19.08.2015 Views

Un análisis ético y estético de los parques zoológicos

R6ADd

R6ADd

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Un</strong> <strong>análisis</strong> <strong>ético</strong> y est<strong>ético</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>parques</strong> <strong>zoológicos</strong>humanas ni como el receptáculo <strong>de</strong> símbo<strong>los</strong> culturales. Los elementos naturales tienen supropia función biológica, su propia historia, con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>los</strong> significados que <strong>los</strong>seres humanos proyectemos sobre el<strong>los</strong>. Aplicar las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Saito a la cuestión <strong>de</strong> <strong>los</strong>animales resulta luminoso.Allen Carlson 18 parte <strong>de</strong> la misma intuición, pero la concreta afirmando que la únicamanera <strong>de</strong> apreciar la naturaleza en sus propios términos, es basarse en el conocimiento quenos proporcionan las ciencias naturales. Ese conocimiento científico le lleva a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r, porejemplo, que para apreciar las cualida<strong>de</strong>s estéticas <strong>de</strong> un elemento natural hay que apreciarloen su ecosistema. Ésta es una i<strong>de</strong>a potente que, aplicada a nuestra cuestión, se convierte en unbuen argumento contra la posibilidad <strong>de</strong> que <strong>los</strong> zoos nos enseñen a apreciar a <strong>los</strong> animales.Sin embargo, a estas i<strong>de</strong>as habría que añadir otra muy importante, que, a pesar <strong>de</strong> serintuitiva, no se ha analizado todavía <strong>de</strong> manera sistemática en la estética <strong>de</strong> la naturaleza.Apreciar animales es diferente a apreciar el resto <strong>de</strong> elementos naturales, a apreciar un árbol,una roca o una estrella, porque el animal no es un objeto, sino un sujeto. <strong>Un</strong> mirlo, un halcón,un lobo, una iguana o una ballena no son solo un cuerpo con unas cualida<strong>de</strong>s estéticas queapreciar, con una apariencia externa más o menos bella, que emite unos sonidos más o menossugerentes, que se mueve <strong>de</strong> una forma armoniosa o elegante. <strong>Un</strong> mirlo o una ballena son,ante todo, sujetos que también miran, y cuyas miradas pue<strong>de</strong>n cruzarse con las nuestras. Sonseres que pue<strong>de</strong>n sentirse bien o mal al <strong>de</strong>scubrirse mirados por nosotros. Cuando miramos aun animal, pue<strong>de</strong> que éste se acerque (porque nos conoce, porque tiene curiosidad, porque leofrecemos alimento), pero también pue<strong>de</strong> que se enfa<strong>de</strong> (si nos toma por una amenaza, uncompetidor) o pue<strong>de</strong> que simplemente se marche (porque somos una molestia o porque nostiene miedo). Cuando pasé unos meses en Londres, un zorro venía regularmente a dormir alpatio <strong>de</strong> la casa don<strong>de</strong> yo vivía, y a veces se acercaba a la ventana para mirar al interior.Algunas veces nuestras miradas se cruzaron, y era fascinante ver su actitud curiosa. Encambio, cuando visité la Fundación Mona, un refugio <strong>de</strong> chimpancés rescatados, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong>animales nos tiró piedras. Aquel chimpancé enfadado, molesto con las visitas, nos regaló unaexperiencia estética profunda, porque se mostraba como lo que es, un sujeto con sus propiasemociones, al que pue<strong>de</strong> no apetecerle que le vayan a ver.En el patio <strong>de</strong> casa tengo un cuenco con agua para <strong>los</strong> pájaros. Mir<strong>los</strong>, herreril<strong>los</strong>,petirrojos, lavan<strong>de</strong>ras, gorriones y urracas vienen regularmente. Cuando yo estoy cerca,algunos me miran fijamente antes <strong>de</strong> atreverse a beber. Otros, en cambio, ya han cogidoconfianza. A menudo está también mi gata, una gata anciana y artrósica incapaz <strong>de</strong> hacerlesnada, a la que también miran. En algunos momentos privilegiados hay un sugerente cruce <strong>de</strong>miradas a tres. Cada animal con el que po<strong>de</strong>mos cruzar la mirada nos proporciona unaexperiencia estética única, nos abre la puerta a apreciar las otras subjetivida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las que secompone la realidad. Nos recuerda que la biodiversidad no es solo una diversidad <strong>de</strong> objetos,sino también una diversidad <strong>de</strong> subjetivida<strong>de</strong>s.Apreciar estéticamente animales es un encuentro con un sujeto <strong>de</strong> otra especie, con un serque percibe y vive el mundo <strong>de</strong> una manera diferente a nosotros. Es una experiencia que nosrevela la diferencia y la pluralidad, pero mostrándonos al mismo tiempo que hay un espaciopara la comunicación y la comprensión, aunque sea a un nivel muy básico. Muchos animalesleen nuestro lenguaje corporal, y nosotros po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r o intuir rasgos <strong>de</strong> sucomportamiento, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> <strong>los</strong> conocimientos y la experiencia que tengamos con cadaespecie en concreto. Estos encuentros son, a<strong>de</strong>más, imprevisibles: nunca sabes cómo va a18 Carlson, Allen, Aesthetics and the Environment, New York, Routledge, 2000.126Actas I Congreso internacional <strong>de</strong> la Red española <strong>de</strong> Fi<strong>los</strong>ofíaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. XVIII (2015): 115-129.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!