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20
VOL.07
N o 07
JUN 2020
CONSEJO EDITORIAL
Alejandro Ibarra Rojas
David Ulloa Chacón
José Daniel Clarke Caamaño
Sergio Pacheco Salazar
Sofía González Barboza
DIRECCIÓN DE ARTE Y DISEÑO
Alejandro Ibarra Rojas
PRODUCIDA CON LA
COLABORACIÓN DE
El contenido de esta revista no representa posición oficial de las
organizaciones, empresas o marcas que apoyan su publicación.
ISSN: 2215- 5333
FOTOGRAFÍAS
Alejandro Ibarra (portada) I Rob Chamaeleo I Juliana Barquero I Sharon di
Escobar I Daniel Salazar I Melissa Brenes
TEXTOS POR APARICIÓN
David Ulloa I Sofía González I Shi Alarcón I Margarita Salas I Ana Eduarte I
Laura Hernández I @jotavargascr (el le) I @animal itx (elle-ella) I
@sssssserpiente (el le/el lx) I I Christel Steinvorth I @mymothers l
ittlebluebird (el le) I @baby_revolucionar ie (elle ) I @alvidaurre (ella /
elle) I @maumangel I @melbell is (elle / el ) I Camila Cuevas I William Vega
I Moisés Fernández I Luis Salazar I Andrea Gómez I Cybermae I Ana Rita
Argüello I Daniel Salazar Fer Lizano I Janekeith Durán I Diego Arias I Camila
Schumacher I José Daniel Clarke I José Alex López
REVISIÓN DE TEXTOS
Sofía González Barboza l Sergio Pacheco Salazar l Virginia Caamaño
MODELOS O PERSONAS EN FOTOGRAFÍAS
Gastón Fournier (modelo portada) I Denzel Lanvin (maquillaje portada)
Bradley Andiego I Fernanda Aguilar I Denis Gutierrez I Fiorella Martiro I
Alessandra Osorno I Saúl Espinazo I Moisés Fernández I David Zúñiga I
Noelia Bermúdez I Mauren Solano I Tarik Soto I Luis Carlos Fernández I
Daniela Cruz I Sharon di Escobar I Cybermae I Diego Arias
ILUSTRACIONES POR APARICIÓN
Ana Sofía Camarga I Mariia Tijeras I Jeikof Fallas I Daniel Guerrero I
Alexandra Díaz- La dedo I Pablo Ruiz I Carlos Vargas I Carlos Flores I
Sofía Alfaro I Marco Black I Erick F. Rojas I Gil Vega
VIDEOARTE
Andrés Madrigal (un texto de David Ulloa)
AGRADECIMIENTOS ESPECIALES
Laura Sánchez I Andrés Corrales I Jason Chinchilla I Brandon Mais I
César Madriz I Gil Vega I Olimpio Brunetto I Julia Ardón I Dino Starcevic I
Marcela Díaz I Danny Campos I Alfredo Gago I A quienes nos compartieron
las fotografías de sus bodas y las personas que las tomaron
GUIAORGULLOCR.ORG
GUIAORGULLOCR
ORGULLOCOSTARICA
Í N D I C E
0 5 N O T A E D I T O R I A L
0 6 H I T O S H I S T Ó R I C O S 2 0 1 9 - 2 0 2 0
0 8 T O D O A L R E V É S , P E R O T O D O A M I T I E M P O
1 2 L A D E U D A P E N D I E N T E
1 5 R O X A ( 1 9 6 0 – 2 0 1 9 )
1 8 Q U E E R C I N E M A
2 0 ¿ C Ó M O S E S I E N T E S E R P E R S O N A
N O - B I N A R I E E N C O S T A R I C A ?
2 3 T O B E N D
3 0 I N V I T A C I Ó N A G E N E R A L I Z A R - S E
3 4 ¿ C Ó M O S E D E L E T R E A D I V E R S I D A D
S E X U A L E N B R I B R I ?
4 0 R E S I S T E N C I A & P E R S I S T E N C I A
4 8 2 0 2 0 : E L A Ñ O D E L M A T R I M O N I O
I G U A L I T A R I O E N C O S T A R I C A
5 0 A L G O A Z U L , A L G O P R E S T A D O . . . A L G O N U E V O
5 5 P O E M A D E A M O R R A R I T O
5 7 H A B I T A R E L K I N K
6 4 E S C U L T U R A S E R Ó T I C A S
6 8 A N O C H E S O Ñ É C O N M A R Í A
7 0 S E X T - I N - I S O L A T I O N
7 6 S U E R T E C O N T U A M I G A
8 2 E L A S E D I O
8 6 V E J E Z
8 8 Q U E E R , C L O W N Y M I S O G I N I A
9 1 L O P E O R Q U E M E H I C I E R O N
9 3 U N E S P E J O , U N B A S U R E R O , U N O B J E T O
Y U N A P E R S O N A
9 6 A T R E V I M I E N T O S I N D I S P E N S A B L E S
1 0 0 ” P O D R Í A S E R U N E - W H O R E , A L G O A S Í ”
1 0 6 O U T , L O U D & P R O D U C T I V E
ORGULLO
N OTA
E D I T O R I A L
P O R D A V I D U L L O A
D E L C O N S E J O E D I T O R I A L
Las personas que gestionamos esta
revista y muchas de las personas
artistas y autoras colaboradoras,
nos hemos sentido emocionalmente
abrumados por la pandemia. Hemos
atravesado, cada quien en diferente
medida, la incertidumbre, la impotencia
y el agotamiento.
Perdimos la certeza de juntarnos
en una cafetería para intercambiar
ideas; la sensación de seguridad
que nos daban los fines de semana
reservados para hacer fotos; la ilusión
de agotar las revistas mientras
caminábamos por Paseo Colón el
domingo más lindo de junio.
Nos quedaba la tristeza. ¿Y se puede
celebrar con la tristeza? ¿Crear?
La respuesta es afirmativa y si lo
pensamos bien, lógica. Tener conciencia
de nuestra tristeza y atravesar
el duelo es el primer paso de la
restauración. En duelo y en circunstancias
totalmente nuevas, empezamos
a crear.
Plasmamos el llanto y la pérdida, y
también el coraje y la poesía. Nos refugiamos
en el humor y buscamos la innovación
en la moda. Exploramos nuestros
cuerpos y celebramos los ajenos,
repasamos nuestra historia para sentir
la gratitud. No dejamos de cuestionar
(nos) y pudimos, a la distancia recomendada,
volver a mirarnos.
Esta, la sétima edición de Orgullo, nos
recordó los múltiples y diversos “para
quiénes”. Para aquellas que en silencio
están ansiando una conexión, las
que en confinamiento ansían escapar
a otras realidades, las que encontramos
alegría en contar historias, y sobre
todo para aquellas que necesitan leerlas
antes de atreverse a contar la suya.
Para ustedes.
5
H I T O S H I S T Ó R I C O S
L G B T I + 2 0 1 9 - 2 0 2 0
1 8 D E J U N I O , 2 0 1 9
La Dirección de Migración y Extranjería otorga la residencia
a la colombiana Iliana Espitia que se casó en su país con
la costarricense Margarita Salas.
A G O S T O , 2 0 1 9
El Movimiento por el Matrimonio Civil Igualitario lanza la
campaña Sí, Acepto, para promover la aceptación de los
matrimonios entre personas del mismo sexo.
2 1 D E J U N I O , 2 0 1 9
La Sala Constitucional rechaza varios recursos de amparo de
personas trans que exigen rectificar su sexo registral en el Registro
Civil, apoyando la postura del Tribunal Supremo de Elecciones
de limitarse a eliminarlo de la cédula.
3 D E F E B R E R O , 2 0 2 0
Un juez anula el matrimonio de Laura Florez Estrada y Jazmín
Elizondo, y ordena suspender por 13 años al notario
Marco Castillo por haberlas casado.
2 6 D E M A Y O , 2 0 2 O
Entra en vigencia el matrimonio igualitario y se casan las
primeras parejas.
1 D E O C T U B R E , 2 0 1 9
Fracasa intento legislativo para crear uniones civiles como mecanismo
para evitar que entre en vigencia el matrimonio igualitario.
1 9 D E M A Y O , 2 0 2 0
Se rechaza el último intento legislativo para impedir la entrada
en vigencia del matrimonio igualitario.
1 6 D E J U N I O , 2 0 2 0
El Tribunal Supremo de Elecciones emite las reglas bajo las cuáles
el Registro Civil aplicará distintas normas relacionadas con el
matrimonio, tales el orden de los apellidos en el caso de adopciones.
6
-
T O D O A L R E V É S ,
P E R O T O D O A
M I T I E M P O
P O R S O F Í A G O N Z Á L E Z B A R B O Z A
F I L Ó L O G A
En una de mis anécdotas favoritas
sobre el tiempo, Marc Whitmann narra
la historia de un capitán australiano
cuya forma de percibir el
tiempo era, considerada por muchas
personas y a falta de mejor adjetivo,
lenta. No vivía pendiente del reloj.
No se movía al mismo ritmo de
todos los demás.
Sin embargo, su capacidad de percibir
el mundo de forma más pausada
le permitió encontrar patrones en las
estrellas que le permitía predecir su
movimiento. Con estas observaciones,
el capitán contaba con nuevos
insumos para crear itinerarios de
viajes. Moverse, a su propio tiempo,
o eso es lo que recuerdo vagamente
del libro de Whitmann, le permitió
navegar hacia nuevos rumbos.
Whitmann explica a profundidad la
subjetividad del tiempo en Felt Time
(2014), libro que devoré a manera
de manual de autoayuda en un momento
en donde sentía que todo lo había
hecho al revés. Nuestra percepción
interna del tiempo nos moviliza a hacer
cosas en determinado momento. Como
darle diez minutos más a alguien que
ya lleva una hora tarde (porque diay,
podemos esperar un poquito más) o
salir dos minutos antes de que llegue la
pizza porque una ya se está muriendo
del hambre.
Nuestra capacidad de esperar (o no)
determina en gran parte nuestras decisiones
de vida. Esta percepción interna
(muy distinta a un reloj interno), es tan
diversa y compleja como los mismos
factores que la definen: nuestra capacidad
de aprender, la forma en la que
se configuran nuestros cerebros a nivel
neuroquímico e incluso, las condiciones
en las que crecimos y en el ambiente
cultural que nos rodea.
Y esto lo escribe alguien que siente,
y que ha sentido de forma constante,
que todo lo ha hecho a destiem-
8
ORGULLO
po. Aunque en algunos aspectos me
siento avejentada, como si los años
simplemente me hubiesen saltado
por encima a manera de obstáculo,
en otros apenas estoy comenzando
a masticar conceptos básicos. Entenderme
y verme como mujer queer
a mis treinta y dos se siente, en muchos
aspectos, como una derrota.
¿Pero una derrota en qué sentido?
¿En qué momento de mi vida debí
haber salido del clóset? ¿En algún
lugar entre la Crisis Existencial de
mis 25 o la Gran Sequía Laboral de
mis 28? ¿O mejor, a mis 19, cuando
tenía recetados casi tantos antidepresivos
como materias matriculadas
en la universidad?
En mi mente, tuve siempre una suerte
de narrativa - un bildungsroman,
por así decirlo - que debía materializar.
Mi camino del héroe iba a estar
pavimentado con todas aquellas
narrativas que lograba llevar del
imaginario a la realidad. Pero, como
lo indica Jennifer Silva en Constructing
Adulthood in an Age of Uncertainty
(2012) , la posibilidad de explorarse
(y autoexplorarse) es cada
vez menos accesible en un mundo
post-industrial. Y esta exploración
incluye, por supuesto, la exploración
de la identidad sexual. Tal y como lo
explica Silva, en un afán de poder
hacer reales esas narrativas culturales
(completamente heteronormadas,
dicho sea de paso), pospuse mi
propia narrativa queer.
Veámoslo así: hay un tiempo para estudiar.
Hay un tiempo para casarse. Hay
un tiempo para trabajar. Hay uno para
reproducirse. No hay un tiempo para
ser queer. Eso está fuera de cronograma.
De cierta forma, mi obsesión con
ser adulta (y con ser adulta exitosa,
dicho sea de paso) fue determinante
en aplazar la exploración de mi propio
queerness. Esta misma idea la confirma
Sara Jaffe en Queer Time: The Alternative
To Adulting (2020), quien habla sobre
cinco eventos clave en la vida de
las personas: “completar su educación,
ingresar al mercado laboral, ser financieramente
independiente, casarse y
ser padre o madre de familia”. Esta línea
del tiempo está basada en ideas,
ya bastante anquilosadas, sobre clase
y género que el feminismo (entre otras
corrientes político-ideológicas) han ido
deconstruyendo poco a poco.
Si ahora alguien tratase de cumplir los
Seven Ages of Man (All the World’s a
Stage) de Shakespeare a la perfección,
probablemente el monólogo terminaría
siendo un Five or Six Ages of Man… because
getting married, ew. Pero hay un
problema más a todo esto, el cual una
ex-compañera de trabajo lo resumió a
la perfección un día, en la buseta que
nos llevaba a nuestras respectivas casas.
–Con el tiempo, van a entender
– decía ella entre risas, refiriéndose a
mí y a otro compañero, ambos queer –
que yo soy la más madura de los tres.
Yo sí tengo claro qué quiero hacer en la
9
vida– . En su momento, esto fue un
chiste más y no un comentario que
claramente nos imponía una heterotemporalidad
que jamás queríamos.
Si bien ya es menos plausible y deseable
cumplir cada una de estas
narrativas, el no cumplirlas nos hace
inmaduros. El ser queer o cualquiera
de las letras es, para muchos adultos,
solo una muestra más de que
nunca vamos a crecer. No seguir la
línea del tiempo de la adultez, como
siempre pensamos que era la adultez,
nos convierte en niños eternos. Y
entre más irrespetamos la línea del
tiempo, más inmaduros somos, más
nos abstraemos de esa esfera que
mucha gente llama realidad.
tiempo. Mi queer time vino a los treinta,
en un momento que pude darme la oportunidad
de poder pensarme queer. A pesar
de que indicios sobraban, el darme
el espacio para racionalizarlos y tratarlos
con la ternura y respeto necesarios
para poder darles un nombre, y con ese
nombre reconocerme ante las demás
personas, no ocurrió hasta estar en un
espacio carente de ruido. Es decir, en un
espacio donde no tenía que responder a
otras necesidades. Si bien no era mi primer
espacio propio, pensándolo en los
términos de Virginia Woolf, fue mi primer
verdadero espacio propio. De cierta forma,
me sentía como el capitán que menciona
Whitmann, quién pudo llegar a sus
propias conclusiones una vez que logró
estar a solas con las estrellas.
Al mismo tiempo, las personas queer
no comienzan a ser queer en el momento
en que niegan el cronograma
que ya conocemos, porque la temporalidad
del queerness sigue una
lógica muy distinta. Pensar que el
queerness existe a partir de la negación
de otro sistema es no entender
el queerness del todo, sino
supeditarlo a algo más. Y en palabras
de Jack Halberstram (2005), “el
queerness es un resultado de temporalidades
extrañas, de itinerarios
de vida imaginarios y de prácticas
económicas excéntricas.” El tiempo
queer se constituye de forma distinta
a las convenciones sociales del
Si bien entiendo, a nivel lógico, que el
reloj interno de cada persona queer es
distinto, es inevitable sentir que mi proceso
pudo haberse hecho antes. Que, de
nuevo, todo en mi vida lo hago al revés
y esto es una muestra más de que, por
más que trato, no puedo seguir el orden
dictado. Pero… ¿debería? ¿A cuál línea del
tiempo estoy respondiendo? ¿Cuál es la
insistencia de bajarme el piso al no seguir
una narrativa que, en primer lugar,
nunca iba a seguir?
Mi propio queer timeline, por más caótico
y extraño que ha sido, ha sido enteramente
mío. Y eso, ante todo, me gusta.
10
Sacando los trapos al sol
Ana Sofía Camarga
bordado a mano sobre ropa interior
2017-2018
L A D E U D A
P E N D I E N T E
P O R S H I A L A R C Ó N Z A M O R A
S O C I Ó L O G A , P R O F E , M O U N S T R U X F E M I N I S -
T A - C O R A Z Ó N D E P O T R E R O , N O B I N A R I A .
C R E E Q U E L A R E S I S T E N C I A E S S E R F E L I Z .
T O M B O Y , F E M I N I S T A Y L A M O N S T E R M A M M A
D E C A S A R A R A
Se aprobó el matrimonio para personas
LGBTIQ+, una experiencia que,
sin duda, nos hizo crecer como movimiento,
nos dejó nuevos activistas,
estrategias y derechos. Fue un proceso
que duró muchísimo tiempo y
por suerte, el país entendió que no
podíamos seguir extendiendo.
Comentando entre grupos, personas,
familiares y en redes, me he dado
cuenta que existe la noción de que
podemos pasar la página, que la
mal llamada #AgendaGay llegó a su
fin, y que lo que falta son “detallitos”
para lograr la igualdad.
Semejante premisa no puede estar
más errónea. La igualdad es un proceso
que se va construyendo en el
tiempo y este proceso en particular
aún tiene una deuda pendiente:
somos un movimiento demasiado
adulto. Con esto quiero decir que la
lucha por la progresividad de los derechos
humanos se volvió una lucha
exclusivamente por los derechos de las
personas mayores de edad LGBTIQ+.
Antes de cualquier objeción, sé que no
ha sido algo a priori o algo que hayamos
planificado – hay momentos donde
hemos estado comprometidos con el
avance del derecho de una educación
para la sexualidad en personas menores
de edad, pero la realidad es que los
avances recientes son para lxs adultxs.
Es importante señalar que el derecho a
ser y estar son derechos de todas las
personas sin importar la edad. En Casa
Rara estamos comprometidxs con las
personas menores de edad para luchar
junto con ellxs a defender el ejercicio
pleno de sus derechos.
En ese sentido, quiero hacer un listado,
no excluyente pero sí necesario, para
posicionar las luchas pendientes:
• Las personas trans menores de edad
deben estar en la posibilidad de acce-
12
ORGULLO
der al “conocido como” sin necesidad
de hacer la solicitud en compañía
de su responsable legal. Debería
ser suficiente con una persona mayor
de edad y de confianza del menor.
Recordemos que muchas veces
ellxs no cuentan con el apoyo de
sus encargados legales.
• Las personas trans menores de
edad deben poder realizarse el
cambio de nombre y no solo el “conocido
como” en su tarjeta de menores,
contemplando la condición
señalada anteriormente con relación
al acompañamiento de sus tutores
legales.
• Los títulos académicos de las personas
trans menores de edad deben
aparecer con el nombre elegido por
estas personas. Este cambio podría
significar menor estigmatización y
más acceso a derechos como el trabajo,
ya que pueden certificar la
congruencia entre sus documentos
siendo mayor o menor de edad.
• La posibilidad de poder acceder
a tratamiento hormonal o bloqueadores
que les permita adecuar su
corporalidad a la identidad y expresión
que tienen. Es importante
que para determinar si están listxs
o no, existen muchxs profesionales
que podrían estudiar lo oportuno
del momento. Ya en los servicios médicos
privados se oferta y la Caja Costarricense
del Seguro Social no debería
quedarse atrás.
• Las personas LGBTIQ+ no deberían ser
sometidos a terapias “curativas”, rituales
o consejería para cambiar lo que
son. Es importante que se habiliten espacios
de denuncia para estos hechos
y que estas denuncias puedan ser tramitadas
por las mismas personas menores
de edad.
• La educación de las personas LGBTIQ+
debe contemplar estas especificidades.
En Casa Rara, por ejemplo, tenemos la
denuncia de lesbianas obligadas por
sus profesores de educación física a
llevar clase con hombres “porque ellas
de por sí son marimachas”, y lo mismo
con chicas trans en el grupo de hombres.
Es necesario que la educación no
tenga estigmas o prejuicios sobre la comunidad
LGBTIQ+.
• El protocolo contra el bullying del Ministerio
de Educación Pública debe seguir
siendo divulgado, no sólo a nivel
de funcionarias y funcionarios, sino
en todo el país. Desde el 2009 se viene
haciendo, sin embargo, es necesario
enfatizar sobre este punto, sobre todo
considerando que hay muchas personas
menores de edad heterosexuales
que viven en una familia homoparental
13
y es su derecho no ser discriminadas
por este motivo.
• Es necesario que el Patronato Nacional
de la Infancia (PANI) reconozca
que la discriminación por orientación
sexual e identidad de género no
se soluciona con una capacitación y
que las consecuencias vitales de la
discriminación son perjudiciales en
la construcción de una identidad de
las personas jóvenes. Es necesario
evaluar el riesgo de que una persona
menor de edad conviva con personas
que le maltratan psicológicamente.
• Reconocer que las chicas lesbianas
o bisexuales no necesitan ni deben
ser sometidas a relaciones heterosexuales
-incluso violaciones forzadas-
para suprimir su orientación
sexual. Lamentablemente hay personas
que incluso obligan a sus hijas a
tener una relación heterosexual. Esto
es violencia.
• Contar con la posibilidad de tener
pareja en sus centros educativos sin
estigma y discriminación. Esto puede
ser considerado escandaloso, pero
así como las parejas heterosexuales,
las parejas del mismo sexo pueden
convivir acatando las reglas del centro
educativo y sin temor a ser castigadas
solo por su orientación.
Como pueden notar, no señalo un límite
mínimo de edad para poder garantizar
estos derechos. Esto se debe principalmente
a que no existe una edad determinada
para manifestar quién somos.
En Casa Rara trabajamos con personas
entre 15 y 25 años, pero cada vez más
personas de menores se acercan para
pedir información y nuestro apoyo. Incluso
hemos recibido solicitudes de
apoyo de familiares con hijxs de seis
años solicitando asesoría para que sus
hijxs crezcan con todos los derechos y
todas las oportunidades.
Esto no solo debe ponernos felices sino
que debe reafirmar nuestro compromiso
para seguir en la lucha por los derechos
de las personas LGBTIQ+ -incluidas
las personas menores de edad-,
celebrar que viene una generación de
activistas que está organizándose para
garantizar sus derechos, que hay familias
dispuestas a apoyarlxs y que si
esto no sucede, existe una comunidad
amplia y diversa que con responsabilidad
puede acompañarle y apoyarle.
Esto último solo podemos lograrlo
si todas las personas reconocemos la
deuda pendiente. En adelante, los esfuerzos
deberían concentrarse en acciones
para que las personas menores
de edad y familiares, puedan crecer
juntes con igualdad de oportunidades,
derechos y responsabilidades.
14
ORGULLO
R O X A
( 1 9 6 0 – 2 0 1 9 )
P O R M A R G A R I T A S A L A S
A C T I V I S T A , S I C Ó L O G A , M Á S T E R E N
A D M I N I S T R A C I Ó N P Ú B L I C A Y E N
C O M U N I C A C I Ó N Y D E S A R R O L L O
Filósofa. Por supuesto que fue filósofa.
¿Qué otra profesión iba a tener la
personificación de Momo en la tierra,
dios griego del sarcasmo, la burla y la
agudeza irónica?
Reírse a carcajadas era un signo inconfundible
de que una estaba hablando
con Roxana Reyes Rivas. El
humor era la herramienta favorita de
Roxana para ponerle un espejo a este
mundo y desnudar sus injusticias y
contradicciones.
Como buena hija de San Ramón, la
pluma de Roxa era tan aguda como
poética. Era una belleza verla tejer
metáforas e hilvanar historias. Cuenta
la leyenda que la sátira fue parte
de su repertorio público desde tiempos
universitarios. En épocas recientes
tuvimos las huestes facebookeras
el gusto de leer su Chiverre Incandescente:
premio a la ignorancia y estupidez
humana de personajes políticos
que osaban oponerse al avance de
los derechos humanos. En ocasiones
era tanta la abundancia que alcanzaba
a otorgar menciones honoríficas.
Roxana era un animal político, el hambre
de transformación social le corría
por las venas. Desde la clásica Asocia
de Estudiantes hasta las incontables organizaciones
e iniciativas sociales; Roxa
fue parte del grupo lésbico El Reguero,
del Movimiento Diversidad, y también le
entró a la política partidaria porque se
movía desde múltiples frentes de lucha.
Contaba sobre sus inicios partidarios
que alguna gente le llamaba a su tendencia
las sandías: verdes por fuera y
rojas por dentro. Ella decía que uno de
sus pasatiempos era fundar partidos
políticos. Fundó la Nueva Liga Feminista
y VAMOS. En esta última aventura se cruzaron
nuestros caminos y tuve la alegría
de compartir una campaña con ella. Con
Roxa nos subimos a tarimas de bares y
recorrimos filas de buses volanteando.
Incontables estudiantes pasaron por sus
cursos de lógica y ética en el Instituto
Tecnológico de Costa Rica. Roxana les
15
abrió la mente y el corazón a lo largo
de los años. Cuando partió, no se hizo
esperar el aluvión de mensajes en redes,
despidiendo y extrañando a esa
profesora que les cambió la vida.
Roxa era más partidaria del divorcio
igualitario que del matrimonio; incontables
veces insistió en que enfocáramos
la energía en desmontar la
institución del matrimonio. Roxana no
alcanzó a esperar el 26 de mayo y
Costa Rica no tuvo la capacidad de reconocer
y proteger la familia que ella
y Chris fueron una para la otra durante
tantos años.
Dueña de un humor agudo y unas ganas
inconfundibles de gozarse la vida,
Roxa era capaz de burlarse hasta de
su propia muerte. En los últimos momentos,
cuando la salud ya había
abandonado su cuerpo estaba bajando
unas gradas y cuando le pidieron
que avanzara más lento comenzó entonces
a cantar el conocido estribillo
de Luis Fonsi “DES-PA-CI-TO”.
Despacito respiramos todas cuando
nos dimos cuenta que se nos habían
acabado los días de ver su sonrisa
iluminar la sala. En días de lluvia me
consuelo pensando que su espíritu libre
decidió escaparse de este mundo
antes que llegara la pandemia a nuestras
vidas. Les dejo con las palabras
de otras amigas, que tuvieron la alegría
de conocer a Roxa más años. Somos
tantas las personas que extrañamos a
Roxana que su memoria sigue viva en
nuestras historias.
“Conocí a Roxa en primer grado de la
escuela allá en nuestro natal San Ramón,
llevando un ramillete de ilusiones
en nuestras manos, pues iniciábamos
la consolidación de nuestras rutas en
adelante. Lo que siempre me llamó la
atención de ella fue la convicción con
que asumía sus creencias, compromisos,
estudios, la docencia y nunca se
detuvo hasta lograr sus objetivos. Hasta
siempre Roxana, siempre serás una
referencia para seguir adelante y un
espejo en el cual mirarse.”
Ana Eduarte
“Roxa, acá estoy para contar algo de tu
historia ...y no puedo hablar de vos, sin
hablarte, sin cuidar las tildes y los significados
de las palabras, sin cuidar su
contenido para debatirlo, para interpretarlo
de distinta manera, para reírnos
de lo absurdo juntas. A veces no
te entendía a la primera, vos te reías
a todo pulmón y yo sonreía esperando
la aclaración. Me explicabas de qué
te estabas riendo y luego, te reías más
que la primera vez y yo con vos, sólo
de oírte... Tuve el privilegio de conocer
tu memoria increíble, de ver tu mirada
de dulzura y también de tener en mis
recuerdos, tus detalles. Roxa, si en este
16
ORGULLO
momento estuvieras acá estarías a
toda máquina en miles de análisis,
estaríamos conversando de vez en
cuando desde la irreverencia y al
mismo tiempo desde la alegría hacia
el momento histórico, aquel que
se veía venir cuando ya te ibas. Por
suerte, hubo muchos otros momentos
en que lo hicimos y que alimentan mi
idea clara de lo que sería el ahora
contigo. Yo tenía 17 y vos un par más,
sentadas con un batido, con una universidad
por delante y una bolsa de
boletines IKÉ por escribir (vos la parte
del humor ácido por supuesto), así
como miles de reuniones activistas
en mi casa, en la tuya, en organizaciones,
en los intentos y logros varios
de hacer, de decir, de gritar que
todo debía ser diferente y que no nos
íbamos a rendir... no nos hubiéramos
imaginado las conversaciones últimas
que tuvimos y el mutuo apoyo.
Muchas veces volvimos juntas de las
marchas por diversos motivos hacia
los barrios del sur. Por tu esencia que
pensó siempre en su propia existencia,
que lo reflexionó todo, que lo escogió
todo. Mi corazón abierto por tu
presencia”.
Laura Hernández
“A Roxana, o Roxy Poxy, como le decía
por cariño, la conocí en la UCR a
fines de los años 70, cuando ambas
cursábamos la carrera de filosofía.
Siendo cuatro años menor que yo, desde
el inicio, me impresionó su erudición,
su finísimo humor y memoria sin igual.
No recuerdo el curso o fecha exacta
en que nos conocimos (ella era la de
la memoria), pero estoy segura de que
nuestro interés común en la filosofía, el
arte y la política, cimentaron nuestra
amistad. Trabajamos juntas en la Asociación
Estudiantil de la Escuela de Filosofía
y tuvimos algunos cursos y círculos
de discusión comunes. Aunque en
aquellos tiempos nos inclinábamos por
autores y temáticas filosóficas diferentes,
pasábamos horas amenísimas, filosofando,
escuchando música o leyendo
poesía, incluso la de ella que, ya desde
entonces, tenía la profundidad y sensibilidad
de poetas de la talla de Borges
o Benedetti. Roxana fue un ser extraordinario,
no sólo por sus innegables
dotes intelectuales sino, además, como
pude percibir más claramente con el
paso del tiempo, por su accionar, siempre
íntegro y presente, acompañado de
su inimitable capacidad para llamar al
pan “pan” y al vino “vino”, con gran humor,
originalidad y, maravillosamente,
sin preocuparse jamás por el “qué dirán”.
La quise muchísimo como amiga,
la admiré aún más, como persona pública,
donde su entrega y compromiso
a la lucha por los derechos de todos,
hoy se reconoce ampliamente. La extraño
mucho y, por eso, hoy como ayer,
yo también digo por nuestros derechos:
Presente, ¡ni un paso atrás!
Christel Steinvorth
17
Q U E E R
C I N E M A
P O R
M A R Í I A
T I J E R A S
¿ C Ó M O S E
S I E N T E S E R
P E R S O N A N O -
B I N A R I E E N
C O S T A R I C A ?
Retratar las vivencias de las personas
no binarias no es algo sencillo,
es revivir el dolor que se siente al
recibir discriminación y violencia. No
identificarse con el sexo asignado al
nacer, ni con un género binario (mujer/hombre),
es un derecho humano,
uno por el que debemos seguir luchando
para que los Estados lo reconozcan
plenamente y, así, disminuir
la desigualdad y vulnerabilidad
en la que nos encontramos.
A nosotres día a día nos toca cosernos,
cosernos en manada, coser
nuestras historias y vivencias; por
ello, este texto es una ventana –
muchas ventanas– que miran hacia
un cuarto íntimo de la existencia de
muchas personas, su identidad de
género, ser no binaries.
@jotavargascr (elle)
Para mí, ser no binarie significa que lo
que menos le va a mi existencia, es una
identidad fija. Significa preguntarme
qué me hace sentirme bien y auténticx
y no lo que va a complacer a mi familia,
conocidxs y a las normas sociales.
Significa que me permito re-inventarme
cuántas veces quiera y luchar por mi libertad
si eso significa que voy a poder
ser yo mismx. Significa ir en contra de
un sistema heteropatriarcal y capitalista
que necesita tenerlo todo clasificado,
controlado y conquistado – cuando
yo soy mucho más de lo que podrían
querer meter en un pequeño molde.
@animalitx (elle-ella)
Ser no-binarie para mí es de lo más liberador.
Es ver socializaciones que me
han pasado por el cuerpo y decirle no
a las que no se sienten bien, a las que
20
ORGULLO
me han hecho mucho daño. Es vivirme
desde la escucha conmigo misme
y abrazar lo que sí forma parte de
mí.
Ahora, en este país, ser no-binarie
también es resistir. Resistir a la invisibilidad,
a que nos desvaliden, a
que irrespeten nuestros pronombres
porque les importa más una letra que
nuestra identidad... y decidir seguir
resistiendo. Si hay algo más doloroso
que la apatía que hay hacia nuestras
experiencias, es negar quiénes somos
a nosotres mismes.
@sssssserpiente (elle/ellx)
Vivimos en un país que desconoce
que les no-binaries. Siempre hemos
existido y siempre lo haremos. Se habla
de chicos y chicas pero se olvida
que les chiques también existimos.
Es abrumador cuando personas, por
cualquier motivo, se rehúsan a usar
pronombres neutros para referirse a
mi persona, a pesar de ser una necesidad
y un tema de respeto.
También abruma cuando insisten
en que debo vestirme “unisex” para
ser “válide”, cuando puedo vestirme
como yo quiera y eso no me hace
más ni menos no-binarie. Pese a esto,
puedo contar con que mis amistades,
hermana, deidad, demás no-binaries
vean que no soy hombre o mujer. Yo
soy yo: soy una persona, soy no-binarie.
@mymotherslittlebluebird
(elle)
Ser no binarie (agénero) se siente como
si el mundo te viera como un vaso de
agua, sin sabor, sin color, sin expresión.
Desde que he dicho públicamente que
no me identifico como ninguno, la sociedad
me ha malinterpretado y me señala
como un nada o un fantasma.
Por si fuera poco, la sociedad trata de
esconder mi existencia con pronombres
falsos como “ella”. Cada momento que
recibo un “ella” o un “él” duele. Es una
ridiculez, para mí, el usar artículos o
pronombres que la sociedad ha clasificado
para específicos géneros.
@baby_revolucionarie (elle)
Mi vida estaba llena de cosas que pasaban
por mi mente y cuerpo que no
lograba definir y no sabía nombrar. Un
día descubrí una palabra que cambió
mi vida: no-binario. Ese día logré verbalizar
lo que sentía y he sentido durante
mi existencia. Para muchxs es
una etiqueta más, para mí es algo que
me ayuda a definir un poco lo que soy
y que además me deja transitar. En mi
21
vida nunca han habido blancos y negros,
mi vida ha sido un espectro de
colores que van más allá de los colores
que el ojo humano logra visibilizar.
dista tanto de ambas que veo imposible
vivir feliz en alguna de ellas.
@maumangel
Ser no-binarie (gender fluid) y ser
migrante me pone en una categoría
que para el costarricense promedio
es difícil entender, y es que no se
puede comprender lo que no te pasa
por el cuerpo. Soy esa frase “no soy
de aquí ni soy de allá” pero extendida
a otras partes de mi ser como mi
género.
@alvidaurre (ella/elle)
Es entender que no existe la posibilidad
de “pasar” como tu verdadero
género porque la mayoría de las
personas (incluyendo muchas de las
que dicen respetarte) te van a meter
en una de dos categorías. Es un
viaje forzado de descubrirse, porque
no hay una idea cultural de no-binariedad
en la cual apoyarse. Por esto
toca desarmar los roles impuestos y
formar una identidad con las piezas
que une encuentra.
Para mí, ser no-binarie ha significado
el poder llegar a un espacio propio en
el cual me siento consciente y confiadx
sobre las situaciones y decisiones que
voy generando en mi vida.
El no sentirme reguladx por lo que la
sociedad espera o quiere imponernos
me ha permitido encontrarme a mí mismx.
Esto me ha dado la oportunidad de
ser más yo, humanx y fuerte, para enfrentar
las diferentes situaciones que la
sociedad actual nos presenta.
Aún hay mucha desinformación que nos
afecta en el día a día, como no poder
ir al baño sin tener miedo o ser irrespetadxs
con nuestrxs pronombres, ser invisibilizadxs.
Ser no-binarie es sentirse
libre y fuerte.
@melbellis (elle / el)
Es algo que –aunque yo no quiera–
está conectado con todo aspecto de
mi vida. Vivimos en un contexto en
que se busca encasillar toda la experiencia
humana en dos categorías
muy limitadas pero mi experiencia
22
Vestido y guantes negros: Mauricio Cruz
Corset: Kevin Rojas
Guantes: Erótica
Máscara: Verónica Wedding
T O
BEND
Fotografía y Dirección de Arte : Rob Chamaeleo (@robsframe)
Styling : Rob Chamaeleo (@robchamaeleo) & Bennett Arias (@bennett_arias)
MUA : Luis González (@lui04gm), Josué Arce (@josuearce_makeup) , Diana Mesa (@dmt_
mua), Daniela Arias (@thebeautyloungecr)
Peinado: Yuner Alvarado (@yuno03), Yandy Torres (@thebeautyloungecr)
Modelos: Bradley Andiego (@brad.andiego), Fernanda Aguilar (@fernandaag), Denis Gutierrez
(@denacros), Fiorella Martiro (@fiorellamartiro), Alessandra Osorno (@alessandra_
osorno), Saúl Espinazo (@poem_from_sayan)
Estudio: The Fraeme (@thefraeme)
Saco y pantalones: Mauricio Cruz
Botas: Kevin Rojas
Látigo: Erótica
Máscara: Toribio
Velo usado como calzón y guantes: Verónica Wedding
Top de vuelos: Valentina Chaves
Pantalones: Mauricio Cruz
Tiara y guantes: Erótica
Velo y guantes: Verónica Wedding
Silla de montar: Toribio
Vestido y leggings: Mauricio Cruz
Alas y tiara: Erótica
T-shirt y velo: Verónica Wedding
Enterizo: Kevin Rojas
Látigo: Erótica
Blusa: Lucasta Rogers
Sombrero: Kevin Rojas
Top de cuero: Toribio
Guantes: Erótica
Flor: Verónica Wedding
I N V I T A C I Ó N A
G E N E R A L I Z A R -
S E
P O R C A M I L A C U E V A S B A R B E R O U S S E
S O C I Ó L O G A Y A C T I V I S T A
Para dar inicio a este breve pasaje,
me gustaría ser acompañada a
través de una primera reflexión personal
sobre “la acción de generalizar”.
Esta noción puede provocar
escalofríos y tensión mandibular en
aquellas personas lectoras convencidas
del método científico y la preocupación
constante por alejarse de
narrativas que “hablan mucho pero
dicen poco o nada concreto”. Por el
contrario, puede ser considerada
una acción necesaria e incluso deseada.
Si no fuera a través de ella,
¿cómo podríamos comprender al
mundo?, ¿significa que para comprender
nuestra entorno los conocimientos
especializados son necesarios?,
¿cómo podríamos pensar, por
ejemplo, al Estado o las políticas públicas,
si no utilizamos supuestos o
generalizaciones?
Son preguntas válidas, al igual que
todas aquellas que surjan durante
esta lectura, en especial cuando
dirigimos la mirada hacia los discursos
de los derechos humanos. Como una
posible aproximación, señalaría en un
primer tiempo que el potencial de estas
preguntas reside en los sentimientos
que provoca. La angustia alojada en la
garganta cuando alguna política pública
no nos representa, o bien en el enojo
que provoca los estereotipos disfrazados
de generalizaciones sobre la orientación
sexual, la identidad de género o
la expresión de género. Es en ese sentido
de falacia y marginalización que me
gustaría ahondar.
Las generalizaciones son personales. Es
decir, también son políticas. Es a partir
de ellas que se elaboran discursos
—cual sea su naturaleza científica, pagana
o irónica—, los cuales dicen más
de nosotras y nuestra existencia que
sobre el entorno. Develan las verdades
que hemos forjado en rompecabezas
mentales que así como los sueños, si se
miran detenidamente, no siempre poseen
un orden racional. Expresan ma-
30
ORGULLO
lestares, críticas, deseos arrastrados
o latentes, privilegios y necesidades
no satisfechas antojadas de justicia
social.
Es esta dimensión, que resalta lo que
existe y no lo que la metodología logra
capturar, se encierra las riquezas
de los mundos y el potencial de saltar
desde la descripción de aquello
que nos rodea a la acción política. Es
el sentimiento y la emoción que moldean
nuestras necesidades y nuestros
mundos; un bastión para entender
nuestras prioridades disfrazadas
de racionalidad. Es señalar el accionar
público, privado y personal como
representantes cristalizados de discursos
de materia mortal y no divina.
Desmantelando esta primera capa de
reflexión, no hay nada que no podamos
cuestionar. Podríamos tomar el
rol de críticos a la acción generalizadora
que se otorga el privilegio de
llamarse mayoría –moral, religiosa,
étnica, etc– y proponerle la contraoferta
de generalizar, pero en el buen
sentido de la acción. Es decir, que
nos reconozcamos en nuestros privilegios
y necesidades para dar paso
en aquellos espacios que nuestra
existencia no puede colmar más que
con generalizaciones hegemónicas.
Implicaría las micro-políticas de no
tomar la palabra por la otra, el reconocerse
en sus propias capacidades,
superar la tiranía de pensarse como
mayoría simple, entenderse en un mundo
descentrado del diálogo monoteico
–donde el Dios es el Ego–, despejar sillas
en la mesa de toma de decisiones,
moldear estrategias comunicativas o
políticas con justa representación.
Por supuesto, ningún tirano se ha bajado
de las escalinatas del trono con una
sonrisa en la cara. Reconocer nuestros
propios límites implica la alianza y la
discusión con sectores colindantes –
donde sus fronteras pierden sentido en
la cotidianeidad–, como los movimientos
feministas, sindicales, estudiantiles,
entre otros. La propuesta de abrazar
la acción de generalizar implica, como
estrategia política para las poblaciones
LGTBIQ+, el cuestionar cómo se ha
abordado el juego político desde nuestras
múltiples trincheras.
Como acción política, nuestro quehacer
dice mucho sobre el modelo social,
económico y político por el cual apostamos,
por lo que la tensión se encuentra
no solo en cuándo logramos el reconocimiento
de los derechos humanos,
pero también el cómo, ¿nuestra acción
política es un cuerpo ético o una ley de
la selva capitalista que se limita a reproducir
lo ya existente? ¿Son los movimientos
LGTBIQ+ un campo fértil para
31
debatir modelos de organización de
género, social, ambiental, y económica
contra hegemónicos?
Estas preguntas, que quise compartir
con ustedes en este espacio, surgieron
a partir de una investigación que
realicé para mi licenciatura, para la
cual efectué una serie de entrevistas
a profundidad a personas trans
y miembres de colectivos sobre sus
conocimientos y vivencias en el acceso
a los servicios públicos en salud
del país. Las vivencias de violencia
social, institucional, simbólica,
entre muchas otras, son francamente
aplastantes. Sin embargo, son igual
o más contundentes sus respuestas
de organización, movimiento, acción
y agenciamiento. Desde les colectives
de personas no binaries, hombres
trans y mujeres trans, hay una
fuerza crítica incuestionable.
deciden vivir sus cuerpos y sus sexualidades.
La violencia se acumula en la carne,
desde las heridas simbólicas, emocionales
hasta las físicas, y es por ese
mismo golpeteo que las carnes se van
cansando y tensando. Sin la estricta
necesidad de hablar sobre jerarquías
o urgencias, parece evidente plantearse
las últimas preguntas: ¿son los movimientos
LGTBIQ+ capaces de afianzar
una estrategia política a partir de
una acción generalizada? Y si así fuese
¿estaríamos dispuestes a hablar sobre
estrategias políticas sobre el aborto,
cirugías de reafirmación sexual, antiespecismo,
entre muchas otras?
Las aproximaciones de les colectives
trans y no binaries se caracterizan
por escarbar en búsqueda de
recursos para cubrir las necesidades
inmediatas, no solo de sus miembres
actives, pero de toda aquella persona
que se identifica y recurra a estos
centros de movimiento. Esta realidad
no apela a sus capacidades,
sino a la abrumadora realidad que
les persigue desde el segundo que
32
I N V O C A C I Ó N
A L A S M U S A S
Jeikof Fallas Bartels
@jeik.art
C O N V E R S A C I Ó N C O N
M O I S É S F E R N Á N D E Z
¿ C Ó M O S E
D E L E T R E A
D I V E R S I D A D
S E X U A L E N
B R I B R I ?
M O I S É S F E R N Á N D E Z Y
W I L L I A M V E G A
ORGULLO
Moisés Fernández es un estudiante
indígena universitario de 23 años,
quien actualmente cursa la carrera
de Administración de Empresas en la
Universidad Nacional de Costa Rica.
Bribri de Talamanca, pertenece al
clan Sëbliwák. El pueblo bribri es uno
de los grupos étnicos más numerosos
de Costa Rica, ubicados geográficamente
en dos grandes grupos, uno se
encuentra entre la alta Talamanca
(Territorio Indígena Bribri) y el Caribe
Sur (Kekoldi); y el otro en la costa Pacífica
(en la zona Sur, en locaciones
como Salitre y Cabagra).
“El clan Sëbliwák, es un clan central”,
me explica Moisés, a quien conocí
hace un año en un foro universitario
sobre diversidad sexual en pueblos
indígenas.
WV: ¿Cuál es el lugar que
tiene la diversidad sexual
en el mundo bribri?
MF: Es una pregunta muy importante.
Hace menos de un mes me di cuenta
de una literatura que narra la historia
de una relación de pareja entre dos
chicas, esto dentro de la cosmovisión
Bribri. Creo que es historia que, nunca
se ha sacado a la luz o que no se ha
mencionado muy fuerte en comparación
con las historias que se enseñan
en las escuelas o que las personas
indígenas mayores tienen dentro de su
narrativa o forma de transmisión oral.
También, nace la pregunta de qué tanta
influencia tiene el mundo occidental o
la cultura religiosa que se ha impuesto,
qué tanta injerencia o incidencia dentro
de la narrativa cultural indígena Bribri
existe.
Sinceramente yo desconocía totalmente
que existiera esta historia de diversidad
sexual dentro de nuestra cultura,
dentro de nuestro legado histórico.
Es claro que los mayores no toman en
cuenta el tema de la diversidad sexual.
No es un tema que se hable. Es un tema
tabú el cual se omite en su totalidad.
Se asume que todos van a ser heteros
y van a casarse y tener sus hijos, pero
no es un tema que se mencione o se
hable y se le de importancia. Hay una
invisibilización al respecto.
WV: ¿Existen palabras en Bribri
para describir la diversidad
sexual? ¿Tienen alguna
connotación particular?
MF: Vieras que no, no está dentro de
nuestro vocabulario referirse a personas
sexualmente diversas, es algo que
ha sido invisibilizado y omitido con el
paso del tiempo. Simplemente no se
considera, no se toma en cuenta. Sinceramente
no sé. Ni idea.
35
WV: ¿Puede decirse que el
hecho de que no existan es
porque culturalmente no se
habla de este tipo de
cosas?
MF: Exacto, es lo que pienso. Por eso
no me lo he cuestionado, como tratar
de buscar una palabra, y aparte no
tengo la confianza de llegar a decirle
a mi abuelo, a mi papá, o a mi mamá
“¿Cómo se dice tal palabra?”. Ni siquiera
hablar del tema como tal.
WV: ¿Existe una comunidad
LGTBIQ+ a lo interno del
pueblo Bribri?
MF: Sí, claro. Somos varios chicos
y chicas que, en los últimos años,
nos hemos identificado y acercado.
Tenemos cierto lazo de amistad, y
comprensión de nuestra realidad, y
por ello tratamos de compartir entre
nosotros y buscar una manera
de visibilizarnos. Hacer entender que
en los territorios también hay personas
gays, lesbianas y queer. Cuando
yo estaba en duodécimo año, me di
cuenta de estas reuniones y compartí
con los amigos, y usualmente fue en
casas de alguno de los chicos. Hay
algunos que ya son mayores, entonces
pueden tener como su espacio
más privado y uno puede ir ahí.
WV: ¿Y existe alguna comunidad
LGTBIQ+-Indígena en San
José?
MF: No, no existe esa comunidad tan
establecida, pero queremos hacerlo.
Como tratar de que nos sintamos apoyados
aquí, no solo por el Movimiento
Estudiantil Indígena, sino también como
fragmentarlo un poquito más a algo específico
a que seamos chicos sexualmente
diversos. Pero a muchos les da
miedo, o no se sienten ni parte. Por
ejemplo, para el artículo que nos solicitaron
para esta revista, solo una amiga
mostró algún interés. Aunque había
otros chicos que podían, fue como “No
Mois, prefiero no salir, probablemente
en mi comunidad se den cuenta y no
quiero tener problemas con mi familia,
no quiero tener problemas con nadie
en mi comunidad, no soy apoyado”.
Uno siente como esas barreras, como
esas limitaciones con ellos cuando se
refiere a su sexualidad. Ni son bien
aceptados en sus comunidades, o por
las mismas comunidades indígenas,
como dije al inicio, es un tema que no
se menciona. Si uno lo menciona, la
gente le dice a uno que uno está mal
o cambian el tema de forma cortante.
36
ORGULLO
WV: En el mundo indígena,
los mayores suelen tener un
rol fundamental en la memoria
y la preservación de
la cultura del pueblo: ¿Cuál
es la interacción entre los
mayores y la diversidad
sexual ?
MF: Consideraría que nulo. La transmisión
de la información que está en
manos de las personas mayores (o
lo que conocemos como “mayores”),
que son los encargados de mantener
este legado histórico. El tema de
las personas sexualmente diversas, o
las historias de parejas sexualmente
diversas en la historia, no existe.
Nunca se escucha, son temas que no
se mencionan, no se tocan. No está
dentro de los temas que uno puede
encontrar con una persona mayor.
Vean el ejemplo de las historias de
cacería. Ellos te lo cuentan con toda
la emoción del mundo: cómo son salvados,
cómo se van a la montaña,
quién los rescata, cómo se pierden,
qué espíritu influencia, cuál es la enseñanza,
cuál es la moraleja. Toda
esa línea de cuando cuentan una
historia no se encuentra con el tema
de sexualidad diversa. Yo considero
que no hay una idea de los mayores,
como de mencionarlos. Si existió en
algún momento, ya no hay.
WV: Partiendo de todos los
cambios en materia de reconocimiento
de derechos que
han sucedido a nivel nacional
(en la cultura predominante/sikua):
¿Has notado alguna
diferencia en la forma de
pensar de la familia, amigos?
¿Ha motivado alguna
discusión nueva?
MF: Sí. Lo vi muy fuerte. Hay una incidencia
directa en el pensamiento de
sociedad y en los pueblos indígenas, y
se vio muy fuerte en las elecciones del
Gobierno en curso, que fue uno de los
temas más polémicos, respecto a los
derechos de la población LGTBIQ+, entre
otros temas, pero lo más fuerte fue
este tema de los derechos de las personas
sexualmente diversas.
En territorios yo vi demasiado fuerte el
odio hacia la comunidad sexualmente
diversa. Fue como “No es posible, no se
tiene que permitir”. El discurso de que
el presidente era gay, cuestionando su
sexualidad, y que estaban apoyando
todo esto. Por ejemplo, conozco personas
en territorios que me dijeron “No,
no, yo por ese playo no voy a votar,
porque va a apoyar todo el tiempo a
los gays y es como todo lo que le importa”.
En la comunidad donde vivo como tal,
siempre ha sido muy marcado el re-
37
chazo hacia las personas gays, se
tiene presente esta discriminación
por orientación sexual en las personas
que mostramos una inclinación
sexual diferente, y se muestra en su
comportamiento. Es normal escuchar
en el discurso de las personas de
que no está bien que las personas
sean diversas sexualmente.
Y no solo personas de la comunidad,
sino también en personas que tienen
influencia en ámbitos políticos, como
personas que llegan a puestos en la
municipalidad; o en los discursos de
profesores, quienes tienen influencia
sobre otros que están creciendo.
Dentro del territorio y fuera. Es normal
ver este tipo de discurso en comunidades
rurales y aún más dentro
de Territorios.
WV: ¿Cuál es la vivencia de
Moisés a lo interno de la comunidad
LGTBI?
MF: Vieras que en los 4 años que
he estado acá, he notado que hay
al menos dos tipos de personas. Algunas
dicen como “¡Oh!, que chiva,
quiero conocer un poco más de tu
cultura”. Entonces ya empieza todo
el cuestionario sobre territorios indígenas,
y tienen la costumbre de suponer
que todos somos iguales, como
globalizar a los indígenas en una sola
cultura. Pero claramente no, porque
somos 8 diferentes grupos indígenas
solamente en Costa Rica. Somos culturas
totalmente diferentes. Tenemos cosas
en común, obviamente, como nuestros
rasgos físicos, pero somos culturas
que tenemos nuestras particularidades.
Hay otro tipo, en algunos casos sí he
percibido, como no me dan relevancia
en distintos temas de discusión, ya
sea en reuniones con personas adultas
o con estudiantes de la universidad
(compañeros) no indígenas. Creen que
uno no tiene la capacidad ni el nivel
cognitivo de responder a temas importantes
dentro de esa discusión, por
ejemplo.
He percibido mayor discriminación acá
por ser indígena, que por ser gay. Sucede
lo contrario cuando se está en territorio,
y uno se siente más preocupado
por las burlas de las personas por el
hecho de que uno es gay, y que se demuestra,
pienso, en el comportamiento.
Acá tenés más libertad de expresión,
de ser y actuar sin ese miedo al qué
dirán. Aquí uno se preocupa un poco
más por no lucir tan diferente, tratar de
encajar con el sikwa promedio. He sentido
más presión por lo indígena acá,
que por ser chico gay.
38
ORGULLO
WV: Qué ha sido más difícil:
¿Ser una persona gay
en una comunidad indígena
o ser una persona indígena
dentro de una comunidad
gay en el GAM? ¿Dónde ha
sido más fácil ser Moisés?
MF: Me he sentido más cómodo estando
en el GAM, el tema de que algunos
no lo consideren a uno lo suficientemente
bueno en algo, no me
ha afectado en mi personalidad y en
quién soy. Para mí, es más sencillo
ser una persona indígena dentro del
GAM. Primero, porque aquí me siento
más realizado. Me enfoco más en
mi crecimiento personal, entonces,
pongo mis parámetros un poco más
hacia esta dirección. Y no estoy tan
preocupado de si van a juzgarme por
ser indígena. Por el contrario, en territorio
me siento como más estancado,
no me considero como alguien que está
siendo productivo. Me preocupo mucho
por querer encajar, por querer ser parte
de la comunidad, que lo tomen a uno
en cuenta, o cosas por el estilo.
Dentro de Territorios, la discriminación
es mucho más latente por ser gay. Así
lo considero, más latente y más fuerte.
Esa mirada tan directa, porque no hay
la misma cantidad de personas que
hay acá, hace que la atención esté más
centrada en cada individuo. En cambio,
acá, al haber más personas, uno no
siente como eso de juzgarlo a uno tan
fuerte. Es decir, va a ser más la misma
cantidad de personas que te juzguen
allá por ser gay, que la gente que te
juzgue acá por ser indígena. Así lo he
percibido.
39
Fotografía: Juliana Barquero
julianabarquero.com
RESISTENCIA &
PERSISTENCIA
David Zúñiga
Categoría: Rugby
Posición: Tercera línea o flanker
Equipo: Coronado Rugby Club
Palmarés (mejor resultado histórico):
Con su equipo, subcampeón nacional
2016-2017. Atleta de alto rendimiento
2018-2019 y en 2018 seleccionado
nacional de Rugby 15’s para el
campeonato sudamericano Cuatro
Naciones de Antigua Guatemala en 2018
Noelia
Bermúdez
Categoría: Fútbol
Femenino
Posición: Portera
Equipo: Regular
portera de la
Selección Nacional de
Fútbol de Costa Rica
y actual jugadora del
Real Club Deportivo
de La Coruña de la
Primera División en
España
Palmarés (mejor
resultado histórico):
Mejor jugadora de la
campaña 2016-2017
del fútbol español,
entre otros
Mauren Solano
Categoría: Triatlón (18-24 años),
media distancia
Palmarés (mejor resultado
histórico): Mundial Ironman Kona
Hawaii en 2014 y 2017, tercer y
quinto lugar en su categoría
Tar ik Soto
Categoría: Gimnasia
Palmarés (mejor resultado histórico): 5
medallas de oro, 1 de plata y 1 de bronce
en los Juegos Centroamericanos San Jose
2013. El primer gimnasta costarricense en
clasificar a un campeonato pre- olímpico
de gimnasia en un Campeonato Mundial
Luis Carlos Fernández
Categoría: Natación- S10 (libre, dorso
y mariposa), SB9 (pecho) y SM9
(combinado)
Palmarés (mejor resultado histórico):
Sétimo lugar en 100 mariposa de los
Juegos Parolímpicos de Atenas 2004.
Récord para Costa Rica en Juegos
Parapanamericanos de Mar del Plata,
Argentina 2003, donde se alzó con el oro
en 5 km de aguas abiertas, 400 libre, 100
dorso, 100 mariposa; plata en 100 libre y
100 pecho; bronce en 50 libre
Daniela Cruz
Categoría: Fútbol Femenino
Posición: Defensa
Equipo: Es regular defensa de la
Selección Nacional de Fútbol de
Costa Rica y actual defensa del
Espanyol de Barcelona
Palmarés (mejor resultado
histórico): Con el Deportivo
Saprissa ganó el Campeonato
Nacional en 2014. Con este
equipo, ganó el torneo de
apertura costarricense en 2015.
Y como capitana, el de clausura
en 2018 y el torneo de apertura
en 2019, entre otros
2 0 2 0 : E L A Ñ O
D E L M A T R I M O N I O
I G U A L I T A R I O E N
C O S T A R I C A
P O R L U I S S A L A Z A R M U Ñ O Z
A B O G A D O & C O M I S I O N A D O
P R E S I D E N C I A L L G B T I Q + , 2 0 1 8 -
2 0 2 0
Nuestra historia como República registra
aún las marcas que dejaron
leyes discriminatorias del pasado
con el beneplácito del Estado costarricense.
Muchas de estas hoy nos
enorgullecemos de haber dejado
atrás y que ahora sean solo recuerdos.
No fue hasta la segunda mitad
del siglo XX que las mujeres vieron
garantizado el derecho al sufragio
universal. Y en 1955, que las personas
afrodescendientes nacidas en
territorio nacional lograron el acceso
real a la nacionalidad costarricense
mediante la Ley Curling.
Esa Costa Rica del siglo XX no sólo
fue violenta en contra de mujeres y
personas afrodescendientes, también
fue brutal para miles de personas
LGBTIQ+. Hace varias décadas,
los bares de ambiente capitalinos
eran el único espacio seguro y de libertad
para lesbianas y homosexuales.
Quienes aún tienen memoria de aquellas
épocas recuerdan la luz roja del
bar advirtiendo de la llegada de la policía
civil, momento en el cual se debía
intercambiar parejas en un desesperado
intento de aparente heterosexualidad
frente a la fuerza estatal. Fue una
generación que vivió a diario las redadas
policiales, las detenciones arbitrarias
y el estigma del VIH. Hablamos de
la misma Costa Rica que Chavela Vargas
debió abandonar, a sus escasos 17
años, para luego convertirse en una de
las cantautoras más grandes de la música
ranchera en suelo mexicano.
Hoy reconocemos el matrimonio igualitario,
una lucha que le pertenece a las
organizaciones civiles LGBTIQ+ y personas
abanderadas de la igualdad que
48
ORGULLO
por años enfrentaron al statu quo.
Ese hito marca una deuda histórica
del Estado costarricense con miles
parejas del mismo sexo y sus familias,
quienes han vivido en carne
propia el flagelo de la discriminación
y la desprotección legal. Muchas de
estas personas ya no están para vivir
lo que tanto anhelaron: la igualdad.
A ellas, un mea culpa por nunca
haberles cumplido.
la diversidad humana. Este reconocimiento
de orden legal no significará
todavía igualdad real en una sociedad
que aún discrimina por género, etnia,
orientación sexual, credo e identidad
de género. Si apostamos por construir
sociedades igualitarias y pacíficas, tenemos
la tarea de ser gestores de la
igualdad en nuestro metro cuadrado. Esa
será la garantía para no regresar a los
tristes e ingratos recuerdos del pasado.
El matrimonio igualitario en Costa
Rica llega a ser realidad este 2020
por resolución de la Sala Constitucional.
Marcará un nuevo ciclo para
las personas LGBTIQ+ y la sociedad
costarricense. Es una decisión histórica
que cumple con la Opinión Consultiva
de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos OC-24/17, gestada
en la administración Solís Rivera,
de la mano de la ex Vicepresidenta
Ana Helena Chacón, lideresa incansable
en la lucha por una Costa Rica
más digna e igualitaria. Ella, junto a
los abogados Marvin Carvajal y Eugenia
Gutiérrez, representaron al Estado
de Costa Rica. Una vez más, el
país demostró al mundo su profundo
fervor y respeto a los tribunales internacionales
y los derechos humanos
de todas las personas.
Quizá el 2020 sea un año para reivindicarnos
con la memoria de muchas
personas, muchas Chavelas. Pero más
importante: que el 2020 sea para decirle
a las nuevas generaciones que estamos
acá para acompañarles y darles
un país más digno, en donde no tengan
que esconder en un clóset quiénes
son. Un país que les abrace y les permita
caminar de la mano con el ser que
aman y han decidido tener al lado. Espero
que de ahora en adelante, el país
les devuelva a muchas personas la alegría
que alguna vez les arrebató.
Sin embargo, el reto a partir del 26
de mayo será que este cambio trascienda
hacia una normalización de
49
J A Z Y
L A L A Y
M A R G A R I T A
E I L I A N A
F R A N K Y
G E R A R D O
D A R I T Z A Y
A L E X A N D R A
R O D R I G O
Y M A R C O
L U I S
P A U L I N O Y
J O N A T H A N
Daniel Guerrero Fernández
ORGULLO
P O E M A
D E A M O R
R A R I T O
P O R A N D R E A G Ó M E Z J .
S O C I Ó L O G A Y A R T I S T A
Hacía dos años se había abierto un
paréntesis en mi vida que la cambió
para siempre y estuve triste dos
años, dos años con un sustrato de
tristeza, como sempiterna nube oscura,
como agua oscura, oscura subterránea.
Y justo cuando mis días de kamikaze
emocional habían terminado. Y todo
lo que quería era correspondencia. Y
había encontrado que “Mustia” podría
ser perfectamente mi nombre
artístico…
Apareció ella.
Ella que es ahora de lo que escribo.
Y transmitiendo desde mi cabeza le
pregunté:
Y qué te parece “Los dildos de segunda”?
Es un nombre perfecto para tu librome
dijo.
Para comer con vos, amor, hay que
sacar el día.
Sí, tenés caderas afiladas- me dijoy
pestañas de vaca.
Así te conocí.
Sobremesa infinita.
Ternura caníbal.
Tu pelo huele a mota y a vos- me dijo.
Y las fotos no son para tráfico. Son de
consumo personal.
Y ahora pienso largo, largo, largo.
Es el tiempo de la miel.
Y ella cree que todo es lindo y huele a
lavanda and this is it.
Antes di serenata porque siempre quise
que me la dieran a mí.
Yo decía las palabras que quería escuchar.
Y llevaba las flores.
Ahora oigo lo que quería oír.
Con ella siempre el paisaje es: qué lindo
es todo con vos.
Ella es mano ganadora. Lengua de fuego.
Estrella de la mañana.
Entre descreída y creyente: he vuelto a
creer.
Yo manejando, ella de copilota. Y Waze
dijo: tu destino está a la derecha.
Miel y suerte.
(She makes me wanna Shoop!)
55
A los meses me escribió el poema
más bonito: me tejió una cobija.
Me tejió una cobija, de punta a punta,
con sus propias manos.
A mí que nunca antes me habían tejido
nada.
A mí, que tres años consecutivos de
secundaria casi me quedo en educación
para el hogar.
Yo le tejí este texto a ella.
Ella hace poesía en acciones.
Y nos reímos mucho y yo creo que el
humor salva.
Porque está a dos letras del amor y
la hache es muda.
Cuando nos conocimos tenías el pelo
turquesa y te veías espectacular.
Yo te hablé con las líneas más simples
y torpes que me salieron.
Y por meses no pasó nada porque
viste que estaba amarga, porque yo
no creía y por dicha.
Y luego la noche fiera nos encontró
de nuevo y yo seguía viendo para
otro lado y sin creer.
Y después sí.
Y me gustó lo que quedó en el aire
después de que hablamos.
Luego nos gustamos mucho.
Después nos quisimos. Y quisimos.
Un encantamiento que se renueva.
Que estremece con solo la idea.
Entusiastas del sexo.
Abrazo en las piedras.
Red.
Ríos de agua viva.
Ahora con vos, amor, me sobran todas
las pijamas.
Y el año pasado en septiembre con mi
papá en la flor de su demencia y por
tanto demente la familia, se me acabó
un mundo tal y como lo había conocido.
Y ahora estamos pasando todo esto,
otro fin…
(Tome aquí una pausa, respire profundamente)
Eso quiere decir que con vos ya he pasado
dos fines de mundo.
Hace diez meses intersecamos caminos.
Yo que ya había salido un poco de
la tristeza bienal y había empezado
a preguntarme sobre lo aleatorio,
considerando la magnitud de la arbitrariedad
en la existencia y derivaba
cuestionando ese dogma socialmente
incuestionable de “Todo pasa por algo”:
tuve la suerte de encontrarla.
Vos sos el recreo de mi vida.
Orgullo. Lavanda. Suspiro.
And this is it.
Ella siente intensamente y cree en el
cine con fervor.
Me voy a casar con una romántica profunda
que dijo: Y ya cuando yo vi “Sonata
de otoño” supe que Bergman definitivamente
me estaba escribiendo a
mí.
Amo a mi novia largo y lindo porque
somos dos señoras, cuarentonas y tatuadas,
que caminan de la mano para
reivindicar la ternura y subvertir todo
lo conocido.
La vida rockea con vos.
Mucho gusto.
56
ORGULLO
H A B I T A R
E L K I N K
P O R C Y B E R M A E
A N D R O I D E F E T I C H I S T A
5 de septiembre del 2018: un año
de vivir en el trópico, eran las dos
de la tarde y las cuerdas me ataban
de pies a cabeza, a la par de una
chica que me encantaba, pero que
solo había visto dos veces. Mi peso
recaía casi totalmente en ella, de no
ser por las cuerdas que, atándose
un extremo en las barandas de la
escalera y de la puerta, nos unían.
Le alivianaban la tarea de soportar
mi cuerpo. Sentía su respiración en
mi nuca, el sudor en mis manos y
un temblor que corría desde la nuca
hasta los pies. No sé si fue la falta
de aire o los nervios, pero en ese
momento me pregunté: ¿cómo llegué
hasta acá?
Que las cuerdas nos rodearan a mí
y a mi amiga, fue súper excitante,
pero no lo fue para la historia: los
japoneses llevan atando a sus enemigos
y amantes desde hace miles
de años. Esto no es una lección de
historia sobre Japón, ni sobre la fabricación
de cuerdas, ni de Sade o
Masoch. Esto es parte de mi historia y
de cómo la teoría se entrecruza con la
fantasía.
¿Alguna vez pensaste en el medio del
éxtasis cómo llegaste ahí? Yo sí.
La primera puertita
Estaba en 6to año de la primaria cuando
revisé unas revistas viejas que había
en mi casa. Esa fue la primera vez
que sentí un cosquilleo correr desde la
entrepierna hasta la nuca. También fue
la primera vez que vi material erótico
explícito. En casa no había Internet,
cuando hubo fue una sola computadora
y creía que el porno estaba prohibido.
Me escondía para leer este cómic
que se llamaba Las puertitas del Señor
López.
Este cómic llegó a definir el acercamiento
con mi sexualidad. Nuestro personaje,
el Señor López, abandona su
vida de oficina para entrar en una infinidad
de puertas, donde sus fantasías
no tienen límites y no se ven atrave-
57
sadas por ningún juicio: un sinfín de
mujeres hipersexualizadas, en contraste
con este pequeño hombrecito
de anteojos. En ese momento, leyendo
cómics a escondidas, fue que empecé
a atravesar mis propias puertitas,
dándole espacio, por primera
vez, a mis fantasías.
Fueron estas puertitas, mi primer lugar
seguro: crecí en una casa donde
se incentivaba y se premiaba la
heterosexualidad y, donde se patologizaban
las experiencias trans. La
homosexualidad se veía como una
desviación y el mundo de las fantasías
era el lugar de la perversión.
La segunda puerta: la teoría
Todas las experiencias son diferentes.
No hay una forma de definir el
deseo que abarque todas las expresiones,
ni las vivencias individuales y
colectivas. Recuerdo que la primera
vez que leí sobre el tema sentí que
no estaba haciéndolo bien, pero al
tiempo me encontré con definiciones
y herramientas teóricas que me
ayudaron a entender mi experiencia.
Janet Hardy, junto a Dossie Easton,
definen el BDSM en su libro The New
Bottoming Book como una actividad
en la que les participantes erotizan
sensaciones o emociones, que podrían
ser poco placenteras fuera de
un contexto erótico [1].
Aclaran que eligen ”el término erotizan
para referirse a un amplio espectro de
emociones y sensaciones que son excitantes,
iluminadoras, estimulantes –independientemente
si hacen que se nos
ponga dura o nos mojemos”. [2] La genitalidad
no es el único factor en este
espacio de juego. Erotizamos por medio
de un beso, un golpe o un objeto; estamos
creando nuestra propia puertita.
Lo que sucede ahí viene de la imaginación.
Esta puertita es especial: la
del clóset
No he sido capaz de “salir” del clóset
con nada. Mi proceso de descubrimiento
estuvo acompañado por mucha represión.
¿Quizás por eso me gustan
tanto las cuerdas? ¡Quién sabe!
Recuerdo estar tomando vino con un
amigo y, contarle que me gustaba que
me ataran, seguido de eso le conté que
me gustaban “más que solo los chicos”
y, por último, que me ponía triste cuando
veía que mi pecho aumentaba de
tamaño. Esa conversación, en la que
empecé por hablar de mis gustos, terminé
hablando sobre lo que me erotizaba:
mi deseo, y, cómo me percibía,
por primera vez, con mis propias palabras.
Me oí diciendo que me daba
placer y eso me permitió reconocerme.
Casi como salir del clóset.
58
ORGULLO
Para poder practicar el BDSM necesitamos
espacios seguros e informar a
quienes conviven con nosotres, para
que no se asusten si un día llegan a
la casa y, estamos atades de pies a
cabeza o si nos ven el cuerpo cubierto
de marcas temporales. En mi casa,
no se podía hablar ni de gustos que
disfrutara o de cómo me percibía,
porque corría el riesgo de que se me
tildara como anormal y desviade. De
cierta forma, la identificación con el
BDSM implicó tomar distancia del núcleo
familiar directo y así poder encontrarme.
Comunicarnos: sino lo hacemos,
¿cómo nos encontramos para jugar?
Ya sea crear un perfil virtual que nos
acerque a personas que compartan
los intereses con nosotres, o mencionarlo
cuando vamos conociendo a
alguien que nos atrae. La posibilidad
de contratar a une trabajadore sexual
que nos oriente sobre las prácticas o
que nos introduzca en el arte de la
dominación y sumisión. Esto puede
ser fundamental para evitar situaciones
peligrosas, y si nos gusta el bondage
y queremos que nos suspendan,
necesitamos quien nos haga los nudos,
ja. Para explorar el deseo necesitamos
encontrarnos frente a otres y
exteriorizar nuestras preferencias.
Delinear el marco de esta
puerta
El objetivo de una puerta es comunicar
diferentes espacios. Se unen dos espacios-experiencias
y, a partir de eso,
definimos el marco, o aquello que va
a sostener la puerta que creamos. Con
el BDSM puede pasar algo similar: una
vez que estamos frente a alguien con
quien vamos a realizar las prácticas,
performances o juegos (disfruto la palabra
juego porque nos invita a divertirnos,
recrear, actuar); necesitaremos definir
tanto nuestro rol o posición (que por supuesto
puede ir cambiando, dependiendo
cómo nos sintamos, con quién estemos)
y conversar sobre límites.
No debemos asumir que quienes tienen
vulva disfrutan ser penetrades, o que
quienes tienen pene serán siempre dominantes,
o que todas las escenas o
juegos terminarán con penetración de
algún tipo. Además, nombrar lo que nos
erotiza: fantasear erotiza y el cuerpo es
el espacio donde el lenguaje del deseo
se habla y nuestra lengua lo puede materializar
hablando “pongamos un poco
de orden en nuestros placeres, sólo se
goza de ellos planeándolos.” [3]
El consenso es la base fundamental y
puede ser retirado en cualquier momento.
Y no es irreversible: podemos
retirarlo en cualquier momento. El uso
del safeword o del semáforo (rojo: de-
59
tenéte, amarillo: no pares, pero hacelo
más suave, verde: seguí) nos da
herramientas para comunicar nuestro
deseo y también comunicar cuando
en medio del juego nos sentimos diferentes
a cuando comenzamos. Hay
que probar lo nuevo de a poco: baby
steps. Podemos probar en frío -fuera
de un contexto erótico y sexual- para
medir como reacciona nuestro cuerpo
y entender nuestro propio umbral del
dolor.
Outsider dentro de les
outsiders: disidentes
Cualquier letra de la LGTBIQ+ se encuentra
en algún momento con la institución
que clasifica y patologiza. Si
logramos pasar ese nivel y además
nos identificamos como BDSMeres,
tenemos que estar listes para que,
cuando expresemos nuestras preferencias
y kinks, volvamos a pasar por
un proceso de escrutinio.
En la cultura popular, películas o libros
asocian las prácticas de sadomasoquismo
con prácticas anormales,
de violencia sin consenso, o
abuso. Algún empresario súper exitoso
en secreto pervierte muchachitas
porque tuvo una infancia traumática.
Por ende, se define una práctica
como perversa y se asocia con referentes
negativos.
Podemos observar la representación
errónea de lo queer en la cultura mainstream
de manera similar. Mi ejemplo de
villano favorito: Él de Las Chicas Superpoderosas
(este demonio extravagante,
rey de la oscuridad, que usa botas
altas). De esta forma la cultura mainstream
representa lo perverso, esa práctica
de sexualidad invertida, eso enfermo
que se debe curar, eso desviado
que se debe separar. Durante un proceso
de descubrimiento podemos exponernos
a estos referentes que pueden
generar culpa y resentimientos.
Todo está patologizado porque escapa
a la normativa cis heterosexual. El
problema no es la orientación, la expresión,
la identidad o la práctica, más
bien, es que esto esquiva la regla. Somos
glosas en un libro de psiquiatría ,
somos los cenobitas de Clive Baker y
se nos encierra en un cubo. Todo esto
porque existe un orden normal al que
faltamos: la pareja cis heterosexual, la
idea de lo sexual como coito, además
como mandamiento del status quo.
Todo lo que no pertenezca es marginalizado,
reprimido y encerrado.
Construir la puerta y
comunicar espacios
Mi deseo existe, se expande y muta
cuando se encuentra con otres. Si no,
existe la posibilidad de quedarme
60
ORGULLO
atrapade en las Puertitas del Señor
López: observador puro de sus fantasías.
En ellas no intercambia intimidad,
la manada no sucede en las
fantasías. Podemos imaginar un sin
fin de compañeres de aventuras,
pero solo se quedan ahí: en nuestra
imaginación. Y necesitamos algo más
que eso.
Insisto con Hardy e Easton: “Se necesita
el apoyo de una red de tops,
bottoms y switches más experimentades
para que te presenten, ayuden
y acompañen cuando encuentres dificultades
y te guíen en este nuevo
ambiente. En otras palabras, se necesita
una comunidad”.
La primera vez que experimenté
prácticas que encajan perfectamente
en cualquiera de las definiciones
de BDSM, no sabía qué estaban haciendo,
y no tuve con quién hablarlo,
solo supe “que me gustaba”. Por esta
razón, muchas de la etiquetas que
mencioné anteriormente no estaba a
mi alcance.
Esto puede llevar a experiencias de
extrema vulnerabilidad y riesgo, y
malentendidos menos graves como
definir roles muy establecidos: quienes
dominan, sólo dominan y, lo hacen
de una forma, de la misma manera
para quienes se someten. Hablar
sobre esto, en lo personal, no solo
me llevó a aprender nuevas cosas, sino
a ser más consciente de lo que hacía.
La ternura radical como acto
de rebeldía
La ternura es el material que sostiene
a la puerta. Es de las cosas no se
mencionan en el mainstream sobre el
BDSM y es para mí la más importante.
Me atrevo a decir que la ternura es un
espacio que suele reservarse exclusivamente
a las parejas cis heterosexuales
y otras instituciones, como la familia
tradicional.
Me atrevo a comentar que puede que
la patologización constante nos quiera
poner cada vez más lejos de la ternura.
Yo traté de ponerme lejos de la ternura
no escribiendo sobre ella porque sobre
la ternura no se escribe. Esto representa
para mi yo de hace no mucho tiempo
lo que el porno representaba cuando
estaba en 6to grado: prohibición.
En la disidencia resistimos de diferentes
formas y una de esas es el cuidado
y la empatía. Por eso una de mis partes
favoritas del BDSM es el aftercare. El ritual
que el porno tradicional y todo el
mainstream ignora por completo. La posibilidad
de entender que frente a nosotres
tuvimos a un ser que se entregó
por completo a nuestro mando, o que
por otro lado, fue quién nos dejó caer
bajo su fusta.
61
La intimidad y la intensidad que conlleva exponerse
así con alguien más merece el reconocimiento
que en la comunidad tiene: nos cuidamos, nos damos
un abracito o nos servimos un té. Incluso puede
ser un mensaje después, o comer algo rico. La
ternura radical y la empatía son las que nos permiten
conectar no solo con les demás sino también
con aquellas partes de nosotres que sacamos a la
luz. Con el aftercare volvemos a la realidad, es ese
hechizo mágico que nos hace cruzar la puerta de la
fantasía y nos trae de vuelta a donde estábamos:
frente a une (o varies) seres.
SUPPORT Y AGRADECIMIENTOS
Es importante que apoyemos y contribuyamos a
quienes se toman la labor de educar y expandir
las herramientas para que todes tengamos acceso
a nuestros placeres.
@Kinkvibe argentina
@MissKass
@CasaCochina
@ViralFilms
@k1nkybunny
[1] The New Bottoming Book by Dossie Easton and Janet W. Hardy. Greenery
Press. “An activity in which the participants eroticize sensations or
emotions that would be unpleasant in a non-erotic context.”
[2] The New Bottoming Book by Dossie Easton and Janet W. Hardy. Greenery
Press. “We’ve heard some objections to the word “eroticize” in this
definition - not everybody who does S/M connects their activities to genital
sexuality. But we prefer to use the word “erotic” to refer to a wide
spectrum of emotions and sensations that are arousing, awakening, enlightening
and stimulating - whether or not they make your dick hard or
your pussy wet.”
[3] Juliette, Marqués de Sade.
62
Alexandra Díaz - La Dedo
e s c u l
t u r a s
e r ó t i
c a s
c o n c e p t o y d i r e c c i ó n d e a r t e :
a l e j a n d r o i b a r r a , g i l v e g a , o l i m p i o b r u n e t t o
f o t o g r a f í a : a l e j a n d r o i b a r r a
A N O C H E S O Ñ É
C O N M A R Í A
P O R A N A R I T A A R G Ü E L L O M I R A N D A
( A N A R R I )
F E M I N I S T A , L E S B I A N A Y R U R A L .
L I C E N C I A D A E N C I E N C I A S P O L Í T I C A S
G R A C I A S A L A E D U C A C I Ó N P Ú B L I C A
Anoche soñé con María, aunque ni
siquiera recuerdo si se llamaba así.
Lo que sí me acuerdo es de aquella
mañana calurosa, en los noventas.
El sol de enero se proyectaba sobre
el cafetal.
En el cafetal, ella me miraba y, cada
mañana, me saludaba efusiva. María
tenía la piel morena, ojos color miel y
cabello castaño claro. Era la chiquilla
más alegre y, cuando reía, se reía muy
fuerte.
Yo era una niña de una zona rural.
En las vacaciones de verano, mi
mamá y yo cogíamos café en la finca
de la familia que tenía más dinero
del pueblo. Con lo que ganábamos,
podíamos comprar mis útiles
de la escuela.
La gente tiene la idea de que recolectar
café es un trabajo realizado
casi que solo por personas extranjeras,
pero no siempre fue así. Al
menos no era así entonces, aunque
recuerdo a las familias migrantes
que llegaban y trabajaban sin descanso,
comprometidas por la urgencia
y la necesidad.
Yo llegaba con mi canasto de tres
cuartillos y mi gorra descuidada, color
azul real. Me vestía con ropa masculina
que me cubría casi todo mi cuerpo,
para soportar los rayos del sol, las
picaduras de gusanos y las bandolas
que, en los adentros de la finca, eran
filosos chilillos y azotaban sin piedad
los brazos, la cara y el cuello.
Bajo un árbol de guaba —yo con la
mata del pelo negro bajo la gorra y la
ropa floja —, María me dijo que quería
ser mi novia. Yo le gustaba.
Las dos éramos niñas. Si yo le llevaba
ventaja, podría ser que tenía uno o
68
ORGULLO
dos años más que ella. Sin embargo,
era evidente que era mucho más
despabilada que yo.
No puedo decir que yo entendía
qué significaba eso de gustarse,
más allá de lo que aparecía en las
fábulas de la televisión (o sea, muy
muy poco).
María me confesó sus sentimientos
en el cafetal y yo la miré raro. Pensé:
“Ella cree que soy un niño”. No
había otra forma, mi ropa era engañosa.
Le respondí que “No”.
María no me dejó tranquila. Cada
día, me seguía durante la merienda
y en los almuerzos (tan fríos, pero
tan deliciosos).
confusión que tenía la niña sobre mi
género.
Debo ser honesta, no sé qué pasó
con María. Creo que regresó con su
familia a su país de origen y no nos
vimos más.
Yo me quedé, terminé de crecer en
los cafetales y, luego, me mudé a
la ciudad.
Ahora, no recolecto café. Ya no almuerzo
comida fría debajo de los
árboles de guaba. Por otro lado, sí
continúo usando mis gorras.
Hay días en los que, soñando, recuerdo
ser niña con gratitud y ternura.
No puedo precisar la emoción que
sentía con ella cerca, porque era
desconocida para mí. Por eso, me
distanciaba de ella con cierta vergüenza.
Probablemente, ella pensaba que
yo era un chiquito tímido. Mi ropa
eran prendas viejas de mi hermano
mayor y, de tan pequeña, era una
niña andrógina. Metida en el campo
con aquel disfraz, de seguro mi
uniceja y el cabello cortado como
un hongo, tampoco ayudaban a la
Nunca le pude decir a María lo que
yo sentí en el momento que la oí
confesarse conmigo. Tampoco lo
entendía yo.
Sé que ella también me gustaba. Sé
que, en esa vida rural, las lesbianas
también existimos.
Anoche soñé con María y hoy me
desperté con una sonrisa.
69
P O
R
S H A R O N
D I E S -
C O B A R
F T . C Y -
B E R M A E
S E X T - I N
I S O L A -
T I O N
S U E R T E C O N
T U A M I G A
P O R A N Ó N I M O
Cuando estaba en fila para entrar a
California’s me sentí en Halsted. Quizás
el hecho de que el bar estaba en
una esquina me hizo pensar en Roscoe’s.
Finalmente entré y fui a dar
una putivuelta para ver si era cierto
lo que decían de los muchachos de
Guadalajara.
Al final de mi vuelta me quedé en la
barra. Me pedí un mezcal y una Indio.
—Estamos en Jalisco, lindo. Aquí
se toma Tequila.—, me dijo el bartender.
Con mi tequila y Corona en
mano, me fui a una esquina a estar.
Luis pasa una primera vez y se me
queda viendo. Pasa una segunda
vez, me dice “¡Salud!” y chocamos
botellas. Me encantó lo flaco y alto
que era. Tenía la piel un poco descuidada.
Pero me gustó eso. Me pareció
una persona genuina, sin darle
mucho énfasis a las apariencias.
Me fui para un salón auxiliar. Uno de
los chicos que trabajaba en el bar
me lo había mencionado cuando le
hice conversación. Me pedí una segunda
cerveza, esta vez sin tequila, y
me puse en otra esquina a estar. Era
como una ventanita donde sacaban la
vajilla limpia para el bar. Cada 5 minutos
tenía que moverme porque venían
bandejas de copas y vasos limpios.
Desde esa esquina vi a Luis de nuevo.
Él me vio e inmediatamente se acercó.
Empezamos a hablar un rato. Me contó
que era originario de Aguascalientes,
pero que había vivido entre Guadalajara
y Buenos Aires. Me gustó que andaba
en short y una camisa de franela.
Sencillo, sin mucho invento.
Después de un rato de estar hablando
de Buenos Aires, y San José, empezamos
a besarnos. “¡Qué delicioso
besa!”, pensé. En un momento se llevó
la mano del bolsillo a la boca, la lamió
y de la boca a mi verga. Me encantó
que lo haya hecho sin mucho pensarlo.
Después de varias cervezas, finalmente
salimos a fumarnos un cigarro. Ya era
tarde, y le pregunté qué quería hacer.
Después de un estira y encoge, nos fuimos
para su casa.
76
POR PABLO RUÍZ
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En su casa, me ofreció un vaso de
agua y acepté. Ya en el cuarto, cada
uno al pie de la cama nos empezamos
a quitar los zapatos. Su cuarto
era muy minimalista. Tenía un par de
decoraciones en la pared y un escritorio,
con una pantalla de más o
menos 28 pulgadas. Noté videojuegos
y 2 controles de lo que parecía
un Nintendo 64. Tenía sentido. Por
unos segundos, nos imaginé sentados,
en el mismo lugar, al pie de la
cama, sin camisa, jugando videojuegos
un domingo cualquiera. El cobertor
de su cama era naranja oscuro,
bastante suave en la piel. Me sorprendió
que haya invertido en ropa
de cama decente. Fue la única ropa
de cama que llegué a conocer.
y la faja salió naturalmente como si
me estuviera dando permiso para
proseguir con el encuentro.
Cuidadosamente me quitó el pantalón,
el bóxer, me abrió las piernas y
me empezó a mamar el ano. El mejor
beso negro que me han dado. Lo
dejé hacer lo que sabía por un rato.
Estaba en un éxtasis sexual. Ya con
el ano súper salivado, intentó penetrarme
y me dolió muchísimo. Sentí
que ya entraba cuando le dije que
por fa se pusiera un condón. Mientras
tanto, fui al baño un segundo.
Tomé papel higiénico para limpiarme
y me di cuenta que estaba sangrando
un poco. Me alegré no haberlo
dejado cogerme sin condón.
Cuando terminó de quitarse los zapatos,
se levantó, se quitó su camisa
de franela y su short. Se quedó en
bóxer. Yo sentado, me quité la camisa,
le quité el bóxer y descubrí
su enorme verga. Muy excitado, se
la empecé a mamar. Luego me jaló
hacia la cabecera de la cama y nos
empezamos a besar. Todavía con
mi pantalón puesto, empecé a vaciarme
los bolsillos, puse todo cuidadosamente
en el piso al lado de
su cama para no perder u olvidar
nada. Me acuerdo que él me quitó el
pantalón porque batalló con mi faja
artesanal de Oaxaca. Lo dejé luchar
un rato hasta que dijo “¡Ya!”. Sonrió
Cuando regresé a su habitación, empezamos
a besarnos y el terminó de
ponerse el condón. También puso lubricante
en su pene y en mi ano y
empezó a penetrarme. Él estaba en
sus rodillas y yo acostado de espaldas
con las piernas al aire entrelazadas
en su cuello. Le dije que me
hiciera su puta. No sé por que me
excita tanto decir eso. En medio de
la cogida, me abrió las piernas y
se acercó a besarme. Me dijo “rico”
al oído. Con las caras de cerca, me
cogió así por un rato. Luego me volteó
hacia uno de mis lados y siguió
metiéndomela. Me encanta que me
volteen así. Después de un rato la
78
ORGULLO
sacó, se quitó el condón y empezó
a masturbarse. Le dije que me diera
leche. Un minuto después se vino en
mi pecho.
Ya cerca de venirme, nos dimos
vuelta, me senté en su abdomen, me
pasé la mano por el pecho y me la
empecé a sobar con su semen. Después
de un rato, me vine con muchísima
potencia en la cara de Luis.
¡Cómo me encanta sobármela con el
semen de otro mae! Después de que
me vine, fui al baño rápido a limpiarme.
Cuando llegué, ya Luis estaba
casi dormido sobre el cobertor.
Me acosté a la par suya y me abrazó.
A una temperatura perfecta, me
quedé dormido.
Al otro día, me desperté muy caliente.
Esto nunca me pasa. Usualmente
no tengo apetito sexual después de
un encuentro de esta índole, pero
esta vez fue la excepción. Al ver que
estaba medio despierto, le acaricié
el pecho con mi dedo índice y anular.
Después de unos minutos, le metí
la mano en el bóxer y le empecé a
estimular la verga. Mientras terminaba
de despertar, acerqué mi cara a
su pene y se la empecé a mamar con
un ritmo tranquilo y cariñoso. Cuando
noté que la estimulación había
dado resultado, subí y lo empecé
a besar. Después se arrodilló en la
cama y yo me puse en 4 a mamársela.
Esta vez, un poco menos tranquilo
y menos cariñoso. Le dije que me cogiera
la cara. Lo hizo por unos minutos.
Luego me acosté boca arriba para que
terminara con sus piernas estiradas.
En el momento que coordinamos boca
y pene a la perfección, pensé que podríamos
hacer un buen equipo. Me excitaba
muchísimo verlo a la cara porque
esta demostraba lo bien que la estaba
pasando. Su escapulario le colgaba del
cuello y a veces estorbaba en el cruce
de miradas. Pero no me importaba.
El escapulario hacia todo inclusive más
excitante. Empecé a masturbarme. Él
empezó a masturbarse también y nos
vinimos rápido los dos. Fue por papel
higiénico y empezó a limpiarme. Pedí
ducharme. Me alcanzó una toalla y me
duche rápido. Al terminar le dije que tenía
que irme. —¿Por qué no vamos a
desayunar?—, me dijo. Le negué la invitación
con la excusa de que tenía que
ir a desayunar con una amiga. Me pidió
el teléfono antes de salir.
Me devolví al departamento un poco
apresurado ya que, no sé por qué razón,
me estresaba darle explicaciones
las chicas del Airbnb que había alquilado.
Pero cuando llegué, no había nadie
en el apartamento. Entre al cuarto
y al acostarme en la cama, me llegó
un mensaje que decía: “¡Suerte con tu
amiga!”.
79
Carlos Vargas
E L A S E D I O
P O R D A N I E L S A L A Z A R M .
P E R I O D I S T A
Al primer almuerzo juntos en un pequeño
café de Sarajevo, le conté a
mi colega que yo era gay, casi sin
darle importancia. Nos estamos tomando
un chocolate, muertos de frío
con 5 grados centígrados en el lugar
más aleatorio del planeta que se nos
habría podido ocurrir. Ella se queda
pasmada: —¿En serio, sos gay?—,
me dice con una mezcla de asombro
y miedo. —Prácticamente nunca he
escuchado a nadie decir eso, así…—,
dice ella. Es periodista, tiene 22 años
y proviene del noreste de África. El
sexo entre dos homosexuales es ilegal
allí.
De noche, éramos una colección de
cuatro o cinco estudiantes becados
de los países más extraños del planeta
(no menciono sus nombres ni
países, por respeto) caminando hacia
nuestros hospedajes en la zona musulmana,
entre las montañas del valle
de Sarajevo, en el este de Europa.
Las paredes de la ciudad siguen llenas
de agujeros, por todo lado, tras
el asedio de 1992 a 1996. Los serbios
rodearon la capital por varios años,
con francotiradores disparando e impidiendo
a la gente salir de la ciudad.
Centenas de edificios siguen así: llenos
de impactos de bala. “Parecen el muro
del Cuartel Bellavista”, pensé la primera
vez que las vi.
Alrededor, rodeando la ciudad, están
decenas de montañas desde las que los
bosnios se sintieron atrapados por casi
cuatro años. Aterrados, esperaron por
meses escondidos en los sótanos de sus
casas, viendo a las montañas, aguardando
para que alguien viniera a salvarles.
Nadie llegó.
—Donde yo vivo estarías en la cárcel
por andar diciendo algo así—, dice mi
colega africana.
Otra compañera de Asia Central nos sigue
los pasos. Salió por primera vez de
su país para poder participar en la beca
que ganamos para estudiar aquí por dos
82
ORGULLO
meses. Por dicha —dice— su marido
“la autorizó” a venir, aunque su familia,
que no estaba de acuerdo, le retiró
el saludo. Acaba de cumplir veinte
años y está planeando enviar el
primer satélite de su país al espacio,
pero allí “ninguna mujer casada debería
dejar solo a su marido nunca”.
Caminábamos siempre por la calle
principal. La memoricé por completo.
Diagonal al edificio de la Presidencia,
entre las paredes del Ministerio
de Salud de Bosnia, hay unos cuatro
grafitis de letras rojas que dicen “AN-
TILGTB!”. Siempre hay otros más en el
camino.
Por esta misma calle caminaron centenas
de personas en la primera marcha
diversa de la historia de Sarajevo,
unas semanas atrás. Dicen que
había tantos policías como manifestantes.
Me quito los zapatos, saludo a la pareja
que nos da posada en la casa
y entro en mi habitación. Abro Grindr.
Grindr es muy diferente de lo que
uno ve en San José: aquí no hay ninguna
cara, en ninguna parte. Los resultados
más cercanos están a 40 o
50 kilómetros de distancia. La gente
tiene miedo de ser homosexual en
una app para ligar con personas homosexuales.
Alguien me escribe a los
minutos. Que no es buena idea subir
la foto de mi cara, aconseja. No aquí.
Y de pronto me
doy cuenta de
que he entrado
en un país donde
la mejor opción
es esconderme.
Unirme
a las cientos de
personas que siguen
rodeadas, encerradas por el frío
de las montañas, sintiendo los francotiradores
desde los sótanos. Hace
mucho dejaron de temerle a las montañas.
Hace mucho pasó el asedio
para la ciudad, pero no para ellos.
Aún cuando Bosnia descriminalizó la
homosexualidad en 1998, la discriminación
hacia la comunidad diversa
sigue siendo fuerte. Este es un solo
país con tres religiones: musulmanes,
ortodoxos y católicos. El credo es tan
importante aquí que la ciudad está
definida geográficamente según la
religión y cultura de cada grupo. Hay
tres gobiernos en un solo país. Hay
incluso una línea blanca que separa
a dos Sarajevos: una con mezquitas,
otra con iglesias. Y allí, en ambos lados
de la línea, la mayoría de las personas
homosexuales siguen viviendo
sus vidas sexuales y afectivas en secreto,
con especial cuidado a los que
se hacen pasar por miembros falsos
de la comunidad, para luego identificarlos,
golpearlos o violentarlos.
83
—¿Te quedarías a trabajar aquí, si
te dan la oportunidad?—, pregunta
un compañero mientras tomamos
el tranvía en la mañana. A unas tres
cuadras de aquí vivía un amigo de
una de mis compañeras: intentó vivir
en Sarajevo por casi un año, pero
un buen día se le ocurrió buscar pareja.
Abrió Grindr, conversó con dos
chicos y las dos veces terminó en la
casa de ellos, golpeado. —Creo que
no lo lograría. El frío, miento.
Unas semanas después abrí un par
de apps gays para ligar en Turquía.
Ninguna funcionó. El gobierno tiene
bloqueada cualquier posibilidad de
contacto virtual entre personas diversas.
Allí la homosexualidad es legal,
pero el islam liberal está perdiendo
terreno, y los gobiernos más conservadores
toman el poder. Durante varios
años, Turquía ha sido uno de los
principales países en registrar homicidios
transfobicos en el mundo.
En 10 de los 18 países del Medio
Oriente, la homosexualidad sigue
siendo ilegal. La pena de muerte existe
en seis de ellos.
No es el viento o el olor a humo de
Sarajevo. No son las caras inmóviles.
Ni siquiera son los sonidos de un
idioma tan extraño, o sentir los impactos
de bala en cada pared gris de
la ciudad. Es el valle que nos rodea,
donde se multiplican con el eco los cantos
del zalá desde la madrugada hasta
la noche. Es el mismo frío que siente mi
amiga, la que quiere lanzar un satélite
al espacio para tomarle fotos a los países
donde sí podría decir que le gustan
las chicas. Son las montañas. Es el frío
de las montañas.
—¿Miraste el arbolito de navidad en el
primer piso? Yo lo decoré—, me dice
la chica. Le brillan los dientes. —No me
percaté—, le digo. —Pues tenés que
verlo ya, vamos.
Bajamos las escaleras. Estamos en diciembre,
falta una semana y media
para Navidad. En el primer piso siento el
viento de la nevada que se cuela por la
puerta principal. En una esquina, casi al
lado del ascensor, hay un árbol de navidad
pequeño con Estrellas de David,
cruces cristianas, papás noel y cornamentas
de renos.
—Los puse por vos. ¿Te gustan?—, me
dice, y me señala un lado del arbolito.
Hay dos muñecos de unos chicos de
madera con gorritos
y suéteres tejidos
de lana, escondidos
en una esquina del
árbol de navidad.
Están tomados de la
mano. Ya no siento el
frío.
84
Carlos Flores
TEXTO:DAVO ULLOA /
ILLUSTRADO:SOFÍA ALFARO / NIÑA BÓTANICA
Se me acababa el aire
tratando de igualar el paso de
los más rápidos de mi equipo.
Cuando llegó la hora de
perseguir el amor también sentí
la necesidad de apurarme.
Volé para sentir la libertad, y
volé para encontrar otra par de
alas como las mías.
Ahora el sol está por caer.
Y mi carrera a punto de
terminar.
Esas vidas ardieron más
más intenso y más luminoso
porque esas vidas ardieron
más.
¿me podés prometer
levantar la mirada al final del
día y ver el color del cielo?
Videoarte por Andrés Madrigal en guiaorgullocr.org
ORGULLO
He estado corriendo. Desde siempre. No porque me gustara, pero sentí
que era mi deber.
Corrí tras el balón muchas veces. Se me acababa el aire tratando de
igualar el paso de los más rápidos de mi equipo.
Me apresure a tener las mejores notas y los mejores modales. Nunca
llegué tarde ni a comer ni a dormir.
Cuando llegó la hora de perseguir el amor también sentí la necesidad
de apurarme.
Tenía que ser el primero en dedicar una canción de amor, el primero
en escribir una carta de amor.
Corrí tanto que pensé que se me desprendían las piernas.
Mi camino lo empecé a andar en desventaja. Pero intenté volar.
Y volé para encontrar nidos, y volé para sentir la libertad, y volé para
encontrar otra par de alas como las mías.
Volé, volé, ¡volé!
Ahora el sol está por caer. Y mi carrera a punto de terminar.
Una vez leí un poema que decía que cuando un gay muere el día se
acaba con el cielo rojo.
Que ese día la puesta de sol es más intensa que cualquier otro día.
Escribía el poeta que esto sucede en el ocaso de una vida gay porque
es más intenso y más luminoso porque esas vidas ardieron más.
Que la llama de la vida, como le decía el poeta, no puede encenderse
sin antes haber sentido el amor intensamente, sin filtros ni poses.
Por eso la llama de la vida gay ardía más potente y más violenta,
porque está tratando de quemar la ventaja que tenían sobre ella
otras llamas… las que llevan un buen tiempo iluminadas.
Ese día sentí una gran tristeza y muchas ganas de llorar. Traté de
animarme pensando bueno, este es un poeta y no a un científico.
Pero de todas maneras, y solo por si acaso… ¿me podés prometer
levantar la mirada al final del día y ver el color del cielo?
87
CLOWN
Y MISOGINIA
P O R F E R L I Z A N O
C A N T A U T O R A
Marco Black
@materia_illustration
ORGULLO
Vopo es el nombre del payaso, el cual
personifico desde su primer show en
2012. Es parte de un proyecto paralelo
a la Peña Cultural Cañera (colectivo
de arte comunitario del cual
formo parte desde 2008), pensado
como una forma de crear más actividades
en nuestra comunidad. Después
de años de empeño empírico,
logré construir dos shows: uno personal
y otro que requiere otro payaso.
Mis amigxs crecieron mucho con
sus respectivos números también, y
les admiro pues sus presentaciones
son realmente buenas. Yo, por mi
parte, siento que aún cometo muchos
errores y me falta mucho por
aprender. Quizás porque siempre
sentí que lo mío es más escribir que
las artes escénicas, aunque no niego
que me divierto haciendo reir.
Mi show personal es bastante sencillo
e involucra algo de malabares
y técnicas básicas de clown – nada
que no esté exento de una mezcla
entre ocurrencias de domingo y pizcas
de plagio. Sin embargo, yo quería
que mi número fuera más allá
del simple arte de entretener. Esto
me ha sido habitual en otros campos,
pero en lo circense siempre me
pareció muy complicado. Por eso, no
tardé en pensar en hacer de Vopo
un payaso queer, un payaso travesti,
que se burlara de los roles de
género, no que diera risa por verse
de un modo sino, por una sucesión de
hechos, que llevaran alguna carga de
crítica. Para un par de presentaciones
usé unas leggins como parte del traje,
pero sinceramente nunca pude concretar
la idea.
El año pasado, para el Día de la Niñez,
logré que contrataran mi show en una
escuela. Esto me alegró por varias razones:
me iban a pagar e iba a poder
ver a un chico que me gustaba en ese
tiempo. Después de la presentación,
una maestra me pidió que si podía hacer
el mismo show en su casa, por la
noche, para un grupo de chicos de otra
escuela. Teniendo el dinero del día, no
podía negarme a mis principios de llevar
arte y alternativas sanas a comunidades
rurales. ¡Para eso nació Vopo!
Y para eso viví los mejores años de mi
vida. Me alisté y presenté un número
entretenido para varios niños y niñas
en el corredor de una casa, como parte
de su fiesta, que además incluía piñata,
pastel, dulces y otro número bastante
intenso.
Este otro número se empezó a gestar
dentro de la casa, que fungía como
vestidores justo al borde del escenario
de cemento, usualmente corredor.
Dos jóvenes hombres, quizás un par de
años menores a mí, corrían de un lado
a otro, y volaban tacones, faldas, vestidos,
maquillaje, hasta que al fin los vi
de pie en la puerta, listos para salir a
89
escena. Cuando la música empezó a
muy fuerte, los dos muchachos, disfrazados
de mujeres, salieron frente
a los niños realizando gestos estereotípicamente
femeninos en una
presentación que haría parecer a las
drag queens más profesionales unas
conservadoras.
El público, en el que también habían
adultos, empezó a reír. Estos dos
chicos, en sus papeles de mujeres,
movían el culo contra ellas mismas o
contra la pared. Entre risas, se escuchaban
cosas como “mirá que maricón”,
“jaja se vistió de mujer”, y un
sin fin de comentarios superados por
el estridente parlante de un equipo
de sonido de principios de siglo.
El acto terminó, pero el público todavía
se reía de los jóvenes, quienes
tenían la cara roja – más por
la pena que por el maquillaje. A mi
me costaba comprender (y aún me
cuesta) por qué un hombre vestido
de mujer causa gracia alguna. Pero,
en medio cuestionamiento, ya era
tiempo de servir el pastel y yo no
podía detenerme a realizar análisis
sociológicos en media fiesta del día
del niño (“¡y la niña!”; grita una voz
dentro mío). Llegado el momento de
sentarse tranquilamente a degustar
postres dulces con alguna música
suave de fondo, me relajo un poco más,
hasta que de pronto, se escucha una
banda marchar por la calle.
Justo esa noche, la escuela de música
del Liceo Nocturno Juan Santamaría
desfilaba por la calle como forma de
ensayo general, preparándose para la
marcha del Día de la Independencia. Al
frente de la banda, marchaba un chico
con un bastón, vistiendo un pantalón
muy ajustado, con una camisa de
lentejuelas y con comportamientos muy
femeninos, meneando las caderas al
ritmo de los redoblantes que le seguían
un par de pasos atrás.
Cuando tal espectáculo pasa justo al
frente de la casa, se produce una reacción
en cadena, y todos los niños (y
niñas) dejan de comer y se van a mirar
más de cerca, “¡El que va al frente
es maricón... como los payasos!”; grita
un niño, provocando inmediatamente la
risa del grupo y la burla de más frases,
que solo repetían lo que los adultos dijeron
hacía unos minutos. El joven que
dirigía la banda comenzó a sentirse
muy incómodo.
La fiesta continuó, con helado, regalos
y la debida despedida, pero yo... ya no
pude sonreír.
90
ORGULLO
L O P E O R Q U E
M E H I C I E R O N
P O R J A N E K E I T H D U R Á N B A R B E R E N A
I N T E R N A C I O N A L I S T A Y E S T U D I A N T E
Las dudas: ¿Esto pasó? ¿Qué pasó?
Una parte de mí no creía que había
pasado eso de lo que a veces
habla la gente. Para ese momento
ni siquiera fui capaz de identificar
lo que pasó, de aceptarlo y darle
nombre. Caminé por la vida cargando
el peso de lo que pasó, sin poder
nombrarlo, sin aceptarlo, sin estar
seguro de que pasó. Cuando pude
hacerlo, algo dentro de mí se destrozó.
Levantarme de ahí fue una de
las cosas más difíciles que he tenido
que hacer. Quiero que sepan algo
que yo no supe: No es una obligación
pasar esto en solitario. Mientras
estamos en el infierno no lo vemos,
pero allá donde es de día y hay sol,
alguien nos acompañará.
Luego llegó el vivir sin vivir. Las sensaciones,
las emociones, el revivir
una y otra vez lo que pasó, me despersonalizó.
No podía vivir conmigo
y encontré como refugio el negarme
a mí mismo y negarme lo que pasó.
Hasta que un comentario lo revivía,
una escena en una película, una frase
dicha por algún desconocido, una
mirada que me recordaban los ojos que
esa noche me miraron mientras decía
que no… Me despersonalicé un tiempo
y me sentí fallecer cuando volví a mí.
Morir y obligarse a sí mismo a volver a
nacer a veces es lo que nos queda.
La vergüenza. ¿Cómo le voy a decir esto
a alguien? Por mucho tiempo no encontré
como hacerlo. Al final, fue con mis
amigos con quienes perdí la vergüenza
y me permití liberar un poco mi carga.
Y es que en la vida pasa lo maravilloso
y también lo horrible. Eso lo entendí por
esto y muchas otras razones: Nos pasan
cosas, nos hacen cosas, y no deberíamos
obligarnos a sentir vergüenza
por eso.
Autoculparse. ¿Qué hubiese pasado?
Si esa noche hubiese tomado mejores
decisiones, si no hubiese estado con
las personas que estaba, si me hubiese
quedado en mi casa, si no hubiese…
¿confiado más de la cuenta? Pensé en
todos aquellos momentos de esa noche
en que un simple cambio hubiese permitido
que nada sucediera. Los repetía
91
una y otra vez y los imaginaba como
responsabilidad mía, como si yo hubiese
sido quien tuvo la culpa de lo
que pasó conmigo. Por años me torturé
hasta que agotado me di cuenta:
No fue mi culpa, no tenemos la culpa
de lo que nos hicieron.
La desconfianza. No soportaba ningún
contacto físico. Sentir a alguien cerca,
sentir un abrazo… No recuerdo durante
cuando tiempo hui a un contacto sexual
y cuando lo tuve no duró mucho
porque lloré como pocas veces lo he
hecho; no pude explicarle qué pasaba
conmigo. Me lancé a tener sexo como
una especie de terapia de choque. No
quise que me quitaran también esa
parte de mi vida, necesitaba lograr
volver a disfrutarlo en algún punto.
Necesitaba desesperadamente volver
a sentir placer después de la tortura
que sentí. Muchos años después, ahora
reconozco que lo sano es darse
tiempo, reconciliarse con nuestra vida
sexual y reaprender, poco a poco, a
disfrutarla.
La peor parte fue la autodestrucción.
No podía cargar con mi historia, no
podía cargar conmigo y busqué la forma
de que una sustancia adictiva me
permitiría alejarme de mí mismo. Eso,
particularmente eso, fue el infierno.
Aún ahora intento escapar de ese lugar:
soy adicto, tal vez lo seguiré siendo,
pero estoy en recuperación.
No sé si superar esto es como superar un
duelo por una pérdida y existen etapas.
Solo sé que yo atravesé épocas donde
un sentimiento dominaba, no fue lineal y
algunos sentimientos volvían a repetirse.
Al final de cada uno de esos momentos
descubrí algo que me permitió afrontar
mi proceso de mejor forma.
Decidí controlar mi historia, tener poder
sobre lo que me hicieron. Decidí que si
hay algo de mi historia que pudiese ayudar
a otra persona a encontrar algo de
consuelo o una luz sobre como atravesar
esto, merecería la pena contar una parte
de mi proceso. Aún en nuestro peor infierno
personal, allá afuera hay alguien
que nos dará la mano.
Pero lo acepto: No sé si hay una forma
de superar esto, de hecho, no sé si algún
día la vida vuelve a ser lo que fue. Lo
que sí sé es que seguí viviendo, llorando
y riendo. Me arruinaron por algún tiempo,
pero encontré la forma de continuar
y tomar el poder sobre mi historia.
Mi vida no acabó el día en que dos
hombres decidieron violar de otro.
92
Melissa Brenes
U N E S P E J O , U N
B A S U R E R O , U N
O B J E T O Y U N A
P E R S O N A
P O R D I E G O
A R I A S S E G N I N I
C O N T R O L A D O R
A É R E O
Existe un miedo que la mayoría compartimos
de ver desarmado ese momento
con que tanto soñamos, aún
cuando saboreamos la libertad. Abrirse
y ser libre con la familia, amistades,
con el mundo siempre será un triunfo
colectivo que nos llena de felicidad,
como si fuéramos una hermandad. El
11 de febrero del 2012, cuando fue
mi turno, lloré cuando logré decir: “Sí,
soy gay.” Mi mamá me abrazó y me
habló de dos cosas que aquella noche
no pude entender su magnitud. La
primera, que me amaba y estaba feliz
de tener un hijo gay; la segunda, que
era gordo y en el “ambiente” gay era
mal visto. Lo único que no entendí es
que eso era una sentencia al rechazo.
Nos hemos sesgado tanto a aceptar
una única forma de ser que pensamos
en el ejercicio, no como un tema
de salud, sino como un estatus social.
Condicionamos la belleza y la amabilidad
de la persona al hecho que esta
haga ejercicio.. Ser gordo y gay me
recuerda a esa escena de Los Juegos
del Hambre, donde previo a ser lanzados
a la arena para matarse entre
sí, los tributos se dan de la mano.
La sentencia funciona como un espejo,
en el sentido que a una parte no
le agradas por que ven en vos lo que
nunca quisieran ser, porque perderían
todo lo que son. Los ves llamándose
a sí mismos gordos, los escuchas diciendo
que no podrán tener sexo después
de cuarentena porque primero necesitan
recuperar su figura. Nos dicen a nosotros,
los gordos, que si ellos, con sus dos kilos
de más no puede tener sexo, nosotros ni
deberíamos pensarlo. Esos mensajes que
están internalizados y son muy constantes.
Aún peor; siempre hay alguien escuchando
y siempre hay alguien leyendo. La
gordura parece ser una maldición que uno
lleva consigo. Incluso cuando ya no sos
gordo, te ven como una amenaza y atacan
tu carácter. Porque cambiaste, a pesar
que continúas siendo el mismo. Te ven
como igual y ahora te tratan con desprecio.
¡Felicidades! Perdiste ese peso y saliste
del circo en el que te tenían.
Los bares son un refugio de una sociedad
heteronormada. Hay un placer en ser uno
mismo, pero hay un placer mayor en serlo
alrededor de personas que saben de esa
libertad, esos lugares seguros, tan nuestros,
no son tan inclusivos. Ser gay y gordo
en un bar gay es escuchar ataques directos
a nuestro cuerpo; nos hacen saber
que les damos asco, que no deberíamos
estar ahí porque era un lugar para gente
bonita (Club Oh!, 2011). Las apps para ligar
son un campo minado, donde te van
a escribir para hacerte saber cuánto les
desagrada tu cuerpo y cómo deberías
matarte, cambiar quién sos y por qué debería
darte vergüenza ser gordo.
Un basurero, también nos hemos convertido
en el lugar donde las frustraciones de
94
ORGULLO
las personas son depositadas. Esa repulsión
que causa que a los hombres
gordos les sea tres veces más difícil
encontrar trabajo. Sentimientos de aislamiento,
rechazos laborales yviolencia
son todas detonantes de muertes por
suicidio. Algunas personas gays son
promotoras del deterioro de la salud
mental de muchos gordos, y continúan
sin detenerse (y sin ser enfrentados).
Te quieren ver feliz, pero no feliz con
alguien que no tiene tu mismo cuerpo.
Quieren ver a la pareja de osos (ser
gordo y playo tampoco quita lo macho).
A mis 27 años he escuchado de todo:
desde que estarían conmigo si no fuera
gordo, que no soy lo suficientemente
gordo para su placer, que soy perfecto
porque soy gordo y peludo, hágase
pelón así me gustas más. Cada vez te
condicionan más con quien debes estar
y te indican cuáles son los requisitos
que debes cumplir; sos un objeto
que cumple fantasías, nada más. Los
gordos estamos obligados a hacer reír,
a caer bien, a que nuestra autoestima
esté por debajo de lo que se considere
un autoestima sana. Si disfrutas de tu
cuerpo, te van a querer tirar al suelo.
Quien seas como persona, las cosas
que hayas logrado, para estos tres grupos
de personas siempre serán secundarias.
Nuestra esencia queda reducida,
invisibilizada por nuestra gordura.
Eso somos: un espejo, un basurero, un objeto
y una persona. Convertirse en una
persona del último grupo no esta fuera de
este mundo, y no, tampoco es ir a buscar
al primer playo gordo y apretárselo. Es
dar pasos sencillos, el primero, escuchar.
Revisar nuestras acciones que ejercen discriminación.
Cuestionar las acciones discriminatorias.
Ver a una persona, no su
exterior. Dejar de creer en el mito de que
gordura es igual a mala salud.
Para concluir, quisiera compartirles algunas
cosas que he aprendido en la vida.
1. Traten a todas las personas como si estuvieran
enamorados de ellas.
2. La culpa siempre es de quien discrimina.
3. Construyan una red de apoyo.
La gordofobia no es tener miedo a ser
gordo. La gordofobia existe, y es una forma
de discriminación estructural.
Hay personas que excluyen a playos
gordos de sus amigos, de sus relaciones,
de su vida en general. Las personas nos
transformamos por quienes nos rodean.
Si es así: transformémonos en algo inclusivo.
Erradiquemos nuestras limitaciones,
permitamos que cuando volvamos a entrar
a la arena en Los Juegos del Hambre,
estemos de nuevo de la mano, donde
seamos más comunidad y menos un
grupo poblacional.
Be kind.
95
A T R E V I M I E N -
T O S I N D I S -
P E N S A B L E S
P O R C A M I L A S C H U M A C H E R
E S C R I T O R A , D O C E N T E Y
P E R I O D I S T A
Solo en San José y, aunque no exista
un censo oficial, hay cientos de
mujeres que tienen que construirse
a sí mismas. Vencer los estereotipos.
Trabajar, comer, aprender, vivir en la
calle. Mujeres con sueños truncados,
pero, a prueba de balines y portazos.
Mujeres trans. Sí.
Ese prefijo –que la mayoría no sabe
bien ni le interesa averiguar si hace
alusión al sexo o al género– a muchas
personas les trastoca la lengua,
les desarticula los discursos y
les hace decir el o él cuando, obviamente,
deberían decir la o ella. Ese
trans que se antepone cuando cada
una de estas chicas se reconoce
mujer es un rasgo fundamental de su
identidad. Una faceta de su ser. Un
capítulo de su historia vital, íntima.
sesuda, reciente y universitaria, analiza
a estas mujeres como fenómenos.
Los periódicos, de vez en cuando, las
mencionan cuando hacen alguna nota
sobre derechos humanos; con mayor
frecuencia, y dolo, reseñan sus muertes
volviendo a hablar de estos cuerpos en
masculino. Poco más y nada menos.
Trans, en definitiva ha sido –para muchos
y por demasiado tiempo– sinónimo
de puta, de VIH, de muerte.
Tras cuatro años de trabajar, día a día,
con estas mujeres (en Transvida, asociación
que es casa, centro de estudio
y de salud fundada por ellas y para
ellas-) cientos de relatos han llegado
hasta mí, me han calado hasta los huesos.
Muchas de estas historias me han
transformado rotundamente, de la manera
más hermosa y más humana.
La suya es una historia colectiva que
los libros, en Costa Rica, no cuentan.
Siquiera alguna investigación
Son historias de disidencia, de amor,
de belleza, de miedo, de resistencia. Yo
las escuché y a veces las repito porque
96
ORGULLO
las voces de estas mujeres se niegan
a volver al silencio. Quieren contar y
saben que cuentan conmigo para hacerlo.
Saben que, además de docente, soy
escritora y no creen en las casualidades.
Por eso me soplaron sus intenciones
hasta que encendieron mi deseo
de escribir este libro de memorias,
polifónico y veraz, hiladas a partir de
una serie de entrevistas testimoniales.
Así, yo soy la autora pero este libro
no es solo mío. Le pertenece a decenas
de mujeres que entre café, risas,
horas de estudio, películas, pan, congojas,
cuadernos, tardes de bingo, noches
de abordaje, llamadas telefónicas
(de las que se hacen sin saldo),
visitas a las salas de urgencia de los
hospitales, charlas de capacitación,
viajes, funciones de teatro, recorridos
por centros penitenciarios y oficinas
públicas, entrevistas de trabajo,
audios, mensajes de texto, helados,
marchas, plantones, llantos, esquinas
y hasta en la orilla del mar, compartieron
sus historias.
Sus santas palabras tienen eco y banda
sonora. Todas quedaron registradas
y aunque tienen forma de relato:
no hay ficción en ellas. Todo es cierto
aunque haya a quienes les cueste
creerlo.
La historia de las mujeres trans es también
parte de la nuestra. Es la de sus clientes
y sus familias, la de los que pasamos a
la noche por la ciudad –mientras ejercen
el comercio sexual–, la de quienes la discriminan
y hacen políticas públicas que a
veces las tienen en cuenta.
Su historia forma parte de la Historia de
Costa Rica y de nuestra región: nos retratan
cuando evidencian que hay una parte
de nuestra población cuya esperanza
de vida ronda los 42 años, cuya única
opción tras ser expulsadas del sistema
educativo es hacer…. “un máster en putería”,
que en la cárcel a veces son más
libres que en la calle.
No podemos apropiarnos de sus voces,
ni de sus reclamos, ni de sus dolores. Eso
no las aliviaría y sería una absoluta falta
de respeto, pero sí, podríamos dejar
de ignorarlas. Ese es el por qué de Atrevidas,
el libro de relatos polifónicos de
mujeres trans que la vida y ellas mismas
me premiaron al poder hacer; el que en
el 2019 obtuvo el Premio Nacional de Literatura
Aquileo Echeverría en la rama de
cuento... el que confío que pronto, será
aún más leído y encontrará un espacio
en algún escenario.
* El libro, editado por Perro Azul y presentado
oficialmente el 17 de mayo del
2019, Día Internacional contra la homolesbotransfobia,
se puede adquirir en las
librerías Douluz, Andante, Francesa y Universitaria.
97
J A B Ó N
( R E L A T O
C O M P L E T O ,
C O M P A R T I D O
P O R N A T A L I A
P O R R A S )
Tengo cuatro años, y mi mamá me
lavó la boca con jabón, porque dije
puta.
Tengo cinco, y mi maestra me preguntó
cómo me llamo, pero no le
contesté.
Tengo seis años, y mi abuelo me pellizca,
lo mismo un cachete que una
nalga.
Tengo diez años y dibujo sirenas y me
quedan muy bonitas, pero un tío dice
que le dan lástima, porque no sirven
ni para la cama, ni para el plato.
Tengo once años, y mi profesor de
educación física me pide que corra
como hombre, que haga lagartijas
como hombre, que patee la bola como
hombre, que ataje como hombre. Yo,
por no hacerlo, no le hago ni caso.
Tengo siete, y mis compañeras me
encerraron en el baño para ver si
tengo pene o vagina… Ellas se rieron,
yo no. Yo les digo que ahora tengo
pene, pero que cuando sea grande
se me va a caer. Yo me río, ellas no.
Tengo ocho, y mis compañeros me
encerraron en el baño para tocarme
mi… ellos ríen y yo también, pero de
miedo.
Tengo doce años y voy a la pulpe
porque mi mamá necesita jabón. Mis
vecinos me gritan puta cuando cruzo
la calle.
Tengo trece y sueño con cumplir quince:
quiero una fiesta con globos, y con
orquesta, y con un vestido rosado, y
con tacones; quiero bailar el vals sin
que me levanten la falda para ver qué
tengo.
Tengo nueve años, y cuando mi
mamá no me escucha digo puta y hijueputa
y playo y picha. Siento como
si escupiera espuma, pero no sé qué
quieren decir esas palabras.
Dejé de cumplir años, de cumplir sueños….
Barrieron mi infancia entera y la
tiraron a la basura. Quiero salir de la
bolsa, quiero jabón… Quiero saber qué
quiere decir puta.
98
ORGULLO
1 0 K I L O S
D E P E C H U G A
( F R A G M E N T O
D E L R E L A T O
L E Í D O
P O R J I M E N A
F R A N C O )
Tuve una vez un cliente italiano del
que no me olvido más. Todos los días
que estuvo en Costa Rica me sacó,
digamos que a pasear, y gracias a
esas vueltas, quedé yo enganchada
al perico y con la plata suficiente
para montarme las tetas. Fue un
placer conocerlo, la verdad, aunque
bien dicen que primero un gustazo, y
después un trancazo.
No fui la primera en pasar por las
manos del doctor… era el marido de
la compañera, un médico de verdad.
En la sala de su casa era que tenía
montado el negocio de los aceites.
Una se sentaba en un silloncito y ahí
mismo, sin más anestesia que la de
la fiesta que armábamos alrededor,
comenzaba el show.
Todo se parecía a cuando se alista
un pavo para Navidad, que se le
va metiendo líquido a jeringazos, y
el bicho se va hinchando y queda
bien sabroso. Yo lo había visto hacer
antes y sabía que dolía cuando la
piel del pecho se iba despegando e
iba entrando el aceite, poco a poco…
No esperé que fuera a desmayarme
pero, a la mitad del primer pecho,
se me fueron las luces y tuvieron
que reanimarme.
Las agujas eran grandísimas, porque
las normales de humanos se
rompían antes de que pasara toda
la madre. Entonces las compraban
en una veterinaria. Para que el líquido
no se escurriera por el hueco
que dejaban, lo sellábamos con silicón
de pistola. Como doscientos mil
cobraba el hombre por cada tiro.
Al día siguiente una amanecía
como si le hubieran caminado por
el pecho. Sentía caliente y pesado.
Los pezones quedaban todos raros,
como los nudos que se le hacen a
las bombas, y todo, más bien, parecía
a punto de estallar.
99
“ P O D R Í A S E R
U N E - W H O R E ,
A L G O A S Í ”
P O R J O S É D A N I E L C L A R K E
D E S A R R O L L A D O R W E B
Y A C T I V I S T A
Durante mucho tiempo, Erie Mora subió
contenido erótico a sus redes sociales
y siempre recibía muchas interacciones.
“Eran básicamente fotos
nada más”, dice Erie. Él vivía en Bagaces
y se dedicaba a producir accesorios
y venderlos por Internet.
El año pasado se mudó a Heredia y
se encontró con que por el ruído no
podía seguir fabricante tantos accesorios.
Para entonces, mucha gente le
había empezado a escribir sugiriéndole
que se abriera un OnlyFans. Sin
prever la actual crisis global, lo pensó
y se dedicó en abrir un perfil y promocionarse.
“Me aprobaron la cuenta justo cuando
empezó la cuarentena”, dice Erie, que
utiliza su nombre completo (eriemora)
en la plataforma. Desde entonces,
esta ha sido su principal fuente de ingresos.
Un terremoto en el porno
OnlyFans es uno de varios sitios similares
a redes sociales que ofrecen la posibilidad
a creadores de contenido de cobrar
por lo que producen, por medio de
suscripciones. Patreon es uno de los más
conocidos y utilizado para temas desde
videojuegos hasta astrología o jardinería,
pero tanto ahí como en otras redes, es
limitado el contenido para adultos que
se permite.
“La mayoría de gente que está en OnlyFans
es [con] contenido explícito, pornográfico,
pero no te dan la opción de
solo eso. Si querés subir rutinas de ejercicios,
recetas de cocinas, lo que querás,
la página lo permite hacer. La gente
piensa que OnlyFans es solo para porno,
y no. La mayoría de gente lo usa para
eso, porque el sexo vende”, explica Jorge,
que para su faceta de OnlyFans usa
el nombre Giorgio Warhol y se puede encontrar
como j0rgeelcurioso.
100
ORGULLO
La pornografía es controversial. Tradicionalmente
la industria ha sido conocida
por la explotación, violencia sexual
y tráfico de personas, más que por
brindar oportunidades. Estas situaciones
son particularmente graves contra
las mujeres, aunque también existen en
el caso de la pornografía gay que es
lo que intentamos abordar. Algo de la
violencia y explotación quedan atrás.
Ahora, sin intermediarios, cualquiera
puede convertir su cama, su sala o su
jardín en un pequeño estudio, como lo
han hecho Erie y Jorge, entre otros. Una
revolución en la forma en que se produce
y se consume el porno en Internet,
repartiendo el pastel entre miles de
personas más que antes.
Este estigma es lo que detiene a mucha
gente que tal vez de otra forma lo vería
como una oportunidad. Jorge afirma que
pasó “muchos meses pensándolo, que sí,
que no, que qué va a decir la gente, qué
van a decir de mí, era lo que más me detenía”.
En el caso de Cyberc que tiene 25 años y
es informático y estudiante de filosofía, su
“familia no sabe, y espero que se llegue a
dar cuenta cuando ya tenga el speech preparado”,
aunque dice que no espera mayor
consecuencia, ya que es una familia
muy abierta. Así es también la familia de
Erie, que inclusive comenta que la mamá le
“dio sugerencias de qué hacer, probar sadomasoquismo
y esas cosas”.
El estigma del ¿trabajo sexual?
Aunque es una industria con cientos
de millones de clientes, existe un gran
estigma asociado a mostrar el cuerpo
desnudo. Si puede ser mal visto exponerlo
inclusive por razones artísticas,
cuando se involucra erotismo y dinero
rápidamente se acerca al trabajo
sexual, y la sociedad lo censura peor,
como algo sucio y desesperado.
“No tengo miedo de ponerle la etiqueta
de trabajo sexual, porque desde mi
punto de vista sí lo es. No me genera
nada que la gente piense que es prostitución,
porque yo, en determinados
momentos he tenido que hacerlo para
pagar algún recibo. Tampoco es un tabú
para mí”, explica Erie.
Barbie Carepicha tiene 27 años y lleva ocho
meses de estar en la plataforma como lorddamelotodo69.
Sus amigos “reaccionaron
bien, fue como “ahh ok”. Pero sí escuché
comentarios como “mae, ¿es en serio? Eso
es como super needy, demasiado puta”.
“Yo estoy cobrando por lo que ya está ahí,
son mis nudes, es mi privacidad, yo decido
que hacer con ella, no es prostitución... podría
ser un e-whore, no sé algo así”, dice
Barbie, que se decidió luego de que en
redes sociales publicaran fotografías que
había enviado en privado, y cuando un
amigo heterosexual que estaba utilizando
la plataforma, le contó cuánto estaba ganando.
“Yo dije “qué va, ¿qué voy a perder?”. Hay
mucho material online que ya vieron, pue-
101
Erick Rojas
ORGULLO
do empezar a hacerlo oficial y tal vez
sacarle alguillo de provecho. Y pues,
sirve.”
Dinero y morbo
Para algunas personas esto rápidamente
puede convertirse en su trabajo principal,
mientras para otras son “extras”.
Por ejemplo, Barbie estudia administración
y trabaja en una empresa multinacional.
Dedicándole un promedio de
una hora al día, estima que en el tiempo
que lleva ha generado alrededor de
$5200. Esto le permitió pagarse un viaje,
así como mantenerse durante dos
meses que estuvo sin empleo a inicios
de este año. “Fue super impresionante,
yo jamás me lo imaginé.”
Una experiencia similar tiene Jorge, que
lleva unos tres meses en OnlyFans y
aunque también tiene un trabajo estable,
esto le ha permitido “pagar cosas
personales, comida, renta, inclusive un
tratamiento que necesitaba mi madre”.
Aunque claramente el dinero es una
motivación, él afirma que “tal vez lo
hago más por un morbo personal, en
este momento de mi vida me siento muy
bien conmigo, mi cuerpo y mi confianza
personal, decidí abrirlo y empezar a subir
contenido que tal vez en otro lado
no podría subir. Bueno, en Twitter, pero
ahí es de gratis.”
Para Barbie, “obviamente es un boost a
la autoestima. Saber que hay gente que
está pagando por ver algo más de uno, por
puro morbo o lo que sea, o por curiosidad.”
Erie afirma que “el contenido individual no
llama tanto la atención pero también es
parte de mi catálogo”. Aunque él empezó
haciendo contenido solo, posteriormente
involucró a su pareja. “Aunque actualmente
ya no somos pareja, hemos seguido
grabando contenido. Vivimos en el mismo
apartamento, ambos nos vemos beneficiados
con el ingreso”.
Una práctica usual entre creadores de
contenido es realizar “colaboraciones”,
tanto entre ellos como con sus seguidores,
sin embargo por distintas razones no parece
ser común entre quienes entrevistamos.
Según Erie, “la gente tiene la expectativa
de que filme con otros, cuando yo me he
mantenido básicamente en la casa encerrado
[durante la cuarentena por la pandemia
de COVID-19]”.
Esto también le sucede a Cyberc, con una
variante importante y es que él tiene una
relación de pareja. “La gente busca sexo,
es una cosa que no hemos hablado en mi
relación, porque mi novio no va a estar en
videos.”
De la misma forma, la mayoría del contenido
de Barbie es individual y grabado en
su habitación. Él dice que usualmente no
agenda grabaciones con nadie, sino que al
tener algún encuentro con alguien que le
gusta “si tengo la confianza, les digo como
103
“hey, me gustaría ponerlo en OnlyFans”
y siempre la respuesta es como “sí, pero
que no se me vea la cara””.
El tema de la cara es recurrente. Jorge
afirma que la gente “no quiere ver un
cuerpo masturbándose, para eso pone
cualquier porno y ya. A la gente le da
morbo ver y saber que es uno. Cuando
me dicen que quieren colaborar conmigo
la mayoría me dice “quiero hacer
un video con usted, pero sin que se me
vea la cara”. Les da miedo, o su entorno
social no se los permite. Entonces es un
poco aburrido, la verdad”.
Los clientes de todos los entrevistados
son en su gran mayoría hombres costarricenses,
y también hacen solicitudes.
Por ejemplo, a Jorge le pidieron un video
donde tomara su propio semen (a
lo que accedió y recibió una propina),
así como enviar por correo ropa interior
sudada (lo que rechazó). A Barbie le
han pedido shows por Skype, así como
hacer videos con juguetes sexuales (que
inclusive le han enviado), y vestirse de
personajes.
Una sexualidad digital
La idea de recibir dinero a cambio de
algo que ya de por sí hacen de gratis
puede ser llamativa para personas que,
como los chicos que entrevistamos, disfrutan
de ejercer su sexualidad en Internet.
Para Jorge es importante romper el estigma
que hay alrededor del sexo, y menciona
que el cuerpo humano “para mi es la
obra más perfecta que existe, me encantan
los desnudos”.
De igual forma Cyberc afirma que “nunca
he tenido problemas con la desnudez
o mostrar mi cuerpo”. Él dice que “tenía
bastantillo tiempo de querer hacerlo y mi
novio me dio el go ahead, que era todo lo
que necesitaba”.
Para Erie, todo esto viene mucho de su experiencia
en la adolescencia y cómo descubrió
su sexualidad. Su casa en Guanacaste
está lejos del centro del pueblo, y
sus primeras experiencias sexuales fueron
con el teléfono. Él afirma que “mi parte más
sexual es puramente digital. Hay gente que
no lo logra entender, pero yo no siempre
encontré placer sexual directamente con el
contacto, sino con el morbo de hablar, las
fotografías, la parte más irreal que es la
que más me generaba placer”.
También la comodidad es un proceso y
Barbie menciona que “ya estoy publicando
de todo, a mi me vale. Antes publicaba cosas
un poquito más reservado”. Menciona
que es bisexual y que aunque sexualmente
se relaciona más con hombres, tiene pendiente
de concretar próximamente un trío
en cámara con una pareja heterosexual.
104
ORGULLO
No todo es oro
Aunque parece haber satisfacción
entre quienes utilizan la plataforma,
por supuesto que también hay experiencias
negativas.
Una de las más recurrentes son los comentarios
o mensajes de sus mismos
clientes en la plataforma. Por ejemplo
Erie menciona que ha recibido comentarios
ofensivos contra su expareja.
“Como él es moreno, ha habido comentarios
muy racistas”, afirma.
Para Barbie son molestas las preguntas
recurrentes de cuánto cobraría por “hacer
algo [presencial]” ya que él aclara
que “todo es en OnlyFans y de ahí no
sale. Yo no soy gigolo o trabajador sexual,
simplemente me gusta vender mis
nudes, me gusta mi cuerpo y me siento
cómodo”.
En el caso de Jorge, le ha llamado la
atención que se ha sentido objetivizado
por algunas personas conocidas, y
que inclusive un amigo que se suscribió
le dijo “no lo puedo ver igual, ahora solo
lo veo en una forma sexual”.
A la vez, otras personas que con anterioridad
habían expresado interés en él,
ahora le han dicho que ya no les gusta.
“Es un estigma que la gente tiene con
lo relacionado a la sexual. Yo ya tenía
varios nudes en mi Instagram. Y nunca
nadie me había dicho “ya no me gustás”
por subir un nude.”
“Un amigo me decía “el sexo es precisamente
eso, no podés pretender tener un
OnlyFans y que la gente te siga viendo
igual”, dice, aclarando que piensa que no
debería ser así.
¿Yo? ¿Estrella porno?
Con esta -digamos- democratización del
porno, ahora mucha gente ha empezado a
hacerse la pregunta tal vez un poquito más
en serio.
Para Jorge, “ojalá la gente se vaya animando
más, a grabar y esas cosas. Podría
invitar a la gente a ser más desinhibida. A
ser más mandada, no pensar tanto en el
qué dirán, aunque si ya es algo personal
se entiende y todo bien.“
Eso sí, él agrega que “si tiene familia muy
cercana mejor comentarlo, por aquello de
gente malintencionada, segundo, no te
puede importar lo que diga la gente. Disfrutarlo,
sentirte bien. Hay que exponerse
un poquito para atraer fans.”
Barbie dice que no hay que tener miedo,
“lo más que puede pasar es que se leakee
una foto y eso no es el fin del mundo, le ha
pasado a gente reconocida ¿y qué? Ahí
están, no es nada. Entonces aconsejo que
lo hagan, no tengan miedo si de verdad lo
quieren, es una muy buena fuente de ingresos
y lo único que uno está utilizando
es su propio cuerpo.”
105
O U T , L O U D &
P R O D U C T I V E :
I N C L U S I Ó N
L G T B I Q + E N
E M P R E S A S
J O S É A L E X L Ó P E Z B A R R A N T E S
I N G E N I E R O I N D U S T R I A L
Hace unos 40 años, ser abiertamente
gay o lesbiana era prácticamente
sinónimo de perder el trabajo; ni qué
decir de iniciar un proceso de transición.
Estos retos persisten con menor
incidencia. Sin embargo, hoy no slo
las organizaciones de sociedad civil,
sino también el Estado y muchas
empresas privadas, entienden que el
derecho al trabajo de la comunidad
LGTBIQ+ es un derecho humano.
¿Qué motiva a las
empresas?
En primer lugar, el sector privado tiene
mayor consciencia de su rol en los
derechos humanos. La responsabilidad
social les permite analizar cómo
traen impactos positivos y negativos
a la sociedad, incluida la población
LGTBIQ+ dentro de su equipo humano, el
de sus proveedores o el de sus clientes.
Esa es la motivación altruista.
En segundo lugar, el lenguaje de los
negocios reconoce de competitividad,
costos y utilidades. Para la empresa, la
discriminación representa costos directos
como demandas, o indirectos como
rotación del personal, desmotivación
y conflictos laborales. La legislación es
cada vez más clara (por ejemplo, con
la Reforma Procesal Laboral) y no cumplirla
tiene un precio económico y reputacional
importante. Múltiples estudios
muestran correlación entre equipos más
diversos en el sentido amplio de la expresión
y en especial en equipos directivos
y mejores resultados en innovación,
productividad y eficacia.
106
ORGULLO
Los equipos cerrados de hombres cisgénero
de edad avanzada, con privilegio
económico y que se creen caucásicos
están quedando en el pasado, no sólo
por un cambio cultural, sino por la estrategia
empresarial. El paradigma del
Departamento de Recursos Humanos
atendiendo a los colaboradores (así, en
masculino) como si fueran todos iguales
va quedando atrás. Estamos pasando
de un modelo donde “no importan
las identidades u orientaciones sexuales”
a uno consciente del impacto real
de estas variables en la empresa . Las
personas merecen ser tratadas reconociendo
y respetando su identidad, brindando
oportunidades de aportar a los
objetivos corporativos.
Estrategias para
abordar el tema
No basta con tener un programa. Las
empresas que abordan efectivamente
la diversidad mejoran con visión de
diversidad e inclusión sus procesos internos
como reclutamiento, comunicación
o compras, por ejemplo. Hacerlo
sólo en apariencia o para comunicarlo
externamente es lo que llamamos
pinkwashing. Proponemos acciones
básicas para que las empresas trabajen
la inclusión LGTBIQ+ más allá de dar
un broche, una cinta porta-gafete y un
cupcake multicolor.
La información y la comunicación empoderan
para tomar mejores decisiones. La
raíz de muchos de los actos discriminatorios
no está (necesariamente) en una mala
intención, sino en una mala comprensión.
Cuando me corresponde tocar temas LGT-
BIQ+ en empresas privadas y en instituciones
públicas, participantes de todas las
edades y géneros descubren respuestas
desde “¿Quién es la mujer de la relación?”
hasta “¿Por qué menos personas trans tienen
estudios superiores?”.
Los principios como género, diversidad o
inclusión se entienden primero desde lo
personal y luego desde lo empresarial.
El factor común de cualquier sensibilización
en empresas es alguien que levanta
la mano: “yo tengo un primo que…”, “en mi
trabajo anterior conocí una persona…”. Al
visibilizar las diferentes realidades y ponerles
rostro podemos generar empatía.
El storytelling de personas trans que deciden
compartirlo es especialmente valioso
para que las personas cisgénero comprendamos
más plenamente su realidad,
sus desafíos y el apoyo requerido en el
ambiente laboral. Las transiciones generan
gran ansiedad para las organizaciones
empleadoras por los vacíos de información.
La presencia de personas trans
marca un antes y un después en la visión
de las personas cisgénero acerca de la inclusión
en el trabajo.
1. Sensibilizar, sensibilizar,
sensibilizar.
107
108
2. Va a enfrentar
resistencias: ¡gestiónelas!
Se puede pensar, con buena razón,
que las creencias religiosas tradicionales
son un obstáculo para la
inclusión LGTBIQ+ en las empresas.
Personalmente, fui ese adolescente
parroquiano que andaba el Catecismo
de la Iglesia Católica bajo el brazo
para reprender con fuego y azufre a
quienes pensaran diferente. Mea culpa
por haber usado el Génesis y el
Deuteronomio como argumentos.
Cuando converso con personas conservadoras
en sus lugares de trabajo,
el resultado suele ser favorable. La
clave es volver a las bases: su visión
de la persona humana y la dignidad.
Así concluyen por cuenta propia por
qué debe distinguirse entre las normativas
empresariales y los preceptos
individuales. En resumidas cuentas,
gestionamos las resistencias al
guiarles desde la empatía y no desde
la anulación de su posición. Después
de todo, la diversidad en sentido amplio
abarca diferentes creencias religiosas,
y su ausencia.
3. Transversalización
Las empresas siguen siendo instituciones
jerárquicas: empiece por la
cabeza. Las políticas de alto nivel son
cruciales para que esto sea un valor
corporativo y no una convicción personal.
Con las políticas claras y decididas,
la inclusión pasa de estar sujeta a las
convicciones personales a ser parte de
la ética corporativa. Las comisiones de
diversidad e inclusión son valiosas para
operativizar esas intenciones, en especial
cuando la comisión se conforma
con una amalgama entre rol empresarial
e iniciativa personal. De esta forma, se
destaca el papel de las personas LGT-
BIQ+ en las diferentes áreas funcionales,
y también se posiciona a personas cisgénero
y heterosexuales como aliadas
de la comunidad LGTBIQ+.
Llegamos para quedarnos
Hace ya bastantes años empecé mi experiencia
en gestión empresarial en una
compañía mediana de Turismo. Fue una
dicha, porque me encontré en un sector
y una empresa sumamente respetuosos
de mis procesos de autodescubrimiento
y socialización de la orientación sexual.
La urgencia de entornos laborales como
ese, sanos y seguros para población
LGTBIQ+, es creciente.
El rol del sector privado en materia de
derechos LGTBIQ+ no es una moda. No
puede limitarse a un correo electrónico
el 17 de mayo o a llevar una pancarta en
la Marcha de la Diversidad acciones que
seguimos alentando siempre y cuando
no sean las únicas. Se trata de una visión
estratégica que reconoce al talento
productivo por su dignidad.
Gil Vega