revista bimestral d' orientacion psicopedagogica - Amigonianos

CRECER BAJO LA RESPON­
SABILIDAD DE SUS PADRES
EN UN AMBIENTE DE AFEC­
TO Y DE SEGURIDAD SO­
CIAL Y MATERIAL".
La respuesta social es la antítesis.
La familia está rompiéndose
a pedazos, quebrada
su autoridad, cascadas sus 1 íneas
maestras, rota la unión y
la permanencia con el adulterio
y el divorcio. Y la relación
padre-hijo, cada vez más difícil,
más incomprendida, más
distanciada. La familia nos
ofrece la visión de un navío
al garete, desarbolado, torpedeado
bajo la 1 ínea de flotación,
a pique de naufragio,
donde ya algunos padres aceptan,
impotentes, la voz de "sálvese
quien pueda". Y nadie
grita "primero los niños", a
pesar de que esa prioridad también
está contenida en el Principio
11 de sus Derechos.
Y en cuanto a seguridad
material, la economía doméstica,
cada vez más problemática,
la inflación galopante, el
trabajo escaso, el paro vergonzoso.
Todo, con la sublime e
inconcebible incongruencia de
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ser cada vez más pobres y por
otro lado fomentarse un desatado
consumo de falsas necesidades.
... El Principio IX dice: "EL
NIÑO DEBE SER PROTEGI­
DO CONTRA TODA FORMA
DE ABANDONO, CRUEG
DAD Y EXPLOTACION".
Y, en efecto, se le contesta
con la falta de escuela o con la
falta de f ormación integral
ética, cívica, religiosa y humanística;
con la falta de zonas
donde pueda jugar y reir; con
la cada vez más numerosa mendicidad
de pequeños limosneros
tendiendo la mano a una
sociedad que le niega la suya;
con la extensión criminal de la
droga que lo convertirá en piltrafa;
con la trata de menores
para la prostit ución o la aberración.
E incluso ya se anuncia
la rebaja de la edad penal
para que el niño pueda ser tributario
de las cárceles.
... El Principio X establece:
"DEBE SER EDUCADO EN
ESPI RITU DE COMPREN­
SION, TOLERANCIA, AMIS­
TAD ENTRE LOS PUEBLOS,
PAZ Y FRATERNIDAD UNI­
VERSAL".
Y el mundo le replica con
asesinatos diarios, violencias,
algaradas, revanchas, bombas,
secuestros, injurias, odios, vandalismos,
malos modos, coacciones,
piquetes, miedo en la
calle y miedo en el hogar,
escalada de armamentos, ejecuciones,
guerras. Con la mecha
encendida en el Himalaya a la
espera de que en cualquier
momento pueda saltar el polvorín
de una conflagración
mundial que lo arrase todo,
que no deje nada.
No sé. No sé si tengo razones
válidas para mis temores.
Pero en el fragor de la tormenta
que asola al mundo, no veo
ese rayo de luz que significan
los Derechos del /Viño. Nada
me anuncia la primavera ni la
esperanza para esa esperanza y
esa primavera que es la infancia.
He dejado pasar muchos meses
desde que finalizó el año
con la ilusión de que se disiparan
mis sombras. Pero las campanas
callaron el31 de diciembre
y el niño ha vuelto a su secular
mundo del silencio.
Creo que confirma la sensación
que tuve, y que hizo que
la noche de San Silvestre no
me pareciera noche de esperanza
y se me antojara aquelarre
de brujas, noche de meigas y
que la última campanada me
sonara a tristeza.
Quiera Dios que a alguien, a
alguien que pueda hacer algo
por la infancia, le haya sonado,
al menos, a toque de peligro,
a toque de rebato ...