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Primeras páginas de 'Rimas y Leyendas' - Prisa Ediciones

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www.punto<strong>de</strong>lectura.com<br />

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER<br />

Rimas y Leyendas


GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER<br />

Rimas y Leyendas<br />

Estudio y notas por<br />

ABRAHAM MADROÑAL DURÁN


Título: Rimas y Leyendas<br />

© Santillana <strong>Ediciones</strong> Generales, S.L.<br />

© De esta edición: mayo 2007, Punto <strong>de</strong> Lectura, S.L.<br />

Torrelaguna, 60. 28043 Madrid (España) www.punto<strong>de</strong>lectura.com<br />

ISBN: 978-84-663-1796-2<br />

Depósito legal: B-16.785-2007<br />

Impreso en España – Printed in Spain<br />

Diseño <strong>de</strong> portada: Txomin Arrieta<br />

Fotografías interiores: Algar; L. Agromayor; Studio Tempo; Biblioteca Nacional<br />

(Madrid); Kunstsammlungen zu Weimar; Museo Romántico<br />

(Madrid); Archivo Santillana.<br />

Diseño <strong>de</strong> colección: Txomin Arrieta<br />

Impreso por Litografía Rosés, S.A.<br />

Todos los <strong>de</strong>rechos reservados. Esta publicación<br />

no pue<strong>de</strong> ser reproducida, ni en todo ni en parte,<br />

ni registrada en o transmitida por, un sistema <strong>de</strong><br />

recuperación <strong>de</strong> información, en ninguna forma<br />

ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico,<br />

electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia,<br />

o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito<br />

<strong>de</strong> la editorial.<br />

CL / 4


Presentación<br />

Tanto las Rimas como las Leyendas <strong>de</strong> Bécquer pue<strong>de</strong>n<br />

consi<strong>de</strong>rarse como una <strong>de</strong> las expresiones más representativas<br />

<strong>de</strong> la época romántica, pero también como símbolo <strong>de</strong> toda una<br />

literatura.<br />

La aparente naturalidad y sencillez <strong>de</strong> las Rimas, lo<br />

hondo y eterno <strong>de</strong> sus contenidos, hacen <strong>de</strong> ellas algo así como<br />

la esencia <strong>de</strong> la poesía. Por su parte, las Leyendas y relatos <strong>de</strong><br />

Bécquer son ejemplos señalados <strong>de</strong> la altura y la belleza a las<br />

que ha podido llegar la lengua castellana escogiendo como motivos<br />

unos temas entroncados con las creencias populares españolas<br />

y europeas.<br />

Todo contribuye a que la obra entera <strong>de</strong> Bécquer haya sido<br />

aceptada por el pueblo como algo suyo propio.<br />

La obra <strong>de</strong> Bécquer ha servido también <strong>de</strong> punto <strong>de</strong> partida<br />

para lo mejor <strong>de</strong> la literatura <strong>de</strong> nuestros días, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />

mo<strong>de</strong>rnistas a Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez;<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> poetas <strong>de</strong>l 27 como Cernuda y Guillén a autores <strong>de</strong> las<br />

últimas ten<strong>de</strong>ncias en poesía.<br />

7


RIMAS


Rimas I a XI<br />

Este primer grupo <strong>de</strong> rimas está <strong>de</strong>dicado a la poesía misma,<br />

aunque no todas se centren en este asunto. Temas como la<br />

dificultad <strong>de</strong> la expresión poética, las carencias <strong>de</strong>l lenguaje<br />

—siempre una barrera que limita la libertad creadora <strong>de</strong>l<br />

poeta—, la esencia <strong>de</strong> la poesía: el amor, el misterio, la mujer, la<br />

búsqueda <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al y la manifestación <strong>de</strong> que el propio poeta es<br />

un ser elegido para poner la poesía (<strong>de</strong> origen divino) al alcance<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>más hombres, se repiten una y otra vez en estos versos<br />

escogidos por los amigos <strong>de</strong>l poeta para abrir la edición <strong>de</strong> sus<br />

obras.<br />

11


I<br />

Yo sé un himno gigante y extraño<br />

que anuncia en la noche <strong>de</strong>l alma una aurora,<br />

y estas <strong>páginas</strong> son <strong>de</strong> ese himno<br />

ca<strong>de</strong>ncias que el aire dilata en las sombras.<br />

Yo quisiera escribirle, <strong>de</strong>l hombre<br />

domando el rebel<strong>de</strong>, mezquino idïoma 1<br />

con palabras que fuesen a un tiempo<br />

suspiros y risas, colores y notas.<br />

Pero en vano es luchar, que no hay cifra<br />

capaz <strong>de</strong> encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa! 2<br />

si, teniendo en mis manos las tuyas,<br />

pudiera, al oído, cantártelo a solas.<br />

1 mezquino idïoma: lenguaje insuficiente para expresar lo que el<br />

poeta siente o imagina. La diéresis en idïoma indica que se <strong>de</strong>shace<br />

el diptongo, con lo que el verso gana una sílaba.<br />

2 ¡oh, hermosa!: Bécquer se dirige a un interlocutor femenino,<br />

porque sólo la mujer es capaz <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r el misterio.<br />

12


II<br />

Saeta 3 que voladora<br />

cruza, arrojada al azar,<br />

y que no se sabe dón<strong>de</strong><br />

temblando se clavará;<br />

hoja que <strong>de</strong>l árbol seca<br />

arrebata el vendaval,<br />

sin que nadie acierte el surco<br />

don<strong>de</strong> al polvo volverá;<br />

gigante ola que el viento<br />

riza y empuja en el mar,<br />

y rueda y pasa, y se ignora 4<br />

qué playa buscando va;<br />

luz que en cercos temblorosos<br />

brilla, próxima a expirar,<br />

y que no se sabe <strong>de</strong> ellos<br />

cuál el último será;<br />

3 Saeta: flecha. Se trata <strong>de</strong> una imagen muy utilizada por el<br />

poeta en sus versos, que pue<strong>de</strong> simbolizar la incertidumbre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino<br />

humano.<br />

4 y rueda y pasa, y se ignora: acumulación <strong>de</strong> conjunciones copulativas<br />

(polisín<strong>de</strong>ton).<br />

13


eso soy yo, que al acaso<br />

cruzo el mundo sin pensar<br />

<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> vengo ni a dón<strong>de</strong><br />

mis pasos me llevarán.<br />

III<br />

Sacudimiento extraño<br />

que agita las i<strong>de</strong>as,<br />

como huracán que empuja<br />

las olas en tropel;<br />

Murmullo que en el alma<br />

se eleva y va creciendo,<br />

como volcán que sordo<br />

anuncia que va a ar<strong>de</strong>r;<br />

Deformes silüetas 5<br />

<strong>de</strong> seres imposibles;<br />

paisajes que aparecen<br />

como al través <strong>de</strong> un tul;<br />

5 silüetas: diéresis, que indica que hay que <strong>de</strong>shacer el diptongo,<br />

con lo que el verso gana una sílaba.<br />

14


Colores que fundiéndose<br />

remedan en el aire<br />

los átomos <strong>de</strong>l iris<br />

que nadan en la luz;<br />

I<strong>de</strong>as sin palabras,<br />

palabras sin sentido;<br />

ca<strong>de</strong>ncias que no tienen<br />

ni ritmo ni compás;<br />

Memorias y <strong>de</strong>seos<br />

<strong>de</strong> cosas que no existen;<br />

accesos <strong>de</strong> alegría,<br />

impulsos <strong>de</strong> llorar;<br />

Actividad nerviosa<br />

que no halla en qué emplearse;<br />

sin riendas que le guíe<br />

caballo volador 6 ;<br />

Locura que el espíritu<br />

exalta y <strong>de</strong>sfallece;<br />

embriaguez divina<br />

<strong>de</strong>l genio creador…<br />

Tal es la inspiración.<br />

*<br />

6 Hay hipérbaton en estos dos versos; el or<strong>de</strong>n normal sería: caballo<br />

volador sin riendas que le guíe.<br />

15


Gigante voz que el caos<br />

or<strong>de</strong>na en el cerebro<br />

y entre las sombras hace<br />

la luz aparecer;<br />

Brillante rienda <strong>de</strong> oro<br />

que po<strong>de</strong>rosa enfrena<br />

<strong>de</strong> la exaltada mente<br />

el volador corcel;<br />

Hilo <strong>de</strong> luz que en haces<br />

los pensamientos ata;<br />

sol que las nubes rompe<br />

y toca en el zenit;<br />

Inteligente mano<br />

que en un collar <strong>de</strong> perlas<br />

consigue las indóciles<br />

palabras reünir;<br />

Armonïoso ritmo<br />

que con ca<strong>de</strong>ncia y número<br />

las fugitivas notas<br />

encierra en el compás;<br />

Cincel que el bloque muer<strong>de</strong><br />

la estatua mo<strong>de</strong>lando,<br />

y la belleza plástica<br />

aña<strong>de</strong> a la i<strong>de</strong>al;<br />

16


Atmósfera en que giran<br />

con or<strong>de</strong>n las i<strong>de</strong>as,<br />

cual átomos que agrupa<br />

recóndita atracción;<br />

Raudal en cuyas ondas<br />

su sed la fiebre apaga;<br />

oasis que al espíritu<br />

<strong>de</strong>vuelve su vigor…<br />

Tal es nuestra razón.<br />

*<br />

Con ambas siempre en lucha,<br />

y <strong>de</strong> ambas vencedor,<br />

tan sólo al genio es dado 7<br />

a un yugo atar las dos.<br />

7 al genio es dado: al creador le es concedido (unir la razón y la<br />

inspiración).<br />

17


IV<br />

No digáis que, agotado su tesoro,<br />

<strong>de</strong> asuntos falta, enmu<strong>de</strong>ció la lira 8 ;<br />

podrá no haber poetas, pero siempre<br />

habrá poesía.<br />

Mientras las ondas <strong>de</strong> la luz al beso<br />

palpiten encendidas,<br />

mientras el sol las <strong>de</strong>sgarradas nubes<br />

<strong>de</strong> fuego y oro vista,<br />

mientras el aire en su regazo lleve<br />

perfumes y armonías,<br />

mientras haya en el mundo primavera,<br />

¡habrá poesía!<br />

Mientras la humana ciencia no <strong>de</strong>scubra<br />

las fuentes <strong>de</strong> la vida,<br />

y en el mar o en el cielo haya un abismo<br />

que al cálculo resista,<br />

mientras la humanidad siempre avanzando<br />

no sepa a dó 9 camina,<br />

mientras haya un misterio para el hombre,<br />

¡habrá poesía!<br />

8 Típica construcción <strong>de</strong> la poesía <strong>de</strong> Bécquer: el sustantivo<br />

sujeto (la lira) va al final. La lira es el símbolo <strong>de</strong> la música y, por<br />

extensión, también <strong>de</strong> la poesía.<br />

18


Mientras se sienta que se ríe el alma,<br />

sin que los labios rían;<br />

mientras se llore, sin que el llanto acuda<br />

a nublar la pupila;<br />

mientras el corazón y la cabeza<br />

batallando prosigan,<br />

mientras haya esperanzas y recuerdos,<br />

¡habrá poesía!<br />

Mientras haya unos ojos que reflejen<br />

los ojos que los miran,<br />

mientras responda el labio suspirando<br />

al labio que suspira,<br />

mientras sentirse puedan en un beso<br />

dos almas confundidas,<br />

mientras exista una mujer hermosa,<br />

¡habrá poesía!<br />

9 El poético dó por dón<strong>de</strong> viene impuesto por el verso <strong>de</strong> siete<br />

sílabas.<br />

19


VII<br />

Del salón en el ángulo oscuro,<br />

<strong>de</strong> su dueña tal vez olvidada,<br />

silenciosa y cubierta <strong>de</strong> polvo,<br />

veíase el arpa.<br />

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,<br />

como el pájaro duerme en las ramas,<br />

esperando la mano <strong>de</strong> nieve 10<br />

que sabe arrancarlas!<br />

¡Ay! –pensé– ¡cuántas veces el genio<br />

así duerme en el fondo <strong>de</strong>l alma,<br />

y una voz, como Lázaro 11 , espera<br />

que le diga: «¡Levántate y anda!».<br />

10 la mano <strong>de</strong> nieve: posible alusión a la mujer, <strong>de</strong> piel blanca, según<br />

el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> belleza becqueriano.<br />

11 Lázaro: alu<strong>de</strong> al pasaje bíblico en que Cristo resucita a Lázaro.<br />

20


VIII<br />

Cuando miro el azul horizonte<br />

per<strong>de</strong>rse a lo lejos,<br />

al través <strong>de</strong> una gasa <strong>de</strong> polvo<br />

dorado e inquieto,<br />

me parece posible arrancarme<br />

<strong>de</strong>l mísero suelo<br />

y flotar con la niebla dorada<br />

en átomos leves,<br />

cual ella <strong>de</strong>shecho.<br />

Cuando miro <strong>de</strong> noche en el fondo<br />

oscuro <strong>de</strong>l cielo<br />

las estrellas temblar como ardientes<br />

pupilas <strong>de</strong> fuego,<br />

me parece posible a do brillan<br />

subir en un vuelo<br />

y anegarme en su luz, y con ellas<br />

en lumbre encendido<br />

fundirme en un beso.<br />

En el mar <strong>de</strong> la duda en que bogo<br />

ni aun sé lo que creo;<br />

sin embargo estas ansias me dicen<br />

que yo llevo algo<br />

divino aquí <strong>de</strong>ntro.<br />

21


XI<br />

–Yo soy ardiente, yo soy morena,<br />

yo soy el símbolo <strong>de</strong> la pasión;<br />

<strong>de</strong> ansia <strong>de</strong> goces mi alma está llena;<br />

¿A mí me buscas?<br />

–No es a ti, no.<br />

–Mi frente es pálida, mis trenzas <strong>de</strong> oro;<br />

puedo brindarte dichas sin fin;<br />

yo <strong>de</strong> ternura guardo un tesoro:<br />

¿A mí me llamas?<br />

–No, no es a ti.<br />

–Yo soy un sueño, un imposible,<br />

vano fantasma <strong>de</strong> niebla y luz;<br />

soy incorpórea, soy intangible;<br />

no puedo amarte.<br />

–¡Oh, ven, ven tú!<br />

22


Rimas XII a XXIX<br />

En este segundo grupo <strong>de</strong> poemas Bécquer se presenta como<br />

poeta <strong>de</strong>l amor. Salvo algunas excepciones, el tono <strong>de</strong> estos<br />

poemas es alegre. Correspon<strong>de</strong>n a una etapa feliz <strong>de</strong> la vida<br />

<strong>de</strong>l autor. Junto al amor, la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> una mujer i<strong>de</strong>al con<br />

ojos claros, cabello rubio, mejillas sonrosadas. La contemplación<br />

fugaz, a veces esquiva, <strong>de</strong> la mujer lleva al poeta a asomarse<br />

al misterio y a correr tras un i<strong>de</strong>al inalcanzable, pero<br />

también a afirmar su creencia en Dios.<br />

La comparación <strong>de</strong> la mujer con elementos <strong>de</strong> la naturaleza,<br />

como la azucena, el beso <strong>de</strong>l aura o la onda <strong>de</strong> luz, contribuye<br />

a presentarla como algo etéreo que se <strong>de</strong>svanece al intentar<br />

asirlo el poeta. En cuanto a la métrica, se repite con cierta frecuencia<br />

el poema breve.<br />

23


XII<br />

Porque son, niña, tus ojos<br />

ver<strong>de</strong>s como el mar, te quejas;<br />

ver<strong>de</strong>s los tienen las náya<strong>de</strong>s 1 ,<br />

ver<strong>de</strong>s los tuvo Minerva 2 ,<br />

y ver<strong>de</strong>s son las pupilas<br />

<strong>de</strong> las hourís <strong>de</strong>l Profeta 3 .<br />

El ver<strong>de</strong> es gala y ornato<br />

<strong>de</strong>l bosque en la primavera;<br />

entre sus siete colores<br />

brillantes el iris lo ostenta;<br />

las esmeraldas son ver<strong>de</strong>s;<br />

ver<strong>de</strong> el color <strong>de</strong>l que espera,<br />

y las ondas <strong>de</strong>l océano<br />

y el laurel <strong>de</strong> los poetas 4 .<br />

*<br />

1 náya<strong>de</strong>s: ninfas que resi<strong>de</strong>n en el agua, según la mitología.<br />

2 Minerva: Diosa romana <strong>de</strong> la sabiduría.<br />

3 hourís <strong>de</strong>l Profeta: hurí, mujer muy bella que habita en el paraíso<br />

<strong>de</strong> los musulmanes, cuyo profeta es Mahoma.<br />

4 En la época clásica a los poetas se les coronaba con hojas <strong>de</strong><br />

laurel.<br />

24


Es tu mejilla temprana<br />

rosa <strong>de</strong> escarcha cubierta,<br />

en que el carmín <strong>de</strong> los pétalos<br />

se ve al través <strong>de</strong> las perlas.<br />

Y, sin embargo,<br />

sé que te quejas<br />

porque tus ojos<br />

crees que la afean,<br />

pues no lo creas,<br />

que parecen sus pupilas<br />

húmedas, ver<strong>de</strong>s e inquietas,<br />

tempranas hojas <strong>de</strong> almendro<br />

que al soplo <strong>de</strong>l aire tiemblan.<br />

Es tu boca <strong>de</strong> rubíes<br />

purpúrea granada abierta<br />

que en el estío convida<br />

a apagar la sed con ella.<br />

*<br />

Y, sin embargo,<br />

sé que te quejas<br />

porque tus ojos<br />

crees que la afean,<br />

pues no lo creas,<br />

25


que parecen, si enojada<br />

tus pupilas centellean,<br />

las olas <strong>de</strong>l mar que rompen<br />

en las cantábricas peñas.<br />

*<br />

Es tu frente que corona,<br />

crespo el oro 5 en ancha trenza,<br />

nevada cumbre en que el día<br />

su postrera luz refleja.<br />

Y, sin embargo,<br />

sé que te quejas<br />

porque tus ojos<br />

crees que la afean,<br />

pues no lo creas,<br />

que, entre las rubias pestañas,<br />

junto a las sienes semejan<br />

broches <strong>de</strong> esmeralda y oro<br />

que un blanco armiño sujetan.<br />

*<br />

5 crespo el oro: rizado el cabello, que era <strong>de</strong> color rubio, según<br />

una metáfora muy utilizada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Renacimiento.<br />

26


Porque son, niña, tus ojos<br />

ver<strong>de</strong>s como el mar te quejas;<br />

quizás, si negros o azules<br />

se tornasen, lo sintieras.<br />

XIV<br />

Te vi un punto y, flotando ante mis ojos,<br />

la imagen <strong>de</strong> tus ojos se quedó,<br />

como la mancha oscura orlada en fuego<br />

que flota y ciega si se mira al sol.<br />

Adon<strong>de</strong>quiera que la vista clavo,<br />

torno a ver sus pupilas llamear,<br />

mas no te encuentro a ti, que es tu mirada,<br />

unos ojos, los tuyos, nada más.<br />

De mi alcoba en el ángulo los miro<br />

<strong>de</strong>sasidos fantásticos lucir;<br />

cuando duermo los siento que se ciernen,<br />

<strong>de</strong> par en par abiertos sobre mí.<br />

Yo sé que hay fuegos fatuos 6 que en la noche<br />

llevan al caminante a perecer;<br />

yo me siento arrastrado por tus ojos,<br />

pero adón<strong>de</strong> me arrastran, no lo sé.<br />

6 fuegos fatuos: resplandores que emanan <strong>de</strong> los cuerpos muertos.<br />

27


XVI<br />

Si al mecer las azules campanillas 7<br />

<strong>de</strong> tu balcón,<br />

crees que suspirando pasa el viento<br />

murmurador,<br />

sabe que, oculto entre las ver<strong>de</strong>s hojas,<br />

suspiro yo.<br />

Si al resonar confuso a tus espaldas<br />

vago rumor,<br />

crees que por tu nombre te ha llamado<br />

lejana voz,<br />

sabe que, entre las sombras que te cercan,<br />

te llamo yo.<br />

Si se turba medroso en la alta noche<br />

tu corazón,<br />

al sentir en tus labios un aliento<br />

abrasador,<br />

sabe que, aunque invisible, al lado tuyo,<br />

respiro yo.<br />

XVII<br />

Hoy la tierra y los cielos me sonríen,<br />

hoy llega al fondo <strong>de</strong> mi alma el sol,<br />

hoy la he visto… La he visto y me ha mirado…<br />

¡Hoy creo en Dios!<br />

7 campanillas: flores que tienen esa forma.<br />

28


XIX<br />

Cuando sobre el pecho inclinas<br />

la melancólica frente,<br />

una azucena tronchada<br />

me pareces.<br />

Porque al darte la pureza<br />

<strong>de</strong> que es símbolo celeste,<br />

como a ella te hizo Dios<br />

<strong>de</strong> oro y nieve.<br />

XXI<br />

–¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas<br />

en mi pupila tu pupila azul.<br />

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?<br />

Poesía… eres tú.<br />

XXIII<br />

Por una mirada, un mundo;<br />

por una sonrisa, un cielo;<br />

por un beso… ¡Yo no sé<br />

qué te diera por un beso!<br />

29


XXIV<br />

Dos rojas lenguas <strong>de</strong> fuego<br />

que a un mismo tronco enlazadas<br />

se aproximan y, al besarse,<br />

forman una sola llama;<br />

dos notas que <strong>de</strong>l laúd<br />

a un tiempo la mano arranca,<br />

y en el espacio se encuentran<br />

y armonïosas se abrazan;<br />

dos olas que vienen juntas<br />

a morir sobre una playa<br />

y que, al romper, se coronan<br />

con un penacho <strong>de</strong> plata;<br />

dos jirones <strong>de</strong> vapor<br />

que <strong>de</strong>l lago se levantan<br />

y, al juntarse allá en el cielo,<br />

forman una nube blanca;<br />

dos i<strong>de</strong>as que al par brotan;<br />

dos besos que a un tiempo estallan;<br />

dos ecos que se confun<strong>de</strong>n:<br />

eso son nuestras dos almas.<br />

30


XXVII<br />

Despierta, tiemblo al mirarte;<br />

dormida, me atrevo a verte;<br />

por eso, alma <strong>de</strong> mi alma,<br />

yo velo mientras tú duermes.<br />

Despierta, ríes y al reír tus labios<br />

inquietos me parecen<br />

relámpagos <strong>de</strong> grana que serpean<br />

sobre un cielo <strong>de</strong> nieve 8 .<br />

Dormida, los extremos <strong>de</strong> tu boca<br />

pliega sonrisa leve,<br />

süave como el rastro luminoso<br />

que <strong>de</strong>ja un sol que muere.<br />

¡Duerme!<br />

Despierta, miras y, al mirar, tus ojos<br />

húmedos resplan<strong>de</strong>cen,<br />

como la onda azul en cuya cresta<br />

chispeando el sol hiere.<br />

Al través <strong>de</strong> tus párpados, dormida,<br />

tranquilo fulgor vierten,<br />

cual <strong>de</strong>rrama <strong>de</strong> luz, templado rayo,<br />

lámpara transparente.<br />

¡Duerme!<br />

8 cielo <strong>de</strong> nieve: porque su tez es blanca, <strong>de</strong> acuerdo con el i<strong>de</strong>al<br />

<strong>de</strong> belleza <strong>de</strong>l autor.<br />

31


Despierta, hablas y, al hablar, vibrantes<br />

tus palabras parecen<br />

lluvia <strong>de</strong> perlas que en dorada copa<br />

se <strong>de</strong>rrama a torrentes.<br />

Dormida, en el murmullo <strong>de</strong> tu aliento<br />

acompasado y tenue,<br />

escucho yo un poema que mi alma<br />

enamorada entien<strong>de</strong>.<br />

¡Duerme!<br />

Sobre el corazón la mano<br />

me he puesto porque no suene<br />

su latido y <strong>de</strong> la noche<br />

turbe la calma solemne.<br />

De tu balcón las persianas<br />

cerré ya porque no entre<br />

el resplandor enojoso<br />

<strong>de</strong> la aurora y te <strong>de</strong>spierte.<br />

¡Duerme!<br />

32


XXIX<br />

la bocca mi baciò tutto tremante 9<br />

Sobre la falda tenía<br />

el libro abierto;<br />

en mi mejilla tocaban<br />

sus rizos negros;<br />

no veíamos las letras<br />

ninguno creo;<br />

sin embargo guardábamos<br />

hondo silencio.<br />

¿Cuánto duró? Ni aun entonces<br />

pu<strong>de</strong> saberlo.<br />

Sólo sé que no se oía<br />

más que el aliento,<br />

que apresurado escapaba<br />

<strong>de</strong>l labio seco.<br />

Sólo sé que nos volvimos<br />

los dos a un tiempo,<br />

y nuestros ojos se hallaron<br />

¡y sonó un beso!<br />

*<br />

9 La boca me besó temblando todo. Verso <strong>de</strong> Dante Alighieri<br />

(1265-1321), el famoso poeta renacentista italiano, en el Infierno <strong>de</strong><br />

su obra Divina comedia.<br />

33


Creación <strong>de</strong> Dante era el libro;<br />

era su Infierno.<br />

Cuando a él bajamos los ojos,<br />

yo dije trémulo:<br />

–¿Compren<strong>de</strong>s ya que un poema<br />

cabe en un verso?<br />

Y ella respondió encendida:<br />

–¡Ya lo comprendo!<br />

34

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