revista bimestral d' orientacion psicopedagogica - Amigonianos

¿Siendo el Centro de carácter estatal,
los educadores los proporciona
el Estado o los busca ÚJ Dirección?
-La contratación de los educadores
es propio de la Dirección del Centro.
Aquí mismo tenemos una Escuela
Especial de Reeducadores y en tres
afias de estudio y prácticas. Nos interesan
más estos educadores que los
que vienen con su título debajo del
brazo procedentes de la Escuela Superior
de Pedagogía. Casi todos son
hombres, aunque también hay algunas
mujeres; pero éstas no nos sirven,
porque se casan y a veces no pueden
aceptar horarios inversos o nocturnos.
No obstante hay algunas y hace
poco una de ellas dejó el Centro para
casarse con un muchacho de aquí,
reeducado aquí. Creo que fué una
suerte para el chico.
¿Tiene problemas con las educadoras?
- Lo curioso es que los chicos se
quejan de las educadoras; son más
duras y exigentes que los educadores;
lo controlan todo, quieren una limpieza
exhaustiva. Tienen estas mujeres
la aportación de su sensibilidad,
liman asperezas, hacen al muchacho
más fmo y aseado; pero yo las coloco
de ayudantes del educador-jefe. Como
los grupos están distribuidos por
la finca, las mujeres dan su toque de
limpieza y aseo y hacen ambiente en
el grupo, dan un tono familiar al
pabellón. Ya les dije que cada grupo
organiza su vida a su aire, de acuerdo
con los educadores que lo llevan. Como
dato anecdótico, les diré que en
uno de los pabellones, el educadorjefe
tiene a sus cuatro hijos entre los
muchachos y les hace llevar la misma
vida que ellos llevan y tienen los mismos
derechos y las mismas obligaciones
que los demás alumnos del grupo.
Todos los educadores que lo desean,
pueden vivir aquí; tienen su casa;
aunque el que quiere vivir fuera, puede
hacerlo.
¿Qué distribución del tiempo rige?
-Como ya les he indicado, no hay
organigrama; ni siquiera el Director
se inmiscuye en el horario propio de
cada agrupación. Son los educadores,
y el educador-jefe, quienes hacen la
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distribución del tiempo, respetando
las horas de trabajo en los talleres y
asistencia a la escuela. Fuera de esas
horas; los chicos, con la indicación de
los educadores, organizan su tiempo
libre, salen al pueblo, se quedan leyendo,
oyendo música, viendo la
televisión y si salen, regresan a una
hora de antemano acordada. Hay
suficientes educadores para acompañar
a los muchachos, por lo que sus
horarios de estancia con los menores
se los arreglan entre ellos, teniendo
en cuenta que los muchachos han de
estar siempre acompañados por los
educadores de tumo.
¿Asimilan los chicos su formación
en todos los sentidos?
-En cuanto a la formación escolar-profesional,
la propia Cámara General
de Comercio ha reconocido el
éxito logrado en la formación de los
chicos en este aspecto. La formación
moral, dentro del grupo, es la propia
de un buen padre de familia, que es
lo que representa el educador, que
dá consejos, anima, y sobre· todo,
dá ejemplo. Si no lo dá, hay un Consejo
de Disciplina entre los educadores,
que puede llamarle la atención al
que no cumple o despedirle si no se
enmienda. El Director escucha a los
educadores, pero no se impone a
ellos. Vino un joven hace tiempo con
unos informes adversos, de insubordinación
y agresiones; yo estudié el
caso, hablé con el educador y éste
me dijo que no necesitaba los informes
ni el plan sobre el muchacho,
pues lo conocía de tiempo atrás y
respondía enteramente de él; el muchacho
se reeducó a cabalidad y hoy
está muy considerado en su trabajo,
se ha casado y viene a visitar al educador
con frecuencia, totalmente
recuperado.
¿Tiempo de estancia en el Centro?
-Por término medio, unos dieciocho
meses; depende de la sentencia
del Juez y del comportamiento. Puedo
decirle, como excepción, que un
joven que acaba de salir, ha estado
aquí cinco afias y otro, recién salido,
solamente dos o tres meses.
¿Tratamiento educativo?
-Seguimos el tratamiento indivi-
dual y a la medida. Por eso, los grupos
son muy pequefios y aunque los
muchachos pueden elegir grupo, la
Dirección y los educadores tienen la
última palabra, a fin de que éste resulte
homogéneo y facilite la reeducación
del muchacho. Hay que dar
al chico toda la responsabilidad de
que él sea acreedor. Si no se consigue,
poco podremos hacer por él.
A un joven que vino aquí hace algún
tiempo, le habían trasladado ya varias
veces de institución. Como era
un poco fanfarrón le colocamos en
un grupo en el que pudiera sentirse
jefe. La reacción suya fué la de pedir
le llevarl\11 a un grupo de muchachos
más fuertes y duros; se insertó rápidamente
en él, y hoy está totalmente
recuperado.
¿Pueden mandar fuera del grupo
al que lo trastorna?
- Generalmente se acude al Director
en este caso, y todos juntos deciden
lo que se debe hacer. A veces
se llama al Psicólogo para que haga
un nuevo estudio del muchacho, se
oye a éste, y luego se decide. Pero
antes de llegar a un caso extremo,
antes de asignarle grupo, se estudia
bien al muchacho para que su inserción
pueda resultar adecuada. La
acogida al recién llegado forma parte
de este engranaje; la lleva a cabo siempre
persona amable y dispuesta a la
comprensión y al apoyo al recién llegado,
que entra así suavemente en el
engranaje de la institución.
¿Quién interviene a la hora de
abandonar el menor el Centro?
-Los informes semestrales van
al Juez, y éste se interesa por la mar·
cha en la recuperación del menor.
Por ello, el Director es el que tiene
la última palabra, aunque quien decide
la salida, a informe del Director,
es el Tribunal Superior del Estado, a
propuesta del Juez de Menores.
¿Estad(sticas?
- Son de la competencia de la
superioridad. Yo, en verdad, no las
conozco. Sólo sé de los muchachos
que han salido y vuelven a visitarnos,
o de las noticias que de ellos
recibimos por distintos conductos;
pero estadística segura y fiable, no