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Tim Burton
El Cadáver de
la Novia
Tim Burton
El Cadáver de
la Novia
Un tributo al stop-motion
Traducción de Juan Carlos Cortés
VII
Título original: Corpse Bride
Primera edición: mayo, 2023
2023, Tim Burton
2023, de la presente edición en castellano para todo el mundo.
Tim Burton Productions
Burbank, California, United States
2023, Juan Carlos Cortés, por la traducción
2023, Daniela Saltos, por el diseño
2023, Tim Burton, por las ilustraciones
www.timburton.com
“Muchas cosas que ves como
niño permanecen contigo y pasas
mucha parte de vida intentando
recapturar la experiencia”
Tim Burton
Tim Burton Productions apoya la protección del copyright.
El copyright estimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el
conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar
una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyright al no reproducir, escanear
ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está
respaldando a los autores y permitiendo que Tim Burton Productions continúe publicando
libros para todos los lectores.
Impreso en Quito - Printed in Quito
ISBN: 978-958-9874-52-5
VIII
IX
Viaje en el tiempo del
Stop-Motion
La animación stop motion es una forma simple pero efectiva de
dar vida a lo cotidiano. Los ingeniosos trucos de la cámara y el
ojo para los detalles minuciosos se combinan para crear cautivadoras
imágenes en movimiento.
Es una forma avanzada de animación estilo flipbook en la que el
secreto se encuentra entre cada fotograma de la acción. Se trata
de fotografiar y luego manipular físicamente los objetos dentro
de su marco. Como cada cuadro se reproduce en secuencia, la
téc-nica crea el efecto de un objeto que se mueve.
Después de la llegada de los efectos especiales digitales, el stopmotion
fue quedándose en el olvido. Sin embargo, volvió a ser
considerado en la animación por el uso que Tim Burton le dio.
El stop-motion solo se utilizaba para crear efectos especiales y
papeles mínimos, pero las animacio-nes, como “El Cadáver de
la Novia” y “El extraño mundo de Jack” fueron creadas completamente
con esta técnica.
“La animación con stop-motion tiene
un encanto especial”
Travis Knight
XI
Un tributo al Stop-Motion
Capítulo 1
El pintoresco pueblo europeo de época llamado “Pueblo de la
Victoria” parece estar envuelto en una niebla espesa y misteriosa.
Allí se encuentra una mansión sombría y gótica en lo alto de
una colina, rodeada por un jardín descuidado y lleno de maleza.
Dentro de la habitación principal las paredes están llenos de
dibujos del ala de una mariposa, realizados con un sorprendente
y milagroso detalle.
Víctor es un apuesto joven de 19 años con un aire apacible y
ligeramente soñador. Su habitación, de estilo Victoriano, está
llena de dibujos y pinturas de todos los tamaños, la mayoría
están llenas de mariposas, su favorito es aquel de un perro de
aspecto amistoso.
Después de añadir pequeños toques finales al boceto, termina
el dibujo que estaba haciendo. Víctor levanta un frasco de vidrio
con forma de campana y una mariposa se escapa, revolotea por
la habitación y sale por la ventana abierta.
La mariposa, en su vuelo por la ciudad, pasa por las calles empedradas.
La arquitectura es fría y severa. Los tonos son apagados
y sombríos; la mariposa es lo único realmente colorido que se ve.
15
El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
La gente del pueblo, de aspecto rígido, camina asintiendo muy
formalmente y sin calor cuando se cruzan.
Una campana de iglesia da el primero de los cuatro golpes. El
pregonero entra en la plaza y hace sonar su gran campana.
-¡Cuatro en punto y todo va bien!
El ambiente del pueblo se escucha como una marcha metódica.
La mariposa continúa flotando a lo largo de una línea de tiendas,
haciendo contraste con sus vibrantes colores.
Uno de los vendedores arregla fastidiosos montoncitos de cebollas
marchitas. El sonido del viento añade ritmo a la triste canción
que suena constantemente en Pueblo de la Victoria. El relojero
comprueba y vuelve a comprobar el gran reloj que cuelga delante
de su tienda, reajustando el segundero hasta que esté en su punto.
Los relojes cuentan como metrónomos. El panadero añade
cansinamente otra hogaza marrón a la pirámide que se alza en
su ventana. Cada pan tan seco y sin sabor como el siguiente. El
carnicero, cuyo brazo sube y baja mecánicamente, llena el aire
con un sonido constante de corte en el tiempo muerto. La viuda
Munch, la costurera, está sentada entre pernos de tela, de todos
los tonos de gris. Su máquina de coser corre al ritmo de la gente.
Mientras la mariposa se aleja flotando, la mansión se sigue
viendo a lo lejos, la casa de la familia de Víctor, los Van Dorts.
En la puerta principal está William Van Dort, un caballero de
hombros caídos que habla desde detrás de su bigote caído.
-¿Dónde está Víctor? Puede que lleguemos tarde -grita molesto
al viento esperando a su hijo con la desesperación aumentando.
Víctor se asoma por una ventana del piso de arriba, sin entuciasmo
y sin ganas de estar con sus padres en el carruaje por más tiempo
del necesario. Ya estaba muy cansado de los dialogos.
-Ya voy, padre -responde con una actitud triste.
-Bien, bien. Muy bien.
La madre de Víctor, Nell Van Dort, es una matrona Victoriana
regordeta y prepotente. Contempla desde el otro lado de la ciudad
la mansión Everglot, con sus dos imponentes frontones.
Nell tiene la voz de una diva de la ópera mientras se regocija del
éxito del plan que tantos días había tardado en pensar. William,
por otro lado, es la suave voz de la razón.
Víctor llega junto a ellos con sus piernas desgarbadas y sus
cuellos rígidos, siempre parece miserablemente incómodo.
-¿Dónde está Mayhew? Puede que lleguemos tarde -repite de
muy mal humor.
En el momento, el carruaje Van Dort se detiene, anunciado
por Mayhew el conductor. Víctor se sienta frente a sus padres,
que se aprietan incómodamente mientras el carruaje traquetea
sobre los pobres adoquines descuidados de la ciudad.
-Victoria Everglot es un buen partido. ¿Verdad, Víctor? pregunta
William mientras inspecciona a su hijo.
-No lo sabría, padre, nunca he hablado a solas con la chica.
Nell y William comparten una mirada.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
-Bueno, primero dices… ¿Qué tal? -empieza William.
-Entonces comenta su belleza -continúa Nell. -Decir tales cosas,
aunque sean mentiras. Son sólo el deber de un marido.
-No intentes ser gracioso, no intentes ser rápido. No eres muy
listo, nunca serás hábil.
-¿Así que debo ser yo mismo? -pregunta Víctor.
-¡No has oído nada! -grita molesta Nell.
-Víctor, esta es nuestra única oportunidad de comprar lo que el
dinero no puede, la respetabilidad – trata de explicar William.
-Recuerda, los Everglot son la familia más antigua y noble, descendientes
del Gran Duque de Everglot -explica Nell mientras
se alisa el vestido, emocionada.
Mientras tanto, en el salón de la mansión Everglot, el imponente
retraro del duque de Everglot observa el caos que es la familia.
En una enorme habitación amueblada con altos sillones con
respaldo, un elaborado sofá gris, mesas auxiliares curvadas y
pesadas cortinas se encuentra Maudeline Everglot, una imperiosa
matrona Victoriana de pelo altísimo y pecho imponente, está de
pie junto a la ventana, observando cómo se acerca el carruaje
de los Van Dort desde el otro lado de la plaza.
Su redondo e importante marido, Finis Everglot, está a su lado
compartiendo su arrepentimiento en el fondo.
-¡Un día terrible! -exclama Maudeline Everglot.
-Ahora, querida… -trata de calmarla su esposo.
-¡Una familia terrible! -sigue con auténtica desesperación. - ¡No
lo oiré! Oh, no podría ser peor.
-Sí que podría -le recuerda Finis. - Podrían ser terratenientes en
bancarrota, sin dinero como nosotros.
Ambos miran a su caja fuerte llena polvo, telarañas y una enorme
falta de dinero y riquezas.
-¿Quién iba a pensar que meter pescado en latas podría dar tanto?
-Esto... es... por qué... -Maudeline titubea. -Nuestra hija se casará.
¡Según el plan! Y seremos guiados de las profundidades de la más
profunda pobreza. Quién hubiera imaginado que nuestra hija,
fea como una nutria, sería lo único valioso que tenemos para
ofrecer y salvarnos de esta situación.
Mientras tanto Victoria en su habitación era un manojo de
nervios por el matrimonio que sus padres le habían arreglado.
A pesar de lo que piensa su madre, es una joven bonita y dulce.
En este momento, su anciana criada, Hildegarde, le está atando
corsés demasiado ajustados.
-Oh, Hildegarde, aflójalo un poquito -le dijo con incomodidad.
Hildegarde vacila, luego afloja rápidamente el corsé. Ayuda a
Victoria a ponerse un vestido gris de cuello alto.
-Hilde, estoy nerviosa. ¿Y si Víctor y yo no nos gustamos? pregunta
nerviosa viéndola a través del espejo. Se distrae al escuchar una
risa sorprendida y severa desde la puerta.
Victoria y Hildegarde se giran para ver la imponente figura de
Maudeline, Finis está a su lado.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
-¡Por el amor de Dios, Victoria! -dice Maudeline. - ¿”Gustarse” el
uno al otro? ¿Como si eso tuviera algo que ver con el matrimonio?
¿Crees que tu padre y yo nos “gustamos”?
-Pero seguro que debes hacerlo, ¿un poco? -pregunta.
-¡Claro que no! -exclaman Finis y Maudeline al unísono.
-Pero, me tenías, ¿no?
-Fuiste concebida en un arrebato de... – mira al cielo pensando-
¿cuál es la palabra? ... ¡responsabilidad!
Maudeline gira sobre sus talones sin intenciones de volver a la
conversación con su hija o cualquiera.
-¡Atad bien esos corsés! -se le escucha gritar sin mirar atrás. -¡Puedo
oírte hablar sin jadear!
Los Van Dort se paran ante las enormes puertas de entrada.
-Deberías estar agradecido, por todo lo que hemos hecho. ¿Quién
más sacrificaría tanto por el bien de su hijo? -dice Nell y Víctor
solo podía mirar sus manos con incomodidad.
Finis y Maudeline bajan la gran escalera. Es fría e imponente,
parece más una institución financiera que un hogar. Son la viva
imagen de la alta sociedad del viejo mundo.
-El matrimonio es una asociación, un poco de ojo por ojo. Uno
pensaría que toda una vida observándonos podría haberle enseñado
eso, pero parece que no sirvió de nada.
El mayordomo de la mansión Everglot abre la puerta mirando a
los Van Dort con un desdén apenas disimulado. Las dos madres
se ofrecen sonrisas claramente falsas que todos ignoran.
-Sonríe, cariño, sonríe... – le dice Maudeline a Finis, en voz baja.
Con un tremendo esfuerzo, la boca de Finis se tuerce en una
sonrisa forzada y un poco extraña.
-Acabemos con esto, ¿vale? –le susurra en respuesta. -Hola! Que
placer. Bienvenidos a nuestra casa.
Los padres se reúnen en un incómodo ritual de apretones de
manos, reverencias y besos al aire. William Van Dort estrecha
la mano de Maudeline mientras todos están en silencio.
-Usted debe de ser la Srta. Victoria. No parece tener más de veinte
años -dice de manera graciosa.
Le guiña un ojo a Finis mientras Nell se encoge de vergüenza.
Maudeline se vuelve hacia el mayordomo.
-Tomaremos el té en el salón oeste. Aún esperamos al pastor Galswells.
Dile a Victoria que han llegado los Van Dort.
Los padres se vuelven en grupo y se dirigen al salón, dejando a
Víctor de pie en el pasillo, olvidado. Se queda de pie en medio del
repentino silencio, sin saber qué hacer. Mirando nerviosamente
a su alrededor, su mirada se posa en una habitación cercana al
otro lado del pasillo, fuera de su alcance. La puerta está entreabierta,
dejando entrever un tentador piano.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Vacila, luego se desliza en la habitación. Era una gran sala
lúgubre con cuadros monótonos y formales dominada por un
enorme piano, del tamaño de un pequeño barco. Víctor se siente
irresistiblemente atraído por ella. Se sienta y toca las teclas con
caricia. Sobre el piano ve un pequeño jarrón con un tallo de
jazmín de invierno. Comienza a tocar, al principio entrecortadamente,
pero luego se pierde en la música. Su canción es triste
pero ensoñadora, muy interesante.
Victoria se está ajustando nerviosamente el vestido cuando,
de repente, la música llega flotando hasta ella. Se detiene, paralizada,
y luego continúa bajando los escalones, siguiendo el
sonido del piano.
Se asoma a la puerta del gran salón, donde se han reunido los
padres. William Van Dort cuenta una historia aburrida, gesticulando
ligeramente mientras habla.
-Nunca he entendido por qué los hombres necesitan varios zapatos
negros y otros zapatos marrones adicionales, ¡cuando una rápida
capa de pintura puede convertir unos en otros!
Nell se encoge de hombros, mortificada. Los Everglot permanecen
sentados con el ceño fruncido. Cruzando al otro
lado de la entrada, Victoria llega a la sala de música. Entra en
silencio. Víctor está sentado al piano, de espaldas a la puerta.
Toca, perdido en su música.
-Qué encantador -dice Victoria.
Sobresaltado, Víctor salta en su asiento y golpea el piano con las
rodillas, haciendo que la tapa caiga con un ruido sordo.
Se gira para ver a Victoria, se veía tan guapa como un cuadro,
de pie detrás de él, no lo podía creer.
-Oh... Yo... perdóname. I... -empieza a balbucear.
-Tocas muy bien.
-I... Le pido disculpas, señorita Everglot. Qué descortés de mi
parte...
Victoria se acerca a él impetuosamente.
-La canción. ¿Cómo se llama?
-Oh, fue... sólo algo que me encontré.
-¿Encontraste dónde?
-Bueno... Estaba dentro de mí, supongo.
-Qué bien que hayas encontrado una forma de desahogarte. Mamá
no me deja acercarme al piano. La música es impropia de una
jovencita. Demasiado apasionada, dice.
Víctor se frota nerviosamente las rodillas doloridas.
-Si puedo preguntar, Srta. Everglot...
-Tal vez, dadas las circunstancias, podrías llamarme “Victoria”.
-Sí, sí, por supuesto. Bueno, Victoria...
-¿Sí, Víctor?
-Mañana vamos a estar... (no puede decirlo) Mm... Mm...
-Casados. -dice riendo.
-Sí. Casados.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Se sienta a su lado en el banco del piano.
-Desde niña he soñado con el día de mi boda. Siempre esperé
encontrar a alguien de quien estuviera profundamente enamorada.
Alguien con quien pasar el resto de mi vida -sonríe
triste. -Tonto, ¿no?
-Sí. ¡Tonto! ¡Ja!
Un latido. Él la mira dándose cuenta de su error.
-N-no. En absoluto.
Ambos se ríen nerviosamente, acercándose un poco más. Víctor
derriba accidentalmente el pequeño jarrón. Coge el pañuelo
de su bolsillo justo cuando Victoria saca su pañuelo. Mientras
ambos limpian apresuradamente el derrame, sus manos se tocan.
Se miran el uno al otro.
De repente, en la puerta aparece el pastor Galswells, que les
dirige una mirada severa y prohibitiva. Los padres se agrupan
rápidamente detrás de él.
Víctor se mete apresuradamente la flor en el bolsillo.
-¿Qué impropiedad es esta? ¡No deberíais estar juntos a solas!
Aquí es un minuto antes de las cinco, y usted todavía no está en
el ensayo o en la habitación. ¡Podrías llegar tarde!
-Oh Dios... nosotros... nosotros... -empieza Víctor nervioso.
-Ven enseguida -le dice Maudeline fríamente.
El grupo se ha reunido en el salón para ensayar la ceremonia
nupcial. Sentados están Finis y Maudeline, William y Nell. La
parte delantera de la sala se ha dispuesto como un altar improvisado.
Una mesa elaboradamente tallada sostiene un par de
velas y un cáliz. La presión es máxima en el ambiente.
Es el acontecimiento social de la década y Maudeline Everglot
no ha dejado nada al azar. Es como una Martha Stewart del siglo
XIX, que planifica obsesivamente hasta el más mínimo detalle.
El pastor Galswells preside, sosteniendo un libro y un cetro
sagrado ornamental. Víctor tiembla en una agonía nerviosa
mientras el pastor Galswells le mira fijamente.
-Intentémoslo de nuevo. ¿Vamos, maestro Van Dort?
Víctor levanta la mano izquierda y retrocede tres pasos.
-S-Sí, señor. Ciertamente.
-Bien, Bien -El Pastor Galswells sisea.
Víctor se apresura a levantar la mano correcta.
-¡Ah, sí! Con este... este...
El pastor Galswells se notaba molesto e incitaba más el nerviosismo
de Víctor. Se podía sentir en toda la habitación.
-Mano... -trata de ayudarlo.
-Mano, sí ... con esta mano, lo haré. . .
Coge el codo de Victoria, pero se pone nervioso al tocarla.
-Oh, perdóname, yo, er...
-¡Continúe!
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Victoria da tres pasos adelante. Víctor accidentalmente da cuatro.
-¡Tres pasos! ¡Tres! ¡No puedes contar!
Víctor retrocede rápidamente, pisando el dedo del pie de Victoria.
-¡Oh, Dios! P-perdón. Uhm. tres pasos . . .
Nell se abanica angustiada mientras Maudeline y Finis la miran
con absoluta repugnancia, ahora muy notoria.
-No importa. Vamos a recogerlo en la parte de las velas -dice.
-¿La parte de la vela?
-¡La vela! ¡La vela! ¿No recuerdas nada?
-N-no, no, claro que no... ¡Quiero decir que sí!
Víctor coge una vela encendida.
-Con esta vela...
El ruido de la puerta abriéndose corta la inspiración de Víctor.
Barkis Bittern, el abogado de los Everglot, entra y le entrega a
Finis unos papeles para que los firme.
-Disculpe, señor. Son muy importantes...
-Ahora no, Barkis.
-¿Las prenupciales.
Finis firma rápidamente los papeles y se los devuelve, mientras
frunce el ceño a Víctor. Barkis hace una señal de desaprobación.
-Con esta vela... esta vela... -intenta continuar el novio.
Víctor intenta encender la otra vela. Le cuesta. Durante largos
segundos juguetea con la mecha mientras los demás le observan.
Finalmente, acercándose, consigue encender la vela. Suspira
aliviado, apagando accidentalmente la vela. Desde su silla, Nell
gime de la frustración.
-¿No desea casarse, señorito Van Dort? -explota el Pastor Galswells.
-¡No! ¡No!
Victoria levanta la vista sorprendida.
-¿No?
-¡No! Quise decir no, yo no, er, no deseo casarme, es decir, quiero
mucho
El pastor Galswells lo golpea con el cetro sagrado.
-¡Presta atención! ¿Te has acordado siquiera de traer el anillo?
-El anillo... ¡sí! Por supuesto...
Saca el anillo del bolsillo y, tanteando, lo deja caer. Todo el
mundo se asusta ante este sacrilegio.
-¡Dejando caer el anillo! ¡Este chico no quiere casarse!
Incluso Victoria está empezando a preocuparse ahora.
-¡Yo me encargo! -se apresura a decir Víctor.
Se pone de rodillas y agarra desesperadamente el anillo que
rueda bajo la silla de Maudeline. Lo alcanza, tanteando a ciegas
bajo el dobladillo de su largo vestido mientras ella lo mira con
indignación y una mezcla de sentimientos.
Víctor se pone en pie, levantando el anillo triunfalmente.
-¡Lo tengo!
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Al hacer esto, Víctor accidentalmente derriba la otra vela encendida
y el vestido de Maudeline comienza a arder. Todos
intentan apagarlo rápidamente.
-¡Suficiente! ¡Esta boda no puede celebrarse hasta que él se haya
preparado adecuadamente! -dice el pastor Galswells mientras
señala con ira hacia la puerta. - ¡Joven, aprenda sus votos!
Humillado, Víctor sale a trompicones. Todo esto es demasiado,
Victoria se desmaya, entonces casi al unísono Nell, Maudeline y
finalmente William corren a ayudarla.
Capítulo 2
El pregonero observa a un angustiado Víctor mientras cruza el
viejo puente de piedra, pasando junto a la iglesia del pueblo, y
se dirige hacia los oscuros bosques que hay más allá.
Se adentra en el bosque. Los enjutos abedules dan paso a oscuros
árboles premonitorios. Víctor murmura desesperadamente para
sí mismo una y otra vez con los mismos errores.
-Con esta mano, yo... Voy a...
Lo intenta de nuevo.
-Con esta mano, vacío tu copa. No. No es eso.
-Tu copa nunca se vaciará, porque yo iluminaré tu camino. No.
Con esta vela, levanto tu pena... no, no. Es inútil.
Los cuervos revolotean de árbol en árbol, siguiéndole mientras
vaga por el oscuro bosque. Parece que está encantado, como si
alguien le estuviera observando desde algún lado.
En un claro desolado, donde hace mucho tiempo se derrumbó
un árbol centenario, la luz de la luna entra a raudales por la
brecha en el dosel del bosque. Las cornejas se posan en los árboles
circundantes, ladrando ruidosamente.
Víctor se sienta, murmurando los votos. El gruñido de los
cuervos se hace más insistente. Levanta la vista y, al darse cuenta
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
de que ahora tiene público, decide ir a por todas. Se levanta con
una floritura teatral.
-Con esta mano, alzo tus penas.... Tu copa nunca se vaciará, yo
seré tu vino... -dice con mucha seguridad.
El chirrido se hace más fuerte en las ramas y Víctor mira a los
cuervos.
-Gracias, señor… Con esta vela, iluminaré tu camino en la oscuridad…
dice mientras empieza a recuperar la confianza en
sí mismo.
Saca el anillo del bolsillo. Enredado con él está el jazmín de
la sala de música. Víctor se queda mirándolo un momento y
reúne fuerzas para el gran final. Con una floritura dramática,
se arrodilla en el piso.
-Con este anillo...
Desliza el anillo en una pequeña raíz retorcida que sobresale del
suelo del bosque.
-¡Te pido que seas mía!
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
De repente, los cuervos se callan. Un leve viento pasa entre
los árboles. Víctor mira hacia las ramas, donde los cuervos le
observan en silencio. La raíz gira, sin que se note. Sin dejar de
mirar a los cuervos, Víctor busca su anillo y de repente, la raíz
le rodea la muñeca.
Horrorizado, Víctor intenta liberarse mientras los cuervos
gruñen con un cacofónico sonido, aleteando. Tira desesperadamente,
arrancando del suelo una masa de raíces y suciedad.
Al retroceder, ve que un brazo esquelético le sujeta la muñeca.
Grita y lo lanza lejos mientras el suelo se abre frente a él.
Una figura cubierta de raíces, vestida con un traje de novia
hecho jirones, salta de la tierra helada para revelar a la novia.
El anillo brilla a la luz de la luna.
-¡Puedes besar a la novia! -dice.
Víctor retrocede, se da la vuelta y corre frenéticamente, tropezando
entre matorrales y ramas. Se cae y, al levantarse, se
da cuenta de que ha tropezado con una tumba en un viejo
cementerio abandonado.
La novia cadáver avanza hacia él. Él corre por su vida, esquivando
entre las lápidas torcidas. Choca a ciegas entre las ramas
de los árboles desnudos y quebradizos que parecen bloquearle
la huida. Tropieza con un pequeño arroyo mientras la Novia
cadáver le persigue.
Mientras Víctor corre a ciegas entre los árboles, los cuervos
vuelan a su paso. Llega al límite del bosque y corre hacia la
pasarela. Se detiene para recuperar el aliento. Se da la vuelta y
observa el oscuro bosque. Está extrañamente silencioso.
De repente, los cuervos irrumpen desde los árboles, volando
directamente hacia él. Se da la vuelta para correr y se queda
paralizado de horror. La figura extrañamente atractiva se le
acerca peligrosamente desde el otro lado del puente.
El pregonero mira hacia la pasarela, sosteniendo su linterna.
Apenas puede ver a Víctor, y lo que parece, desde esta distancia,
una mujer con un vestido largo que le abraza. El pregonero
frunce el ceño con desaprobación y sorpresa.
La novia cadáver avanza hacia Víctor mientras los cuervos
se reúnen, arremolinándose a su alrededor. Dominado por el
miedo, Víctor permanece inmóvil. Ella se levanta lentamente
el velo. En su mano esquelética, el anillo de boda brilla a la luz
de la luna. Enormes ojos dominan su pálido rostro.
Ella se inclina hacia él, su mano huesuda toca su pecho mientras
los cuervos los rodean, formando un sólido campo de negro.
Los cuervos explotan en una ráfaga. Víctor y la novia cadáver
se encuentran en otra tierra, con edificios deformes en el fondo.
La novia cadáver es parlanchina, vertiginosa y eufórica.
-Estuviste maravilloso. Tan apasionado. Fue todo lo que soñé. -dice
emocionada mientras una araña viuda negra desciende de su velo.
Víctor retrocede un par de pasos, mirando temeroso la cara de
la novia cadáver que tenía emocionada junto a él.
38 39
El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
La araña Viuda Negra dispara rapidamente una hebra de telaraña
al pecho de Víctor. La hebra pegajosa es increíblemente
fuerte. La pequeña araña es capaz de atraparlo.
-¿Adónde crees que vas? -dice la araña.
A la novia se le sale un ojo y un gusano se asoma por la cuenca.
Parece y suena como Peter Lorre.
-No me gusta. Es espeluznante.
La novia cadáver se saca el ojo. El gusano cabalga sobre su oreja.
-¡Oh, Víctor! No puedo esperar a que conozcas a todos -dice.
-¿Cómo... ¿Cómo sabes mi nombre?
-¿Crees que me casaría con un extraño? ¡Vamos!
La novia cadáver lleva a Víctor lejos, corriendo. Lo arrastra
a la plaza, un eco escabroso de la plaza de la ciudad de arriba.
Víctor ve a unos sombríos transeúntes.
-¡Ayuda! Tienes que ayudarme, he sido secuestrada por...
Los transeúntes se dan la vuelta. Víctor ve que ellos también son
cadáveres y esqueletos. Se detiene en seco.
-¡Los muertos!
De todas las direcciones vienen corriendo, cojeando o rezumando
cuerpos en todos los estados de descomposición imaginables. Retrocede
horrorizado. La multitud se acerca. Un niño esqueleto
lo pincha curiosamente con un palo.
-¡Todavía está blando!
Los muertos se reúnen alrededor de Víctor, fascinados.
-Es mi marido. ¡Él me dio este anillo! -informa feliz la novia cadáver.
Radiante, extiende el brazo para mostrar su anillo a la multitud.
-¡Que conmovedor! -se escucha un coro.
Un muerto estrecha vigorosamente la mano de Víctor.
-Encantado de conocerle. ¡Oh! Su brazo. .
-Todavía respira -grita alguien alrededor.
Todos escuchan atentamente el jadeo del pecho de Víctor.
-¿También late su corazón? -pregunta otro desde lejos.
-¡Lo sacaré y le echaré un vistazo!
Un gigante mete la mano en la boca de Víctor.
-Por favor, déjenlo en paz. Acaba de llegar -dice la novia desesperada.
El gigante saca la mano. Cuando la novia se vuelve hacia Víctor,
su globo ocular izquierdo se desprende, revelando de nuevo al
gusano, que se dirige a la gente del pueblo.
-Vimos toda la boda. ¡Fue romántica!
La araña emerge detrás del gusano.
-Me recuerda a mis maridos 3º, 7º, 24º y 63º.
-¿Antes de comértelos? -pregunta el gusano.
-Sin embargo, faltaba una cosa. Se olvidó de besar a la novia.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Poco a poco, todo el público comienza a cantar ¡Bésala! ¡Bésala!
La novia cadáver suelta una risita, ligeramente avergonzada.
Víctor no puede más. Sus enjutas piernas se doblan y se desmaya.
Capítulo 3
Los ojos de Víctor se abren lentamente. Desde su punto de vista,
una enorme y borrosa calavera flota frente a él, llenando su campo
de visión. Al enfocarlo lentamente, ve que, después de todo, no
es una enorme calavera. Son las formas de una multitud que se
inclina sobre él, silueteadas a contraluz. La novia cadáver es la
figura más cercana y la primera que logra enfocar.
-¿Se encuentra bien?
Varios esqueletos ayudan a Víctor a sentarse en una silla mientras
mira a su alrededor con los ojos muy abiertos. Ve que está en
una especie de bar. Las llamas verdes parpadean en la chimenea,
proyectando sombras a lo largo de las paredes enloquecidamente
inclinadas. Unas vigas en forma de costilla se elevan hacia el
techo. Figuras oscuras se mueven por la abarrotada sala y una
música gitana llena el aire ahumado.
Detrás de la barra, unos estantes en forma de ataúd están repletos
de botellas extrañas y de aspecto antiguo. Paúl, el jefe de
camareros, asoma la cabeza en el cuadro.
-Toma un trago, querido muchacho. Te calmará los nervios.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Un vaso se desliza hacia Víctor. Este no es más que una cabeza.
Un enjambre de escarabajos ha salido del muñón de su cuello y
corretea por la barra, empujando el vaso hacia Víctor.
-Ma cherie, ¿dónde te has estado escondiendo? Han pasado años
-le pregunta a la novia con bastante interés.
Los escarabajos regresan rápidamente y se llevan a Paul para
atender a su siguiente cliente. Mientras la novia cadáver charla
alegremente, Víctor recorre la habitación. Un grupo de esqueletos
y cadáveres juegan al billar en una esquina lejana. Cerca de ellos,
un caballero muerto está sentado fumando en pipa, mientras de
sus ojos salen dos anillos de humo como un truco nunca antes
visto en la vida de nadie.
Wellington, un esqueleto alto y harapiento, vestido con los
restos de un uniforme militar, tiene un agujero de bola de canela
en el pecho. Juega al ajedrez con un muerto, también vestido
con los andrajosos restos de un uniforme, con una gran espada
clavada en el esternón. Un hombre colgado con la soga al cuello
juega a los dardos con otros cadáveres. Otro cadáver se sienta
cerca de la diana, leyendo el periódico, ajeno a los dardos que
ocasionalmente caen en su cabeza. En un extremo de la sala hay
un pequeño escenario, donde un grupo de esqueletos toca con
extraños instrumentos fabricados con restos recuperados y trozos
de hueso. Mrs. Plum, la cocinera, es una anciana putrefacta de
piel azul rodeada de una nube de moscas. Pasa entre las mesas,
sirviendo sopa de una gran sopera. Mientras la sirve, su mandíbula
cae por accidente.
Todo esto es demasiado para Víctor. Él toma un trago de su
bebida. Ve su oportunidad y agarra la espada del cadáver enano,
y lo agita, despejando espacio en la multitud conmocionada. La
espada todavía tiene al muerto. La banda deja de tocar.
Víctor intenta hacerse el duro, pero su terror es evidente para
todos. Le tiembla la mano.
-¡Aléjate! Tengo un...enano. ¡Y no tengo miedo de usarlo! Y ¡quiero
preguntas!¡Ahora!
-Respuestas. Creo que quieres decir respuestas -le corrige Wellington.
-Gracias, sí, las respuestas que necesito. Respuestas. ¿Por qué
estoy aquí? ¿Quién es ella?
Las luces de la sala se atenúan, dejando un único foco sobre el
escenario, donde Bonejangles, líder de los esqueletos, se adelanta.
-Ya que preguntas... – dice y chasquea los dedos. - ¡Dadle, chicos!
gritó mientras los cadáveres se lanzan a un número animado,
una balada tipo “Minnie the Moocher” en la que el público
canta, golpeando sus vasos contra la barra para seguir el ritmo.
-Escuchen cadáveres que tienen una oreja al canto de la damisela.
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El Cadáver de la Novia
La canción hablaba de una doncella cuya belleza era conocida
en todas partes y que sería conocida como una encantadora novia.
Un día se sentó en el carruaje con su fino broche de diamantes
y cabalgó por los bosques donde se escondían los ladrones. Para
conseguir el brazalete que tenía, la chica fue estrangulada y se
convirtió en la novia cadáver. El día de su boda fue su muerte.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Ella cayó en ese lugar y en poco tiempo se pudrió. La tierra era
su hogar y lloraba mientras se preguntaba qué hombre querría
este cadáver solitario. Nunca una dama de honor, pero siempre
una novia. Juró sobre su tumba que algún día encontraría el amor.
Todos empezaron a aplaudir y a corear el nombre de Víctor
porque fue el amor que cayó desde arriba para salvar a la novia.
-Disculpen, amigos, voy a vomitar -dice Víctor.
-Como esposa será perfecta, ¡no te preocupes por eso! ¡Nunca
envejecerá, nunca engordará! No puede ser mucho más fría, ¿a
quién no le gustaría? –intenta convencerle el hombre ahorcado.
El bar estaba lleno de actividad mientras los muertos bailan.
La novia cadáver planta un gran beso en la mejilla de Víctor.
La plaza del pueblo está a oscuras, excepto por unas pocas luces
procedentes de la mansión Everglot. Todo está en silencio, a
excepción de la toz seca procedentes de Mayhew, que se sienta
tiritando en el carruaje de los Van Dort aparcado en la entrada.
Ya cayó la noche y Victoria está cociendo varios parches de
material para hacer la esquina de la colcha. Hasta ahora, es sólo
como un pedazo grande como su regazo. Hildegarde la atiende,
claramente preocupada por la chica.
-Tal vez el pastor tenía razón y Víctor no quiere casarse conmigo.
Se deshace de sus remiendos.
Capítulo 4
-Estoy siendo tonta. Él está atado a mí, ¿verdad?
Victoria se levanta y camina hacia la puerta seguida de cerca
por la fiel Hildegarde.
Los Van Dort y los Everglot están reunidos en el salón. Victoria
entra, manteniéndose cerca de la puerta.
-Seguro que estará de vuelta en breve -menciona Nell, aterrorizada
de la oscuridad. - De hecho, cuando era niño solía…
El mayordomo anuncia un nuevo visitante cortando rápidamente
la historia de Nell.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
- Maestro Barkis! -dice Finis
Barkis entra en la habitación y se acerca a Finis.
-¿Puedo hablar con usted, señor?
-Sí. Adelante.
Barkis hace señas al pregonero para que entre en la sala.
-Diles lo que me dijiste a mí.
El pregonero hace sonar su campana, tan fuerte como siempre
lo hace en la plaza. Habla en los mismos tonos ensordecedores.
Todos los demás se estremecen por el volumen del objeto.
-Escuchad, escuchad. Víctor Van Dort visto esta noche en el puente
en los brazos de una mujer misteriosa, tentadora y morena. Van
Dort, 19 años, se escabulló en la noche. Ahora el tiempo…
-Suficiente - lo corta Barkis y el pregonero abandona la sala.
Todo el mundo está atónito, especialmente Victoria.
-¿Mujer misteriosa? Ni siquiera conoce a alguna mujer.
-O eso creías. Pero, por desgracia, él se ha ido -dice Barkis.
-Víctor… -susurra Victoria sin poder creérselo.
-Llámame si necesitas ayuda… de cualquier forma.
Barkis mira a Victoria, igual que un gato mira a su mascota
periquito y se despide con una sonrisa mezclada con maldad.
-¡Oh, la humillación! ¿Quién más sabe de esto? Santo cielo, Finis,
¿qué hacemos? -dice desesperada Maudeline.
-¡Trae mi mosquete! - grita Finis.
-¡William, haz algo! – dice frenéticamente Nell.
El esposo se aclara la garganta y mira al pregonero.
-Probablemente sólo tuvo un día lento de noticias. Ya sabes cómo
es. Necesitas algo por lo que llorar…
-En cualquier caso, necesitamos un novio para la boda de mañana
interrumpe Finis. No quiero hablar de las cuestiones financieras.
-¡Una vergüenza escandalosa para todos nosotros! Y con mis
parientes por llegar. Esto es lo más espantoso - grita Maudeline.
-Danos la oportunidad de encontrarlo -le suplica Nell.
-Se lo rogamos. Sólo danos hasta el amanecer - apoya William.
Finis está saltando de arriba y abajo, agarrando el mosquete que
cuelga de la pared, un poco demasiado alto para él.
-Muy bien. Hasta el amanecer - acepta Maudeline.
Llama al mayordomo. Los Van Dorts se levantan apresuradamente
y retroceden, inclinándose con respeto.
-¡Gracias! ¡Gracias! Gracias a ti. Yo estoy segura de que debe haber
alguna explicación. Lo encontraremos y cuando lo hagamos,
deseará no haber escapado. Me va a escuchar.
En la Tierra de los Muertos, Víctor estaba atónito de todo lo que
sucedió. Él y la novia cadáver se sientan en una mesa apartada,
románticamente iluminada con velas. El ambiente es mucho más
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
relajado que antes. La banda toca una música de cena romántica.
Paúl, el jefe de los camareros, salta y habla con un acento francés.
-Mi nombre es Paúl, soy jefe de los camareros y voy a crear su
banquete de bodas. ¿Tienen necesidades dietéticas?
-Soy alérgico a las alcachofas... ¡No! Eso ya no importa. Ya he
estirado la pata.
La novia cadáver y Paúl intercambian una mirada.
-El joven está confundido. Tú no estás muerto. Tú sólo estás
casado - le dice Paúl con una media sonrisa, un poco avergonzado.
-Muy divertido.
-No, en serio - le asegura la novia mientras sostiene la mano de
Víctor sobre la vela en la mesa.
-¡Ay! - se queja Víctor.
-¿Te sientes mejor?
-Eso duele -dice mientras se frota la mano. - Pero espera, eso
quiere decir… ¿No estoy muerto? ¡Todavía estoy vivo!
-No me lo restriegues, amigo - le dice el muerto gigante. La novia
cadáver sonríe, feliz de ver feliz a Víctor.
-Pero ¿cómo una persona viva se casa con una muerta?
-¡Haciendo un voto!¡Cosa que hiciste!
-Pero se supone que me case con Victoria.
-Seguro de que lo superará. Hay mucha gente viva allí – responde
la novia notando que Víctor no está convencido. Ella trata de
tomar un camino con un enfoque más comprensivo.
-Esta Victoria. ¿La amabas?
-Nunca tuve la oportunidad de averiguarlo. Verdad es que apenas
sabemos nada uno del otro – dice Víctor melancólico.
-La cosa es, Víctor, conozco mucho sobre ti. Te he visto vagando
por el bosque algunos días...
-¿Lo has hecho? ¿Cuándo?
-¿Nunca has sentido que no estabas solo, aunque lo estuvieras?
¿O viste algo en la esquina de tu ojo y te giraste y no estaba allí?
-Sí.
-Fui yo.
Víctor está extrañamente conmovido.
-Vivimos en estos dos diferentes mundos, pero se solapan a veces.
Creo que estábamos destinados para encontrarnos entre sí –
continúa la novia.
-Ni siquiera sé tu nombre.
-No puedo creer – se sobresalta y con toda la emoción le responde.
- Emily. También tengo un pequeño regalo de boda para ti.
Emily silba y sale un pequeño esqueleto de perro, moviendo la
cola, muy contento de ver a Víctor.
-¡Scraps! Mi perro – dice sorprendido Víctor.
Scraps se levanta y empieza a lamer su mano.
-Sabía que te alegrarías de verlo.
Con energía maníaca, el perrito recorre el bar, derribando vasos
antes de saltar de nuevo al regazo de Víctor.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Al oír el alboroto, la Sra. Plum sale de la cocina agitando su
cucharón con furia y con los ojos medio cerrados.
-¿Quién dejó entrar a esa horrible bestia?
-Entró con el perro – dice Paúl señalando a Víctor.
-Me temo que es mío. Bueno, fue… Scraps era mi perro cuando
era tan solo un pequeño niño en el mundo de arriba.
-¡Mantenlo fuera de mi cocina! Quién sabe dónde ha estado - se
vuelve por la puerta de la cocina, gusanos y moscas revolotean
sobre su carne.
El pequeño perro salta en el regazo de Víctor, moviendo la cola
y ladrando alegremente como recordaba.
-Qué monada – dice Emily.
-Deberías haberlo visto con pieles - Víctor acaricia con cariño al
perro esqueleto. - Madre nunca aprobó a Scraps. Pero, de nuevo,
ella nunca aprobaba nada, hasta ahora no lo hace.
-¿Crees que me habría aprobado?
-Suerte de que nunca tendrás que conocerla.
Víctor tiene de repente una idea y con un falso entusiasmo empieza.
-Bueno, en realidad ... ahora que lo mencionas... Creo que lo
haría. Sí, creo que lo haría. De hecho, ya que estamos, ya sabes,
casados ... deberías definitivamente conocerla y a mi padre
también. Deberías conocer a mis padres – dice mientras espera
nervioso su reacción.
Lentamente, una gran sonrisa se dibuja en el rostro de Emily.
-¡Qué idea tan fantástica! Vamos a encontrarlos. ¿Dónde están
enterrados?
-Oh, hay un pequeño problema.
-¿Qué pasa?
-No son de por aquí.
-¿Dónde están?
Víctor señala hacía el techo.
-¿Siguen vivos?
-Me temo que sí.
-Eso es un problema.
En el Mundo de los Vivos, Mayhew se sienta en el carruaje
mientras una lluvia torrencial incrementa su toz. La lluvia golpea
la ventana. Nell se suena la nariz en un gran pañuelo.
-Son la mejor familia en kilómetros e íbamos a casarnos con ellos.
Sus modales y su educación iban a ser nuestros modales y nuestra
educación. Están emparentados con un Duque. ¡Un Duque!
-Y hemos perdido un hijo, por supuesto – dice William.
- Oh sí. Eso también – responde con desdén.
-Pero no hemos perdido toda esperanza.
-¿Cómo es eso?
-Los Everglots aceptaron que su hija se case con nuestro hijo.
-¡Sí, lo recuerdo!
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
-Pero nunca especificaron qué hijo.
Nell le mira, perpleja.
-¿Has perdido la cabeza? ¡Sólo tenemos un hijo!
-¿O no?
Con un dedo de espera, William sale de la habitación. Vuelve
un momento después, con una escoba en la mano y vestido con
una chaqueta de la cena, con un sombrero de copa posado en él.
-¡Permítame presentarle a Reginald Van Dort!
-¡Una escoba!
-¡Es limpio!
-¡Es inflamable!
-¿Y Víctor no? Querida esposa, con la llama adecuada, todos nos
quemamos hasta las cenizas.
- Y nos quemaremos hasta las cenizas si no encontramos a Víctor!
– exclama y sale de la habitación.
William mira a la escoba.
-Tu madre es muy frágil.
Victoria se encuentra sola cosiendo su colcha, que ahora cubre
un sillón entero, y parece algo más desquiciada. Parece más
triste y solitaria que nunca. Finalmente, se levanta y se pone un
pesado chal. Con gran esfuerzo, levanta la ventana y se apoya
en el alféizar, mirando hacia la noche lluviosa.
Capítulo 5
Víctor seguía a Emily hasta llegar a un estudio. Está apilado de
techo a suelo casi desmoronándose una columna de libros, pergaminos,
tablas y extraños instrumentos científicos medievales.
Estanterías desvencijadas se doblan bajo el peso de misteriosos
frascos y cajas. Los cuervos se posan en las vigas. Era un desastre,
todo el lugar está cubierto de excrementos de pájaros y del polvo
de siglos. Es una mezcla de Leonardo Da Vinci y Sanfor e hijo.
El viejo Gutknecht es un anciano esqueleto grande, tan doblado
y retorcido como la raíz de un árbol. Lleva una gorra académica
y gafas con montura de alambre. Víctor y Emily le suplican
mientras deambula entre las pilas, sacando algo de un montón
y colocándolo cuidadosamente en otro.
-Por favor, Anciano Gutknecht, debe haber algo que pueda hacer.
-¿Por qué subir cuando puedes quedarte aquí? La gente se muere
por entrar -dice sinceramente con alegría.
Víctor y Emily intercambian una mirada.
-Es muy importante que conozca a mi familia. Un saludo rápido
y volvemos enseguida – suplica Emily. - Me alegro de que hayas
pensado en esto – le dice a Víctor.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Una punzada de culpabilidad aparece en el rostro de Víctor. El
anciano Gutknecht se frota la cabeza pensativo, haciendo que
le caiga una lluvia de polvo. De repente, ¡inspiración!
-¡Lo tengo! Un hechizo ucraniano.
-¿Un qué? – pregunta Víctor desconcertado.
-¡Por supuesto! – dice Emily emocionada.
El anciano Gutknecht arrastra los pies hasta una escalera en
suenorme estantería a un lado de la habitación.
Emily y Víctor observan cómo sube cada escalón, tirando los
libros de la estantería a medida que avanza. En lo alto de la
escalera se esfuerza por alcanzar un libro especialmente grande.
-Permítame, señor - Víctor recupera el libro y lo deja sobre el
escritorio del anciano Gutknecht.
-Justo lo que necesitan estos viajes rápidos sin el alboroto de un
viaje que involucre el cuerpo completo.
-¿Eso es posible?
-Por supuesto. Pero no es necesario aquí. Ahora, vamos a ver…
Pasa las páginas. Emily y Víctor se inclinan más cerca, tocándose
ligeramente. No se dan cuenta.
-Ciertamente es polvoriento – dice Gutknecht refiriéndose al libro.
Lo que Gutknecht no sabe es que la mayor parte del polvo
procede de él mismo.
-¡Ahh! Aquí tenemos todo lo que necesitamos.
Coge un extraño huevo moteado de un cuenco y empieza a
musitar un hechizo y de repente levanta la vista.
-¿Listo? – le pregunta a Víctor.
-¡No! No entiendo cómo…
-Solo recuerda, cuando quieras volver, solo di “rayuela”.
-¿Rayuela?
-Eso es.
De repente, el anciano Gutknecht rompe el huevo sobre sus
cabezas. En lugar de yema, cae un extraño polvo brillante. En
cuanto toca a Víctor y a Emily, se derrumban al instante. Víctor
parpadea, desconcertado. Cuando el polvo brillante se disipa, se
encuentra de pie en medio de un cementerio, con Emily a su lado.
-Había olvidado lo hermosa que es la luz de la luna... – dice Emily.
Se inclina hacia un árbol e intenta coger una rama con la mano,
pero sus dedos la atraviesan.
Confundido, Víctor alarga la mano. Sus dedos también lo atraviesan
y salta de la impresión.
-¿Esto es un sueño?
-No, es real. Todo es real excepto nosotros. Tú y yo sólo somos
fantasmas - riendo, ella se desliza alrededor del tronco. Ella baila
alrededor. El claro, desapareciendo tras las columnas negras y
reapareciendo de nuevo. Víctor se queda paralizado ante la visión
de ella bailando, su vestido fluyendo a su alrededor como humo
a la fría luz de la luna. Ella vuelve a él.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
-¿Qué casa de es la tuya? -pregunta Emily.
Víctor mira a su alrededor. A la izquierda, ve su propia casa,
con un frontón. A la derecha, ve la mansión a dos aguas de los
Everglot. Tras un momento de duda, señala a los Everglots.
-Está ahí arriba. Por qué no voy yo primero y.… los preparo. Tú
espera aquí por favor.
-¡Perfecto!
Víctor corre hacia la casa en lo alto de la colina. Emily se queda
atrás bailando sobre las lápidas. Después de algunos golpes, la
araña y el gusano salen arrastrándose.
-Eres una novia muy confiada – le dice la araña.
-Es cariñosa – la defiende el gusano.
-Pero ahora todos tenemos sangre fría.
-No Víctor – dice Emily.
-No. Víctor no. Ha vuelto a la Tierra de los Vivos. Y estoy seguro
de que tiene mucho para ponerse al día.
-¿Qué estás insinuando? – pregunta el gusano.
-Ojos que no ven, corazón que no siente. Fuera de la mente, fuera
del cuadro – mira a Emily que dirige su mirada atenta a la casa.
Víctor se acerca a la casa con cautela, no está seguro de lo que
debe esperar. Entonces ve dos siluetas en una de las ventanas abajo
y se acerca con cuidado. Alcanza a ver la silueta de Finis.
-Si alguna vez pongo mis manos en ese Van Dort chico, voy a
estrangularlo con mis manos desnudas – dice Finis con rabia.
-Tus manos son demasiado gordas, y su cuello es demasiado
delgado. Tendrás que usar una cuerda – apoya Maudeline.
-Hmmmf.
Mientras tanto Víctor está asustado, se arrastra hacia atrás y casi
se da por vencido por completo, cuando se da cuenta de una
luz en una ventana de arriba. Con el coraje de los condenados,
alcanza un enrejado desvencijado, con la esperanza de escalarlo,
pero sus manos lo atraviesan y su corazón se sale del pecho.
-¡Maldición! Debe haber una manera. Piensa, Víctor, ¡piensa!
Mientras se estruja el cerebro, sus zapatos se han levantado del
suelo de repente.
-El esqueleto lo llamó un hechizo inquietante. Eso me convertiría
en un... fantasma -se da cuenta con sorpresa.
Sólo ahora se da cuenta de que ha flotado hasta el segundo
nivel. Él puede mirar en la ventana del dormitorio de Victoria.
Ella está sentada en su sillón, cosiendo frenéticamente su colcha.
Víctor intenta silbar para llamar su atención y se gira para verlo
en su balcón, embarrado, despeinado, con su chaqueta rota y
su pelo salvaje. Ella se apresura y, como puede, abre las puertas
francesas para que pueda entrar.
-Victoria.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
-¡Víctor! Oh, es… es tal alegría verte. ¿Qué te ha pasado? Tu
abrigo… ¿Qué ha pasado?
-Victoria, tienes que ayudarme -le dijo Víctor desesperado.
-No puedes saber lo que han estado diciendo…
De repente, Víctor se congela de horror. Está frente a la ventana,
y sólo él ve que el brazo esquelético de Emily aparece por la
barandilla del balcón y suelta un grito de pánico. Rápidamente
se pone delante de la ventana, por lo que Victoria no verá a la
novia por el momento.
-Víctor, ¿qué pasa?
-Parece que me encuentro casado y deberías saber, que es muy
inesperado y sorprendente.
Emily se lanza por el borde del balcón, perdiendo una pierna
en el proceso. Ella agarra la pierna para volver a colocarla y,
distraída, no se da cuenta de la presencia de Victoria.
-Yo soy su esposa -dice mientras enseña su anillo.
-Victoria, espera, no lo entiendes -empezó a decir desesperado. -
No es lo que piensas. ¡Está muerta! ¡Mira!
Agarra el brazo huesudo de Emily, agitándolo para darle énfasis
y Victoria grita muy asustada.
-¿Quién es ella? -pregunta Emily nuevamente.
-Victoria Everglot. La chica con la que debo casarme.
De repente se oyen golpes en la puerta de la habitación.
-¡Victoria! ¿Qué está pasando allí! ¡Abre esta puerta de una vez!
-grita Maudeline. - ¡Finis, coge la llave!
-¡Oh, querido, y yo que quería causar una buena impresión! No
pude esperar, cariño. Quería conocer a... -se corta al darse cuenta
de la presencia de Victoria, y se congela.
Ambas mujeres se miran fijamente. Emily, perpleja, se acerca a
Víctor, poniéndole una mano posesiva en el brazo.
-¿Querido? ¿Quién es ella?
Mientras su mano se apoya en el brazo de él, Victoria ve el anillo,
atónita. Está a punto de colapsar.
-¡Víctor! ¿Quién es ella?
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El Cadáver de la Novia
-¡Me engañaste! -grita Emily dirigiéndose a Víctor mientras le
agarra fuertemente por el pecho. - ¡Rayuela!
-¿Qué? - le dice Víctor desconcertado hasta que se da cuenta. -
¡Espera!
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
De repente, Emily y Víctor empiezan a desvanecerse.
-Victoria, ¡tienes que ayudarme!
Le tiende la mano. Sus dedos casi se tocan antes de que Víctor
desaparezca por completo con la desesperación en el rostro.
Capítulo 6
De vuelta en el estudio en la Tierra de los muertos, el anciano
Gutknecht está sentado en su escritorio cuando, Emily y Víctor
se despiertan en el suelo. Ella se empuja hacia arriba.
-¡Me mentiste! Sólo para volver con esa otra mujer.
Víctor está allí, culpable de los cargos.
-¿No lo entiendes? Tú eres la otra mujer.
-¡No! ¡Estás casado conmigo! – responde Emily sintiéndose más
dolida que furiosa. Ella es la otra mujer. -rompe a llorar sin
saber qué hacer.
Víctor se vuelve hacia el Anciano en busca de apoyo.
-Tiene razón – dijo Gutknecht encogiéndose de hombros.
-Oh, y yo que pensaba...Pensé que todo esto iba tan bien... – dice.
Su ojo se sale con la fuerza de su llanto. Víctor lo recoge y se lo
devuelve con un poco de arrepentimiento.
-Mira, lo siento pero... esto sólo no puede funcionar.
-¿Por qué no? – solloza Emily poniendo su ojo de nuevo en su
lugar. - Es por mi ojo, ¿no?
-No... tu ojo está bien.
-¿De verdad?
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
-Sí. Escucha, bajo diferentes circunstancias, bueno, quién sabe…
Pero, somos diferentes. Quiero decir, estás muerta.
-Deberías haber pensado en eso antes de pedirme que me casara
contigo en el bosque.
-¿Por qué no puedes entender? Yo nunca me casaría contigo.
Las palabras escuecen. Emily baja abatida su cabeza. Se da la
vuelta y sale del estudio dejando a Víctor allí de pie, sintiéndose
como un canalla.
Más tarde, Emily camina por un callejón de la ciudad. Ella mete
la mano en un bolsillo oculto de su vestido y saca un ramo de
novia seco y desmenuzado. Los pétalos se desprenden de él.
-Rosas para el amor eterno... lirios para la dulzura... aliento de bebé.
Deja caer el ramo al suelo y se marcha. Víctor se queda entre las
sombras, viendo cómo se aleja. Le sigue, pero se mantiene a una
buena distancia. La araña y el gusano están encaramados en sus
hombros. Mientras la novia se seca una lágrima, la humedad
flota como plumón.
-Olvídate de él. No vale la pena las lágrimas, cariño -dice la araña.
-¡Pero qué lágrimas son! ¡Fuertes y tenues! – sigue el gusano.
-No puedo competir con esa mujer – dice Emily ignorándolos.
-Ella tiene todo lo que él quiere, incluyendo un pulso.
-¡Tonterías! – dice la araña. - Todo lo que tiene es vida. ¡Tienes todo!
Todo lo que tiene es sangre y pelo. ¡Tú tienes una risa gloriosa!
-Todo lo que tiene es color que se desvanece con cada día, todo
el tiempo – apoya el gusano. - Lo mejor de ti es negro y blanco,
¡y tonos de gris azulado!
Emily sonríe, a su pesar.
-Hambre, muerte y peste no te han molestado en años. La mejor
parte de estar muerto es enterrar tus miedos.
-Todo el mundo, con el tiempo, muere y se pudre y apesta. Víctor,
él también lo hará, algún día. No importa lo que piense.
-Piensa que soy un monstruo – dice Emily triste.
-Tú eres un monstruo. Una hermoso monstruo – dice el gusano.
-Así que empieza a actuar como uno – apoya la araña.
-Córtame con un cuchillo, no siento nada – dice Emily.
-¡Exacto!
-Quémame con una llama, seguiré sonriendo igual.
-¡Como deberías!
-Cupido disparó su flecha a mi única parte viva. Así que, si
quieres hacerme daño, rompe mi corazón.
-Espera, ¿qué? ¡No! Se puso triste ¡otra vez!
La araña y el gusano tratan de salvar el espíritu de “sí se puede”.
Pero Emily sigue derribándolo.
-Recuerda... Todo lo que tiene es vida. ¡Tienes todo después!
-¿De qué sirve una vida después de la muerte cuando el amor es
un desastre tan doloroso?
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Un tributo al Stop-Motion
-Todo lo que tiene es color que se desvanece con cada día, como
una mancha de tinta empapada y fregada. La mejor parte de
estar muerto es no sentir nada.
-Pero todos, eventualmente, sienten el aguijón más crudo del amor.
La araña y el gusano están perdidos. Como la novia continúa
su triste lamento, se retiran dentro de su costilla.
-Córtame con un cuchillo, ¡no siento nada! Quémame con una
llama, seguiré sonriendo igual. Cupido disparó su flecha en mi
única parte viva, así que, si quieres hacerme daño, rompe mi
corazón... una vez más.
Emily camina fuera y se encuentra con Víctor, quien escuchó
toda la canción. Se siente fatal.
En el dormitorio de Victoria, ella, con los ojos muy abiertos y
despeinada, se pasea por la habitación.
Hildegarde intenta desesperadamente calmarla. Maudeline la
observa con desdén, bastante cansada de la situación.
-¡Es verdad, madre! ¡Víctor se ha casado con una mujer muerta!
¡La vi a ella! ¡Un cadáver! ¡Parada aquí, con Víctor!
-¿¡Víctor estaba en tu habitación!? ¡El escándalo!
-Señorita Victoria, querida, deja que Hilde te prepare una buena
taza de té. Venga, siéntese en su silla – trata de convencerla
Hildegarde con un poco de desesperación.
-¡No puedo sentarme! ¡Hay que ayudarle! ¡Busca ayuda!
-Ven a sentarte junto al fuego, querida, estás temblando como
una hoja. Deja que Hilde te traerá una manta.
-Tráele una camisa de fuerza. Ella está completamente loca! – le
dice Maudeline molesta, gira sobre sus talones y sale.
Hildegarde lleva a Victoria a una silla y le cubre con una manta.
-Un cadáver en traje de novia con un anillo. ¡Era horrible!
-Verdaderamente horrible, Srta. Victoria. ¡Un cadáver en traje
de novia! He oído hablar de esas cosas. No debes preocúpate,
querida, salvaremos al Maestro Van Dort de las garras de la
oscuridad – asegura Hildegarde y sale de la habitación cerrando
la puerta tras de sí.
Victoria, con la manta envuelta sobre ella como una capucha, se
asoma al balcón. La lluvia está cayendo fuerte. Duda, luego trepa
por la barandilla y por la reja. Hildegarde la espera abajo, con un
paraguas listo. Ellas cruzan a toda prisa la plaza del pueblo bajo
una lluvia torrencial hasta llegar a la casa del pastor Galswells.
Tocan y él con su imponente sombrero de Papa, ahora caído
hacia delante como un gorro de dormir, responde en su puerta.
-¡Señorita Everglot! ¿¡Qué hace aquí!? ¡Debería estar en casa!
-Buscamos el consejo de un hombre de la tela – responde Hildegarde.
-Pastor Galswells, vengo a preguntar algo – dice Victoria.
-¡Esto es de lo más irregular!
-¡Por favor, se lo ruego! Dígame, ¿pueden los vivos casarse con
los muertos en algún momento?
-¿De qué demonios estás hablando?
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
-¡Por favor, Pastor Galswells! ¡Es Víctor! ¡Necesita nuestra ayuda!
¡Está casado con un cadáver!
El pastor Galswells la mira penetrantemente.
-Debe haber alguna manera de deshacer lo que se ha hecho.
¡Usted es el único que sabe cómo!
-He conocido a esta chica toda su vida, nunca ha mentido una
vez – apoya Hildegarde cuando nota la desconfianza del pastor.
-Creo que sé que hacer– responde el pastor. - Ven conmigo.
Victoria e Hildegarde le siguen agradecidas. Llegan a una gran
puerta imponente y el puño del pastor Galswells golpeándola. Se
abre para revelar que es la propia puerta principal de Victoria.
Se retuerce desesperadamente para escapar mientras el pastor
Galswells la sujeta.
-¡No! Por favor. ¡Debes creerme!
El mayordomo responde, con Maudeline y Finis justo detrás de él.
-¿Qué es esto? – grita Maudeline. - ¡Victoria! ¡¿Dónde está tu
corsé?!
Victoria lucha salvajemente embarrada y despeinada, pareciendo
cada vez más, de hecho, loca.
-¡Está hablando en lenguas de alianzas impías! Su mente tiene
que venir deshecho, me temo, conducido tal vez por esta extraña
mujer – dice el pastor refiriéndose a Hildergarde.
-¡Hildegarde! – la regaña Maudeline mientras ella se queda tímidamente
detrás de ellos sin levantar la mirada.
-Santo cielo – susurra Finis y ambos arrastran a Victoria.
-Gracias, Pastor Galswells, muchas gracias. ¡Hildegarde, más te
vale empezar el desayuno!
Maudeline y Finis cierran la puerta mientras el pastor Galswells
se inclina con el ceño fruncido. Maudeline cierra la puerta y
entrega a Victoria al mayordomo.
-Madre, padre, por favor... escuchen.
El mayordomo acompaña a una llorosa Victoria escaleras arriba.
Maudeline se apoya en la pared, apretándose el corazón.
-¿No cesará nunca la mortificación? – dice Maudeline cuando
mira con agonía hacia el retrato del Duque. - ¿Qué habría dicho
el Duque? ¡Y los parientes en camino mientras hablamos! ¡Es
demasiado tarde! ¡Oh, no se regodearán los aldeanos! ¡Pasarán
años antes de que podamos volver a mostrarnos en público!
¿Qué haremos?
-Continuaremos según lo planeado, con o sin Vincent – dice Finis.
-Víctor.
-Lo que sea.
Al siguiente día, el carruaje Van Dort avanza a trompicones por
las calles empedradas bajo una lluvia torrencial. Mayhew está
sentado, mojado y abatido, con su tos seca reverberando.
Sentados dentro, Nell y William siguen buscando a Víctor.
William mira por la ventanilla de un lado mientras Nell mira
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
por la del otro, escudriñando los alrededores con un par de
anteojos de ópera.
Desde fuera, llega el sonido de la tos de Mayhew.
-¿Te has enterado de los últimos cotilleos? – empieza Nell. - Nuestro
hijo, casado con un cadáver, está diciendo.
-Está loco de atar. Francamente, querida, tal vez estemos mejor
fuera de esto – responde William y luego de una pausa. - Claro,
nosotros somos los del hijo casado con el cadáver.
-William, no seas ridículo. ¿Qué cadáver se casaría con él?
-Al menos tenemos un hijo confiable - hace un gesto a la escoba
vestida con el traje que está sentada a través de ellos.
Nell pone los ojos en blanco.
-¡Más rápido, Mayhew! -dice Nell. - ¡Y calla esa maldita tos!
Mayhew deja de toser y William mira a través de las gafas.
-Oh, ¿a dónde puede haber ido el idiota?
Víctor camina hacia la entrada del bar, sosteniendo el ramo seco.
Dos esqueletos le empujan, llevando una mesa. Entra y la mayoría
de las mesas se han movido fuera para el banquete de bodas.
Es tranquilo y quieto, una vibra de “hora de cierre”. El lugar
está vacío excepto por un esqueleto que barre el suelo, y la Sra.
Plum, que empuja un carro de platos sucios a la cocina. Arriba
en el escenario, Emily se sienta tristemente tocando el viejo piano.
Víctor se acerca a ella.
-Yo...Creo que se te cayó esto.
Capítulo 7
Sin levantar la vista, Emily coge las flores.
-Lo siento. Siento haberte mentido sobre queriendo ver a mis
padres. La verdad es que soy más feliz no viéndolos.
Emily no responde. El gusano sale de su oreja.
-Oh, guárdalo para las chicas vivas, Vic. Creo que has dicho
suficiente ya – dice el gusano.
La araña emerge y se posan en sus hombros, uno a cada lado.
-Nunca quise… -empieza Víctor.
-He tenido docenas de maridos, y ninguno de ellos tan desalmado
como tú – le corta la araña. - Debería darte vergüenza.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
-Pero, yo...
-Ahora estás casado y no hay nada que nadie pueda hacer al
respecto. Deberías acostumbrarte a eso.
-No te molestes. No puedes obligarle a que le guste – dice Emily.
-Pero me gustas. De verdad. Es solo que toda esta noche no ha
ido del todo, bueno, de acuerdo con el plan.
Al cabo de un rato, Víctor se sienta en el banco junto a ella.
Empieza a seguirle el juego. Emily le mira sorprendida, pero
sigue tocando, mientras improvisa. No es nada del otro mundo,
sólo simple diversión como “palillos”. Algo a lo que Víctor nunca
habría tocado en compañía de otros. La música se acelera a
medida que tocan.
Es casi algo como “Dueling Banjos”: Emily toca un riff, y
Víctor le devuelve el eco con un giro inesperado. Empiezan a
disfrutar de verdad. Emily hace un solo, su mano esquelética se
desprende de su muñeca y recorre con sus dedos la longitud del
teclado. Baila allí, haciendo una pequeña melodía de “zapato
blando” antes de que Emily, riendo, recoja su mano y la vuelva
a encajar en su sitio.
-Perdona mi entusiasmo.
-Me gusta tu entusiasmo.
Un compás incómodo. Víctor y Emily se miran el uno al otro.
De repente se oye un estruendo en la cocina. Scraps sale corriendo
por la puerta con la Sra. Plum en persecución.
-¡Quién dejó entrar a esa bestia inmunda en mi cocina!
Scraps y la Sra. Plum van hacia el pueblo. El lugar está bullicioso
mientras los Muertos se preparan para la próxima fiesta.
Bonejangles y los esqueletos, que han estado calentando, rompen
en una canción para inspirar a la multitud trabajadora. Esto lleva
a un número musical “espontáneo” en el que los esqueletos se
tambalean de un lado a otro arreglando pesadas mesas mientras
se colocan platos humeantes con una precisión coreografiada,
como en un musical de Busby Berkeley.
La Sra. Plum dirige el canto mientras las bandejas de extraña y
nudosa “comida” llegan a la mesa. Todo el pueblo se pone manos
a la obra, arreglando flores muertas y colgando adornos. Paul, el
jefe de Camareros, corretea entre los pies de la gente, corriendo
de un lugar a otro, supervisando las actividades. Mientras la
música continúa, Emily, sintiéndose alegre de nuevo, contempla
los preparativos de la fiesta que se arremolinan a su alrededor.
Sus ojos se posan en Víctor, en su chaqueta sucia y hecha jirones.
Lo estudia detenidamente, negando con la cabeza. La araña sale
de su oreja y silva.
De repente, docenas de arañas compañeras descienden desde
arriba y aterrizan sobre Víctor. Él cierra los ojos horrorizados.
Sin perder un segundo, las arañas se le echan encima. Reparan
su andrajoso traje al estilo de la Tierra de los Muertos. La tela
lisa y austera está ahora entretejida con relucientes telarañas, y
brilla con una elegancia siniestra. Víctor abre los ojos y baja la
mirada, asombrado.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Un grupo de esqueletos se tambalea bajo el peso de una grotesca
e imponente tarta nupcial, decorada con raíces enmarañadas y
telarañas. Se inclina y se balancea precariamente de un lado a otro.
Es tan enorme que los esqueletos bailan sobre las tres primeras
capas. La música se acaba, dando paso a charlas y aplausos. La
emoción es interrumpida por el clamor de una campana sonando.
-¡Pasando, pasando!¡Nueva llegada!
Hace pasar al recién llegado, un anciano de aspecto confuso. Es
Mayhew, el cochero de los Van Dorts.
-¡Mayhew! – lo reconoce Víctor.
-¡Joven Víctor!
-¡Qué alegría verte!… Er, quiero decir, lo siento mucho...
-¡Tan... tan tranquilo! – dice Mayhew mirando alrededor asombrado.
-Nadie ladrándome órdenes noche y día. Oh, perdóneme, Maestro.
-No, no, entiendo. ¿Cómo están todos?
-Muy bien, supongo. Siguen preguntándose a dónde fue. Oh, y
la Srta. Victoria…
-¿Sí?
-Se casa esta noche.
-¿Qué? ¿Casada con quién?
-Barkis Bittern.
-¿B-Barkis Bittern? ¿El abogado de los Everglots?
-Sí, contigo fuera y todo eso. No querían desperdiciar el pastel.
-¿Barkis Bittern? Pero... Pero ¿cómo podría?
-Es hora de recoger los pedazos y seguir adelante, supongo.
-¡Eh, colega! ¡Hablando de recoger las piezas... ven a echarnos
una mano con esta tabla! – dice uno de los esqueletos.
-Demasiado para el “descanso eterno” – le dice Mayhew a Víctor.
Se aleja para ayudar mientras Víctor digiere esta nueva información.
Emily lo observa con creciente preocupación, sus pensamientos
ya han vuelto a Victoria.
En la Tierra de los Vivos, Finis y Maudeline hablan con una
Victoria pálida y temblorosa en su dormitorio.
-Es suficiente, Victoria. La boda ha sido planeada durante meses.
Todos mis parientes, directos descendientes del Duque, ¡probablemente
estén en sus carruajes a la derecha en este momento!
– dice Maudeline de manera despectiva. - Esto es sólo un pequeño
cambio. Eso no hará ninguna diferencia como lo piensas.
-Pero, madre...
-Barkis será un buen marido – le dice Finis.
-No quiero a Barkis.
-Te recuerdo que el irrelevante. La boda se hará, de acuerdo con
el plan. No hay otra opción.
Cierran la puerta, sellándola en la habitación. Por otro lado,
Barkis se yergue orgulloso frente al espejo, con los labios curvados
en una mueca arrogante, mientras Hildegarde revolotea a su
alrededor, con alfileres en la boca, haciendo ajustes en el traje
nupcial de cuello alto.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
La mueca de desprecio de Barkis se transforma rápidamente
en una sonrisa obsequiosa cuando Finis entra.
-Debo agradecerle señor, el inesperado honor de... - empieza Barkis.
-Déjate de cháchara. Ahora eres un Everglot y los Everglots no
se andan con rodeos. – dice Finis mientras le alisa la corbata. -
Espero que esta boda se haga sin problemas. ¿He sido claro?
-Absolutamente, señor. Sin problemas.
-Excelente.
-No le decepcionaré, señor. Ciertamente no en recordar mis votos.
Salta cuando Hildegarde, aparentemente por accidente, le pincha
con un alfiler. La fulmina con la mirada. Ella lo mira con el alma
de la inocencia. Barkis devuelve la mirada a través del espejo, y
sonríe con aprobación a su propio reflejo.
La fiesta está a punto de comenzar. Emily está dando los toques
finales, cuando el Anciano Gutknecht se acerca a ella.
-Muy bueno de verdad. Siempre he pensado que la gente se
preocupa demasiado por la ceremonia y no lo suficiente por la
celebración -dice.
-Bueno, fue una muy rápida ceremonia – dice Emily y mete la
flor muerta en su solapa.
-Como debería ser. En mi época, no nos molestábamos con tazas
y velas Basura, todo. ¿Cómo puede alguien mantener las cosas
claras cuando dice sus votos?
-Por suerte para mí, no tuve que hacerlo. ¡Estaba bastante callada!
El anciano Gutknecht se detiene y cae polvo encima.
-¿Perdón?
-Estuve bastante callada...
-¿No dijiste tus votos?
-¿No...?
-Pero, hija mía, ambos debéis pronunciar los votos para que el
matrimonio sea vinculante.
-¿Qué estás diciendo?
-Querida, no estás realmente casada. Es libre de irse.
Emily mira a su alrededor, enloquecida, todos los preparativos
del banquete nupcial, la multitud de Muertos, que ya empieza a
congregarse, y a Víctor, ahora salvaje y apuesto, con botas trotando
a su lado. Ella mira hacia atrás a Elder Gutknecht, angustiada.
-El momento en que se da cuenta de que no está realmente casado,
simplemente irá a la deriva.
-Pero seguro... seguro que hay alguna forma de solucionarlo. Por
favor, ayúdame. No se qué podría hacer para evitarlo.
-Tendrás que completar la ceremonia diciendo tus votos.
-¡Los diré ahora mismo!
El anciano Gutknecht sacude la cabeza.
-¿Qué?
-Sus votos fueron pronunciados en la tierra de arriba. Tú también,
debes decir tus votos entre los vivos.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
La Novia cadáver le mira fijamente. Sus rodillas se tambalean.
-Nunca subiremos sin que él lo sepa. ¡Se irá! ¿Cómo puedo explicarlo?
¿Qué puedo hacer?
El Anciano se rasca el cráneo, levantando una tenue nube de polvo.
-Tal vez, querida, es hora de aceptar que algunas cosas no están
destinadas a ser -dice con pena.
-He estado esperando toda mi vida, ¡y toda mi otra vida por esto!
No voy a rendirme ahora. Vamos arriba ahora.
-Espera. Por favor, sé razonable. Incluso si pudiera permitirlo, tú
misma dijiste que sospecharía.
En la plaza del pueblo, los muertos se han reunido alrededor de
la estatua. Emily está encima del caballo mientras se dirige a la
multitud murmurando.
-¡Escuchad, gente! ¡Ha habido un cambio de lugar! Coge lo que
puedas y sígueme. Estamos moviendo esta fiesta.
-¿Dónde? – pregunta uno.
-¡Arriba!
El público reacciona con jadeos de sorpresa. Se escuchan algunos
murmullos nuevamente.
-¿Arriba? No sabía que teníamos un aquí arriba – dice una mujer
que acababa de morir hace unos minutos.
-¿Por qué? – pregunta Víctor sorprendido.
-¡Por la luz de la luna! Estaba pensando que podríamos... repetir
nuestros votos arriba allí... como la primera vez que nos vimos.
Sería tan romántico... Y podrías despedirte de todos...
-Si significa tanto para ti – responde resignado el pobre Víctor y
le sonríe mientras le tiende el brazo.
Emily sonríe, mareada de alivio.
-¿De vuelta entre los vivos? ¿Es posible? – pregunta el ahorcado.
-Suena espeluznante. Vamos -dice una chica esqueleto.
La multitud aplaude y se apresura a recoger sus cosas. El anciano
Gutknecht parece muy preocupado.
-Oh, Dios…
El Hojalatero Muerto se alisa la corbata y se peina el único
mechón de pelo de la cabeza, intentando estar presentable para
el viaje. Bonejangles y los esqueletos recogen sus instrumentos.
La araña y el gusano salen de la oreja de Emily, arrastrando con
ellos una hoja de gasa.
-Pensamos que necesitabas un adecuado velo de novia.
-Gracias.
-Se teje, de sus lágrimas. Son tan fuertes y tenues.
-Precioso – responde Emily y llora lágrimas de felicidad.
En la Tierra de los Vivos, otro velo de novia llevado por Hildegarde.
Ella entra a la habitación de Victoria encontrándola
desplomada en el borde de su cama.
-Srta. Victoria, debemos ir a la iglesia...
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Victoria levanta la vista. Ha estado llorando.
-Ayer, pensé que mi boda sería feliz. Ahora me siento como
atrapada en la marea, sacado al mar.
-El mar conduce a muchos lugares, querida. Tal vez aterrices en
un lugar mejor, podría ser una gran posibilidad.
Podían escuchar a Barkis practicando los votos.
-Con esta mano levantaré tus penas. Tu copa nunca se vaciará,
porque yo seré tu vino...
Capítulo 8
En la noche, en la iglesia del pueblo, una sombría y pesada melancolía
impregna el ambiente, acentuada por el sonido de una
música de órgano lúgubre. Victoria permanece de pie ante el
altar, vestida con su austero traje de novia color marfil.
El retrato del Duque ha sido llevado a la iglesia y colocado en
un lugar de honor, como para presenciar la ceremonia. Finis y
Barkis visten trajes de boda y sombreros de copa.
-Con esta vela, iluminaré tu camino en oscuridad. Con este anillo,
te pido que seas mía.
Le desliza un anillo ornamentado en el dedo. La muchacha
silenciosa se sienta, rígida y almidonada en sus trajes y vestidos
grises. El pastor Galswells asiente a Victoria. Respirando hondo,
coge una vela de la mesa.
-Con esta mano levantaré tus penas. Tu copa nunca se vaciará,
pues yo seré tu vino. Con esta vela, iluminaré tu camino en la
oscuridad. Con este anillo, te pido que seas mío – responde casi
en un susurro.
Ella desliza un anillo de oro en el dedo regordete de Barkis. Él
esboza una sonrisa acaramelada, tanto para el público como
para los demás.
-Yo os declaro, marido y mujer.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Barkis se inclina para darle un beso. Victoria vuelve la mejilla
al último momento, no sea que le bese los labios.
Después, en el comedor Everglot La cena se celebra con toda
la formalidad de un funeral, múltiples tenedores de ensalada,
cuencos para los dedos. Todo colocado justo así. El único sonido es
el choque ocasional de los vidrios y los cubiertos. Maudeline está
en su elemento, y trabaja la multitud, que se sientan a masticar
la comida insípida como estatuas de cera. Barkis intenta coger
la mano de Victoria, pero ella se aparta rapidamente.
Afuera, el pueblo está quieto y tranquilo. El pregonero está
fuera encendiendo las farolas. A continuación, el ruido de cascos
sobre los desgastados adoquines de la ciudad.
Levanta la vista para ver el carruaje de Van Dort que se acerca
por el puente, corriendo hacia el pueblo a una velocidad vertiginosa.
Atraviesa las puertas y rodea la plaza en dos ruedas. Los
aldeanos, conmocionados, miran desde sus ventanas. El carro se
estrella contra la estatua. Recurriendo a su comportamiento por
defecto, el Pregonero tira de la campana y empieza a sonar.
-¡CARRUAJE DE FAMILIA VAN DORT ESTRELLADO EN
LA PLAZA DEL PUEBLO!¡NO HAY SUPERVIVIENTES!
Un tiempo después, los padres Van Dort salen de la cabina.
-¡DOS SUPERVIVIENTES!
-Nuestro conductor, Mayhew, murió mientras tenía las riendas
– explicó.
-¡Muy grosero! -siguió Nell.
El pregonero hace sonar su campana de nuevo.
-¡SOBREVIVIENTES DESAGRADECIDOS CULPAN A
VÍCTIMA DEL ACCIDENTE!
-Demasiado para la imparcialidad – dice William a nadie en
concreto, solo al aire.
-¡EN OTRAS NOTICIAS, MUERTOS CAMINAN EN LA
TIERRA DE LOS VIVOS!
Por la calle se escuchó un ruido alegre. El carnaval está marchando
hacia allí. Es la boda de los muertos y la fiesta y diversión
acaba de llegar al Mundo de los Vivos.
En el comedio de los Everglot, Barkis Bittern se pone de pie,
sosteniendo su copa de vino para un brindis. Normalmente,
tendría que esperar a que la habitación se silenciara, pero ya es
silenciosa como una gran biblioteca, algo que resultaba extraño.
-Como muchos de ustedes saben, fue un rápido cortejo para
Victoria y para mí. Pero el amor es así, espontáneo e inesperado.
¡Desenfrenado! La casualidad puede habernos unido, pero
ninguna fuerza en la Tierra podría separarnos -dice con orgullo.
Justo en ese momento, algunos de los muertos se asomaron a
través de las ventanas. En medio de los gritos, el Ahorcado intenta
restablecer la calma entre todos los presentes.
-Siento interrumpir, pero necesitamos mesas. Tenemos una celebración
de los nuestros en curso.
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Un tributo al Stop-Motion
Esqueletos y fantasmas levantan varias mesas, llevándolas por la
puerta, junto con los platos y la plata. En medio de la conmoción,
Victoria e Hildegarde huyen de la habitación.
Maudeline se esfuerza por mantener la compostura, hasta que
el Ahorcado se abalanza sobre ella y le arranca la cabeza a través
del retrato pintado.
-No hemos sido debidamente presentado, ¿verdad? ¡Soy yo!¡El
Duque! -dice con alegría.
Adopta la misma pose heroica que su retrato, con el marco colgado
del cuello. Hay un silencio horrorizado. Maudeline empezó a
gritar más del horror de la revelación que otra cosa.
-¿Usted... el Duque?
-Querida, ¿cómo crees que conseguiste esta gran casa y todas tus
preciosas “reliquias familiares”?
Al notar la ausencia de Victoria, Barkis va a buscarla.
-¡Vamos, bichos asquerosos! La verdadera fiesta está arriba de la
colina. ¡Vamos ahora!
La plaza del pueblo ha sido transformada más allá del reconocimiento
en una brillante, colorida y palpitante zona de fiesta.
Los estantes de cabezas de lechuga de The Green Grocer ahora
son calaveras, mientras que los niños esqueléticos corren con
rollos de tela de la tienda de costurera de Widow Munch. Para
consternación del relojero, Wellington pone todos los relojes a
sonar a la vez. Todo está lleno de felicidad.
Calle abajo, Paúl, el camarero jefe, dirige un grupo de demonios
a través de la panadería. En medio de este tumulto, Emily y
Víctor miran a su alrededor, sonriendo.
-Ya me gusta más este sitio.
Al darse cuenta de que los muertos vivientes no quieren hacerles
daño, los vivos van calentando poco a poco la situación. Nell
es arrastrada en el jolgorio, atrapado bailando con el muerto
general. Apartando a su mamá, Víctor les presenta a Emily.
-Madre, Padre. Esta es Emily.
-Encantado de conocerte – le dice William.
-¿Cuál es tu apellido, Emily? – pregunta Nell.
-Merrimack.
-Los Merrimacks son muy buena familia. ¡Su abuelo fue un Conde!
-¡Bien hecho, Víctor! – le dice su padre.
-Estamos sólo a punto de casarnos… les dice y rápidamente se
corrige. -Otra vez.
Cerca de la estatua y el carruaje estrellado Elder Gutknecht
está ante un altar improvisado. Emily y Víctor se unen a él. El
anciano Gutknecht hojea su libro con rapidez.
-Dejemos las palabras, vayamos a los votos. Vivos primero.
Emily se quita el anillo y se lo entrega a Víctor.
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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
- Con esta mano levantaré tus penas. Tu copa nunca estará vacía,
porque yo seré tu vino. Con esta vela, encenderé tu camino en
la oscuridad. Con este anillo, te pido que seas mía.
Se lo vuelve a poner en el dedo. Ella sonríe, pero hay un rastro
de culpa en su rostro y en su mente.
-Ahora, tú.
-Con esta mano levantaré tus penas. Tu copa nunca estará vacía,
porque yo seré tu vino...
Mientras Emily habla, ve a Victoria a un lado, observando con
silencioso horror sin moverse de su sitio.
-Adelante, querida – le dice Elder Gutknecht.
Sacudida, Emily continúa con sus votos.
-Con esta vela iluminaré tu camino en la oscuridad…
Hace una pausa, luego...Emily se detiene. Víctor parece desconcertado,
esperando a que ella continúe.
-¿Qué ocurre?
Emily mira a Víctor. Ella sonríe mientras una lágrima rueda por
su mejilla destrozada con clara tristeza.
-Está… está mal.
Ella se quita el anillo y se lo entrega. En sus ojos se ve una triste
ternura por el fugaz amor que casi fue, y una aceptación de que
nunca pudo ser.
-Te amo, Víctor, pero no eres mío. Mis sueños me fueron arrebatados.
Ahora se los he robado a otra persona.
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Un tributo al Stop-Motion
Sólo en ese momento Víctor sigue su mirada hasta…
-¡Victoria!
Ella camina lentamente hacia ellos.
-Estaban casados – dice un poco dudando.
-He oído que tú también.
Levanta la mano, mostrando el anillo de boda adornado. Emily
reacciona con alarmada confusión.
-¿De dónde sacaste ese anillo?
Barkis viene detrás de su mujer
-Victoria, yo…
-¡Tú! – le dice Emily entrecerrando los ojos. - Tú eras el salteador
de caminos que me estranguló. ¡Tomaste mi anillo!
Barkis mira a los Everglot, y al pastor Galswells llegando.
-Tonterías. Soy un respetado abogado.
-El anillo tiene mi nombre. Compruébalo en la inscripción.
Victoria se lo quita del dedo y lee la inscripción:
-“Para Emily, con todo mi amor”.
Con una rabia repentina que le sorprende, Víctor se lanza a sí
mismo en contra Barkis con furia.
-¡Asesino!
Le asesta unos cuantos golpes antes de que Barkis se deshaga de
él. Se da a la fuga, pero de repente se encuentra atrapado por
uno de los hilos pegajosos de la araña. Cae al suelo, donde todos
se abalanzan sobre él. Victoria se vuelve hacia el pastor.
- Quiero una anulación.
- Hecho.
Victoria y Emily intercambian sus anillos. Nada se dice, pero la
verdadera entrega está clara. Emily sonríe a Víctor. Mientras
tanto, todavía hay una pelea sobre Barkis. Vivos y muertos
querían un pedazo de él.
- ¡Asqueroso pedazo de mugre! - le grita el gusano. - ¡No me
arrastraría a través de tus entrañas!
Los policías empujan al gusano y levantan a Barkis y se lo llevan.
Esto no agrada a los muertos.
-¡Deberíamos tenerlo! ¡Hizo daño a nuestra amiga! – gritó Paúl.
- Su mundo, sus reglas. Él está vivo – dijo Elder Gutknecht
- No para siempre – recordó el gusano.
- Nos vemos – le dijo la araña a Barkis.
En medio de todo el caos, Emily simplemente se aleja. Víctor y
Victoria se quedaron viéndola marcharse.
- Me siento fatal por ella. Para perder tanto.
- Creo que ella es finalmente libre.
Afuera ya era el amanecer, Emily cruza el puente sola. Pronto
ella es oscurecida por la niebla que fluye a su alrededor. Se
adentra en el bosque y mientras se mueve entre los árboles, su
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Un tributo al Stop-Motion
velo se engancha contra la corteza. Ella se retuerce sobre sí misma,
lentamente girando, atrapado en los hilos de gasa.
En poco tiempo, el velo la envolvió como un capullo. Está
completamente escondida dentro. El capullo empieza a vibrar.
Está produciendo claramente una metamorfosis.
De repente, el capullo se abre y cien mariposas brillantes emergen,
elevándose en el viento. Al igual que al inicio, la mariposa hace
su viaje de vuelta al pueblo donde se está celebrando una boda.
Victoria desliza un anillo en el dedo de Víctor.
Mientras se inclinan para su beso, ambos notan las mariposas
arriba. Las miran por un momento, de alguna manera sabiendo.
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Un tributo al Stop-Motion
FIN
115
Contenidos
Viaje en el tiempo del Stop-Motion
XI
Capítulo 1 15
Capítulo 2 33
Capítulo 3 43
Capítulo 4 53
Capítulo 5 63
Capítulo 6 75
Capítulo 7 83
Capítulo 8 95
119