el_amor_es_hoy_libro
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le preguntamos: “Hijo, dinos con toda sinceridad,
¿de verdad no sientes tristeza, sabiendo que puedes
morir, estando tan joven, y con tantas ilusiones?” A lo
cual respondió: “¿Por qué quieren ustedes que yo
sienta la tristeza que ustedes sienten?, deseo vivir
pero no temo morir, se que haré exactamente lo
que vine hacer, si no hago más, fue porque no lo
escogí”.
Entonces le dijimos: “¿Tú estás tranquilo porque
después de que mueras, nos verás, nos sentirás, estarás
junto a nosotros, pero cómo te vas a expresar y cómo
vamos a sentirte?” Él, con su sabiduría, nos contestó
“Cada que ustedes se expresen con Amor hacia
las demás personas, hacía los pacientes y hacía
ustedes mismos, esa será mi expresión a través
de ustedes. Recuerden que somos Uno solo”.
Después de estar un tiempo en Colombia, en el mes
de junio del 2004 regresó a Milán (Italia) para seguir
con el tratamiento experimental que había iniciado. Se
despidió de todos y recordamos cuando Lucia, nuestra
empleada le dijo: “Felipe nos vemos en diciembre” y él
le respondió: “No, Lucia, yo no creo que venga, pero
igualmente estaré aquí”. En ese momento nosotros
no entendimos que se estaba despidiendo. Después de
su muerte “El Maestrico”, como lo llamaba Felipe, nos
explicó que en una conversación privada que habían
tenido, Felipe le había preguntado si era su despedida
de Colombia y “El Maestro” le había dicho que sí, que no
regresaría, que pronto estaría con ÉL.
Hoy, con todo su ejemplo hemos adquirido un gran
aprendizaje. Sabemos que siempre tendremos la
capacidad de vivir con Amor, con paz y tranquilidad,
tanto una enfermedad grave, como el conocimiento
del momento de la partida. Para ello necesitamos
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