabilitación energética inicie
una senda clara de crecimiento y la obra
pública, edificación y obra civil, también
crezcan de forma muy notable, por los
fondos europeos y el saco sin fondo del año
electoral. A priori, un saldo positivo general,
pero en lo concreto, y como hemos apuntado,
con grandes diferencias según tipología
de materiales, modelos de distribución
y actividad constructiva. Un año donde
determinados segmentos del mercado
ganen y otros pierdan, como se explica con
detalle en el Informe 360º del mercado de
Materiales recientemente editado.
Si centramos el análisis en el segmento
de la reforma y rehabilitación de viviendas,
podemos afirmar que el 2022 no ha sido
un mal año, dadas las circunstancias.
O no. La realidad es que la actividad ha
descendido, si bien esta caída se ha visto
superada por un mayor incremento de
la inflación: menos unidades pero mayor
facturación, por lo que a trazo grueso
el mercado crece. Ojo que en 2023 la
debilidad en este segmento se mantendrá
y el efecto base que representa ya
2022 sobre los precios puede implicar
consecuencias muy diferentes.
Pensamos que 2023 va a marcar el
camino hacia un nuevo mercado. Un
cambio del que surgirán ganadores y
perdedores, y donde la capacidad de
adaptación en muchos casos va a ser
clave. Y nos basamos para ello en cómo
los incentivos legales y económicos van
a transformar (ya lo están haciendo) la
base de la demanda de reforma de un mix
centrado en interior de la vivienda a un
mix centrado en el exterior y, en general,
generación y ahorro energético. El gasto
de los hogares en materiales puede
cambiar de patrón dominante, y esto es
importante tenerlo en consideración.
Cobra importancia a todos los niveles el
concepto de cesta de la obra, es decir, el
mix de productos dominante para atender
la demanda de reforma, impulsada por el
gasto de los hogares.
SB 31