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El Cadáver de la Novia
Un tributo al Stop-Motion
Un vaso se desliza hacia Víctor. Este no es más que una cabeza.
Un enjambre de escarabajos ha salido del muñón de su cuello y
corretea por la barra, empujando el vaso hacia Víctor.
-Ma cherie, ¿dónde te has estado escondiendo? Han pasado años
-le pregunta a la novia con bastante interés.
Los escarabajos regresan rápidamente y se llevan a Paul para
atender a su siguiente cliente. Mientras la novia cadáver charla
alegremente, Víctor recorre la habitación. Un grupo de esqueletos
y cadáveres juegan al billar en una esquina lejana. Cerca de ellos,
un caballero muerto está sentado fumando en pipa, mientras de
sus ojos salen dos anillos de humo como un truco nunca antes
visto en la vida de nadie.
Wellington, un esqueleto alto y harapiento, vestido con los
restos de un uniforme militar, tiene un agujero de bola de canela
en el pecho. Juega al ajedrez con un muerto, también vestido
con los andrajosos restos de un uniforme, con una gran espada
clavada en el esternón. Un hombre colgado con la soga al cuello
juega a los dardos con otros cadáveres. Otro cadáver se sienta
cerca de la diana, leyendo el periódico, ajeno a los dardos que
ocasionalmente caen en su cabeza. En un extremo de la sala hay
un pequeño escenario, donde un grupo de esqueletos toca con
extraños instrumentos fabricados con restos recuperados y trozos
de hueso. Mrs. Plum, la cocinera, es una anciana putrefacta de
piel azul rodeada de una nube de moscas. Pasa entre las mesas,
sirviendo sopa de una gran sopera. Mientras la sirve, su mandíbula
cae por accidente.
Todo esto es demasiado para Víctor. Él toma un trago de su
bebida. Ve su oportunidad y agarra la espada del cadáver enano,
y lo agita, despejando espacio en la multitud conmocionada. La
espada todavía tiene al muerto. La banda deja de tocar.
Víctor intenta hacerse el duro, pero su terror es evidente para
todos. Le tiembla la mano.
-¡Aléjate! Tengo un...enano. ¡Y no tengo miedo de usarlo! Y ¡quiero
preguntas!¡Ahora!
-Respuestas. Creo que quieres decir respuestas -le corrige Wellington.
-Gracias, sí, las respuestas que necesito. Respuestas. ¿Por qué
estoy aquí? ¿Quién es ella?
Las luces de la sala se atenúan, dejando un único foco sobre el
escenario, donde Bonejangles, líder de los esqueletos, se adelanta.
-Ya que preguntas... – dice y chasquea los dedos. - ¡Dadle, chicos!
gritó mientras los cadáveres se lanzan a un número animado,
una balada tipo “Minnie the Moocher” en la que el público
canta, golpeando sus vasos contra la barra para seguir el ritmo.
-Escuchen cadáveres que tienen una oreja al canto de la damisela.
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