CALM AFTER

CI.IÀPTER ELN,VBN
(-\,
CALM AFTER
THE
STORM
r 89z
Eusebio Chacón
Sþanish
rsor,ATLD AND AlpArìlNrr,v insigniliczrnt in the Spar.rish empire,
New Mexico was a peripheral and barely conquered administra'
tive area. Followiug Mexico's indepenclence, the area attaincd a rather
autonomous status thr:oußh administratols appointed from the local
population. But in r 837, after Ncw Mexico had been demoted to a "departmcnt"
governed ald taxed directly by Mexico Cit¡ citizens felt colonized
again and rebelled zrgainst the governor, who literailly lost his
he ¿rd.
The feeling of colonial status intensilìed when the Americanos arnexed
New Mcxico in r846. The fornerly imperial Spanish language
was demoted to a vernacular, a vehicle for defending nuzstre. þ&trie, (o\tr
homeland) àg?ìinst the ascending empire of thc United States. Orre of
the Nuevomexicalo elite who promoted natural rights ernd the preservation
of the ârea's Spanish heritage was Eusebio Chacón, an attorne¡
orator, ard author of two novellas.
Ti&s l& tormerut(r.lo colmø (Calm after the Storm) is a "fourdational liction"
th¿t combines a standard modernizing allegory oferotic romance
as love of country with a theatrical Spanish defense of honor. It pcr-
[¿?ol
riusDDro cII^oa)N, cALù| ^t¡'ttiR I' L s'l oRùl
forms ûrr: fämiliar political paradox of elite opposition to colonialism
by cleveloping zr clelighlìrlly oxymoronic program th¿rt is both fbrwardlooking
(towarcl cult.ural autonotny) and rigidly traditional (Spanish
honor versus modern rapaciousr.ress) . IJnlike the openly critical and didactic
prose of the cultural n¿rtionalism thâl fucled Chicano litcraturc
of rhe r 9ôos, Chacón opts for an entertaininS, almost ironic, tone
Chacón's text, which cont?ìins mary typograPhic and stylistic idiosyncrasies,
is here reproduced from the fìrst edition (Santa lle, N.M.:
Tipografil "El Boletin Popular" ll892l)
DORIS SOIVIMIIIì & INT,TNI¡ GONZÁLll2. BI']RIIY
Iz'l t )

A mi quelido amigo
LIC. D,F[,LIX BAC,\
ésras páginas dedico.
Int¡ncluccion
Son creación gcnuina cle mi propia fantasía y no robaclas ni prestarclas
de gabachos ni extranjeros. Sobre el suclo Nuevo Mexicano me atrevo
ii cimentar la scuìilla de la literatura recrczrtiva para si después otros zru-
tores de más feliz ingcnio que el mío siguen el carnino que aquí les
trazo, puedan volver hácia cl pasado la vista y señalarme como el
primero que emprendió tan áspcro camino. Digo áspero porque cs
muy placentero cuando algirn personaje de rnuestras historietas parecc
haber llegerdo al término de sus acciones sin haberÌe visto nosotros el
fìn h lzr novela, nos alraltcaûìos las barbas por idear algnna arventura ó
por dar cn una losa para err un punto eliminar al individuo supérflrro.
Tras la tormenta la, ca,lm,a
c ¡LA.C O N
llay indiscreciones que resultan cn consecucncias serias y enredadas,
mas no por esto dejan de cometersc; sino que muy al contrario son
luente cle muchas mhs y mayores, y el munclo, siempre necio, no se
conterìta con cscarmentar en cabeza agena sino qne carcla cual parece
esmerarse por acopiarr en su propiar pelsonalidad cuanta experieDciâ le
puedan acarrear sus locuras é indiscrecioues. En cso dcl amor son tan-
tas las sin razones que se coûìetcn que los libros andal llenos de ellzrs;
y no porqne en ellas haya originalidad ni novedad, sino que sucedc con
ellas como con las canciones viejas, que cntre más lo sou más bellas
parecen. Del amor de Helena nació Ia perdición de Troya, del amor
dc la Caba se abrió la sepultura de la monarquía goda en España.
riusrBro c¡r'\cÓN., cAl,ùt AI,1!:n't ll S'loIlþt
C¡r.u ¡¡rlr¡ 'rHIì SrotM
Eusebio Chacórl
Translated. lty I¡tRr,IN DA GoNzÁLI1z-lìLRIìY
Introd,uction
To my dcar fríend
TLIIì HONORARI,ß D. FELIX BACA
I dedic¿te these pagcs.
They are the geruine creation of my own fantasy and neither stolcn
nor borrowed from Anglos or foreigncrs, Upon New Mexican soil I
dare to plant the seecl of ar enter:taining literarure, so th¿t if in the
future other authors of talents greater than mine follow the path that
I hcre lay open, they may turn their vision to tlìc past and acknowledge
me ars lhe ñrst to ctrl¡alk on such a rongh road. I say rough because
it is not pleasant when some character of our stories appears to
have engarged in his final act prior to us having envisioned the end of
the novel, so we pull at our whiskers in an attenìpt lo coltccive sorne
adventure or create a tomb in which at some point to bury [he superf'luous
individual.
cn.{coN
Cabn r{ter the Stonn
'I'here are imprudcnt actions that have serious and grave consequcnces,
but not for that reason should one faíl to comment upon
tlìcm; quite rhe contrary, they are tlle source of many others, âncl people,
ever foolish, are not coDtent with heeding the warning of foreign
minds but rather appcar to go to great pains to transfer to their own
personality the inane ancl indiscrect actions of tlìe lattel.. In matters ol
love, so great are the irr¿tional actions that are committed in its name
that many books are fìlled with them; and not because they arc novel
or origlnal, but because there is sorìrething ofthe old song in all ofthis,
in that the olcler it is the more beautiful it appears. Helen's lovc lcd to
the loss of Tro¡ Czrba's dug a sepulchre for the Gothic morarchy in
lzj2J 12n)

!rrsnßro crlAc(iN., caLùI Al;.t,ItR 1'IIL S,I'ORM
Y aunque tan viejo es el amo¡ y aunque tan viejas las intrigas y resul_
tados ya adversos yzr propicios que consigo trae, silembargo el
ntundo ertero corre Lras ól y les sucedc como al Concle del drama
cloncle un loco conduce á un ciego para inauclitos desastres. Tan
zrrraigado está en l¿r natnr.aleza humana el imperio clel diocecillo
alado que aun el sublime loco de la Mancha jamás habría siclo im-
mort¿rl si no halla en un rincón de su mollera e l recue rdo cle una Al_
donza rirstica la cual muy en brcve su imagcn convirtió en princesa
para la gloria de las letras españolas. Esclavo cle esa misma pasión
dominadora, cn mi derra lo fué Luciano,joven cle gallarcla prescncia
y de gentil linaje y por no saber aprovecharse de la experiencia de
otros sometió en ul infierno de lances y percances de los cuales solo
su bucna suerte copulacla de un poco cle miedo lo sacó, yo mc cluelo
del rnozo; mas no por eso dejan cle entr.ctenerme las bromas que los
muchachos le dan, y me cliviertc mucho oír screnarle algunas noches
con aquellas rimas de Becquer:
¿Te embarcas?
IIa tiempo que lo hice
Por cierto que aun tergo
l,a ropa en la playa
Tèldida á secar
Pero en Iìn el di¿iblo lo merece. Para diveÌ.timiento cle los enarnor.a_
dos voy pues á tr.az¿rr 1¿r historia cle ese amor de Luciano que tan apÌe_
tado trajo erl chico por indiscreto.
Es pues el caso que en uro de los berrrios cle Santar Fé, mi amacla pa_
tria, vivía una dc esas mof

li u s L,r r! I o c u ¿!c (i N, ot\ L M A rr L A't l1 Iì rì t o llùI
dijimos, era morena de las qne hacen rzrbiar, y sólo tcnía quincc años,
A csta cdad cuál es la doncella que no ¡rrcle á llarn¿ìr?ìdas en cl divino
fr.rego clcl zrmor? ¿Cir-r/rl lur c¡rc no vivc en uu perlariso de ilusiones? Cuál
lzr qnc no h¿r daclo llechazo con sus ¿lrdientcs ojos y rn2ìrtiliz¿ì al nitìo
arl¿rclo teniérdole prisionero cn sus rcdcs? Lc¡lzr no ib¿r ií ser rrnâ escepción
h tan vclrcr¿rble costumbre, sino que arl cot.ttr¿Ìrio su hbrmosur¿r l¿r
dcstinaba á ser cle las mírs ¿rrclientes ¿rm¿rclor¿rs de que lzr histori¿r de
S¿rnLa Fó úene rcnlistro, Tan par?ì arn?tÌ h¿rbí¿r lacido que amaba ri un
.joven obrero quc se llzrmaber Pablo, y era de él tan bicr.r corrcspondiclir
que lo habíar enamoraclos urzis cornple tos.
Pablo cra cl dpo del obrero de otros tiempos. No er¿r cl ir.rclolentc,
groscro, y sin ambiciór.r ni amor propio clc ho¡ que se conleuta coìl
vivir sin esperzrnzzrs ni clincro; que cspcr¿t como el turco quc un lìtliz
?ìc?ìso Ie traiga el pan á la boca y otro acaso l(: rnucvar las mandíbulas
parzr comcrlo, No, Pablo no era tal obrelo. Ela pobre, mris sr"r pobreza
lc incitaba a'r trabajaq á afänzu parzr mejorzrr su suer-te. Iir-a sobrio,
¿ìtento, coItós, r'rìodcst() ó inclustric¡so: cl:iÌ tu-ttc Lodo clisti?ìDo, rcspotuoso
con sus paLrones, obecliente y honorzrblc. Amaba ír l,ola con tcrnrÌra;
la re spe taba como respe ta el hombre ai lzt muje r quc cspclzr llevar
url zrltar para hacerla su esposa. Me atrevo á clccil quc bajo sus Ltlscits
vesLidr-u¿ìs había un sór' vcrclaclcrarmente noble.'fenía las manos cal-
losas, lar color clcl rostro algo qucmircla, pcro cra sirnpático y.joviarl. Las
circulsLancias clel cnamoralìicDto de cstos hijos clcl pucblo tiencu urr
coloriclo romántico y.jamzis me perdonzrría yo ai mi rnismo si prosigLriera
cou l¿r rel¿rción clc est¿r hist

ìusollr() cul\c(iN., c/\Lùt Attt'IiR 1 | s!-ollin
Er¿r nna hcrrnos¿r nochc. clc Jrrinzrvcra, l,osjardincs cargados cle flores
y las bris¿ìs cuajaclas de ¿ìrolrras preslab¿ìr mil enc¿ìntos ír la situación,
Sobre alguna flor se er.ramoraban las mariposas, y arllai entre los copuclo¡1
rnanzanos gcníur alguna en¿rmoracla tórtolar, Lar situación como quecl¿
dicho crar ctc las más á propósito, y tal firé la qr-rc Lola y Pzrblo escogicr.t,¡
para decirse sus arnores. Al frente de lar puertar de let tía Méla crecízr ¡¡1
viejo manzaruo que había presenciado en sus dí¿rs nruchas cosas y ahor¿
ibar á presenciar unzÌ escena amofoszì que se representab:r bajo su5
czrnsaclos y nacilentos br-azos, Senlados en dos sillas, mny.juntos, m¡¡y
quietos contemplaban Lol¡r y Pablo cl clisco cle la lnnar, y escuchabar¡
acaso algúrn lcjzrno czrrìto cle ?ìlgún cnamoraclo. lin cl ilterior dc la casa
la tía Mela hacía rezar' á un pal de chicnelos zrdop[rclos y antcs clc lir
fìnal del rczo sc l.rabía dormido ¿'r la parr que los neófitos, y lrrry clc lej¡5
bicn poclía cscncharse como ruido de molino su írspcro y nacla musical
ronquido. Entrc tzrntr¡ las horzrs volaban; Pablo y Lolir scntían ul.t anror
profunclo, inmenso, y sus mallos sc toc¿ban, y sus r¡riradas st: cncontla-
b¿rn con indecible telnnl¿r. N¿rdie pasab¿ì por el camilo, nadie los veia,
y cn mcclio cle zrquell¿r c¿rlma cle l¿r noche sus lnbios se.juntaron y sc confLndit:ron
lt¡s l¿rtidos clc sus corazóncs en un liinguido embeleso:
"Amor, oh clulce amo¡ el que se anidan
Dc lir ilusión las pláciclas quirnerzrs."
Estoy pzìr¿Ì

-Nunca, P¿rblo cle mi coritzítrr: no trocaró tu altìor por rraclar cn l¡
ticr'ür.
Pcro cs posible traslaclzrl zLl pzrpcl aquellir escenar cle:rmor? Itrscrrsa¡e
cle mí, que tzìl come dclo lìc ¿tt.cntrìdo! l)ccíd, lcctolcs, quié sc ettrcvc á
rctraturr al sol? quién arl huracán? quión h aqucllos objr:tos quc crnbotan
cl ?Ìrte y la const¿rncizr clcl hon.rbre? Insens?ìto cle mÍ, quc quicro dccir
cu¿rntç¡ cllos sc dijer-on, lìicn quc sus ojos y sns bcsos y sus alurars con 5¡
mudo pero lierno lenguajc sc hablarron nrírs que sus lengnzrs; y ssq
le nguaje cle I zrlnzr y clc los ojos no sc pue dc rctlzrtzul Err rcsolución cli¡é
quc Lanto se enamoraron Pablo y Lola quc las horas se parsaban sin quc
cllos lo notaran, y cl sol dcl otro clía habrÍalos sorprencliclo diciénck¡sc
amores, si unzr casualiclacl n

,rusrìllro (irrAcóN., c/\l,ùt ^l'tliR I ll slollirl
Sí, clccizL esLl,-inficl, irìgrato quc así Lc entre{l¿ìs ¿ìl amol cle esa Le-
pr,rlgarclar coc¡nctur y no h¿ìccs caso cle mis desvelos. Nlira, corazón de
palo, alna cle úrano, como no te clueles cle mí, y así insultars n.ri corazón,
engrciclo....
Pascuerla, . , interponía cl Lurbaclo m¿rnccbo: y apcn;rs for-
-Pero
mul¿rba l¿r lÌirse cuarnclo ya Pzrscu¿rl¿r se le aclelantaba con otro fhljo de
pzrlzrbreríar,
cómo tr.te zrlegrzrré que esa melirclros;r, ojos de zor-rillo, te
-Ingr¿ìto,
pcguc urì pzrrchc: mira, si mr: ¿rrn¿rras á rní, que tc hzLbízr de ser más lieÌ
que una Lór[olila;-y al decir esto l¿r Pascuzrla llor?ìba, gemí?ì, y ?ìcabó
por cchirlsc ¿rl cuello cle Pablo.
¡Cristo y que bochorno pasó el nuchirchol Quería hablar pcro sc le
hacía ur.r nudo er.r la garganta. Y t¿ln violent¿ì fìré aquella esccn¿ì qLlc
hubo clc dcspcrhr á más dc una vi

nusltlrro cII^cÓN., o/tt.M ^ttt:.R TIIl': s1ofiùt
por cn¿uDorarse y poI cscribír'ycrsos ?'r la glitciosa morena por el estilo
cle lo$ siguientes:
l)c los ojos de la lun¿r
Trajo clos finos cliamantes
Par:r poner en los tnyos
Morenit¿r de ojos glancles.
Ycn otra ocasión lìngienclo hzrber obtenido una cira dc la bella L,ola,
cxplayó toclo su intelecto el la siguiente composición clignzr de
archivalse purrzr los siglos de los si¡¡los amen; y es como sigue:
Y esr: tu mirar divilro
Oh queridísirna auriua
Dicióndomc que te sig¿ì
Es[á por aqucl carnin

Il(tS¡lßIO CII^CON., a/ll,þl ^tt'! tit 'l lIIi S IO|lùt
Ì)or lo que ir ell¿r concierne aún pernanecía de pié é inmovil bqo clcl
vicjo rnrurzano y no sc apcrcibirí clc la llegacla clc Luciarno hasta que cstc
no lar sacó dc su contcmplacirin cliciéndolc:
noches, he rmoszr Lolzrl
-¡Buenas
Lola sc s

lrrrsraBIo cIr,\cÓN, c¡lLM ^l"lIiR ! ti s'tonùt
ocasión no se atrcvió h h¿rbl¿rrlc ír [,ol:r por no sobrcsalkrrla; sino quc
clej/urclola que se retirase á su cuarto Iìré á colocarsc cerc¿Ì dc slr \¡erìt¿ìn¿ì,
y agu¿rÌcló /r que r'czzrsc y qr-rc se lìese á la cama; 1o cu¿rl no bien
habíar hcch

¡rlJsllllI() cI-I^CóN, t)^l ùt ^1'1LR lllli s'l ollltt
Lolar creyó desmayirrse cle mieclo, y clcjó cirer el bastidor con lircrza,
y el billete se lc escapó cle lers r¡r¿rnos El el cxterior se oyó una

¡itJst)r¡ro (ìHÀ0óN, (;/\LM l\tryLn LuL s'!oltùt
Si la círnclida cle la tía Mela no clurmiese taû prolìrndamente bierì
pudiera dcspachar'h l,uciano á plantar-jzrrdines de arm

lìusLtrIo cHAca)N) clt!.¡\/t
^I1tilt
7ttll 5IoRl\'I
l,ola el secrcto clc sus ¿rnìolcs con Pablo, y I-uciano lucharba por clcstruirlos.
Fl¿¡blábale de l¿r condición hurnilde cle su amante, ponclerábale
su bcllcz¿r en seguida, y como conclusión lírgiczr declucía que
ella estzrb¿L destin¿rda h mt¡vcrse en una eslèr'a clc arrluriraclores y dc lujcr
que no perLenecízÌn /r los obreros. En resolución tan pertirì?rz arì(luvo cl
¿ìstuto Lucizìno que an'ancó clc los l¿rbios cle [,ola nna solemne promesa
de ab¿rnclon¿u ii Pablo y cle ser suy¿r cnandc¡ él quisiese, con concliciórr
que en salicnrlo clel Colégio sc czrsase con ell¿r.
*Aceplo,-exclirmó l,uciano y la tenclió I¿r marno.
vd. el contrato, repuso lzr cloncella y le plesentó los labios,
-Selle
Un bcso estalló en las tinicblas que parecízr ronrper las fibr.¿rs clel
¿rlma. IÌra el sello dc la traición y cle l¿r infidclidad,
Lector ¿unado, quisicra presentar-te á Lola revestida del magnífico
ropzrje cle las heroinzrs, bellar y virtuoszt, ¿rdorlracla de mil prcnclas y
acrisol¿rdas en l?ì victori¿ ¿rlc¿rnzzrcla colìtla el lìlror cle las pasiolcs.
Qrrisi

lluslrùto cH^cóN., c/tLM A1¡t'ti? l tItì s'tollM
qucbraba la carbezar por hall¿rr nn modo clc descntrañ¿ìr zr

11usItltIo cu^cóN., cALM AI¡ tA' IL 51Oltr/I
á la puerla dc la casa, En[ró sin llamal y hurlló h la tía Mcla rcncanclo
corno sc ronca cuanclo el cucrpo está fatipçado y la concienciar tr:rnquil:r,
Acerc¿rnclose ír ella y novienclola bruscamente para qrìe clespertase le
clecía al oíclo:
-Tí¿i Mela, tía Mela. Despiertc. ¡Qué sucño! ¡Tía Mela!
La buena señora se revolvía de uno á otro l¿rclo, sin dnd¿r sorianclo
que zrlgún cspíritn mzrlo sc lzr lìevzrbzr, y al carbo cle u¡l rato zrbrió unos
ojos colomdos como br-azas y Iiotárcloselos ¿rc¿rbó de roncar y preguntó
azorad¿r:
-¿Qué hay?. . , qr"ré. . . qué. . , Pablol Ah, eres túrl ¡Qué sr"rstol
so¡ tía Mela, no tenga vcl. nricclo, rcplicó Pzrbk¡. Pcro lcvhntesc
-Yo
y vcnga conmieo.
[,a pobre matrona ¿rbr'ía tantos ojos, y no acertzrba cn que peusal;
mas obedcciendo y vistiénckrsc á la carrcra, r,olvió á preguntar
-Y bien, muchacho. ¡Qué susto! ¿Qué c¡rie rcs?
que me arutorice parar clelènclerla. Vcl. no se pnecle clc-
-(¿r.riero
Ituder Yo soy su amigo; y la delendere.
r1u(r ha¡ muchacho? Acaba. No me tengas suspensa, tartzì-
-¿Pcro
mudeaba falta de ¿rlie nto la tía Mela.
*Ilay laclrones en la casar, tía Mel¿ . . .
-¡Jesírs!!! No me lo digas, muchacho. ¡Socorro, vidas mías! ¡Socorro,
socorro, que soy umjcr clesampararcla! y la tía Mela se retorcía las
rÌìanos con desespclación lastimera.
Pablo no dijo nzis. Arr¿rstrhncloler casi la llevó al cuarto de Lola; y
todo esto pzrsó con t¿rntzr celeridacl quc aur.ìque Lolzr y Luciauo oycron
los gritos no tr"rvieron tiempo de prcvenirse, sino que cuanclo aun est¿t-
bztn suspensos por sarber lo que pasaba, ya la puerta sc habí¿r zrl¡ierto cle
par er par corì un fircrtc empuj

Irus¡r¡ro crr^cÓN., ottt.¡,t ^t1-IiR I IIti s't o|:ti
Oh, lo que ¡ruede el amorl Y P¿rblo cstaba lívido. Iirr su xrstro sc vcí¿r lar
determinaciórì y cn su cliestrar relurnbrab¿r la temible compzrñcra. L,u-
ci¿ìno tcuía cl color dc la cera y pcst:rñeirbzr, y [,olzr sr:

I,iustìlrIo (ìrr¡\(ìóN, cltt,tv ^Iú'tìR t /Iti s.toßùt
un día zrntes t¿ìn uläno; y ?ìhola tarì riclículo, verclad eLar que pllccia
una copia fidclísima clel Caballero dc l¿r M¿rnch¿r cn sus penitcnciirs
en la Sierra Morena, corr lzr íruicar clilèrenciar quc arquel cra un magnifìco
loco y este nn ir.rsignc cobarrde. Sin:rguardar í harcer apologías al
o[ro aporreilclo nuestro Pzìblo se echó ¿r l,uciano por clelal]te, y cstimulándole
con irlgurros purtapiés y con n-ruchos irpoclos que venían
al esludiante como cle molcle, le hizo empr-cnclcr la m¿rrcher clc
lluevo, y se lo llevó ¿i l¿r casa cle l¿r tía Mel¿r. Llegarron allí cirb¿rl¡rente
crrando la inlèliz zrcababa de boquclr por úrltimzr vez y cle ertregar su
arlm¿r cá.r.rclida h su Creaclor. Siu zrndarsc c

,rrJslrllÌ() orr¡\cí)N., c^LM ^flllß'l' li S'lollùt
sitt,c tLic clel mectio ctt: zr

I,lltsI,lllIo cIlÀcí)N., (AI ilt trlt'l l;R llll) s10nùt
parclrc mio, r'esponclió I.,uciano, con tono suplicantc
-Todos,
-¿Y amas ir [,ola y lzr tomas Por csposa?
-Sí, padre,
-Y túr, niña;vén, vér ach; cotrtinuó dirigiér'rdosc ii Lolar ¿.Amas tír á
[,ur ì:ìro, y l, ¡ l(,rnas P, 'r csPoso y t()trtprttict, '?
Un sí c¡rsi inrpcrciptible s¿lió cle los labios de l?ì.joven, y bajó la carar
cnce ndida como uu tomate ,
Un sorclo r:rlrnor se csparció por lzr irsamblca, y Parblo cstzrba blanco
como eljaspe,
propósito ?ìmbos de repzrrarr las lâlsas p:rszrclas y de dzrr
-Ilacéis
buen ejcmplo? ¿ Y os arrePentís de todo corazón de lo que hzrbéis
cometido? Lorrìo su l{overenciar á prets-untarlcs y ambos á ula voz
ton rarôrì li leplicrtlctt la afittnltiva.
Se clieron las m¿rnos, el sacerdote alzó los ojos al cielo, levantó la
cliestra en alto, lìizo la cruz sobre losjovenes, y pronunció la bcnclición.
Pablo dcrr¿rm¿rba una lágrimar fr-u tiva y Lola que lo vicra e ch¿indose i
sus plirntas con sus ojos artr'¿rs¿rclos cle llanto, cxcl¿rrnól
-¡Perdór.rame Pablo!
tam¿rnclo por írltitna vcz aquellar hernosa catbcza entte stu
-Pablo
manos rcspondi