un primer paso a nuevas misiones - Portal de Cultura de Defensa ...

tico se basaba en el hecho de que gran parte del
pueblo guineano se sentía más cercano a España
que a las otras naciones con las que Macías
había establecido relaciones. El proceso de descolonización
había sido mucho menos violento y
dramático que los vividos en el Congo o Kenia,
por poner ejemplos extremos, se mantenían muchas
tradiciones y costumbres de la época colonial,
se hablaba español, etc. También influyeron
en su decisión las opiniones de otros líderes africanos,
en especial las del presidente de Gabón,
que le aconsejaban recurrir a la antigua metrópoli
en lugar de buscar el apoyo de otras naciones
que no habían estado vinculadas a Guinea.
En cuanto a los motivos personales, el más
importante fue su recuerdo de la formación recibida
en la Academia General y el hecho de que
mantuviera relaciones de amistad con sus antiguos
compañeros, algunos de los cuales participaron
en el equipo militar de cooperación. A estos
compañeros de Academia hay que añadir
que otros mandos guineanos habían pertenecido
a las Fuerzas Armadas españolas en la etapa
colonial y en algunos casos se sentían más cercanos
a España que a los otros países.
Un análisis profundo de los motivos políticos
se apartaría del objeto de este trabajo, pero para
entender algunas de las cuestiones que se plantearon
respecto a la cooperación militar, es importante
aportar algunos datos sobre lo que cabe
denominar «antecedentes inmediatos», esto es,
sobre la formación de un grupo de jóvenes guineanos
en Zaragoza.
LOS CIMIENTOS DE LA COOPERACIÓN
La presencia militar española en aquel territorio
data de finales del siglo XVIII tras el Acuerdo
de la Conferencia de la Granja de San Ildefonso,
ratificado con el Tratado de El Pardo (la bandera
fue izada en Luba el 21 de octubre de 1778). Estos
acontecimientos y la historia posterior están
ampliamente desarrollados en la obra del general
Sequera 1 , que incluye asimismo una amplia
bibliografía sobre Guinea. Tomada la decisión de
proporcionarle la independencia, en 1963 se envió
a diez jóvenes guineanos a la Academia General
Militar de Zaragoza para que se formaran
durante dos años, como oficiales de la Guardia
Colonial, y a la Academia Auxiliar Militar de Madrid
a tres suboficiales. Aunque estos tres últi-
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mos desarrollaron una importante actividad política
durante el gobierno de Macías, interesa centrarse
en los que se formaron en Zaragoza por
constituir el núcleo en el que se apoyó la cooperación
española a partir de 1979.
En edad eran algo mayores que la media de
los cadetes españoles, pero estaban en la misma
banda generacional y solamente uno de ellos
estaba casado. Tenían estudios medios (bachillerato)
realizados en Guinea, pero al no haber
tenido que superar un examen de ingreso, su nivel
era más bajo lo que planteó algunos problemas
en las asignaturas relacionadas con Matemáticas
y Ciencias. En aquellas fechas no
ostentaban ningún cargo político, pero entre
ellos existía cierta estructura jerárquica, posiblemente
por la situación social de sus familias.
De esta breve síntesis se deduce que no era
posible prever su futuro, máxime cuando todavía
no se habían celebrado las primeras elecciones,
aunque era evidente que tendrían un peso importante
en el nuevo Estado. Como había miembros
de las tres principales etnias, el abanico de
posibilidades para el futuro era bastante amplio.
Desde el primer momento siguieron el mismo
régimen académico que el resto. Se les destinó
a las distintas compañías orgánicas y a las secciones
de clase correspondientes. La vida académica
se desarrolló sin incidentes de importancia
(solamente se detectó un enfrentamiento por
motivos racistas de un alumno guineano con un
cadete español) y sus relaciones fueron aceptables,
a pesar de que en el entorno de los españoles
se plantearon algunos prejuicios. Sin embargo,
se establecieron relaciones de amistad,
que en algunos casos alcanzaron a familias españolas,
que se mantuvieron durante cierto tiempo
y que solo fueron interrumpidas por motivos
políticos por parte de los guineanos. Relaciones
que tampoco pudieron mantener las autoridades
españolas, en parte por los motivos mencionados
y en parte, porque no estaban programadas.
En cuanto al plan de estudios, siguieron el
mismo que el resto de la promoción, pero cuando
se detectaron dificultades en el seguimiento
de algunas asignaturas, pareció conveniente que
tuvieran una clase aparte para materias como
Matemáticas, Física y Química lo que, como
suele suceder, tuvo su aspecto positivo y negativo.
En cualquier caso, las materias que más les