el_amor_es_hoy_libro

“Por favor no se pre-ocupen, vamos a vivir lo
que venga con mucho Amor, yo estoy tranquilo y
sereno y necesito que ustedes también lo estén.”
Fue operado el 24 de mayo del 2002. El médico muy
satisfecho, cuando Felipe despertó de la anestesia le
dijo: “Logré sacar todo el tumor y te puse un implante
de toro”. Cuando nos permitieron entrar a visitarlo nos
recibió haciendo como un toro: “Muuu”, y su respuesta
sonriente fue: “Mi corazón es medio toro, de ahora
en adelante tendré que comunicarme en una
forma diferente”.
Durante su enfermedad le hicieron toda clase de
tratamientos; se iniciaron con la quimioterapia y nos
maravillaba verlo salir de la clínica buscando en qué
entretenerse; yendo a cine, tocando la guitarra, jugando
cartas, en fin, buscando siempre algo en qué ocupar su
mente. En alguna ocasión le preguntamos: “¿Hijo, cómo
haces con el malestar que tienes para no quedarte en la
cama?” Su respuesta fue inmediata y clara: “Papás, no
me voy a sentir mejor físicamente por quedarme
acostado; si ocupo mi mente y me distraigo será
más fácil”.
En el hospital le cambiaban permanentemente el
compañero de habitación. Con frecuencia el médico jefe
le decía: “Aquí te traigo este paciente para que tú le
levantes el ánimo”.
Hubo una anécdota que nos impactó y fue con un
compañero de habitación que al salir le dejo a Felipe
todos sus teléfonos para que siguieran hablando. Tres
meses más tarde, al tratar de comunicarse, le respondió
su esposa y le dijo: “Felipe, mi esposo murió con
mucha tranquilidad, serenidad y aceptación,
diciendo que lo haría como le había enseñado
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